viernes, 29 de junio de 2012

LLUVIA DE CENIZAS


Qué inquietante belleza nos trae el fuego desde tan lejos. El yin y el yan una vez más de la vida, la alegría y la pena, el dolor y la fortuna, la suerte y la desdicha... Las dos caricias del filo de un cuchillo por el que serpeamos hoy soy la imagen del cielo al que volví a mirar. Me despierto porque me despiertan al teléfono y rememoro anoche cenando en "El tanguito", saliendo en el coche de Pepa a la calle de la Paz y pasando por el Cyrano antes de acostarme. Recuerdo anoche con calor y un manto de ceniza que ha seguido toda la noche. Hoy, todo el día, mirando al cielo, la capa gris está de un naranja encendido que lo convierte todo en un filtro de cine. Y el balcón está precioso. Y las plantas y las fachadas y las caras de perplejidad del mundo que sigue caminando por la calle bajo una lluvia de cenizas...

La desdicha es aquélla. Que este cielo enigmático y de final de todo, de apocalipsis en junio, viene lamentablemente de los fuegos de Dos Aguas, que arden monte arriba para deseperación de todos... Y sin embargo, ese cielo naranja me atrapa, como ahora la guitarra de Bebo y El Cigala cantando "Corazón Loco", puede que suene en mi primer programa de radio... Hoy se ha hecho oficial. Hoy ya os puedo decir que laten mis pulsos por este nuevo proyecto que me dejará en julio atado al micro de la 97.7 FM. "Esos locos días de verano" serán mi nuevo proyecto, del que os fui dando gotas sin contar nada más que esto que ahora os digo. En facebook he dejado la noticia esta mañana y son legión los que se alegran por mí. Siento ahora la responsabilidad y el cariño. Y el cielo naranja acompaña esta tarde con el aire acondicionado puesto, la tele en silencio y el Spotify que se queda mudo de vez en cuando...


"Fue entonces cuando el vagabundo, sucio por avaricia, raída la ropa, arrastrando los pies con sus zapatos deshechos vociferaba en la calle:


- Que no os asusten las cenizas, vosotros que no véis, que empezarán a partirse las piedras... ¡Qué no os asusten las cenizas, que sólo caen! La tierra, cuando se abra, bajo vuestros pies...


Encontre en su alcohólico paseo un rastro de poesía urbana absoluto. Se marchó por la acera naranja del otro lado de este mar de cemento mientras calculaba a meter las llaves en la pañera, mirando por el cristal como un retrovisor a ver si se marchaba... Y mientras le vi, serpeante, de espaldas a mí caminar como bajo un yugo, pensé:


- Ahí lo tienes... El poeta. El único que no teme a las cenizas que hoy llora el cielo. El profeta que ya sabe cómo se romperán las piedras..."

Sigo mi camino. Hoy, sin parar, como siempre. A partir del lunes una preocupación nueva cada mañana y una devoción cada vez que se encienda la luz roja del locutorio. Qué contento estoy. Qué feliz (nervioso), sorprendentemente responsable y tranquilo (nervioso). Qué contento...

martes, 26 de junio de 2012

MI EPICENTRO

Reparto el día entre el sudor, el teclado de este ordenador, el teléfono, un Apalabrados, dos whatsapps, tres facebooks... Me desconsuela oír al amigo derrumbarse al otro lado del móvil porque entiendo ese dolor que no duele a nada en concreto y al mismo tiempo mata, ahoga. No me gusta el sufrimiento de mis amigos, pero no me pierdo en consuelos tontos, que no conducen a nada. Revienta, ahoga, llora, rabia... Haz lo que te plazca porque puedes y debes. En el camino no te faltaré nunca como bastón, aquí tienes el apoyo, que puedes buscar en tantos otros sitios. Y si te sientes débil clama, y si no te sientes fuerte, revienta. Pero revive. Porque sólo contigo mismo puedes reemprender el camino, sólo contigo mismo podrás iniciar de nuevo el paseo... Que no se aparte de ti esta pena que leo, que huya, que se almacene, que se esfume, que se pierda, que se deshaga entre tus esperanzas y tus sueños. Y el día que no sonrías, vuelve con fuerza a torcer el gesto y esboza una carcajada. Para el llanto o para la risa, los amigos siempre estamos.

