martes, 31 de marzo de 2015

SOLO ES ESTO


No pido más. Ni menos. Me cunde el pesimismo, con esas cabezas que azotan desalmadas mis temores. Llevo dos, días de semana. Llevo dos a cuestas, con esa primavera que sacude sin mirar horas ni cielos. Los pájaros trinan allá fuera: ya es más de lo que podría esperar. Y mi reloj calcula indeciso, contra sí mismo, ese ahogo que marcan las agendas y las obligaciones. Me pido eso, ni más ni menos, un paraíso lejano y una cazadora vaquera. Un atardecer en soledad. Unos pasos acompañados y algo más de campo, de vida ajena, de mañana. Algo más que no sea el sosegado paso del tiempo que se me está clavando en la espalda.

Me imagino en el final de esa tarde negra, oscura, mirando al frente, escondiendo mi boca del frío que me sorprendió frente a la nada. Me imagino lejos, callado y absorto: como querría descansar hoy. Pero pueden los segundos y las horas primero. Las cosas que hacer, los programas, las citas, los consejos... Hoy puede todo aquello que partiría como una nuez, y de igual manera dejaría flotar sobre el agua como un cascarón que tripular.

Solo es esto. Ni más. Ni menos.

lunes, 30 de marzo de 2015

QUE ME LO NOTO...


Es un lunes malo. De los de fin de semana después de cambio de horarios, de los de dormir menos de lo que querría, de los de arrepentirme cuando miro el reloj. Con un sobre esfuerzo de horas y días a los lomos y mezclando risas y proyectos, alegrías y mañanas, como única vitamina. El viernes comenzó todo a primera hora de la mañana y se alargó como si se acabara el día. El final del mismo, en torno a una mesa y una urna: elección de presidente en la falla y por sexto año consecutivo con ganas de empezar el proyecto. La noche siguió luego en Cyrano y el sábado con dos actos, Rambleta y Torrent. Comí en casa, pero no sé qué. Tomé un vino con Noe y Javi, porque teníamos cena en Cuba Denia por la noche de presidentes y Falleras Mayores. Se acabó tarde. Pasé con mi fatiga por Cyrano y en taxi a casa. El domingo, altar y comida en casa de Eva y el resto de la familia fallera. Fui feliz saltando en la colchoneta... y hasta ahí el fin de semana. Derrotado, Cansado. Mayor. Que me lo noto...

Esta mañana el lunes se hizo infierno. No apetecía nada poner los pies en el suelo: enganche de espalda, nervios, cansancio y fatiga. Fatigas. Me dan fatiga muchas cosas: ni el trabajo ni el moverme. Me fatiga el hoy y los egoísmos. Cada vez los consiento menos. Porque también como cada vez me empeño en decirme que voy a ser más egoísta pero nunca lo consigo, acaban jodiendo los egoísmos ajenos (esto tiene nombre de película de Almodóvar).

Hay quien se cree con el derecho a tensar las cuerdas siempre que le apetezca. Me da pena. Sobre todo, porque yo creía que hay gente que ya me conoce lo suficiente como para no arriesgar. ¡Pues mira no! Siempre hay alguien que se levanta con pies de abril, con ganas de romper el juego, o de poner una piedra más en mi camino lleno de piedras... Aprendí hace años a saltar vallas. Que nadie se agache a poner una piedra más en el camino: porque la saltaré. Me cueste lo que me cueste. Me fastidia esos egoísmos chorras de la gente que intenta reivindicarse haciéndote daño. No es mi juego, nunca lo ha sido. Allá cada uno, cada una, con sus pataletas adolescentes. Mi tren en estos momentos tiene la carga suficiente que busco a quien la aligere, no a quien intente cargarlo más. Yo creo que está claro. Meridianamente claro, que es una frase que no comprendo... Las cosas, que son así.

Y en mitad de la mañana Leo cuelga una foto de Rául, suya y mía en las cataratas de Sri Lanka. Y le escribo para decirle que hace días que anhelo aquel paraíso. Y sueño, recuerdo, el agua caer, la lluvia improvisada, la comida de especias y arroces, el cielo quebrado y la lluvia incesante. Y me iría allí de nuevo... Allí, donde los días se perdieron.

