sábado, 31 de octubre de 2009

INSIGNIFICANTES Y PEQUEÑOS VALORES



Esta mañana hemos inaugurado el primer Aplec Jove de Mislata, con las asociaciones juveniles. Entre todo el montaje que habíamos preparado me ha gustado especialmente esta pancarta. Bueno, su contenido. Claro está. Y es que es una verdad universal: si cada uno de nosotros, desde nuestras vidas, hacemos pequeñas cosas para todos los demás, seguramente, acabaríamos mejorando el mundo de todos. A veces me preocupa saber si lo que hago le sirve a alguien. Y creo que sí. No deja de ser algo vocacional, lo de promover cosas que sirvan a los demás. Pero más allá de ello, siempre he intentado que los pequeños detalles de mi vida con la gente grande que me rodea nos ayude a unos y a otros a ser más felices todavía. Y eso es un regalo que difícilmente puede valorarse. Nada tan importante como hacer que los demás se sientan mejor, al fin y al cabo. Pero hasta con esos pequeños detalles que forjan nuestro día a día, tendríamos que hacer un esfuerzo colectivo para ir a más, a mejor.

Intento, no sé si en vano, en mi vida, complementar con cosas insignificantes y pequeñas aderezar la realidad de todos vosotros, que sois los míos. Y eso me llena más todavía. Quizá, si comenzáramos todos a promover los pequeños detalles acabaríamos teniendo una existencia, todavía, mucho más placentera. Es un lujo, desde luego. Pero un lujazo que está a nuestro alcance. Imaginad si de repente todos empezásemos a regalarnos esos pequeños detalles. Imaginad, si por un momento, cada uno de nuestros enanos movimientos fueran dirigidos a mejorar nuestra vida y sobre todo, la vida de la gente que nos rodea... ¿No cambiaría el mundo? Yo creo que sí. Por eso quiero e intento, no sé si en vano, en mi vida, complementar con cosas insignificantes y pequeñas... Y me complemento de las vuestras. Y me siento lleno. Pletórico. Feliz.

jueves, 29 de octubre de 2009

MÁS QUE NUNCA



Hay días, y debe de ser por cuestión de suerte, que aparece algo o alguien en tu mañana y te cambia pequeñas percepciones o grandes sustentos... A mí hoy me ha sucedido. Cuando menos lo esperaba. He estado currando esta mañana, tras una reunión, he dado vueltas por la calle y me he sentado con amigas a almorzar. Pero antes, sin esperarlo, me ha llegado el aliento bajito de su sonrisa.

Se ha acercado a mí y sin que viniera a cuento ni tuviera lógica alguna y sin dejar de sonreírme me ha dicho: "Eres muy buena persona, honrado y tienes detalles con la gente que nadie tiene...". Me he quedado perplejo. Creo que no me he echado a llorar porque realmente no he valorado sus palabras en un primer momento... "Que creo que eres una buena persona, que eres honesto y que tienes detalles con la gente que nadie tiene". Se ha callado. Yo he enmudecido. Le he sonreído, pero creo que más por regalarle lo único que llevaba encima, mi felicidad, y darle las gracias por uno de los gestos más bonitos que alguien haya tenido conmigo últimamente... "Es que te lo quería decir", ha añadido. Yo, al rato, de mi silencio, absorto, he roto con un "Gracias, de verdad". Y debo de decir que era un agradecimiento en toda regla... No por el contenido de lo que me dijo, sino porque lo haya dicho, porque haya vencido su timidez y haya tenido la generosidad de regalarme sus palabras para mí...

Yo no sé en qué grado tendrá razón. Probablemente, para los que me conocéis, será, más fácil juzgarlo. Pero para mí, en días como éstos, ha sido el mayor regalo que me podrían hacer. Así, sin venir a cuento. Sólo "porque te lo quería decir"... Pues gracias. Porque me has hecho sonreír y sentirme feliz y privilegiado... Gracias de verdad.

Con su regalo creo que realmente lo que ha hecho es empujarme a que me esfuerce por mejorar esos valores. Se lo debo. Os lo debo a muchos de vosotros, que siempre estáis ahí. Pero entended que este anónimo clamado me ha dejado paralizado por un momento. Y emocionado. Brutalmente emocionado... Luego he seguido con el almuerzo. Y al rato el descanso. Ahora me voy a tomar café con Hugo. Y luego pleno,... Y Dios dirá. Pero que bonito recuerdo guardaré de este día... Porque no me lo esperaba. Porque supongo que me hacía mucha falta. Porque me he vuelto a sentir vivo y humano. Más que nunca.

Gracias, M.

LA ÚNICA ESTRELLA



Valencia, más de noche de lo que marcaba el reloj. Cruzaba la ciudad en coche. Frank Sinatra lo invadía todo: Night and day, you are the one... Only you beneath the moon or under the sun... La temperatura estaba por encima de mis posibilidades, templada, como la quieta tranquilidad que lo invadía todo. Sujetaba en mis manos un libro, cerrado, con fuerza por sus tapas mientras seguía la música... Whether near to me, or far, its no matter darling where you are... I think of you... En la oscuridad perpleja de la noche, una estrella lo invadía todo. En un cielo despejado y con el único testimonio de la Luna, quieta, callada, casi escondida de su magnético protagonismo, una estrella, la única estrella, me invitó a bailar... Under the hide of me, there's an oh such a hungry yearning burning inside of me... And this torment wont be through until you let me spend my life making love to you...

Y volé. Volé hasta la única estrella. Y la alcancé. Y bailamos juntos, con Sinatra cantando grave y en voz baja, sólo para nosotros dos. Para la única estrella y para mí, que danzábamos ausentes de todo. Aquella noche, volé hasta la noche en que toqué el cielo con mis manos... Whether near to me, or far, its no matter darling where you are... I think of you... Y comprendí, ausente de mí, que regresaba, con todo su brillo, desde mi pasado y mi joven memoria. Bailamos casi toda la noche, al menos la canción completa. Sencillamente, un deseo. Y fuimos uno del otro en nuestro movimiento. Mi deseo y yo. La única estrella del cielo y un servidor. Que volvió a pedir lo mismo... Bailar, una vez más, aquella romántica canción que, grave y en voz baja, nos cantaba Sinatra a los dos...

miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Y FREUD?




No sé si Freud dijo algo en serio sobre la meteorología. Que el clima nos afecta es algo constadado (yo casi lo tengo contrastado) y es inevitable pensarlo si releo el blog en el que, muy a menudo, cuento cómo nos va el cielo. Allí arriba, distante, testigo mudo, pero excepcional, últimamente clama con aires de verano. Hoy nublado, sin gota de sol, lo cual empezará a afectarnos en breve si no cambia, pues por aquí, estas latitudes mediterráneas, mucho gris nos engrisece el alma. ¡Lo que son las cosas!


