miércoles, 25 de julio de 2012

MECIDOS POR EL OPTIMISMO



Nos cunde una desesperanza absoluta que nos empuja entre lodos y fangos que nos engancha a los unos contra los otros en este mar de cemento sin olas ni brisas... Vivimos días oscuras sin lluvias de esperanza y nos dejamos empujar por la malicia y el desconsuelo, nos evitamos los unos a los otros y donde antes nos regalábamos una sonrisa y un saludo, ahora nos descolgamos con un enfado y un enojo.

Vivimos días de penas, estamos desmotivados y pasamos el estío sin acordarnos ya ni de la calor pues tenemos las cavilaciones en otras cosas, en otros quehaceres, en otros problemas que nos ahogan más... Dejamos que el pesimismo nos destruya y disuelva nuestra capacidad de mirar hacia mañana entre los lodos de una tristeza de todos y una pena de nadie.

Sin embargo yo intento seguir mecido en mi optimismo. Sigo, como una hamaca que se coge a la sombra de los árboles, sentir el balanceo de la fortuna y pienso a cada momento que, si bien el hoy es difícil, el mañana podrá ser lo que queramos...

Imagina, como yo, que te tumbas en la hamaca y reposas bajo la sombra. Imagina el mecer del viento, aquí y allá, sintiendo la espalda clavarse sobre la tela y la tela volar sobre la nada. Imagina como yo el sonido sencillo de la cuerda que se roza consigo misma y en un balanceo continuo frota y suena de manera acompasada... Imagina el viento que pueda moverse allá arriba en el cielo y mira las nubes blancas, esponjosas, viajar hacia otro lugar. El cielo sigue siendo tan azul como siempre, y si quieres, más cercano que nunca...

A veces, la gran mayoría, nos empeñamos en despertar. Empezar el día, ir pasándolo y esperar por la noche, bajo la losa de nuestro cansancio, a que el sueño le gane el pulso al insomnio y se nos lleve hasta otro día. Sin embargo yo sé que hay días donde el sol nace con más fuerza. Donde te puedes despertar con una sonrisa, por el recuerdo del ayer o por la esperanza del mañana. Hay un día, y yo lo sé, donde el corazón te despierta con energía y te invita a sonreír a esperar que no caiga la noche porque la felicidad es completa...

Y por ese día es por el que lucho yo. Soy un optimista absoluto, me mezo en la hamaca de tus sueños y batallo porque la felicidad nos acompañe un día más... Me negaron los que pierden el aire en sus gritos y me abracé fuerte al sueño, pensando que mañana será un día de sol alegre y que me despertará mi corazón...

Si quieres tu también puedes soñar. Ser feliz depende más que nunca de nosotros. De tus silencios y de mis esperas, de tus verdades lejanas y mis alegrías, de mis pequeños momentos y tus ilusiones... Tenemos ante nosotros un día especial y un cielo esponjoso, tenemos unas nubes que vuelan y un sueño que llega... Tenemos todo lo que nos quiera dejar tener esta felicidad que empezamos a construir juntos... Por la vereda de mis esperanzas, se tejen los sueños de un mañana donde la felicidad nos espera.

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