El aceite hace resbalar el sudor con mayor celeridad. Me voy ya para la ducha y al partido, la actividad se multiplica. A las ocho quiero el receso de mi camerino particular, mi vino blanco y mi charreta. Y una cena compartida. Luego tengo ensayo en la falla, con ganas, hoy más que otros días. No sé si el calor o la agenda, que empieza a removerse...

De aquí a nada, os hablaré de esos locos días de verano... Empiezo a notar el movimiento como un leve terremoto que debe acabar por sacudirlo todo. En el calor de esta tarde de martes, se halla mi epicentro. Me voy a la ducha...

lunes, 25 de junio de 2012

¡MUCHO GUACAMOLE!


Como un yunque, la calor me aprieta contra el suelo. Según la tele, el resto de España anda pasándolo peor que nosotros. En casa se mueve ahora algo el aire y refresca, pero mi cuerpo es un surtidor de sudor que repreta a 35,7 grados. Me voy a la ducha y de reuniones, la tarde del lunes, resaca de San Juan en Alicante, se la dedicaremos al partido.

El fin de semana fue una fiesta, mejor aún de lo que se esperaba, yo creo. Nos recogieron en casa de Angelita, Noe y Javi. Yo venía de comer en el Zen, despedida antes de verano y apuramos los sushis antes de emprender el tú a boston y yo a California, aunque con distintos destinos. El camino a Alicante fue una risa en el coche, entre Pedroabad y Nusico. Llegamos a Alicante y Gerard, el anfitrión por excelencia, nos recogió en la rotonda y nos condujo al hotel Goya. Esperaba que en cualquier momento los Alcántara salieran de alguna habitación: tuvimos juerga a costa del hotelito de marras, barato y diversión (¿qué más puede uno pedir en tiempos de economía de guerra?) y nos organizamos para adentrarnos en el mundo fogueril. Lo hicimos primero con un vinito en Los Luceros y un jamón que quitaba el sentido (y el recuerdo de las crisis, las primas de riesgo, la Merkel y el sum sum corda). Luego nos cambiamos en el hotel, nos preparamos para la noche y nos fuimos a cenar a El Antojito un sinfín de tapas y un sin parar de vinos blancos alicantinos, que fresquitos son la delicia. Echamos primero el resto y las risas en la orquesta de la misma puerta. Se nos habían unido Laura Caballero con su hermana María y Paula Díaz. Luego, caminamos hasta la verbena del puerto, que actuaba Sandra Polop con La tribu. Y nos encontramos allí con Valencia, con la mora y con la cristiana, hasta que se hizo de madrugada. Nos encontramos con media noche y nos halló el sentido común cuando decidimos ya abandonar La Marina, agotados por el cansancio y con ganas de reencontrarnos con la cama, que ya tocaba.

El sábado hicimos poco más de lo mismo. Comimos en casa de Merche y Gerard, llegamos a la comida tras compartir unas megatostadas con la mascletà de Hogueras. Y pasamos la tarde en la piscina, entre chapoteos y solanas. Empezaba España a ganar la Eurocopa con nosotros volviendo en el metro. Nos cambiamos en el hotel. Llegaron Sandra, Laura, Sergi y Nieves, seguidos de Laura y Paula. Repasamos la noche anterior y tras la victoria contra Francia, nos fuimos a la Cantina, a cenar mejicaneo puro y duro. La noche fue una risa, una fiesta, entre jarras de sorbete, canciones de la antigor y guacamole. ¡Mucho guacamole! Luego fuimos a Hernán Cortés, pensando que habría más fiesta. Hasta Santa María, pensando que habría. Y nos reencontramos, al final, con la hoguera del puerto y la barraca de la noche anterior, donde echamos ya el resto del fin de semana. Volvimos a esperar que madrugara, de nuevo en Santa María, echándonos las últimas risas que nos quedaban...