Yo ando, y no paro. Ayer fue media mañana, casi sin tarde. Ayer me paseé del brazo y fui a trabajar en este trabajo mío de cada día. Hay cosas que sigo sin comprender, ni lo haré nunca. Otras me conmueven. En un alto porcentaje las hay que me provocan. Otras, las menos, me decepcionan. Como la sirena del cole, salí del despacho, dos treinta, con la música a otra parte. Comí con Luis. Gracias por empujarme a las risas y al buen rollo. Lo de ayer de Vips, es de agradecimiento (a ver si te mando un mensaje ñoño ahora luego) y me vino muy bien. Me cafeteé en Glasol, descafeinado con leche en cortado. Y volamos por la web. Por el mundo web. Aure me recogió para ir al hospital. Merendé con ella y con Hugo, hablé con María y me volví raudo a Mislata para irme a cenar. Cena dispar (de disparar) con menú distinto, pero bien elaborado. Copas y conversación de copete. Regreso a casa. Tres de la mañana...


Me levanto. El cielo arriba, nublado. ¿Y Freud? Google no me cuenta nada. No he mirado el correo del día, cuanto apenas la prensa por encima. Almuerzo con Mariam, nos ponemos al día y firmo. La luz viene y se va en el trabajo. En mi casa ha desaparecido... ¿Cuándo os hablaré de la luz? No creo que falte mucho...


He comido con amigas. Me preparo para irme al hospital y luego a la tele. Intento solucionar el problema de las luces. Me acuesto sin dormir y escribo, estas líneas...


Nos han robado una hora de cada día y está nublado. Casi de noche sin ser más de las seis muchos minutos... Me queda el tiempo por delante y un cansancio grande. ¿Y Freud? No me dice nada... Os dejo aquí. Pero regresaré pronto y os hablaré de la luz. Es cuestión de tiempo. Como casi todo en la vida... Las pausas, los silencios, los cansancios... Todo, sencillamente, cuestión de tiempo. ¿Pero de cuánto? Me tendré que ir haciendo planes nuevos...

lunes, 26 de octubre de 2009

DOMINGO DE MAR



Me levanté aturdido pero cumpliendo con el horario. Apenas sin cinco horas de sueño maltrecho, maldormido, después de una noche generosa en que todo el mundo se pasó por el Cyrano. Me alegró la visita de Rosa y Óscar con los de la Sub, y Aure con Ricardo, Amparo, Richard, Mar y Santi. Los de la falla, amigos incondicionales de mis días y Angelita, la gran anfritiona del café, la primera y por bandera. Raúl y compañía, comparsa junto a la ventana de la noche. La vida nos regaló una hora porque se nos hacía corta la noche. Al salir, la sorpresa de Nuria en la puerta. Tengo que llamarla. Y el regreso a casa. Me desperté, mañanita del domingo y me fui a la ducha. Y de la ducha al hospital. Y a comprar la prensa y un ratito más con Cris. Me recogió Aurora y nos fuimos a comer a la playa. A recordar el sonido del mar. Y una paella de Langosta. Jamón de Jabugo. Gambas al ajillo. Y un café. Nos paseamos, hora arriba y abajo el paseo, malecón de la Malvarrosa. Vivimos Veles e Vents. Subimos al barco de la tarde, que zozobra cuando cae el sol. En la falla ensayamos casi todas las escenas, nos dejamos la última, que no sabemos escribir. Y luego, regresé al Hospital para cenar con Juanín y Hugo. Hablé, mucho. Y me recogí a casa con el cansancio a cuestas...
Me llegó un mensaje cuando me iba a dormir. Y contesté. Y me llegó otro. Y contesté. Y luego, me volví a la marejada de mi sueño, y entre las olas blancas del edredón, me fui por el crucero de la noche, con las velas izadas, durmiendo en la popa de mi almohada...

sábado, 24 de octubre de 2009

ARRASTRADO



Suena Gardel, arrastrando los tangos en su copa de dolor. Apuro los minutos escribiéndoos unas letras para nuestras hojas perdidas. De aquí a nada, me voy a comer a casa de José y María. Luego al hospital. Acabo de hablar por teléfono con Gloria. Una larga conversación, la del momento. Antes un poco de sueño dormido tras unos mensajes con Aurelia. Serían las diez de la mañana. Me acosté cerca de las seis, leyendo por internet mensajes que apuraron la madrugada. Me había dejado Mayra en la puerta de casa tras una noche de rones en Cyrano con Angelita, Gueguel, Luis, Manolito, Alberto, Algarra y señora... Antes chupitos junto a la ventana con Almenar y Alberto y amigas, conversaciones de política después de que Óscar y Rosa me acercaran desde la cena con mis padres. Edurne dormida en el coche. Y hace poco, nada, riéndonos y jugando. Esta niña, muy lista, cada vez es más guapa. Amor de tío. Besos de sobrina. Un oasis entre tantas penas y tantos silencios. Cenamos juntos, como hacía mucho. Cansancio en el cuerpo después del pleno. Apuro dos capítulos y me sorprendo con lo que algunos hacen de la política. ¿Me sorprendo? No. Constato. El día ha sido una vez más del móvil y de los taxis. Me acosté antes, hasta que me despertó Rosa y escribí algo, entre las líneas de estas hojas...

Encontré ayer un comentario anónimo en el blog: "....qué fuerte!!!! acabo de empezar el mismo libro!!!!....ya veremos que tal!!!", en referencia al libro que recién leo. Quiero saber quién eres, así que, si lees esto que escribo, envíame por favor un comentario al blog y descúbrete (jejé!), quiero saber con quién me ha atado la casualidad... Seguro que es por algo.

Gardel sigue. ¡Qué tristes son los tangos! ¿Verdad? Que arrastrado el bandoneón... Banda sonora de mi mañana.

CAMINITO

viernes, 23 de octubre de 2009

ORQUIDEA EN PRISIÓN DE CRISTAL

Comí con Toñi. Hablamos de lo divino y de lo humano, sobre todo de lo mundano. Ella volvió a trabajar y yo a casa, antes de irme al hospital. Me acosté por cansancio. A dormir algo, no llegó a una hora. Regresé a mi infancia sentado sobre un carro apartado en la puerta de Ibercaja en la calle Molino. Tarde de vaquillas y una que se escapó, blanca y negra, y se acercó peligrosamente a mí. Dice el psicoanálisis que soñar con una vaca brava significa adversarios celosos y envidiosos que tratan de perjudicar a uno. ¡Lo qué me faltaba, vamos!

Paso la tarde en el hospital, tomamos antes un café y hablamos luego Eva y yo en el umbral de la ventana que anuncia noche. Me bajo con Hugo al bar a por unos bocadillos. Nos despedimos. Llamo a Lasa desde el taxi: "¿Qué tal se te ha dado el día?". "Bien, tío", me contesta, "incluso me voy ahora a una inauguración que hace años que no voy a ninguna...". "¿No será de un restaurante?". "Sí". "¿En Císcar con Borriana?". "Sí". "Allí nos vemos".

La suerte se alía muy a menudo conmigo. En noches como hoy, cuando más necesita uno a sus amigos, aparece el destino y te los devuelve a la mitad del camino. Hablo con Lasa y con Ángeles en la puerta del recién inaugurado restaurante, y con Tape y Alberto, y llega Elin. Y me encuentro a Maijo...



