martes, 24 de enero de 2017

INSOMNIOS


Vuelvo a casa envuelto en la falta de sueño que me trajo la noche. Lorca escribió de las noches sin luna que en ellas no se veía a dos pasos, que eran perfectas para quienes necesitan escondrijo... Yo en la noche no me escondo. Me encuentro; porque siento de una manera absoluta y mi cabeza está más ágil que nunca. Cuando todo es noche escucho más y más veo. Con la mente despierta, sueño (pero no de dormir): de volar despierto. Por la noche, en la que muchos duermen, yo creo. Imagino. Disparo sueños que no derriban enemigos, pero que no tienen más dueño que yo... Y así, noche tras noche. El insomnio me duele si intento dormir, si no es mi compañero... De fátigas y de cosas. De recuerdos y de aquello que quiero. De los secretos que nos guardamos mis noches sin luna y yo... ¡qué soy de mis noches y de mis sueños!

RESPETO

Hace unos meses lamenté mil y un insultos tras la muerte de Rita Barberá... Hoy leo algunos de los que soporta Miguel Bosé tras la perdida de su sobrina. Y mi sensación es la misma. Nada justifica esos ataques, esas rabias, esa ignorancia extrema que les lleva al insulto... Lo siento. El respeto y la tolerancia no saben de credos, de ideologías, ni de afiliciaciones, ni de tendencias, ni de creencias, ni de opciones,... El respeto y la tolerancia solo saben de personas. Y hay personas que lo tenemos y lo guardamos como hay otros que están demasiado corrompidos como para entender esto que escribo... Corrompidos moral, ética, humanamente... Que no merecen ni siquiera este tiempo que les estoy dedicando. Es lamentable. Penoso. Pero existen... hacen ruido. Ladran como un lobo hambriento cuando huele a sangre (y que me perdonen los lobos). Pero yo me niego a dejar de ser humano, a dejar de sentir todo lo que quiera y a tener que callarme cuando mis palabras no tienen su sucio aliento. Respeto, señores. Solo es eso... una palabra que dice mucho. Todo. Si tuviéramos un poco más, nos faltaría alma y nos sobraría bilis...


lunes, 16 de enero de 2017

VENGO DE UN FIN DE SEMANA


No traigo nada nuevo ni excepcional: vengo de un fin de semana. Así que es lunes. El lunes no es un día querido, a no ser que sea festivo. Nos pasa a los seres humanos, que nos puede el egoísmo y nos gustan las cosas cuando nos benefician. Si no, no. Pues sí, es lunes. Y vengo de un fin de semana, con la caldera rota, amenaza de gélidas temperaturas y el pijama como segunda piel. Como la piel que habito.

Y todo lo que se me ocurre, escuchando por quinta vez el disco de Raphael que los Reyes me trajeron en casa de Tiby que escribir. Escribir que hacía tiempo que no lo hacía y corresponde. Correspondía. No es fácil... pero hay que ponerse. Y me pongo. Me sorprendo a mí mismo con esa leyenda del lunes...

Todos queremos ser los primeros, menos los lunes. Los lunes hubieran preferido ser terceros. Miércoles, para que nadie les odiara. Pero les tocó empezar la semana, como nos ha tocado a tí y a mí. Yo la empecé buscando un segundo - de tiempo, no de orden - para reorganizar mi vida - ahora que aún no me cansé de organizarla - y para pensar que, de los años que he comenzado, éste, por no tener propósitos. es el que menos me estoy decepcionando. Y es bueno: no me gusta decepcionar. Tal y como cumplo años, además, prefiero no decepcionarme a mí mismo. Y a base de repetirlo, lo he convertido en mi dogma de fe. Tampoco soporto que me decepcionen. Lo siento. Es algo que los que me han decepcionado no entienden... Ni comparten. Pero es así. No lo tolero. Ni la falta de lealtad. Soy así... Mi capacidad de aguante va disminuyendo. No me enorgullece; pero no lo callaré... Me hago mayor y me elijo a mí.
Lo dicho: que ser lunes es difícil, pero nadie recae en ello. Los lunes maldecimos, como alargamos la cama un domingo o una noche los sábados. Pero el lunes, es otra cosa. Éste en particular me ha hecho descubrir algo: y es que somos brutalmente egoístas... ¿Qué lunes nos gustan? ¡Los que son festivos! Los que pierden su naturaleza de primer día y se convierten en tercero de un buen puente... ¡Eso sí que es un lunes bueno! El que deja de serlo... ¿Y nos importa algo cómo lo siente el lunes? No... pero nosotros, que somos primero y después egoístas qué más nos da... Pues así hacemos con todo. Y así nos va. Nos gustan las cosas, las personas, los hechos según nos benefician sin pensar qué piensan, hacen, sienten...  Nos importa poco cómo se sienten o cómo lo llevan. Nuestra empatía es cero. Y nos da igual... Yo necesité pensar en los lunes para darme cuenta de lo duro que lo tienen. Y luego me puse a pensar en gente que conozco... y pensé lo mismo... Por eso les digo una cosa a los lunes y a mis amigos que sufren: aquí me tenéis para pensar en vosotros. Vale... Es un punto de locura... pero bendita locura que te lleva a pensar en los demás. Aunque sea un rato. Pequeño... ¿Pensáis que se me fue la pinza? Yo, por lo menos, pensé en los lunes que sufren...