El domingo consagramos el día a no hacer nada: piscina y sol. Comimos en un restaurante un arroz a banda espectacular. Nos fuimos a casa de Gerard y Merche, una vez más, y me dejé una siesta debajo de las palmeras. De noche ya, partimos, antes de que el fuego se lo llevara todo... Ahora noto algo de brisa, pero el calor es aplastante. Y viene así toda la semana. Por cierto, hemos rebasado los cincuenta mil, en breve os cuento las cosas que me habéis enviado para celebrarlo...


martes, 19 de junio de 2012

RECTAS FINALES


Recta final. Nos quedan noventa visitadores para llegar a los 50.000 buscadores de hojas perdidas, con mayor afluencia que nunca... Recta final, hoy martes, que no escribía desde que me sacudió el insomnio aquella madrugada del viernes. No he parado, nada de nada, desde entonces. Y lo pasé genial, como se esperaba.

En mis días de gris color, había olvidado las mil y una hazañas que tuve. Una sensación que huele a pasado antiguo. Hubo un tiempo (que parece aún más lejano) en que me sorprendía a mí mismo y siempre a la pública concurrencia de las mil y una ocurrencias que tenía. De aquellas hazañas de las que anoche, cenando en casa de Javi y Noe, preparando el viaje que no preparamos a Alicante y viendo el España-Croacia, me vino de nuevo a la mente y me encontré a mí mismo recordando ataques por Somoriri y secuestros por La Habana, hasta que me dieron las tres de la mañana.

El viernes acudimos Angelita y servidor a la inauguración de la terraza del SH Hotel y la presentación del libro de Nacho Montes (fiesta con más expectativas que disfrutes). Me fui al Cyrano, acudieron primero Belencita y una amiga, al rato Javi y Noe, poco después Leo que acababa de despertarse y ya estaban Abril López Abril y Boro Peiró en el local. Alargamos la noche en Umbracle, se vino Javi con Leo y servidor, Piti y Laura Caballero, al quinto aniversario del local. Lo alargamos hasta la mañana y nos regresamos Laura, Javi y servidor con un taxi que recorrió la madrugada entera.

El sábado quedé con Angelita a comprar pelucas y abalorios (qué bonita palabra) para la Flower de la noche, ¡qué gran fiesta! Creo que aún estoy pagando las risas de la noche. Con mi Yoko Ono particular, yo de John Lennon, con Richard y con Chimet, nueva adquisición, con Manolín (que el tío es ingenioso con calma), con Toñi y compañía que vinieron de visita, con el sector C,... De aquí a allá y de allá a aquí, sin parar absolutamente nada. Nada de nada. Me lo pasé genial y rematamos en Cyrano hasta tarde y luego desayunando en el Trina, con olor a madrugada de verano que llega. Me llevó Iván a casa y el domingo me levanté para comer tarde. Estuve trasteando y al final me decidí a comer un arroz con mejillones y calamares. ¡Fetén! Me llamó Angelita, cogí el taxi y me planté en el Starbucks donde no tomé nada. Fuimos al Olimpya a ver a Antonia San Juan, a momentos brillante a momentos cansada, pero notable en general. Me encontré a Teresa Sabater con su "trouppe" en el teatro y nos fuimos a cenar a la Xirgu. Luego nos trajeron a Mislata y me fui a dormir... Ayer fue lunes con sabor de lunes nublado, hoy martes de lluvia... Tengo algunas cosas qué hacer, pero ahora me voy a ensayar el teatro y a acabar con el martes, pendiente de que entramos en la recta final...

Pd: el que tenga que enviar sus escritos, que lo haga pronto... Entramos de lleno en el final.


viernes, 15 de junio de 2012

INSOMNIO Y MOSQUITO


6.46 A.m. Hace ya casi una hora que estoy levantado y algo más de cinco que ando despertándome entre las sacudidas de los mosquitos y el insomnio. La noche ha sido fatal. Los nervios se cogen últimamente al estómago, tal y como le comentaba anoche en Cyrano a Ángeles, y después de vomitar el alma en una conversación de noche, sentados mano a mano, en las mesas redondas de mi ciudad, parece ser que la resaca de rabias y dolores me ha golpeado fuertemente esta madrugada.