Nos vamos a cenar al Thaigardens los cinco. Nos echamos sobre el sofá blanco a golpe de gong y risas. Preparados para la velada. Tomamos una Singha, cerveza Thai. Y mi cabeza se va al pasado reciente, al verano, este último en el que tenía que haber volado a Thailandia con amigos... Las cosas cuando no salen, no salen por algo. Y cuando suceden, veas tú, son cosas del destino... De la fortuna.



Cenamos. Bebemos el vino blanco mejor acertado de los últimos meses. Y reímos. Hablamos. Debatimos. Por un momento es como si el mundo se hubiera parado y nos hubiéramos ido tan lejos que ya ni siquiera sabemos regresar.



Yo quiero regresar. Mi vida es ésta. El pequeño capullo de la flor cae dentro de la copa. La fragilidad absoluta, la más bella, queda entonces emprisionada por una jaula tan frágil o más. La del cristal. Cerramos el local, como siempre. Y andamos, por el Eixample, hasta llegar al Cyrano. Allí nos encontramos con muchos más. Y convertimos nuestra velada en una mesa repletísima de amigos y de gente a la que aprecio tanto. Risas de madrugada. Estoy cansado. Muy cansado. El cansancio hace ya mella... Debería de irme a dormir. Mañana a la mañana, esta mañana vaya, ha venido Aurora con Martín. Hemos ido al hospital. He salido a la hora de comer, para no comer. Me acuesto. Suena el teléfono: Rosa. Tengo pleno ahora y luego cena... Suena Beyond the sea... en casa. ¿La habéis oído? Escuchadla os hará ver la vida de otra manera... Con la misma fragilidad que una orquidea...

jueves, 22 de octubre de 2009

VOLANDO



(Pensamiento de las 13.37: Navaja en el corazón, Lisboa.)

"...En ciertos momentos muy claros de la meditación,
como aquellos en que, al principio de la tarde,
vago observador por las calles, cada persona me trae una noticia,
cada casa me ofrece una novedad,
cada letrero contiene un aviso para mí.
Mi paseo callado es una conversación continua,
y todos nosotros, hombres, casas, piedras, letreros y cielo,
somos una gran multitud amiga,
que se codea con palabras en la gran procesión del Destino..."

Fernando de Pessoa (Las calles de Lisboa)

¡Cómo me ha costado hoy levantar el vuelo! Cierto. Como una paloma que tiene la libertad de la mañana a su alcance, batir las alas ha sido un ejercicio de voluntad absoluta... El cielo, encapotado, describía una fina lluvia a lo largo de la ciudad, convirtiendo mi bienvenida en un remanso de serenidad y esa cierta nostalgia que siempre me despierta el cielo gris. Sin embargo, cosas del destino, al alcanzar el balcón, después de mi primer mensaje de la mañana, a Hugo, el sol se ha abierto, creciendo, desde mi izquierda y ha dibujado un rastro dorado sobre mi horizonte más cercano. ¡Qué belleza, por Dios!

He salido a la calle y me he reencontrado telefóno en mano. He tomado café. Me he sentado en la mesa del despacho y mi mente ha volado fuera una vez más... He recordado que tengo el disco de Silence 4, de aquél grupo que descubrimos en Lisboa. Mis recuerdos ahora son más claros cada vez. Más cercanos. Y recuerdo nuestras sonrisas y nuestras jóvenes felicidades pasearse las unas junto a las otras. Lo recuerdo todo. He encendido el reproductor de audio y he comenzado a escuchar "Silences becomes it", el disco de aquél viaje.

Haría diez años que no lo escuchaba. Y he recordado, a cada nota, el desgaste arrastrado del sonido de aquellos años. He viajado una vez más a nuestro pasado común y he sido feliz, desde la nostalgia. Pero feliz.

Vuelo a menudo en estos días porque la vida me obliga a hacerlo. Y vuelo alto. Feliz, por momentos. Tristes a otros. Nostálgico y esperanzado, poco. De vez en cuando, recuerdo las calles de Lisboa en esta semana en la que he vuelto sin querer y sabiendo por qué a aquellos años lejanos que fueron míos, como aún hoy.

Y aparece el mirador, sobre el Tajo, que convierte al río en un papel de plata alargado y deforme. Dorado al fin por el resplandor regalado del sol. Y Lisboa es, a nuestros pies, un manto de tejados uniformes y de miradas perdidas. El suelo empedrado, como el de la Baixa, corta desde allí el tejado de los campanarios de las iglesias de cada barrio. Y somos viento, en la mañana, que corta con frío húmedo nuestros rostros... Hubo un día que llorando me dolieron mucho los ojos porque el frío se clavó en mis pupilas. Si volaráis, como yo vuelo, notariáis ese frío cortante, y vuestras pupilas, sin llanto, mirarían alrededor buscando nuevas calles, abajo, como riachuelos de fortuna.

Tengo que regresar volando al despacho. Vienen a recogerme y nos vamos a comer. Luego a la tarde al hospital. Y de cena esta noche. En mitad de mi vida, sigo como siempre, aunque con la cabeza varada entre tanto vuelo... Qué preciosa se ha quedado la mañana. ¡Qué preciosa sabiendo que estás volando a mi lado!

miércoles, 21 de octubre de 2009

AHORA ESTOY AQUÍ

Mañanita soleada. La noche anunciaba lluvias. Ayer mojiteé con los Bravis y con Laura. De regreso a casa, en el taxi, la lluvia empezaba a salpicar la luna del coche. Era la una de la madrugada, poco más si acaso. Hoy esperaba agua por doquier. Sólo nubes. Y algo de frío. Incomprensiblemente mi cuerpo tenía menos temperatura de la que marcaban los termómetros, tenía frío. Un frío de escalofríos partidos. Llego al trabajo y reunión de equipo. Hoy las cosas no han sido del todo como quisiera. Pero héte aquí la maravilla de la vida que, de repente, todo ha dado un cambio inesperado y una sensación de fortuna me ha quebrado la espalda. A la espera de que me vaya bien, tan bien, mejor. Y sin quejarme.

Paso por el despacho para recoger e irme. Cojo un taxi, paso el paso de cebra sin saludar y hablándole al móvil sin recordar ya quién está al otro lado del aparato. El sol lo cubre todo ya.



Vuelvo a coger un taxi. Creo que soy el que mantiene al gremio fuera de la crisis económica que lo sacude todo. Recorro unos metros intentando abrir el libro. Leer el capítulo. La página, o unas líneas. Me hubiera valido. Vivo amparado en el mundo ficticio de la novela, me abstraigo de la realidad en negro sobre blancos descubriendo el violento mundo de la Roma noventera.



"Tres metros sobre el cielo". Lo compré ayer cuando me acerqué al centro comercial a comprarle un libro a Hugo y un disco a Aurora. Mi vida, tantos años después, junto a los míos de siempre. El libro es lo primero que leo de Moccia, y lo primero que leo en mucho tiemp. A mí, que siempre me gustó tanto la lectura, el tiempo me pasa sin abrir los lomos de un libro más que de vez en cuando. Y son muchos los cuandos y muy pocas las veces.

