martes, 27 de julio de 2010

¡CARACOLES!

Reconozco que me pudo la inercia. Por un momento anduve convencido de no ir. En Almenara, los padres de Ana invitaban a los amigos a unos caracoles (unos cuatro kilos, para ser más exactos, con su picante incluído. Y su vino tinto. Y la barra de pan...). Por un momento pensé en no ir al viaje, porque me sentía que no debía ir. Pero al final, sabiendo como sabéis que soy opté por ir. Me recogieron Nacho y Bárbara, que son dos gozadas de descubrimientos y para allí que nos fuimos. Nos encontramos primero a la madre de Ana, llegando a casa. Luego al padre en la cocina. Al rato llegaron Amparo y Vicente, que son otro regalazo. Y al rato, cuando nos estábamos poniendo el bañador, Ana y Jose.

Si la vida es justa, a mí me ha premiado más que a nadie. Jose es un amigazo en proyecto, porque creo que cada día que pasa es más vital en mi vida. Ana es espectacular: no se puede ser más guapa por dentro que esta mujer. Ellos me abrieron las puertas a conocer a Vicente, que tengo la sensación es un amigo de muchos años; que no. Y él a Amparo, que es otra mujer de belleza interior espectacular. Osea, que anduve felícisimo de saber la suerte de gente que me acompaña. No sé por qué. Pero es espectacular mi fortuna. El tesoro de amigos de mi patrimonio es de un valor incalculable. De verdad... Me siento tan contento de tener a gente como vosotros a mi alrededor...



Nos hicimos un baño y se nos cayó la noche. Cayeron también kilos de caracoles y de clochinas, y de albóndigas, y de comida por doquier,... Espectacular la cena, sin duda. Y las risas. Y la tormenta que iba llegando, y sus truenos, mis relámpagos,... Las gotas cayeron entonces como una sinfonía de lágrimas sobre los brazos, estirados a golpe de cloro, y al rato, como una cascada sobre nosotros. Y nos descalzamos. Y apoyamos nuestras vidas sobre el césped fresco de una noche de tormenta de verano... Espectacular. Feliz. Con una copa de ron preparado en la mano, sintiendo el hormigueo de una vida que vivo en plenitud.

Nos fuimos al agua. Y al rato a decidir qué hacíamos con nosotros mismos. Y fue la risa. Yo que me venía, me fui. El que se iba, se quedó. El que tenía que irse, marchó. Y el resto nos reorganizamos con la intención de seguir la felicidad que nos trajo el agua de tormenta...



Al final a Moncofa nos fuimos Vicente, Amparo, Bárbara y un servidor. Nos echamos unas risas camino de los chiringuitos, las duplicamos a la vuelta de la inexistencia de los mismos y nos hicimos un "trocotró" a los pies de una orquesta de fiesta de pueblo que está en fiestas... Nos fuimos al mirador y miramos. Y caminamos al coche y llegamos a casa. Apoyados sobre la madrugada, en la terraza, nos quedamos Vicente y yo hablando hasta que me venció el sueño. Y nos rendimos unas horas, con los ojos cerrados. Hasta que se hizo de día y nos fuimos a la playa. Y a comer al chiringuito, con Carol y Rafa, también. Y comimos de cine. Y sentí, allí, entre amigos que hace nada eran extraños absolutos, la felicidad acariciarme los brazos como una brisa intermitente, seductora.

Me fui en tren a Valencia. Calor. Y por la noche, a la punxà. Con Angelita. Con Sergi y Laura. Con Bravis y Carol. Con María José. Y con un sinfín de gente que hace que mi vida sea divertida y original. Me reí mucho con las barbaridades de Carabantes y me alegró ver a Boro y Elena. Y a Bea. Y a Gabi. Y eché la noche entre risas y bailes,... Hasta el fin de existencias.