Ayer me decía ella la manera férrea que habíamos defendido nuestra propia seguridad, la que últimamente unos y otros intentan derrocar con frenesí. Y es cierto: los embates continuos de unas cosas y de otras, acaban por sacudirte siempre con una intensidad cuya trágica consecuencia primera es la de este insomnio que me ha hecho encender el día, escuchando cómo se genera el tráfico en la avenida del Cid y de qué forma trinan los pájaros apoyados en el quicio de la baranda que delimita mi casa y la vida...

Ando tocado por estado de ánimo, por no saber a ciencia cierta hacia adónde mandar mis pasos y los de los demás. Si ha llegado o no el momento de mandar a vientos los que están minando mi día a día y emprender otros caminos. Pero hay algo que me ata a la normalidad de mis días, y en este camino de sonrisas buscadas y sacudidas emocionales, se hace cuesta arriba romper y empezar de cero, entre otras cosas, porque ya lo comprobé antaño, cuando dejas algo por decir, algo sin solucionar, algo sin acabar, te suele perseguir por tiempo... Ahora recuerdo alguna escena pasada, en lo emocional corrompido y casi roto, casi por completo, de personas que hoy son ya sólo fantasmas del pasado. Sin embargo, cuando pienso en ellas, y tengo que pensar porque ya no me vienen a la memoria ni con rencor ni con penas, me invade una sensación de abandono total. Aquellos personajes que murieron y pasaron a ser historia, ya no rascan. Afortunadamente.

Me despierto a lo largo de la mañana e intento intuir donde se posa el mosquito para acabar con él. Tal vez, ahora que rondo las siete de la mañana, debería de ponerme a limpiar, salir a correr o decidir si vuelvo a la cama. Hay una parte poética en esta última propuesta: podría volver a despertarme, podría volver a empezar el día y hacerlo ya con la sonrisa, sin el dolor de estómago y de pecho, de rabia contenida y silencios alargados que van jugando ya en contra de mi salud personal...

No sé, de verdad lo digo, cómo actuar de ahora en adelante. El cuerpo me pide unas cosas, la cabeza me dice otras cuando se digna a hablar y yo intento convencerme a mí mismo de por dónde mandar el camino. Nunca tuve problemas de decisión ni de seguridad, creo que sigo sin tenerlos, pero le dedico demasiado tiempo a la duda y al equilibrio.

Creo que me voy a dormir de nuevo, con un incienso en la orilla y una imagen en la memoria, ese amanecer en la mar. Aquél recuerdo de la mañana quieta, de la mar quieta, en la isla blanca, en que tal hora como esta me despertaba y salía a comprobar que la vida aún no había empezado.

Gracias insomnio y mosquito por acompañarme esta noche. Me habéis hecho escribir esto y eso se agradece. Me voy a dormir, cuando despierte ahora luego, será otro día...

Pd: Lectores ávidos de hojas perdidas, estamos a punto de llegar a los 50.000. Los que no me hayáis envíado vuestra hoja perdida al correo y queráis colaborar con un mensaje en la celebración, aún estáis a tiempo... Pero cuidado, que las horas ya juegan en nuestra contra. Buenas noches (a las siete de la mañana en punto.).

jueves, 14 de junio de 2012

EN LA VEREDA DE LA SONRISA

"Aunque haya días que se haga complicado, aunque a veces nos falte el aire para respirar, aún cuando estás cansado de muchas cosas y empiezan a importarte muy pocas, cuando la necedad de otros importa más que tu propia buena voluntad... Siempre, absolutamente siempre, el espectáculo debe continuar..."





Acabo de apuntar en mi twitter y en mi facebook este párrafo. No es catastrófico, al revés, en estos tiempos de incertidumbre absoluta toca empezar a apostar ya por la felicidad obligada. Me voy a obligar a mí mismo. Me voy a cansar de cansarme por los cruces de acusaciones, los disparos a flotación, los pánicos que estriñen y el dolor de estómago al que me está acostumbrando mi nueva edad. Hay que apostar por la sonrisa, hay que hacerlo. Y así, entender, que el buen rollo puede extenderse como un contagio en positivo.