El taxista ha decidido comenzar su conversación. "Ajá", he asentido. Craso error. Hubiera sido más sencillo decirle: "Mire, es que llevo un libro en las manos, un libro que me aleja de lo que soy y de lo que me pasa y, ahora, tan sólo quiero viajar lejos y no escuchar cómo usted ahorra en su microeconomía familiar". De la conversación sólo aprovecho pensar que tendría que comprar bombillas de ahorro energético. Que consumen mucho menos. Pero no. Me quedo en silencio escuchando aquél sabio de la calle que me cuenta las verdades del barquero (que son las del taxista). Mensajeo a David (Gracias por el detallazo de anoche) y me llega un sms de Kone. "Llueve en Barcelona". "Aquí el sol luce", le contestó. "Se ha aliado con nosotros". Y le acompaño el texto con una foto de ensueño, hecha con el móvil desde el taxi mientras el taxista me recomienda como ahorrar en el consumo del coche... Yo, sólo podría ahorrar si dejo de coger taxis, pienso.



El sol lo cubre todo. Algo hermoso corre por mi sangre que me da energía. Ese mismo sol. Las calles se tiñen de verde, color de esperanza, y de belleza arquitectónica. El cielo, libre de nubes, me invita a todo. La estampa es de ensueño. Y me siento, por un momento, cautivo de esa belleza insensata que tienen los pequeños detalles.

Llego al hospital, visito a mis amigos. Ánimo. Cariño. Cojo otro taxi, a las horas y cruzo Valencia. Con Javi llego a comer. Isaac y Manu. La complicidad de los amigos en torno a una mesa se convierte en un capítulo de comedia sin fin. Me voy a la tele y preparo con mimo un programa más. Y es fantástico. Todo sale según lo previsto. O mejor. Me regreso a casa y hablo con mis padres, por sentirlos a mi lado en días como estos...

Ahora estoy aquí. Sentado frente al ordenador, acabando el día. Y dando gracias una vez más. Por el sol, por mis amigos, por la ciudad, por el día, por mi familia, por mi trabajo, porque aún haya quien me enseña a ahorrar, por los amigos que se acercan y te dan su brazo y su abrazo. Por los que escriben desde Barcelona. Y te dejan una llamada perdida que no puedes contestar. Gracias por todo, al fin y al cabo. Y por el respeto, y por la humanidad, y por la entereza, por la fuerza, por la amistad, por los límites que se rompieron y la llamada que esperamos...

Ahora estoy aquí. Es suficiente. Difícil por momentos. Pero suficiente. Gracias a la vida, que me ha dado tanto... Gracias porque tengo la necesidad de ser más agradecido que nunca. Gracias por estar ahí dónde estáis. Y por estar siempre. Gracias.

martes, 20 de octubre de 2009

SILENCE... 4

Fue en el viaje a Lisboa. Agosto de 1998. Una noche, al calor de Lisboa, antes de coger el autobús, la noche nos cazó en los pabellones de la Exposición Universal. Allí estuvimos nosotros. En el concierto de Silence 4, un grupo que nunca habíamos escuchado. A mí me encantaron, no sé a vosotros. Tanto, que antes de venir, compré el CD en una tienda y me lo traje con una botella de vinho verde (Gatus)... El cedé lo dejé y lo doy por perdido (aunque sé quién lo tiene). Pero hoy, que he vuelto volando a Lisboa, he recordado aquella noche, aquél concierto, aquella canción...

CADA MAÑANA



Tiene el facebook algunos juegos absurdos que ayudan a pasar el tiempo. Otros, por sorpresa, acaban aportándote un segundo de felicidad. Ahora que nos apresuramos todos, parar un segundo, delante de la nada y ser feliz, es ya demasiado. Esta mañana, en el despacho, acabo de pedirle a facebook que eligiera mi "Foto del día". Y aparece Ana, sentada, en la estampa más lisboeta que pudiera reconocer. La Praça do Comerço devorada por el sol. Ana mira al horizonte, más allá del Tajo. Se deja llevar por la brisa. Como yo...

El tranvía cierra la calle. Bajo el porche de los arcos. Dentro, la Baixa, el violinista ciego y la abuela lusitana que pide, mano extendida, maná del cielo, junto a un cartel de Moschino que anuncia la tienda de moda. Veo el paseo de adoquines nicotina y negros. El elevador. El cielo azul arriba. La humedad sosegada del viaje...

Fui por primera vez a Lisboa en 1998. Hugo y Cris, Aurora, Aída y servidor. Recuerdo aquél viaje, porque además fue una de las primeras veces por el mundo. Sólo antes la nochevieja en París y la sensación de hacernos mayores. Me hacía mucha ilusión viajar con ellos, con mis amigos del alma. De ir a Lisboa, tan lejos, dónde pensé que no querrían ir. Pero Hugo es tan de las Expos... Que acabamos yendo. Yo, con mi bastón. El resto, con sus cosas. Y los unos con los otros... Cuántos recuerdos.

Hoy cuando el facebook me ha enseñado a la tranquila Anica, sentada en el banco, en mitad de todo y de nada, mi recuerdo se fue al viaje. Y luego al otro, al lejano, al de hace algo más de una década... Pero hoy he estado en Lisboa, mientras suena Luz Casal y luego Blur, y al rato Robbie... Como cada mañana vuelo. Y hoy, mis alas, se fueron al 98. Y al paseo con Ana. Y a las risas de siempre... Y a ese sol, dorado, que envuelve siempre la ciudad que baña el Tajo.

lunes, 19 de octubre de 2009

CONTIGO



Me siento en silencio, cómplice de tus silencios, y de los suyos, de este nada nuestro que nos invita a seguir. El cielo, nublado, lo quiebra todo, o casi todo. Y miro hacia abajo más que hacia arriba. Y necesito no hablar, ni decir. Si acaso dejar perder una sonrisa de vez en cuando por hacer más llevaderas las horas... Ayer hablamos tanto, en silencio, con nuestro tacto que creo que ya te lo he dicho todo. Y tú. Que a veces no es fácil, y ahora menos que nunca. Pero podremos, vaya que sí, podremos. La ciudad se alía con nuestros corazones y todo se presiente gris. La tristeza nos va empujando por momentos y por rincones, y a veces el recuerdo y luego la esperanza. La verde esperanza que espera y desespera, y lo convierte todo en una duda larga y dolorosa... A veces, desde este silencio testigo mudo de los tuyos me quedo mirando a la nada y sorprendiéndome de todo. Y me sorprendo de mí, porque soy yo, más yo que nunca. Y me sorprendo de ti, que siempre has sido tan grande...

Ayer, al salir de tu lado, anduve por los rincones verdes, más verdes por la lluvia, de toda la ciudad. Como el cielo se alió con mi corazón, las fachadas tenían un aspecto oscurecido. Las avenidas parecían Londres, donde siempre he querido llevarte, porque esa ciudad es más tuya que mía. ¡Y mira qué es mía! Ayer, anduve, con mi silencio, y cogí presto el autobús que me llevó a comer. Y mi cuerpo se alejaba del tuyo y mi mano estaba junto a la tuya. A veces me sorprendo de mí mismo... Y siempre de ti.