Y luego, de madrugada al Blue Iguana. Y de aquí al Cyrano. Y fueron dos botellas de agua y un anuncio de sueño... Nos fuimos a dormir. Hasta enseguida. Hasta que la mañana nos recordó que era San Jaime, y lo celebraba en... ¡¡¡Moncofa!!! Así que, regresé a la playa como Sabina a sus zapatos viejos, y recogimos a Mercedes en Onda y entramos a la mar, con Edurne, que es una belleza de niña. La quiero tanto como ella a mí, o un poco más. Pero es que es la risa, un bombón. Un regalazo, que se hace mayor y que da unos abrazos que te rompen...



¿Sabéis lo que es tumbarse al sol con la pequeña Edurne, envuelta en una toalla, al lado, sobre el brazo, que te lo duerme sin querer y de vez en cuando se gira para decirte "tío, ¿sabes qué?"? Y entonces empieza su historia, que es una aventura, que emociona, que contagia, que alegra... ¡Caracoles! Qué dichoso soy...

Tengo unos amigos de primera. Una familia de bandera,... Y me siento feliz. Sólo con eso. Con eso y con la sensación de sentir los pies desnudos sobre el césped, una noche de tormenta...

viernes, 23 de julio de 2010

UNA PREGUNTA



Se me fue la pinza. Creía que no llevaba tantos días sin escribiros: a lo sumo dos. Y los resto. Es viernes. Viernes después de salir anoche con los compañeros de la concejalía hasta las cuatro de la mañana y bailarlo todo en Radio City y cenar en Ca Revolta. Después del miércoles noche, en el Cyrano, con Toñi y Mabelón. Después de la otra noche, con Sergi, Laura, David, Carol, Morelló y Jordi. Es viernes.

Espero a que me recoja ahora Majo, nos vamos a comer con los de la Proco. Que hace tanto que no nos vemos... Mucho. Mucho más de lo que no había escrito yo.

Os cuento que desde ayer tengo el aire acondicionado en casa. Os cuento que esta semana empecé a leerme la obra de teatro con la que voy a escena de la mano de Angelita, ¡qué ganas! Os cuento que el miércoles compartimos tele. Y os cuento que ando pensando en cosas... En muchas cosas. Ayer una pregunta: ¿Qué vas a hacer? Alguien tiene respuestas... Yo, de momento, no. No las tengo. Otras respuestas... Tampoco las tengo.

Me voy esta noche a Almenara, mañana tengo saraos varios y el domingo como en Moncofa. Fin de semana completito... Me duelen las piernas y estoy algo cansado. Hablo y canto por teléfono: Lázaro, Ana, Acosta y Ana,... Echo la mañana sin parar nada: visito unas obras y preparo unas notas.

Ayer el Melic cumplió cien números. Hace doce años empecé a escribir en una revista de la que ayer, como concejal, presenté el número 100. Fue emotivo. Emocionante. Bonito. Especial. Y una pregunta: ¿dónde estaré de aquí a doce años? ¿Dónde estaré en el número 200 del Melic? Ayer me hicieron una pregunta: ¿Qué vas a hacer? No lo sé. No he decidido nada...

martes, 20 de julio de 2010

ME SORPRENDO



Escucho la Oreja, vengo de oír bandas sonoras e intento planear qué hago esta tarde después de haber fallado la previsión de lo que iba a hacer. Siento el aire acondicionado en los pies. Llevo sandalias como las de los romanos y las del pescador. Estoy en el borde de las dos de la tarde y suena la música: y ese beso a mí en el tiempo, el cielo acostado,... No he querido poner ninguna foto más del fin de semana, del barco y finalmente, sin darme cuenta, rebusco entre las fotos, para trasladaros un momento de mi hoy, de cómo estoy, me siento,... Y caigo en la proa y en la popa de un velero. En Irlanda. Y siento cierto pinzamiento en la espalda, pero nada que ver con el de antes de ayer, que mediosolucioné anoche...

Nos dimos Tere y yo a la charreta de madrugada, teléfono en mano. Y esta mañana odié el despertador. Ha hecho una brisa agradable toda la noche, lo presiento. He sido un remanso de paz y de tranquilidad, aunque a los diez minutos me pellizcara todo... que me pellizca. Dejo de pensar y sigo adelante... Siempre serás bienvenido a este lugar, a mi lista de obsesiones... Sigue la música...