Vivo enganchado a cien mil proyectos y cien mil pausas. Al silencio y el dolor emocional de no saber cuándo se da el paso hacia adelante y cuando se retrocede. La prima de riesgo se dispara en la televisión y el calor acaricia de soslayo mi espalda... Empiezo a cansarme de muchas cosas y eso se resuelve con dolor y estómago, o con una sonrisa y mirar al cielo. Hubo una época, lo recordaréis que no dejaba de mirar al cielo. Pues hace mucho que no lo hago. Y ya toca. He jugado mis cartas toda la vida a una prudencia contenida que me han mantenido a flote pero sin poder volar. Y me encanta volar. No sé hasta que punto debería de vomitar las mil rabias que me aprietan y empezar a caminar... ¿Podría ir esto a peor? Podría. Para todos. Por eso, el camino que emprendamos cada uno de nosotros, debemos de hacerlo con la intención de ir a mejor, de caminar con la sonrisa puesta...

Ayer me dediqué con una destreza inusual al bricolaje en casa. Por la tarde a preparar un programa de tele que salió fetén pese a que se confeccionó en el hilo de los vilos. Esta mañana cruce de correos en el buzón, alguna llamada telefónica recordando la cena enigmática de anoche en el piso más alto de la ciudad, casi tocando el cielo y una madrugada que me llevó hasta casi las cinco de la mañana alrededor de cien conversaciones. Ahora pienso en organizar mi ducha y el metro. Pasaré por Ruralcaja y como en casa de los papás con María Jesús. Es el cumpleaños de mi madre.

Felicidades mamá. Después de todo aquello que pasó, cada año de mamá, es una año más de felicidad conjunta. Le llevaré mi regalo en la cara, una sonrisa. Y pienso llevaros ese regalo a todos los que todavía estáis de mi mano. No creo en las conspiraciones, me niego. Pero he perdido demasiado tiempo con gente que no quiere mi sonrisa y especialmente con algunas perlas a las que mi sonrisa no sólo no les preocupa sino que además les duele... Pues más sonrisas. Me cuesta mucho escribir, leer, caminar, reír, compartir, contar, pasear, decir, hacer... Demasiado como para que sigan carcomiendome el alma, la cabeza y el estómago pequeñas tonterías que aunque lleguen a ser problemas nunca serán más importantes que sonreír.

Por eso mi consejo: sonríe. Sé feliz. Te lo mereces. Y yo también. Por eso, hoy, empiezo a caminar por la vereda de la sonrisa. Pero tengo que convencerme de que debo hacerlo de verdad...

lunes, 11 de junio de 2012

UN PONIENTE LEVE


De este abandono preestival sólo os tengo por excusa la calor, aunque lo cierto es que sólo me derretí ayer con los treinta y siete grados que cogió mi casa... Os escribo con Amaral de fondo y la cabeza enmarañada en saber qué nos deparará el futuro, cada vez más cerrado y más incierto. España pasa por sus horas bajas con "rescates" o "créditos" y seguimos todos a lo nuestro que es la batalla y el guirigay. El fin de semana fue de órdago, en calor y en tracatrás. El viernes empezamos por todo lo alto con un desfile de moda, el del amigo Sostoa, que reunió en Valencia a la "crême de la crême". Llegamos Angelita y servidor en el Rolls que habían tenido Carol y David en su boda, al más puro estilo Hollywood hasta la puerta de "Carmen", antigua "Venial", reconvertida hoy en centro de la música carmenera. El desfile empezó según lo previsto y fue un despliegue colorista e increíble de saber hacer. Ernesto culminó cum laude una colección de moda, de aquí te espero. Y allí nos quedamos. Amparo Felip, Jessy, Julio, Vane, Laury, Angelita... Vino al rato Laura y Sergi, con Sandra. Y otros amigos de Sostoa que se fueron dando cita. Mabel desapareció rápido, como mi Calabuig, que se hizo humo sin darnos cuenta. 