miércoles, 25 de marzo de 2015

ALIVIOS



No soporto los nervios del estómago, los que se conectan directamente con el corazón. Me duelen porque me entran siempre vía vena ajena, por cosas que no me son propias, mías, pero que me afectan. Me duelen cuando hay que levantar el telón, porque se enganchan con una fiereza que convierte al gatito en león. Pero no rujo, porque me duele tanto el estómago, que es lo más cerca tenemos de las entrañas, que callo. Y en silencio busco ausencias, sueño, dormir, desaparecer... Entro en época de pocos descansos, más aún tras las fallas. Con alguna buena noticia: nació Júlia, la hija de mi amigo Miguel Ángel, hoy al felicitarlo lo descubrí. Y regreso a las calles sin lluvias, de asfaltos perdidos. Me duelen los nervios, los que me provocan la gente a la que quiero yo que quiero a raudales. Así son los ríos de mi sentir, que van a dar a la mar. En quince minutos alzamos de nuevo el telón. Se apagaron las últimas cenizas de Noscarmientas y toca volver a la tele. Pasé mi día tomando un café aquí y otro allá. Me acerqué a casa de mis padres a comer, conejo al horno. Me regresé a la sede. Me encontré con Semi. Luego Pepa, Gloria con Paula, Alejandro, buscando en peregrinaje un bar donde tomar un café. Pasé por casa para recoger la ropa que sacar en la tele. Taxi y café con Piera. Ordenador, preparando la función de la noche, mientras los nervios de mi mala fe siguen agarrados a la tripa. Enseguida arriba el telón, rematado por mucha gente a la que sentar en plató. Luego calculo que ceno con amigos, quiero volar, salir, olvidar este dolor,... Pero creo que no habrá alivio hasta la ausencia, el sueño, dormir o desaparecer... La vida, que me sacude así.

martes, 24 de marzo de 2015

EL FRÍO EN LA PUERTA


















Tengo frío en los brazos, entre el codo y las muñecas.
Tengo los laterales de las manos dormidos, que les cuesta teclear.
Tengo el párpado izquierdo cayendo a tierra, cerrando de sueño.
Tengo una pierna bajo la otra, así dobladas, sin dolores ni peso.
Tengo una sensación de sueño que alcanza, y que me hace escribir y reescribir...

Y tengo muchas más cosas que van pasando por mi cabeza, sin encontrar otras respuestas.

Tengo optimismo y confianza. Ganas no me faltan ni me sobran, se van sembrando.
Tengo palabras por decir y silencios por conseguir. Tengo que mirarme desde fuera, desde el cielo mismo.

Tengo la noche por delante y el frío en la puerta.

Tengo que apagar la tele e irme a dormir...

domingo, 22 de marzo de 2015

SACUDIDAS


Domingos en familia. ¿Cuánto tiempo hacía de algo así? Pues sinceramente ni lo recuerdo. Entre el trabajo y la vida política no tenía tiempo de perderme en la sierra, bajo la lluvia, y encomendarme al noble arte de la mesa. Lo he dicho comiendo: "somos italianos". Somos una familia donde las "mammas" mandan y envuelven, donde aparecen como epicentros que sacuden el día a día. Anoche me acosté tarde. Cenamos Richard, Amparo, Boro, Eduardo, Kike, Fernando, JC, Laura y Alberto, Juanjo y yo en el Camerino para resurgir de las fallas. Llovía ya. A tope. Caminamos hasta Cyrano, nos echamos unas risas y alguna sorpresa. Y acabamos por Jerusalem hasta que pasó la madrugada. Nos volvimos a Mislata. Dormí, casi nada y a Onda. Comida familiar. Conocimos a Rober, una persona que llega en esta vida de continuos pasos donde la gente se mueve, va y viene. Llovió, a sacudidas. Comimos, por encima de todo. Y celebramos el cumpleaños de Mercedes que se entregó a la sorpresa con mejor aspecto que tiempo atrás. El resto, una siesta frente a la chimenea. Y volver a casa... Sin tener mayor apego que ese. La casa. La que querría arreglar y no puedo. (Mientras pienso con cenas por llegar, y vida hogareña). La casa. Que me pide su hueco siempre que inconscientemente sé que no podré... La vida. Que va a sacudidas.

sábado, 21 de marzo de 2015

GRACIAS AMPARO


Gracias Amparo.