Y yo, anclado al mar, que lo une todo, me siento bien. Mirando el a-mar al otro lado de las ventanas, el cielo azul que lo envuelve todo, con un manto de nubes blancas, de verano absoluto. Sigo bebiendo algo de cocacola y pienso: la felicidad es un maquillaje, de sonrisa amable, desde que tú estás...

Siempre serás bienvenido a este lugar...

¿Y si de repente todo empezara a cambiar? No dejaría de sorprenderme. Y es que, de vez en cuando, me sorprendo a mí mismo. Hoy, así, navegando, entre el babor y el estribor de un velero, de un velero llamado... ¿Libertad?

lunes, 19 de julio de 2010

COMO UN BARCO A LA MAR



El calor me mece, me merece, una pausa en la noche, cuando rondan las nueve y a seguir. De aquí a nada paso bajo el manto de la ducha y luego a cenar. He quedado en Valencia y voy. Voy, mejor de lo que pensaba que podría ir. Voy por la vida, pensando en tantas cosas y en algunas, de manera particular, que de vez en cuando pienso que debería de creer más y pensar menos, y así seguir caminando con menos peso a las espaldas.
Si me preguntas ahora cómo ando, te digo que bien. Que mejor. Que no estuve mal, pero que últimamente tuve algunos planes de futuro en mente que debieron de ser presente. Que no sé si habrá pasado, ni mañana, pero que algo habrá al fin y al cabo. Y así, mecido entre esas ideas y la ausencia de casi muchas otras, voy adelante. Y voy contento. Mejor, sin duda alguna.
Me he pasado la mañana recordando el paseo en barco y la tarde hablando por teléfono con gente que supuse que se alegraría de hablar conmigo. Me encanta cuando alguien te llama porque de repente se acordó de ti y no tiene nada que decirte y te quedas hablando, pensando y haciendo planes. Me voy ahora a la ducha. Me encantaría que mi ordenador no se colgara y me dejara oír algunas canciones mientras me arreglo, últimamente son siempre las mismas y suenan de manera machacona. Últimamente, mi vida, es la misma que quise que fuera y de manera machacona me bombardeo con otras sonatas, que son producto de mí y de lo que no sé que quiero hacer conmigo mismo... Y eso, cuando la serenidad te alcanza, es fantástico...


Como un barco a la mar,
me voy meciendo,
de lado a lado...
Como un barco a la deriva,
tengo la intención de coger el timón
de repente
y enérgico con las manos,
pero luego pienso que es mejor
llegar a naufragar
o descubrir paraísos extraños,...

domingo, 18 de julio de 2010

NOS HICIMOS A LA MAR





El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá? Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!


(Rafael Alberti)

El mar, capricho de olas y espumas, caldo de vida absoluto que envuelve el mundo y lo une, lo aprieta, lo hace uno y compacto, ha sido siempre un lugar único, absoluto, vital, especial en mi vida. Me siento Mediterráneo por los costados que bufan los vientos, todos los de la Rosa, y me gusta el mar, me calma, me relaja, me atrae,... Ayer nos hicimos a la mar, como se hacen los marinos en época de pesca. En el barco de Leo, con Cristina, Gueguel, Consue, Marta, Luis y servidor, con la capitanía del amo, habiendo sido víspera la virgen del Carmen, marinera en tierra, nos dimos un homenaje que duró todo el día: de sol a sol. Del primero de la mañana oculto por una boira escandalosa que lo encerraba todo, hasta el de la tarde que cayó (calló) de una manera espectacular sobre la ciudad...

Nos hicimos el día a colpets de sangría de champán. Nos comimos una paella de pimentón rojo, con unas latitudes de escándalo. Nos hicimos a la mar y de la mar volvimos: y a la mar regresaremos. Navegamos, condujimos, timón en mano. Bebimos matriuskas y ron de miel. Comimos y dormimos. Mecidos por el mar, la mar y el viento...