La lluvia lo ha conquistado todo. El cielo es gris de un rincón al otro, al más lejano, al más lejano de todos. A aquél al que me gustaría huir por saber que ando lejos de esto que es hoy. Y tú, también, y el resto. Como si no fuera verdad que hoy, por ayer, llueve en la ciudad. Tuve frío, un frío escalofriante e intenso. Dicen que ando destemplao. Pero quise acurrucarme, hacerme un ovillo. Y lo hice. Esta ha sido la noche más larga de sueño que recuerdo desde hace tantos años... Anoche fui del cansancio y de tu memoria. Y desde la lejanía, mi abrazo. Siempre. Contigo, a tu lado...

sábado, 17 de octubre de 2009

CANSANCIO IN EXTREMIS



Llevamos horas de sueño, de cansancio,... De otros sentimientos y de muchas sensaciones que agudizan y se clavan dentro. Llevo horas y días de todas y estas otras muchas cosas que son más mías que nunca. Y llevo varios días sin conciliar el descanso y apurando cada minuto de la vida hasta caer agotado. Hoy estoy tremendamente cansado. Me he dejado el día entre sábanas, decidiendo qué hacer a cada momento y planteándome lo que se nos queda por delante y lo que fue el pasado. Y cómo es ahora, cada segundo, como una estalactita que gotea lentamente gota a gota.

Anoche fue el MIMED un oasis desesperado entre mucha arena personal. No me apetecía ir, nada, pero al final fue un acierto y un despeje. Conciertazo de Josele, sentimentazo de Maderita y espectáculo máximo de Los Planetas. Allí estuve con Raúl y Vanessa, con Manolo, Fernando y Jarillo y acabé bailando con Ximo, Rosa, Pere, Carles y el resto de la trouppe. Cansancio absoluto. A las tres y media me llamó Susa, cuando me iba a dormir tanto como necesito: "¿Está en Cyrano es que vamos para allí?". Me acercó Mariajo y me quedé en el local. Y fueron apareciendo todos. Amigos de distinto orden... Pero amigos, buenos. Gracias. He caído por casa en el coche de Alberto cuando se hacía de día y mi cabecita loca, que cantaba el bolero, seguía dando vueltas por donde está últimamente...

Mi día han sido sábanas arrugadas y yo acurrucado. Han sido silencios y mucho móvil. Muchísimo. Ha sido ponerse una canción en la recta final y, ahora, una vez más, caminito del MIMED. Con unas pocas, muy pocas ganas, más que ayer y mucho más cansancio... Apuro mi dolor por cansancio y me siento extremadamente cansado ahora mismo. Mañana el día ya tiene su agenda, y yo la mía... Salió el sol hoy, después de estar nublado desde el miércoles... ¿Y mañana? Mañana que salga el sol por dónde quiera...

jueves, 15 de octubre de 2009

CÓMO DECIRTE

Ha vuelto la lluvia, de madrugada, en el momento en que me acosté. Las cinco y media de la mañana del miércoles más complicado que recordara... Me despertér, fui al trabajo y una nueva concejalía desde hoy: Participación Ciudadana. Salgo del Ayuntamiento y mi peor noticia,... El día truncado. Llamaadas a las nuevas Falleras Mayores, programa en la tele, cena en Vips con amigos que le dejan a uno siempre en el aire flotando y copa en el Cyrano. Abrazos y besos cordiales. Cinco y media de la mañana. Todo es lluvia...

Cómo decirte sin faltarte a tu silencio lo que pienso a cada momento, lo que siento, lo que presiento, lo que dudo, lo que no lloro, lo que me contagio, lo que daría, lo que te diría, lo que pienso, lo que necesito... Cómo decirte... Y no sé. Me quedo agarrado a tu silencio y lo hago mío.

lunes, 12 de octubre de 2009

EL PUENTE SOBRE DÍAS GUAYS

No podía ser de otra manera. El puente, aquél cuyo inicio ahora me parece tan lejano en el tiempo, llegó a su fin con el mismo ritmo o mayor que cualquiera de sus días o de sus noches. Por la tarde, ayer domingo, tuvimos el homenaje de Mari Carmen Agustí en su falla (Eduardo Marquina, de Mislata). Allí estuvimos mucha gente del mundillo fallero y de mi pueblo celebrando con Mari las últimas horas de su reinado.

Ayer tuve la satisfacción de cerrar así el primer año de tele - se acabará realmente el miércoles con el nombramiento de las nuevas Falleras Mayores -, pero fue anoche como una fiesta de despedida o de bienvenida a unas amistades granjeadas y celebradas a lo largo del último año.

Cerramos la fiesta en el casal y nos fuimos a Cyrano, como impone la noche, a tomar una más. Estuvimos hablando de lo divino y de lo mundano. De todo un poco. Y todo, a la sazón, con una ristra de risas bien acompañadas.



Cuando el reloj daba las cuatro nos recogimos, celebrando el día del Pilar e hicimos camino a la "Betty" que vuelve a ser la cueva de antaño donde los vampiros de la noche nos guardamos para que la luna no nos descubra. Bailamos todo, hasta Pereza y bebimos entre risas sin dejar de movernos ni un solo segundo. No sé de dónde salieron las fuerzas, pero aún las teníamos. ¡Y vaya que si resistimos! Amparo, Consue, Mireia y Albita, acompañaron las horas de esta noche en la que todo fue, una vez más, una gran fiesta.


Nos echaron de la discoteca porque cerraban. Valencia dormía entre sus temperaturas de verano estirado y, nosotros, sin prisa ninguna, paseamos por la noche y seguimos de risas.



Cogimos el carril bici, después de que la Gallardo y Consue nos hubieran dicho hasta luego. Nosotros tres, Alba, Mireia y servidor recorrimos la noche y caímos por el Da Vinci a desayunarnos unas pizzas barbacoa en mitad de la nada. En la Gran Vía los autobuses comenzaron a circular mientras que el frío, ahora se hizo más intenso. A tope. Cogimos un taxi, les acompañé a casa y circulamos luego, en silencio, por la avenida del Cid hasta llegar a casa.

Antes de irme a dormir, compré la prensa y la leí. Cuando me fui a la cama, ya saltaban las ocho de la mañana... Miré por la ventana y comprobé como se iniciaba un nuevo día... Un fantástico nuevo día con el que cerrar el puente más largo que recordara.



Me he levantado a las tres, después de ir despertándome a lo largo de la mañana. Pero he sido capaz de dormir siete horas, todo un adelanto. Era inevitable, el cansancio, hace mella. Ahora, sueño. Mucho sueño. Espero que hoy el insomnio no haga de las suyas. Debería plantearme métodos más saludables de vida. Laura y Sergio me escriben desde Londres. Ensayo por la tarde en la falla. Estoy cansado. Y vuelvo a casa. Ceno, miro unos cuantos videos, leo la prensa y me amago. Ahora me voy, a la cama. Mañana, al día a día. Tendré que releer este blog para poner fin a mi desmemoria y recordar cómo ha sido el puente... ¡Qué puente!


domingo, 11 de octubre de 2009

RUSSAFA LA MORA



Anoche se celebraba el "Nou d'Octubre a Russafa", mi segunda casa y quién sabe si la primera en unos cuantos años. Estuvimos cenando David, Jordi y yo en el Sorsi, botella de Mestizaje a medias, después de tomar una coca cola en el Tula. Fue una noche ruzafí en toda regla. Nos fuimos a la representación donde Ángeles estaba de reina mora de la morería. No cabía ni un alfiler. Vino María Jesús con Marcos y cantamos hasta el himno. Y el calor seguía siendo el de una noche de verano... Pocas cosas más teatrales. Nos recogimos al acabar, después de unos cuantos saludos con muchos amigos e hicimos camino al Cyrano, que hace camino al andar.