Hablé con Laura de lo humano, lo divino ya se perdió, en una penúltima conversación sobre la nada, de cosas que huelen ya a finiquitado y que cerraremos en breve definitivamente por el bien de cualquiera. Al final cogí un taxi en la calle Quart y llegué hasta Umbracle donde me esperaban Luis y Gueguel, Raúl y Leo, Laurita, Paco y señora... Se fueron yendo todos, cada uno a su marcha, y Laura y yo nos quedamos a hablar de lo que nos rodeaba y a reírnos de todo, porque hay que darse alegrías de vez en cuando que es lo que nos pide el cuerpo. Se hacía de día cuando nuestro sueño se hacía de noche y rematamos con un desayuno a base de bravas en el Trina, como hace tanto... Se hizo de día y me fui a casa con la sensación de haberme reído tanto que, pese al calor de las primeras horas de la mañana, caí rendido en la cama. Me despertó al teléfono mi madre que no quiso despertarme, nadie pensaba, ni yo, que a esas horas me andaría en la cama. Me duché, me vestí y acudí al vino de honor de los castellanomanchegos... No comí ya. Dediqué la tarde a un concierto y acudí a Cyrano al cumple de Angelita que celebró rodeada de personas, de muchas desde luego, no era para menos y con una sonrisa que le partía la cabeza en dos partes.

Echamos horas para celebrar la eterna juventud de mi amiga del alma y nos sorprendimos Toñi y yo con la felicidad extrema de saberse que... ¡Nos vamos a Roma! Puntazo de última hora. Le costó darse cuenta del regalo, pero mereció la pena, porque le gustó. Lo sabemos. Salimos a la calle, compartió su alegría y nosotros el hielo que apuraba contra el principio de un poniente leve.

La noche fue una carrera de obstáculos por no encontrarse mi verdad contra las evidencias. Así que, cuando el Sector C dijo de ir a Umbracle, saltamos en mitad de la noche y se fueron ellas por su lado y nosotros, Javi, Raúl, Leo y yo por la nuestra. Entramos de nuevo en la discoteca y alargamos la noche. Nos quedamos al final el sector C y nos fuimos a la vip de la discoteca. Reapareció Leo de la nada en que se había escondido y allí apuramos la noche hasta que se volvió a hacer de día...

Parecía como sacado del día de la marmota... El domingo me levanté con resaca de pena, que es más dolorosa que la de alcohol. Todo lo que fui hablando o silenciando se amontonó a la llegada del domingo y, antes de comer, gazpacho y ensalada, desayuné tristeza e incomprensión. Se acabó, pensé. Aunque alargué el pensamiento durante toda la jornada regresé al planteamiento que tengo ahora: hay que cerrar algunos capítulos de manera definitiva si no queremos que el desgaste nos arrastre por los atajos del dolor. El poniente se encargó de todo lo demás. En casa la temperatura, ya lo dije: 37. Por la tarde procesión del Corpus con Toni y Pepa y al acabar cena en casa de Sabater, por el cumpleaños de mamá Teresa. Llegó dolçaina i tabal llegada la medianoche, pasadas las risas de la cena y de las "rubias" que mi Mari Tere ve donde no tocan... Parecía una escena de Almodóvar, pero más cañí todavía. El calor empezaba a ser la incógnita que se despejaba... Hoy, ya era pasado...


martes, 5 de junio de 2012

Y EN ZARAGOZA UN CAÑÓN...


Las últimas horas fueron de aúpa. Suena ahora "Qué no daría yo" de Rocío Jurado en el ordenador porque mi Inma Guerrero me la ha dejado en el muro del face a modo de regalo, que se agradece, porque no he oído una bulería que rasgue tanto ni más... ¿Qué no daría yo por empezar de nuevo para contar estrellas desde mi ventana? Qué fantástico... Lo dicho. Calor y mucha actividad en las últimas horas, tanto que como un jet lag cateto y provinciano me olvidé del dos de junio, que estuve en Zaragoza y escribiendo en el blog, me recordó ayer mi hermana por teléfono, que me salté una madrugada en el recuento de días de la última entrada. Vamos que hoy es cinco de junio. Fetén. El fin de semana fueron amigos y risas, la boda de Ignacio, la previa, la cita y la resaca. Y no hablo de resacas de alcohol, hablo de resacas de risa, de fiesta, de mandíbulas doloridas, de cuerpos que piden descanso... Dormimos unas siete horas en todo el fin de semana.