Fue una experiencia superlativa, el mejor de los ocios y de los descansos y no dejamos de reírnos, en toda la tarde, y de mirar al horizonte. Y yo, de pensar muchas cosas, que sigo pensando... El mar, qué bello. Qué preciosidad...

viernes, 16 de julio de 2010

DE MADRID AL CIELO

Me escapé el martes y 13 a Madrid vía cielo, que es como se llega a Madrid. Lo hice haciendo frente a cualquier negativo sentimiento de superstición que pudiera venir, pues el trece, debo decirlo, es un número que a mí no me ha ido nada mal... La verdad. Me fui principalmente a ver amigos, a ver exposiciones, teatro, musicales... A no parar. Me encontré con Mamen recién llegada de Bolivia y a punto de emigrar una vez más y nos encerramos en cuarenta y ocho horas de no parar nada. Me alegró ver a su familia, que acaba siendo la mía cada vez que me acogen en la capi. Y me gustó el no parar, el disfrutar, a tope, bajo un calor seco y castellano.

Recién llegué el martes (y 13) con la mochila a cuestas nos fuimos, primero a la casa, y luego al teatro, a ver el musical Chicago. Me faltó magia al final, algo de garra, pero el espectáculo está completo. Bueno. Camisetas a tres euros y programas, por dos. La risa. Hablé en el intermedio con Nico por teléfono y quedamos para la tarde siguiente. Nos fuimos, tras los aplausos, a tomar unas tostas, junto a la Calle de El Limón. Qué nombre... Y luego un postre, muertos por chocolate y cansancio, nos fuimos a casa.



El miércoles ronroneamos en la casa hasta que nos fuimos. Tres exposiciones: Casa América, Instituto Cervantes y un centro de la Comunidad. PhotoEspaña 2010: para gustos colores. A mí no me dieron brillos... Comimos en el Wok y me fui, conmigo mismo, a recorrer el Museo Thyssen. Mucho mejor. Estuve dos horas por los paseos de la pintura, de todas las épocas, con algunos cuadros espectaculares. Me descubrí admirando a Pissarro y a El Españoleto. Dos nuevas incorporaciones al repertorio... Espectacular.

Salí del museo, me fui al paseo del Prado y me entré en el Starbucks a buscarme un frapuccino de moka. Me lo bebí, sentado a los pies de Neptuno y me fui a por Nico, para ir hasta el Teatro La Zarzuela para ver un espectáculo del Ballet Nacional de España.



La verdad que fue un buen espectáculo, con palco incluido y vino blanco. Al acabar, Nico, un compañero suyo con la novia y yo nos fuimos a Los Pinchos, en la calle de los Madrazo. Acudió Mamen ya, y nos hicimos una retranca de pinchitos y vinos que no se los salta nadie. Llegaron algunos actores conocidos y nos echamos a las risas a partir de ahí...



Luego nos fuimos por Huertas, a El Hecho. Y nos arrinconamos entre mojitos y ron con cola a echarnos ya las risas sobreras. Espectacular nuestra historia de la lesbiana polaca, Xuxa, Shakira, Ricky y Martin. Antológica: que yo creo que ya no se nos olvidará... Eso espero. Risa de noche, hasta que a las cuatro de la mañana, calor de verano, julio de la Villa y Corte, nos recorrimos en taxi la ciudad...



Ayer fue otro cantar. Me dio tiempo a ver la exposición recién inaugurada de Capa en el Círculo de Bellas Artes: ¡Esto es la guerra! Muy buena colección: descubro una nueva mirada en Capa y a Taro, que desconocía. Y me parece realmente espectacular. Nos pasamos por el Corte Inglés de Sol y comemos unos sanwiches en Rodilla. Metro y metro. Y metro. Aeropuerto de Barajas: 15.00 PM.


Esta es otra odisea. La de llegar de Madrid al cielo. Tenía que volar a las 17.50 destino Valencia. Imposible. Primero por un retraso de hora completa. Luego porque tras una hora más dentro del avión, a la espera de solucionar una avería, nos hacen bajar del avión y esperar nuevamente hasta las once de la noche. Reembarcados, nos mantienen una hora más a pie de pista y nos traen a la una de la madrugada... ¡Diez horas para llegar de Madrid a casa en avión! Increíble,... pero mereció la pena. Ya lo dicen: de Madrid al cielo.




martes, 13 de julio de 2010

RESACAS



En un par de horas cojo un vuelo, me voy a Madrid. Capital. Miro esta foto, la hice el sábado yo mismo, y me parece un paraíso lejano y fantástico, irreal. Muchas de las cosas que me pasan en la vida me parecen irreales, afortunadamente de todas ellas aprendo siempre. Y sigo viviendo. Caminando, que decía Machado.