Por vivirlo y por dejarme vivirlo. Por comprender que hay que trabajar mucho para sacar adelante un buen año. Por creer en mí cuando te decía que serías una gran Fallera Mayor. El fuego nos alcanzó anoche sin que te dieras cuenta del reinado tan fantástico que dejas para la historia de Noscarmientas. Creo que pocas veces me habrás visto tan emocionado como anoche, intentando deshacerme de los abrazos cubiertos de lágrimas que me traían grandes amigos. Me emocioné. Fue un día duro en lo sentimental y afloró al final porque como un niño que no quiere ir al cole me negaba a despedir nuestro año. Lo siento. Tu año de Fallera Mayor no será nunca solo tuyo. Lo siento tan compartido y tan vivido a tu lado que, anoche, al quemar nuestros faraones supe que con ellos volaban algunos de los mejores recuerdos vividos juntos. Y compartido por Richard, que mil veces me ha apoyado, yo creo que hasta cuando los dos sabíamos que yo no tenía razón, solo porque sabía que me hacía falta un buen bastón para seguir batallando... Lo que me habéis dado no lo olvidaré nunca. Lo que intenté aportarte, fue todo el trabajo y la ilusión del mundo para que no hubiera en Valencia Fallera Mayor más orgullosa de su presidente y de su comisión que tú. Tú, que sonreíste cuando te cambié el nombre. Tú que me cogiste la mano la noche en que me llegó el esperado saragüell... Tú que me diste las gracias por la presentación antes de subir al escenario por si se te olvidaba... Tú y Richard, que me devolvistéis la tranquiidad y la paz junto al mar... Tú, que me convenciste para ser un mantenedor nervioso...

Gracias por confiar, por vivir, por dejarme compartir... Por tus mensajes de cómo iban avanzando los trajes en el taller de Edu. Por tus fotos cenando con la Federación cuando yo estaba en el otro lado del mundo... Por tus risas en la joyería con el XVIII... Por haber esperado de mí lo que no sé si supe darte. Por aquella mascletà en el balcón, por entender que el cansancio me empujaba, por soportar que el exceso de trabajo me borrara la sonrisa en algún momento... Nunca "Caravana" volverá a sonar igual que ayer... Gracias por llevarte mi Carmela... Y por tantas cosas que han pasado y que no quiero olvidar nunca.

Sé que esperabas que te escribiera. Bueno, no sé si lo esperabas, pero estoy seguro de que querías... Yo, sin embargo, solo podía escribirte esto ahora, cuando han pasado ya veinticuatro horas, desde que viendo el fuego mantenía mi media sonrisa y en silencio no decía nada porque no quería volver a llorar... Ha sido espectacular. Vivo agarrado a esos recuerdos de un año entre pasarelas y cenas, risas y confidencias. Esperas y esperanzas... Ha sido uno de los regalos más bonitos de la vida. Así que gracias a Richard y a ti por seguir creyendo en mí hasta cuando yo dejo de creer. El fuego solo se llevó la falla, el resto me lo quedé yo para no soltarlo nunca. Un beso.

miércoles, 11 de marzo de 2015

NI MENOS SILENCIOS

Yo, yéndome a dormir derrotado por el sueño es una imagen que no recordaba. Pero que es real. Aquí al borde de la medianoche de este 11 de marzo que no necesita más palabras. Ni menos silencios...


jueves, 5 de marzo de 2015

SIN PINCHAR, NI CORTAR


No te pinches. Algo así se podía llamar esta foto. Aunque como me han comentado en el facebook yo soy de clavar, de decir, de no cortarme... Me he apañado esta noche para cenar entre amigos. Me apetece, creo. Cansadísimo como ando con una agenda constante en la que no falta de nada. Empecé desayunando con Vicente, Alejandro y Gloria. Pasamos por el despacho y por la sede, a ultimar un diseño. Luego a retrasmitir la mascletà. Me llevé la alegría del cariño de una pareja a los que no conocía. Que te quieran por lo que haces es precioso. Que sientas que casi te conocen. Disparo de Mascleta y comida en Pipol. Taxi y programa. Así acabamos el día de hoy que ya cuesta pensar que es jueves. Empiezan a nublarse los días.

Mi foto, de ayer, en el taller de EC, con dedicatoria hoy, especial, para sentir la amistad: Dedicamos la mascletá número 5 a los amigos que cortan malos rollos, a los que hacen patrones de futuro, a los que hilvanan ilusiones, a los que cosen esperanzas, a los que bordan con sonrisas y confeccionan una vida más feliz. A los sastres del alma. A los que no se pasan de moda.