El viernes me pasé por la presentación de los bocetos de Conde Salvatierra, rápida visita a Belda, Elenita y Boro. Me fui andando veloz a Cyrano porque me recogían Tato, Gemma y Jose para irnos a Sarrión. Iba whatsappeando a la vez con mogollón de gente y entrecruzando la ciudad. Qué ciudad tan bonita, por la calle Colón y la Gran Vía, surcando Reino y a Pintor Salvador Abril... Hoy lo pensaba, hace nada, en un concierto de la asociación de Castilla La Mancha que si no hubiera nacido en Valencia, creo que lo hubiera deseado siempre... Llegué a Cyrano y esperé. Me recogieron y nos hicimos camino a Sarrión. Compré hielo en Aravogue y cenamos llegada la medianoche. Y echamos unas cuantas horas más en la fiesta retro de la casa de Jarque (Retro Jarque's Party!) hasta las seis de la mañana, a risas y carcajadas. A mitad noche me levanté y escribí en el facebook que hacía mucho que no me reía tanto con mis amigos. De verdad, fue algo espontáneo, divertido, alocado... recordando los amores de juventud y las desdichas de una adolescencia apenas enterrada. Fue divertídisimo. Y me colmó de felicidad. Hacía tiempo que no gozaba así. Que no lo hacía de una manera tan distraída y tan relajado. Hacía bien que no me sentía tan feliz sin estar pendiente de nada más. Y fue especial, una noche que de verdad me gustaría poder repetir, y con otras personas también.

El sábado nos despertamos al nada de acostarnos. Nos acercamos a González a tomar un cortado (¡Dios nadie hace el café como mi amigo Manolo!) y desayunamos sin prisa pero sin pausa. Regresamos a casa de Gemma, recogimos con urgencia e iniciamos camino a Zaragoza. Espectacular apartamento en Ramón Pignatelli, apenas a diez minutos de la Basílica andando. Comimos bajo una calor sofocante (muy sofocante) y nos hicimos una siesta empapado en sudor. Nos levantamos para llegar a San Cayetano, la iglesia donde Gacho y Mónica se dieron el "sí" quiero, mientras la lluvia fuera caía a plomo y nos tomábamos un vino blanco enfrente de la iglesia (en el bajo de una calle donde el poeta Martí vivió en Zaragoza, lo que son las cosas...). Nos cogimos bajo el agua el autobús y llegamos a la hacienda Las Flores. Espectacular llegada, espectacular picoteo, espectacular cena (de comida, el espectáculo lo aportamos nosotros, como no) y genial discomóvil bajo el techado miesntras afuera era todo lluvia. Boda lluviosa, boda dichosa...

Nos fuimos a casa rondando las seis de la mañana y caí empujado por el calor y los ronquidos de Jose. Nos levantamos. Ducha y comida después de visitar la Pilarica, la Seo, el puente de Piedra y los alrededores de Zaragoza Centro. Comimos, recogimos los trastos y para casa. Llegamos hasta Sarrión, recogimos a Akira y llegamos a casa. El cansancio era brutal y, pese a todo, no me acosté pronto. Alargué la madrugada...

Ayer al final salí a correr, no me apetecía nada, imaginad, pero me empujé y me vino bien. Eché el día entre la casa, la siesta, el sol, la reunión del grupo y la comisión de Cultura donde me tocó cumplir como portavoz. Quise escribir, pero se me echó encima el tiempo y el insomnio compartido con Pablo vía face y con DM, que es ave de noche.