Me voy a ver a Mamen que es la excusa para volver a la risa y a la confidencia. Hace ahora un tiempo que no la veo, desde que la tenemos en Bolivia, entre llamas y silencios. Y se le echa de menos... Así que, en mitad de la nada, que es todo, aprovecho y vuelo.

Ayer fue resaca futbolera. España ganó su primer Mundial el domingo y ayer, pese a la crisis y la calor, el país se vino arriba. Sin complejos: España. Fue resaca también para mí, que regresé a la realidad del día a día, lo cual no se malo. Y además, la rompo hoy de nuevo. De hecho, os dejo ya, me voy a la ducha, a quitarme los treinta y cuatro grados que pueblan en mi casa, y al aeropuerto. Os iré contando, como siempre.

Por cierto, clicad la foto y miradla detenidamente: ¿no es excepcional? Es el país de Dios... No os lo perdáis, es una recomendación.

domingo, 11 de julio de 2010

LAST HOURS IN TEMPLE BAR



Dejé de escribir veloz anoche porque nos íbamos a cenar.Digo anoche por la sensación de irnos a cenar, pero en horario español era por la tarde. Nos fuimos a Bray y cenamos junto al mar, carne y puré de patatas, con cocacola y unas cuantas risas. ¡Ah, y pan de ajo! Nos fuimos luego a un imponente castillo, irlandés por los cuatro costados, donde Miguel, Ángel e Iván habían sido monitores. Entramos por la filosa y por el lateral de la puerta. El castillo, cayendo la tarde, parecía una peli de terror. Estuvimos un rato por allí hasta que nos fuimos a Drundun (centro comercial) donde nos hicimos un cortadito. Luego, a un pub a beber sidra de pera y a gastar alguna broma - muy buena - vía Angelita. ¡Pobre Pablo!

Regresamos a casa, dejamos a Patri, y nos fuimos los cuatro a Temple Bar. Allí echamos el resto de la noche, entre aftershocks y ron con coca cola. La vuelta a casa fue un camino de dolor: acidez de estómago brutal. A dormir. Esta mañana abrí los ojos. Se acaba Dublín y toca regresar a España.

Ha sido una experiencia divertida. Me ha ayudado a descansar, a pensar, a reírme, a tomar distancia de algunas cosas,... Y esta tarde toca regresar a un país que anda pendiente de la final de la copa del Mundo de fútbol. Momento histórico y una vez más, con anecdotario incluído: cuando de aquí a unos años la gente recuerde que ganó España, yo recordaré que regresaba aquella misma tarde de Irlanda.

Pd: Me llevo la canción "Lávate las manos y no seas marrano", el pulpo (Pol) y el calamar, la aceira, la carreteira y el orrio, el consuelo y el desconsuelo, las risas de Epi y Blas en la cama, Miguel a patada limpia contra la pared,... Me llevo muchas cosas - pero pocos regalos, no esperéis nada, vamos -.

sábado, 10 de julio de 2010

EL PAÍS DE DIOS

Estoy disfrutando, la mar. Desde luego. Primero, sorprendido por una Irlanda que no tenía con expectativa alguna, si siempre había pensado que acabaría viniendo. Segundo, porque resulta que se convierte en un tranquilo remanso de paz, aunque no paremos de hacer cosas ni de ir de un sitio a otro...

La noche que llegué me llevaron directo del hotel al Caffe en Sienne, un local espectacular (barroco a tope) del centro de Dublín. Intentamos pasar por Samsara, imposible porque cerraban, y acabamos recluídos en los bajos de un local donde pinchaban una música de primera. Conocí a Ángel y a Iván, con los que empezamos a compartir unas cuantas risas y viendo a Prim, (los dos Prim estuvieron el viernes en mi vida, por motivos distintos) con el que converso sin parar en estas horas...