Que así sea.

miércoles, 4 de marzo de 2015

EL TELEGRAMA

Acabando el miércoles. Acabando otro día. Vamos a tope. De un lado a otro. Cerramos el despacho, saltamos al metro. Hoy casi de paso. Estuve por la mañana con José organizando temas de cartelería, nada fallero. Mascletá y metro. Consum. Compro y como fruta. Salto en taxi a Edu. Me prueba los pantalones negros de valenciano. Me pincho con sus agujas. Me recoge un taxi y salto a la tele. Grabamos programa de fallas. Y hago marcha hasta ahora que espero a que Bausá me lleve a la falla. Hay junta. A lo mejor, contado así, tienes la sensación de que ha sido un día vacío. ¡Pues he tenido hasta tiempo de pensar! lo que son las cosas....

martes, 3 de marzo de 2015

UN TIPO CON SUERTE


A veces, de una manera inconsciente, buscamos nuestra suerte sin saber que es ella la que nos alcanza sea cual sea la velocidad a la que corramos. Sin embargo, siempre he dicho, porque así lo creo, que la fortuna hay que buscarla. Poca suerte caerá por la chimenea de un tejado si te quedas sentado en la silla a ver pasar la vida. Yo la veo pasar, pero sacudiéndola con un egoísmo absoluto: el de poder compartirme cada día de vida con la buena gente que me guía de la mano. Y así hago camino. Hay que deshacerse de las piedras con que cargamos nuestras mochilas: del pasado, sobre todo, hay que aprender a recoger recuerdos y vivencias, pero nunca personas ni hechos que nos generaron dolor. Es básico: si deshaces así tu equipaje podrás rellenar una maleta más nueva, cargada de aquellas cosas que en realidad te seducen. De aquellas cosas con las que quieres caminar.

A media mañana me ha sonado el teléfono: el presidente de Los Centelles me anuncia que el 16 me otorgaran el Coeter d´Or por el programa de la tele. Buena noticia. Al mediodía, tras una mañana de despacho, me dejo caer por la retransmisión de la tercera mascletà. Y como luego en la Tasca Ché con la buena de Mabel Obrer. Me recojo en autobús a casa, acabo mi trayecto: ducha, cambio de ropa, taxi y al tajo. Grabamos en la tele y me quedo a que acabe Bausà. En definitiva, otro día que podría haber alquilado mi casa por lo poco que la uso. Tengo ganas de llegar, aunque sé que será dormir y otra vez al tajo (anda la nevera pelada que no la reconocerían mis padres) y empieza a apretarse el calendario para que deje de saber qué día es. Martes. Aún lo recuerdo. Pero tengo la cabeza en otras cosas... quizá, en dar las gracias, porque soy un tipo con suerte. Sin duda.

lunes, 2 de marzo de 2015

SENTIR EL CALOR

Estamos en marzo. Para mí es mes de fallas. Si lo explicara de otra manera, mentiría. Desde niño me apasionan, tanto que llegue a mi profesión de la mano del fuego - por aquello de quemarse a tiempo. Siento el calor cerca este año. Se fue rápido. Mucho, el año. Ese tiempo que pasa entre cremà y cremà. Y lo afronto, de momento, con una agenda que revienta y con una afonía absoluta que llegó vía sorpresa el sábado tarde.  

 

Las fallas me gustan porque me suman en colectivo. Me encanta compartir: siempre lo he hecho. Y sobre todo, compartir vida. Gracias a esa capacidad y a la fiesta he conocido a un sinfín de personas. De todas guardo buen recuerdo, de muchas comparto su amistad. Pero en general, siento que ir sumando, me ha hecho crecer. El domingo tuvimos el vino de honor en la falla y sirvió para estrechar más unión. Las fallas, me suman.


Hace un años me sumaron a Carol y David. Luego, con el tiempo, se diluyó el fuego de las primeras fallas. Pero como la llama siempre tiene rescoldos, parece que se reavivaron los calores de ayer. Hoy, al ir a retrasmitir me encontré con ellos, nos vimos, hablamos, subimos y bajamos, nos fuimos a comer y nos pusimos al día... Me gusta sentir el calor. Siempre ha sido así. Soy exceso, en los calores y en los fríos.


Y en esos calores, se han sumado unos amigos que casi somos familia. A ellos les dediqué la segunda mascletá del año, como ayer a Laura y Ana (las gemelas). De ellos, hoy, he escrito: Dedicamos la mascletá número 2 a la gente que te da buen rollo, a los que atan, a los que miran de frente. A las amigas y amigos con los que no hace falta hablar porque una mirada es el mejor resumen. A los que confían y en los que crees. A los que suman y con los que proyectas. A los que sabes que estarán. A las familias que no son de sangre... Y así lo creo.


Como creo tantas cosas que digo. Y tantas que callo. Como esa mascletà final, del sábado, un terremoto lo mueve todo. Y yo, hoy, con mi corazón y mi calma, estoy en el epicentro. Allá vamos...

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...