Aquello fue un trasiego de gente conocida, de amigas y amigos que quisieron pasar el sábado con nosotros. Y nosotros encantados. Estuvieron Mireia y Alba, Rafi, Alberto, Gabi, Bea y María, Boro y la Guti, Rafa con Deborah, Félix y Juan Pedro, Angelita, los Bravas y amigos,... La noche fue una risa continua entre tanta gente de la fiesta en la que no nos faltaba casi nadie...



Y si faltaban, llegaron Luis y Gueguel. Luis, con mejor cara y una sonrisa todo el rato. Anécdotas por doquier y repaso al animalario propio en el que nos ha pasado de todo. O de casi todo. Luis lo celebró con una Schwueppes de limón y nosotros, con unos vasos de hielo. Y más risas, a raudales.



Hicimos planes de futuro, como casi siempre. Repasamos el pasado y el presente. Nos reímos y no paramos de hablar mientras el pub era un continuo devenir de gente. Sonaron los Beatles y tocamos las palmas, bailamos y no paramos anclados en la esquina de la puerta abierta siempre con la intención de irnos pero sin llegar a salir.



Mandamos un mensaje a Londres. E improvisamos una sesión de fotos, móvil en mano. La noche fue cayendo. Cayéndose de por sí hasta las cinco y media de la madrugada que resolvimos y recogimos la paraeta... Hoy, ya es otro día. Pero anoche, como Jaume I, conquistamos una vez más la Ruzafa mora...

sábado, 10 de octubre de 2009

EL DÍA DEL POLLO


Hubo un presagio en cuanto aparcamos el coche: estábamos en la calle del Pollo y, eso, sin duda, nos marcaba ya para el resto de la jornada... Si teníamos algo claro es que acabaríamos liándola y montando un pollo, que por otra parte, es lo nuestro.
Quedamos a comer en Baldo. Llevamos ya varios años desfilando en los moros y cristianos, con dispares resultados, pero siempre en concordia... Y altos níveles de fiesta. Ayer no fue menos. Comimos la filà alrededor de una mesa en un día del veranillo de San Miguel que este año se nos ha adelantado. Reímos y brindamos, sangría en mano, nos sobró comida y nos faltó tiempo para empezar la fiesta. Primero, alquilando los servicios prestados de un acordeonista al que pagamos porque nos diera un concierto mientras comíamos y bebíamos. Bailamos, reímos, aplaudimos y estuvimos al pairo de llevarnos las horas del reloj para no hacer tarde. Intentamos contratar los servicios del señor del acordeón para hacer un pasacalles con él hasta el casal donde nos vestíamos de moro... En balde. Algunos de la comparsa se negaron. Desde luego... Nos recorrimos saludando la plaza del Ayuntamiento, la calle de San Vicente y cruzamos por la Mar a la plaza de los patos y a Sant Bult. Llegamos cantando canciones de la tuna. Nos cambiamos y seguimos haciendo gasto en la barra fallera...


En unas tres horas, aproximadamente, ya partíamos de Tetuán como boato de Julio Tormo que este año ha sido el capitán de capitanes con un carrozón espectacular. Nosotros también espectaculares. Yo con Leo a mi vera y Rafi a la diestra. Risas y saludos por la calle de la Paz, más abarrotada de gente que nunca y muchas ganas de fiesta. Vi a mis padres por el recorrido, a algunos amigos y a gente de esto que llamamos la fiesta... Acabamos reventados. Muy cansados. Y sin parar de reírnos y de hacernos fotos con todo aquél que se nos acercaba sorprendidos de la indumentaria que nos gastamos... Fue la risa, un año más. Y un año más con Leo a la vera.


Nos aseamos como pudimos, moros de la morería y nos fuimos al casa de Tormo para degustar un arròs amb féssols i naps (¿qué cenar si no una noche como ésta?) y dulces, fiesta por doquier y mucha risa. Cenamos y hablamos de cien mil cosas. La noche era de verano, auténticamente. Y como en verano, mi insomnio.


A las cinco de la mañana he visto el reloj y a las cinco y media, después de leer la prensa me he dormido. Me he despertado a las diez y me he arrastrado hasta las once... He bajado a por la prensa. He visitado a Merche y hemos estado charrando hasta la hora de comer. Lomo y tomate... Mucho tomate. De haberlo pensado, hoy seguramente, habría comido pollo. Por seguir con las buenas costumbres, vaya... Menudo día, el del pollo.

viernes, 9 de octubre de 2009

AL PRINCIPIO DEL PUENTE

Antes, de pequeño, de más joven vamos, me pirraban los puentes. Esperaba a que llegara uno para irme a Sarrión. De más mayor, me los organizaba para perderme por el mundo. Ahora, lamentablemente, ni se me ocurre hacer planes, porque siempre ando liado, con unas y otras y me quedo por aquí. Pero tampoco lo echo en falta, dicho sea de paso. Mi vida ha cambiado y han cambiado muchas cosas entorno a ella, hasta las más simples... Por eso, ahora, cuando llegó el puente del Pilar (que le hemos llamado siempre y nos ha provocado unas retenciones en las salidas impresionantes) no tenía plan cerrado más que los pocos compromisos de mis agendas... Por un lado, la institucional y por otra la festiva. Así que, aquí me hallo, sin puente ni agenda completa, eligiendo a cada momento a qué menesteres me dedico... ¡Y me gusta, rediós!

El jueves noche, antesala de todo, víspera de la fiesta, nos fuimos una vez más de japonés por la noche, con su sushi y su wasabi. Nos pegamos la cena padre, helado frito incluído. Sergi y Laura (que están en Londres ahora los mamones), Carol y Bravas, Fran, Nacho, Angelita y servidor. Nos echamos unas risas con el mundo nipón, nos pusimos al día y acabamos recorriendo Valencia entre los estruendos de los castillos del 9 d'Octubre para acabar, ¡sorpresa!, en el Cyrano... Jeje.



Fue un coladero de visitas la noche en el pub. Primero con los que íbamos. Luego porque me avisaron Mayra y Quique que venían. Y lo hicieron con sorpresa porque Raúl acudió con ellos y con su novia. Luego Inma y Cris, con amigos. Y claro... El caso estuvo en que no paramos de charrar nada... Como era lógico y se esperaba de nosotros.



La madrugada fue cayendo y se fueron yendo los fieles parroquianos de nuestra comunidad. Al final, nos quedamos, como se queda uno a limpiar después de las fiestas Angelita, Luis y yo, mano a mano y risa a risa... ¡Hay que no nos hagan jurado!