Dormimos un poco, lo suficiente para hacer marcha. Ayer mañana, mañana del sábado, viajamos a Droghena. Miguel tenía una reunión y yo me fui con mi cámara de fotos a recorrer el pueblo. Me recordó a Londres y el viaje con Hugo. Pasé por algunas iglesias, donde pedí con devoción e hicimos marcha hasta Dublín. Comimos en The Bank, un espectacular restaurante en el centro de la ciudad. Hamburguesa y pastel de pescado, cocacolas y expresso. Salimos del local y nos fuimos a Hard Rock, a comprarle una gorra al tete.



Fuimos luego a disfrutar de un pub, irlandés, irish irish que dice Prim. Yo volví a mi Blumers de Pera (como en Londres, cada vez, en Cyrano alguna) y echamos la tarde hasta que Miguel y yo nos bajamos a un Thai a cenar. Capricho de nuestros caprichos... Nos acercamos a una discoteca de adolescentes y nos recogimos con Iván, Ángel y Patricia. Nos fuimos a Sansara directos. Conocí a Pablo y Ana. Y echamos dos mojitos y unas palomitas. Algo de baile. Y fiesta, mucha fiesta, que cerramos en el Caffe en Sienne. Hasta que chaparon. Me encanta este sitio. Y la fiesta de anoche: double dark rum,...



Esta mañana he dormido hasta que Miguel puso en marcha nuestro siguiente destino. Espectacular: ahora entiendo porque a Irlanda le llaman el país de Dios. Hemos estado en Glendaloch (ya os pongo fotos y al día). Ahora nos vamos a Bray, a cenar. Os voy contando...



viernes, 9 de julio de 2010

IRISH CONNECTION



Salió de la nada y en todo se ha convertido. Un avión, apenas casi tres horas, y del tremendo calor en Valencia a la lluvia cortinera de Dublín. No llevo veinticuatro horas y tengo la sensación de llevar semanas, que os iré contando. De momento relax, pensando en cosas que dejé en Valencia, intentando tramar planes de futuro y conociendo utpaís, Irlanda, acogedor y fantástico. Os daré detalles con fotos, diario de esta aventura, de esta conexión irlandesa que me sirve en bandeja de plata el amigo Prim. Me voy ya, me esperan. Y tenemos cena por delante, y mucha noche... Ya os iré contando.
.
Pd: sin expectativa alguna y disfrutando muchísimo!

jueves, 8 de julio de 2010

A HACER LA MALETA



Es la foto furtiva de una noche que no existió. Es un recuerdo a tiempo pasado de un momento especial para un amigo mío, muchos años nos queden, y para los que le envolvimos en la calor. Un momento para recordar desde la ausencia de memoria, desde el secreto, desde la confidencia, de la que surge todo... Amor, amistad, sueños...

Cojo un avión en pocas horas. No os desvelo el destino: ya os lo haré saber, pero regreso pronto. El lunes estoy aquí, entre otras cosas porque el martes me vuelo a Madrid para estar con Mamen un par de días... Tengo la maleta por hacer. El calor incondicional de mi hogar, 37,1 grados, me hace derretirme mientras escribo estas líneas. Algo de chill out. Un ambientador nuevo de Zara en el baño: intenso. La vainilla sobrevuela mezclada con los aceites de café el comedor. Un mundo por descubrir. Hoy, esta noche, con un paso más. Vuelo. A un descanso de apenas unos ratos, para seguir en el frente. En la lucha, la del día a día.