Me fui a dormir. Hoy todo es calor. He arreglado algo la casa, poco o nada. He salido esta mañana al despacho y he cocinado un espectacular salmón con ensalada. La tarde: calor, sudor, siesta y reunión en el partido, acto de Castilla la Mancha y apuro ahora letras para preparar una ensalada y largarme ya a la falla. Tenemos ensayo de teatro. Me llaman de Radio 9, esta semana no puedo ir, les digo, voy a tope. Y la verdad es que no paro nada... Y menos que voy a parar, tengo la sensación.


lunes, 4 de junio de 2012

PREPARANDO UNA NUEVA SEMANA

El termómetro marca temperaturas imposibles para ser dos de junio camino de tres. Ya es tres. Es el problema de ponerse a escribir en el ecuador de la noche. Baraja y Luisma en el banco hacen de las suyas en un banco de Aída. Repelo mensajes en el whatsapp y jugando a Apalabrados. Me preparo para empezar otra semana y de una manera determinada para empezar la acción y la dieta. El verano cada vez está más cerca y este fin de semana en Zaragoza me han dado un superavit energético que nos sobra... Calor absoluto y lluvias en Zaragoza. Boda de Gacho y Mónica (¡tan felices!) y risas a tope con una fiesta en la que no paramos nada de nada. Ya os contaré con calma. He intentado hacer una siesta y de tanto sueño y cansancio como me gasto, ha sido imposible. El termómetro ahora que es medianoche marca los 29.9 (casi treinta, si me pongo con ganitas de exagerar) y abrimos una nueva semana en la que habrá que ir tomando decisiones... Si eso, algunas, las tomaré con vosotros. Voy a intentar dormir. O a jugar a apalabrados con alguna alma caritativa que vaya empujada por el insomnio o a leer... Tengo que volver a leer.

viernes, 1 de junio de 2012

UNO DE JUNIO, QUE PUEDO SER YO...


Calor espectacular. En casa subo a los 35 grados con una sola escalera. Exagerado. El viernes lo alargo en la cama batiéndome entre la alarma y el teléfono. Anoche acabamos el pleno y aún me fui a cenar a la terraza del Tanguito tanteando si me iba de parranda en una noche de verano, que anunciaba junio, donde pude comprobar que el aire ni un ápice. Hacía noche de heladito, pero cené pasta. Llegué a casa y me acosté, pasando por apalabrados y calculo que por el facebook, antes de dormir mientras en Antena 3 seguía una nueva edición de Número 1.

Me he despertado hoy primero de junio con la cabeza puesta en felicitar al bueno de mi amigo Prim que batalla estos días entre ser padre e irse a Irlanda. Tengo muy presente aquella escapada que tuvimos y la repetiría ya mismo. Me voy a Valencia, al Cyrano, como con Jorge en la Mandrágora, que se come espectacular de calidad, de diseño y de precio. Arreglamos unas cuantas cosas pendientes y regreso en metro a casa, tras pasar por Cortefiel y me cierro en el calor de esta sauna...

A la hora de escribir pienso varias cosas: una, que nos acercamos a los 50.000 seguidores de hojas caídas (que se dice pronto). Otra, que mayo ha sido el mes con mayor cantidad de visitas al blog desde que comenzarán a caerse las hojas allá por la nochebuena de 2007... Otra, que de una manera sorprendente, me va cayendo Ibiza en la cabeza. Alberto se va este fin de semana nos ha dicho a Luis y a Jorge conmigo en el Cyrano. En Cortefiel, el dependiente le contaba a su compañera y jefa cómo le había ido el año pasado en el Barceló. En el chat del whatsapp teatrero, Cardona cuenta que anda por allí... Y yo pienso que cada vez me queda menos y que este año, si voy, hará diez años que comparto mi vida con la isla blanca.

Tengo ganas de ir a Ibiza. Pero no sé cuántas...

Voy a acabar de prepararme la maleta y el traje. Tengo acto ahora en Conde Salvatierra y me recogen Tato, Gemma y Jose en Cyrano para irnos a Sarrión. Mañana a Zaragoza, se casa Gacho y quiero pasar por el Pilar. Y el domingo de regreso, con lo que tengo el fin de semana cubiertito...

Pd: Hay cosas que están a punto de empezar mientras a otras tengo que empezar a echarles el cierre... No debo dedicar más agua a plantas que ya no crecerán. ¿No?

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...