Me alegró mucho tomarme esa copa final con Luis, que se recupera convalenciente, poco a poco. Hacía tiempo que no le veía tanto rato, creo que hablábamos más cuando no éramos socios, pero porque ahora siempre tenemos algún bautizo. Y aunque está pachuchete - cuídate chaval - me alegró poder hablar con él, reírnos como antaño y ver que se recupera por momentitos... De aquí a nada otra vez dando guerra, ¡capitán!

Luis me trajo a casa. Me acosté y en nada volví a abrir los ojos. Ya Nou d'Octubre, procesión cívica por las calles de la ciudad. Recorrido largo, calor a cuestas, himno y picoteo con más risas... Enseguida a casa. A ducharme. Porque había quedado a comer y a desfilar en los moros... Pero eso, ya es otro capítulo...

martes, 6 de octubre de 2009

KEEP IN TOUCH

Me arrastra el virus todo el día. El despertador ha sonado justo en el momento en el que menos me apetecía levantarme, pero me he puesto en pie, rodeado por un batín de sudor. Anoche, me levanté entre los sudores fríos y me fui a la cocina a hacerme un ibuprofeno. Calculo que vale para este constipado que arrastro entre toses y mocos. Pero ya sabéis lo que me gustan a mí los medicamentos... ¡Ah, no! No lo sabéis, nunca os he hablado de ello: no me gustan nada. Me he ido al Ayuntamiento atorado y peor a cada momento. He revisado con lentitud mis correos, he puesto al día algunas cosas, me he tomado café, una napolitana y he tosido algo más. Cada vez toso mejor, con más arte, vamos.

Me he ido a la piscina: remanso de paz, que como un vick vaporub me ha descongestionado las narices. Ahora, el cuerpo me dolía entero y era incapaz de respirar en condiciones. Me he ido a casa. He descubierto toda una fauna sobreviviendo a costa de mis patatas pochas y he cocinado arroz a la cubana... Nota cultural: El arroz a la cubana no se cocina como lo comemos aquí. Ni la ensaladilla rusa es de Moscú, ni lo de Castellón es una paella (Jeje! Esto es coña Aurora! Es que tenía que decirlo, tú sabes).


Después de comer he hablado mucho por teléfono. Me ha llamado gente para ver cómo me iba. Y yo, dando el parte de guerra, como Gila. He hablado con Stoby, mi amigo indio, el chófer de Laddakh... Ha sido como volver al pasado. Y un pasado feliz, siempre. Ha sido genial conversar con él y encontrar un guiño del destino que me regala momentazos como éste. Me preguntó por Piru y por Laza. Por mí. Me hablo de todo menos de él. Y cuando le dije que me iba a la cama, que no me encontraba bien, él añadió: "Keep in touch!".

Me encanta mantenerme en contacto con gente tan especial. Es una suerte particular, grande, especial... Inconmensurable. Stoby, desde el Tíbet, diciéndome que nos manteníamos en contacto. Siempre, no lo dudes.


Me acuesto y duermo. Me despierta el teléfono. Hablo. Me quedo en la cama con un sandwich de paté y leo. Estoy con "Cometas en el cielo", casualmente el libro que comencé en el Tíbet. Me gusta mucho este libro de Khaled Hosseini, pero lo tenía abandonado a la espera de tener tiempo para mí... Qué lástima que sólo sea capaz de encontrarme tiempos perdidos cuando me pongo enfermo... Amir ha pedido que Soraya se case con él a Baba... Emotivo. Desde luego.
Voy a tomar algún medicamento ahora y regresaré a la cama... Desde allí, todo pasa más lento y sudado. Pero ya no toso. Keep in touch, my dear friends...

lunes, 5 de octubre de 2009

LUNES, LUNERO (DE LUNA LLENA)



El lunes fue difícil para levantarse. Duro. Pero mereció la pena. Arrastro un principio de gripe (¿a?) que me tiene con dolor de garganta, sudores y algo de moqueo. Un espectáculo la descripción, eh? Jejeje... Pues así ando. Acabé tarde anoche el cumple de Sergi y esta mañana, después del fin de semana de infarto, se me quedaban las sábanas pegadas. He llegado a la reunión de equipo (que suena a terapia grupal.). Al rato he ido al despacho. Y enseguida a la radio...

Hoy me han entrevistado en la radio. Tenía que hablar de seis canciones que sean de mis favoritas (¡Y eso es difícilisimo!). Casi tanto como que me calle... ¡Dios! Ha sido una experiencia muy bonita. Primero, porque estaba sentado con dos grandes amigos que hoy empezaban un nuevo proyecto en la radio. Y segundo, porque ha sido un oasis en mitad de todo. Y me he perdido... Me he perdido contando de todo con exceso verbal. Lo he pasado bien. Ha sido una terapia en toda regla. Y por un momento he olvidado todo. Ha sido como estar en un café con dos amigos hablando de la vida... Creo que me gustaría escucharlo, más que nada para ser consciente de lo que he llegado a decir. Porque creo que he dicho bastante según luego me han dicho... ¡Ay, la incontinencia verbal! Mis canciones han sido Raphael, Rocío Jurado, Mediterráneo de Serrat, Show must go on, New York New York, When September ends y Georgia on my mind. Ha sido una experiencia chula, muy chula y muy distinta a todo... Y nada más salir a la redacción: vuelta a la realidad. Estaban instalando el ordenador de Iván mientras yo remataba algunos mails que tenía que enviar y una rueda de prensa por organizar.

A ti: el otro día tuvimos una conversación - que no sé si acabó - y hoy creo que estábamos con la sensación los dos del día después, del lunes,... Tenías razón que mi mensaje te tocaba, porque me tocaba a mí y a mis últimos meses, y ahí andan muchas cosas de los dos. Mañana es martes.

Me he ido a casa a comer. Tenemos la puerta ya arreglada. Me aseguro que entraré en casa hasta que vuelvan a romperla. Hablo con Toñi por teléfono y veo algo de tele. Me voy a dormir. Y quedo a las siete con el jefe a tomar café. Luego comisión de interior. Muy extensa, desde luego. Y reunión en la sede. No llego al ensayo de la falla. Mi malestar va a más... Me vengo a casa y escribo en estas hojas perdidas... Hace calor, resaca de luna llena. Buenafuente dice nosequé en la tele, no estoy escuchando. Voy a cerrar el ordenador y a dormir.

domingo, 4 de octubre de 2009

SONRISAS Y LÁGRIMAS

Lo de ayer, de órdago. A las siete en taxi a Vara de Quart. A las siete y media, en Albal. A las nueve y media en las torres de Serranos. A las diez, en Torrefiel. A la una de la madrugada en Blanquerías. A las dos y cuarto en Russafa... No parar nada. Como siempre.