Me voy a las lluvias, a las temperaturas más frescas. A descansar, a coger fuerzas y recargar pilas en tres días. Tengo ganas. Y de coger un libro. Y de hacer una foto. Y de beberme una sidra. Y de hablar... Diez días sin nicotina. Os lo dije ayer. Hay otras cosas que aún no os he contado, pero es cuestión de tiempo. A esperar...
Hablo con mis padres por teléfono. Y con Rosa. Mi madre me cuenta que esta mañana Edurne le dijo que me echa de menos, porque me paso el día sin parar y no me puede ver... Le adoro. Tan pequeña, tan inteligente... Calor absoluto. Voy a hacer mi maleta.

miércoles, 7 de julio de 2010

PO-DE-MOS



Partidazo de España, metáfora de la roja: victoria sobre Alemania. El fútbol, como siempre, dejando cosas curiosas para mi moleskine. Todos se sientes españoles, hasta los que siempre dijeron que no lo son: sorprende. La ciudad dormida. En taxi recorro para ir a la tele mientras el mundo espera el campeonato del mundo. Apunto el Miracle 120 de las bodegas de Vicente Gandía para mi bodega particular... Tremendo nervio hasta que llega el gol. Lo sigo, lo grito, lo celebro... El fútbol saca lo más primario de cada uno de nosotros, hasta las verdaderas intenciones...

Recupero la imagen del Naranjito, memoria del 82. Recuerdo ver una tele en casa de la tía OFelia... Recuerdo un beso. Recuerdo que me sorprende un mensaje, de repente. Recuerdo que tengo que hacer mi maleta: vuelo a Dublín.

Pd: Llevo sin fumar desde hace nueve días... Mañana, un día 10 contra la nicotina. Ya os contaré, lo que tenga que contar...

El domingo, final. ¡Y yo con estos pelos!

martes, 6 de julio de 2010

CHUPINAZO



Esta mañana... ¡Pum! Chupinazo... Y enseguida el recuerdo de hace un año, de las cosas que nos pasan, de cómo cambia todo, de como varía, de lo rápido que huyen los segundos (tempus fugit), de los recuerdos de una escapada fantástica en la que se recuerda bien poco y que fue un momento para tener siempre en la memoria... ¡Sanfermines de Pamplona! Es inevitable acordarse de mucha gente, de muchas cosas, de muchos momentos,... Pero es la fiesta, la del toro y el vino, la de Estafeta y Telefónica, la de la pequeña ciudad, encanto, rodeada de parques y jardines, la de la gente que viste de blanco con la pañoleta roja, y la faja, como un cinto, atándolo todo... Sanfermines pamplonicas, de los almuerzos copiosos y las comidas tremendas, de los pintxos y el kalimotxo, de la fiesta que no para, y el chupinazo que espantado suena, del sonido de los toros que recorren la cuesta de Santo Domingo, y el jaleo, y el gentío, y el no parar, que no paramos... ¡Cuántos recuerdos y qué lejanos!

Ayer mi yo, que soy yo, tuvo inicio de semana y de fiestas. Completo, vaya. De todo y con todo, no se puede dudar. Esta noche no dormía, sin nervios, pero sin sueño, la noche fue cayendo sobre un manto de felicidad incomprensible, que viene y va. La locura absoluta. La llamada de teléfono. El recapacitar. La adolescencia total. Y el sueño, que no llegaba... Chupinazo del alma.

Seis de julio: me voy a comer con Rosa y Susa. Ya os voy contando. Debería de empezar a preparar mi maleta...

Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo,...

lunes, 5 de julio de 2010

UN RELAX FANTÁSTICO



Gracias a la gente que tengo alrededor, miro al cielo y lo veo siempre azul. En días como hoy, lunes, después de un fin de semana de no parar y ser todo una fiesta y de pasarlo tan bien. Después de una semana agotadora en que hubo de todo y que llegó al viernes con una cafetería en Cánovas sentado junto a un belga y dos valencianos que no conocía. Y al rato una valenciana. Y un asturiano. Y al rato, una moto y un coche. Y rumbo al paraíso... De repente me encontré frente a la mar, donde Las Algas lo dominan todo y el sol cae derrumbándose por todos los costados. El azul del mar, el sonido impagable del mar. La mar. La mar misma... Y una copa de vino blanco. Y unos aperitivos. Y unas risas y un nos empezamos a conocer y me vale ya para siempre, o para este rato, pero es suficiente... Cenamos en un chino y cerramos la noche caminando con la Cucaracha a cuestas. Hasta caer la noche y en los albores del alba fuimos de la baraja y de la cama. Enseguida me desperté a portazos y por el calor, húmedo y tropical.