Comenzó la tarde con un homenaje a Emilio Añó y a Merche (Merchita, Mer, la Añó,...) emotivo hasta la saciedad. Emilio hace ya unos años que nos dejó. Mi amistad es con Merche, su hermana. Peluquera que siempre tiene la puerta abierta para un cigarrillo y un ratito de conversación. Lágrimas por doquier, con un vídeo precioso. A punto estuve de caerme en lágrimas como muchas de las personas (amigas) que se congregaron por allí: Gueguel, Lucías Gil y Andrés Zarapico, las hermanas Garín, Marta y María (con familia), Marta Reglero - ¡qué elegante es esta chica! -, Raúl Mora, Polit, muchos amigos... Fue emotivo, de verdad. Especial. Creo que de una manera u otra, todos lloramos con Merche en su fiesta sorpresa...

Mabel y yo huimos con Toni en su coche hasta las torres de Serranos. Nos plantamos enseguida en la cena de los Berni con una Laurita guapa y elegante. Diga lo que diga... Cenamos con Lázaro y nos echamos unas risas y unos sms. Estuve hablando con Francis Montesinos que sigue siendo lo más y con María Victoria Liceras. También estaban algunos de La Alquería (serie que aún no he visto... ¡sorry!) y los del Colegio Mayor de la Seda. Se me acercó mucha a gente a comentar cosas del programa, así que tendremos que ir respondiéndoles... Jejeje! Estuvo muy guay la noche y nos fuimos. Cigarro y buscar taxi. Ya había caído la noche hacía rato.



Llegamos a Blanquerías al homenaje de la guapísima Mireieta, de las que hablan valenciano. La de Sedaví estaba radiante, contenta, alegra. Hablo con Alfredo Solaz y con Ricardo, con Albita y salimos a la calle. Cigarrito, calor de noche de octubre que sabe a julio y feria. Taxi y a Russafa. Dos y media de la noche...



Acabamos, una vez más en el Cyrano, con Borja y Lorena, Sergi (estás de cumpleaños chaval) y Laurita, Carol y Bravas... Mabel y yo, con cocacola. Risas y la madrugada que pasa. Salimos los últimos del pub. Me fui a la Gran Vía y revisé el día... ¡Qué día! En taxi, recorro Valencia una vez más.



Calor de noche de octubre que sabe a julio y feria. Risas, muchas. Sonrisas y lágrimas...

sábado, 3 de octubre de 2009

LAS FOTOS MÁS BORROSAS DE UNA NOCHE MUY CLARA

Aprovecho esta plataforma para reivindicar la mierda de última cámara de fotos que compre, que hace todas las fotos borrosas... Es que luego la gente cree que siempre estamos de borrachera y de ahí que se vea todo borroso... ¡Y no! O casi no.



Anoche: GRANDE. Volvimos a la carga fallera, a los viejos momentos, a recordar la fuerza del movimiento freak, a ser fiesta nosotros mismos y para todos. Volví a agarrarme del brazo de Leo que para esto de la fiesta es como nadie y nos lo pasamos en grande. Una vez más. La noche fue muchísimo más de lo que prometía. Un exceso en toda regla. Lo pasamos genial, de verdad, de risas todo el rato. Sé que pensáis que es habitual en mí, por todo lo que os cuento siempre. Pero ayer, anoche, hace unas horas: nos salimos. Y gracias a Leo, una vez más, también.



La fiesta fue despedida de las Falleras Mayores y sus cortes respectivas. Con la mayor he hecho una amistad grande (¡qué raro!) y algunas se van a quedar directamente en la agenda de amigos, seguro. Soy fan de Amparo Gallardo. Me divierte Virginia Silla. Consue es un encanto, sí señor. Alba, tan dulce... Mireia, una fiesta. Y Anita... Anita es mi amiga desde hace años y vuelve a serlo ahora después de su año de corte, especial y excepcional. Junto a ella, Carlos, una noche más. Apoyados en el quicio de la barra, tarjeta de crédito en mano, copa en la otra, cigarro de vapor con aroma de chocolate... Otra vez a la Betty, como hacía ya tiempo que no. Y siguió la fiesta, como tocaba...



Estuvimos toda la noche de parranda, de risas, que ya me duele la boca de reír y de bailes, de copas, de ánimos, de despedidas y aplausos. Sin parar. Y apareció mi Mabel Fontestad entre la vorágine de la discoteca. Y la música siguió y nosotros... Escaleras arriba. La mañana que anuncia frío... Nos fuimos a almorzar. No publico fotos por no desvelar las caras de quienes vinieron al sandwich de las ocho de la mañana... Carlos sacó dinero en Cajamar y yo un taxi rumbo a Mislata. Eran las ocho y media de la mañana pasadas cuando me fui a dormir... Y ahora, a la ducha y a seguir... Tengo un recuerdo fantástico de anoche. Una buena noche bien compartida y disfrutada. Un conjunto de fotos borrosas...



Posdata: ¿Por qué a Carlos el cajero le da la mitad de lo que pide? Estamos de crisis...¡Y sin Olimpiadas!

jueves, 1 de octubre de 2009

MY WAY...

SI EN SEPTIEMBRE COMIENZA A LLOVER, OTOÑO SEGURO ES

Se nos han caído las hojas. Nos ha llegado el otoño, a mí después de un verano rápido, de muchas cosas vividas y todas o casi aquí detalladas. Septiembre ha sido un mes de menos entradas en el blog de las que hubiera deseado, porque ha sido a tope. Volver y regresar, con la frente marchita. Sin parar, nada de nada. Y condenándome a dejarme de lado estas líneas que son un respiro al final del día, en mitad de la mañana, a primera hora del orden... Septiembre fue un mes de descansos precipitados, de horas intempestivas, de madrugadas despierto, de lluvias, de regreso al agua, de reencontrarme tristemente con personas del pasado con las que quiero volver a estar pronto y en otras situaciones...





Septiembre fue el mes del calor alargado, de noches en Cyrano con muchos amigos (volver a Mayra, a Kike, a Aroa y a Manolo), septiembre fue de los mojitos y de Teresa con un cumpleaños donde nos regalamos las risas... (¡Cómo me gusta seguir contando siempre contigo!). Septiembre fue el mes del sushi y de los pasos de cebra largos, de regresar a los ensayos, de volver a la vida normal, de Carol, Bravas, Sergio y Laura. Septiembre fue comer con Ana y Carlos, que falta nos hacía. Espero que Octubre refuerce lo que Septiembre ha sido de cosecha. Septiembre ha sido la vuelta a la tele, jurado en las Falleras Mayores de Torrent (Gueguel, Marta, Davinia, Miquel y Kepa... ¡risas! Y cuántas...).





Septiembre fueron el regreso de las lluvias torrenciales en gotas frías. Y la boda de Raúl y Vanessa. Un festival de alegría y emotividad en todo momento. Enhorabuena a los dos y gracias por compartir vuestra felicidad de siempre con nosotros. Se agradece. Porque nada nos hace tan felices como veros disfrutar a vosotros de vosotros mismos y en unión.

Y además: no parar. Como siempre. Cena con la gente de la radio, karaoke y copeo hasta las siete. Cena con la gente de la tele, risas en Cyrano, inspección policial y regreso a la cama. Conversación de barra con Quique en una mesa. Sombras del verano y lluvias, árboles que pierden sus hojas, malas noticias que parecen solucionarse, buenas noticias que siempre me cautivan... Septiembre... Otoño. Una vez más.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...