Nos fuimos levantando y nos hicimos a la playa. Camino extendida la toalla sobre mis recuerdos y bajo un manto de nubes que lo nubla todo. El sonido de la mar, una vez más, me trae relax a la orilla. Un relax fantástico. Y poco más... Si acaso los buenos recuerdos con Piru, con Nava, conocer a Macana y a Edu,... Placeres que nos da la vida a quienes no tenemos mayor voluntad que vivirla con intensidad. Comemos después de ir a casa de Lucas. Una paella en el límite de lo que será la felicidad, sobre el abismo del tiempo que con sueño se cierne contra nosotros. Arroz a banda. Helado. Caminando hacia la siesta vespertina y hasta los límites de las ocho que somos de la noche y de la fiesta. Conozco a mucha más gente: con quienes conecto enseguida, empujado por una noche de felicidad para gente a la que aprecio tanto... Y cerramos cuando es de día, en un baño propio de André Téchiné, en la piscina de la vida. Mato mi sueño hasta que regreso a casa, viento de tormenta sacude la madrugada. Me acuesto y me despierto. Compro con Valeriy algo de desayuno. Piscina, baño adolescente. Me recuerda a mis vacaciones de niño y aquella tormenta sobre nosotros que sacudía cada agosto. Comemos sin salir del Nido, como si fuera un partido de fútbol comentando los mejores momentos del fin de semana y hubo muchos. Muchísimos. Cargados de una sensación fantástica de seguir conociendo a más gente. Lo pasé fantástico. Y me costó regresar, por el camino de sienes plateadas con que se regresa al punto de partida... En el coche, con el sol en los ojos, el sueño a cuestas, el sonido de la mar clavado en mí... ¡Qué fantástica experiencia!

jueves, 1 de julio de 2010

LA BELLA VELADA



Anoche nos perdimos entre la noche, entre los que estaban y los que no y nos sentamos alrededor de una mesa en una cena (gracias por la cena, pareja) en la que no faltó de nada ni de nadie.

Nos echamos las primeras risas entre croquetas y anchoas, luego con calamares y al rato carne trinchada con una salsa que tiraba de espaldas: rematamos con vino tinto y unos postres de lujo. Vamos, lo de anoche, la cita apartada y tantas veces retrasada se convirtió, primero y antes que nada, en un festín gastronómico.

Lo segundo: la joya de la corona. Poder compartir mesa y mantel con la gente que lo hice, fue genial. Y sí: no voy a decir quienes eran. Enfrente una chica que compartía con su compañera dos bondades: que tienen cara de buena gente y lo son, que sonríen continuamente con la mirada y que simplemente con estar junto a ellas, te sientes como más tranquilo, acogido, acomodado... Doy la inicial de ambas que es la misma: A. Al lado de "A" su marido, mi recién amigo (en el tiempo) porque uno tiene la sensación de conocerlo de hace mucho. Y ahora que sé que te dejas caer por aquí, que sepas una cosa V., me caes bien. No sé por qué. Pero me caes muy bien...

Junto a mí, por la izquierda: D. Otra sorpresa revelación, porque los ratos en que le dejamos hablar (hay que ver como nos gestionamos las pausas los demás) borda y siembra. Recoge al rato. Y si se va pasando la noche, se va disparando y acabas riéndote de la naturalidad con que te cuenta las cosas. Otro descubrimiento. A su lado: J. El hombre que no estuvo. El hombre de las iniciales, quien ha provocado este desaguisado... Otro al que le cogí cariño vía rápida y que me abrió las puertas a seguir conociendo a los suyos (agradecido siempre). Un amigo. De los de verdad.

La noche fue genial, la cerramos entre alfajores y ron con cola, con una brisa que sólo tienen los pueblos donde el verano cierra antes las noches. Una despedida marcada por el reloj de una noche entre semana que hubiéramos alargado hasta que los caminos recobrasen la luz del día... Y una promesa: organizar otra pronto.

Así, como la de ayer, secreta, sin que exista, sin que sea, como nunca fue... Con los mismos... Con esas iniciales que se encontraron bordeando anoche una mesa, y otra al rato. Gracias por una velada tan bella...

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...