Resumen de fin de semana:

Molan las cosas que no te esperas. Las noches improvisadas y las visitas imprevistas. Mola ser multimillonario cuando quien tiene un amigo tiene un tesoro. Molan las risas de noche y las de anoche. Mola ser el primero en irse de una fiesta creyendo que la cerraste. Mola cruzar la ciudad en silencio. Mola bajar la persiana para dormir en la mañana. No abrir los ojos cuando te despiertas de madrugada y ronronear una hora sin salir del nórdico. Mola ponerse el pijama para pasar el día. Improvisar una cena al ajillo por no repetir una pechuga con patatas. Y mola tirarse el día sin hacer nada pensando más en el placer del calor de hogar que en la factura del gas... mola tener ganas de cocinar y hacerse unas palomitas. Y mola que te venza el aburrimiento que nunca tienes, aunque te empuje a devorar chocolate una y otra vez. Yo, como Scarlett, pongo a Dios por testigo que mañana volveré a pasar hambre... Los pobres lunes, qué lo tienen todo.

sábado, 7 de enero de 2017

Y LAS MÍAS

Me descubrí ayer mismo diciéndole a mi hermana en metro, mientras acudíamos a la comida de Reyes, que estuviera tranquila, que la vida da muchas vueltas. Y la segunda vez que se lo dije, cruzando el paso de cebra, repetí cada palabra no sé si más por ella o por mí. Parece que desde la Ibiza pasada me he empeñado en alcanzar los 40. A mis no propósitos de año nuevo, que me van de escándalo, mejor que cuando los tenía, he añadido esa voluntad de envejecer aprovechando pasos y canas; que tengo los míos. Y las mías.

Perfil propio desde la Ibiza pasada
Lo dicho. Le (me) repetí el mensaje consciente de que la vida da segundas oportunidades muchas veces. Creo que la primera vuelta nos la da de hostia, para escocer. Y la segunda de revancha, para aprendido, saber hacer frente. Hacerse mayor (en mi caso por voluntad propia).

Fui siempre un niño mayor. Fui con amigos mayores que yo hasta que Dorian Gray se apropió de mí, le ganó la batalla a Peter Pan, y comencé a tener amigos más jóvenes. Y de todo se aprende. Aunque también es cierto que cada vez más cerca de la madurez, estoy subrayando en mí esas ganas de no callar y al mismo tiempo de esperar ver cómo el paso del tiempo da y quita razones. Que lo hace.

Le dije a mi hermana que la vida da muchas vueltas pero creo que me lo decía a mí. Y estoy convencido de que nos valdrá a los dos. Es cuestión de saber esperar.

Y en esa esperanza andamos. Hay que arrepentirse de lo que no se dice. Hay que dejar de ser aragonés, que dice mi madre piensan bien pero tarde. Hay que volver a la paz con uno mismo y de ponerse el mundo por montera de vez en cuando... Pero sobre todo, hay que valorarse primero y antes que nada porque nadie es más importante para nosotros que nosotros mismos. Y sí, suena a egoísmo. Soy una persona excesivamente generosa. Por eso estoy convencido que para darse más y mejor a los demás, hay que construirse con más voluntad y primera persona. No hablo de egoísmo, hablo de crecer (en paz y en calma). Que todo hace falta... Y a quienes no nos quieran con esa paz y esa calma, que les guste el paseo... Hay que empezar a hacerse querer para que nos quieran. Estoy convencido. De esas y de otras cosas.

jueves, 5 de enero de 2017

CINCO DE ENERO


Queridos Reyes Magos,

hace años que por casa no pasáis a base de trabajos y tiendas, horarios familiares y cambios de vida. Pero a mí me gustaría que regresarais. A base de hacernos mayores nos sacude la nostalgia y la melancolía. No sé cuál fue el punto de inflexión, pero llevo meses pensando que llegan mis cuarenta y, como los abriles de Sabina, alguien se ha dedicado a quitarle minutos al incesante reloj sin saetas de mi vida.

No me siento más mayor. Ni menos joven. Me acerco a la barrera con una buena sensación y un vértigo inevitable. Hoy es cinco de enero, lo justo sería que fuera tres (cuatro a lo sumo). Pero el tiempo se empeña en largarse con velocidades de relámpago que nos dejan menos opción de hacer y de deshacer. Quizá por eso, me vine a cuestas con mis recuerdos de infancia - de infancia muy tierna, ya os dije que dejasteis pronto de venir por casa - y me sacude la ilusión de volver a tener un día de Reyes como aquellos en que, con equilibrios totales, papá y mamá nos sorprendían. Nunca pedimos más ni nos trajeron menos. Buenos recuerdos que se disipan al pasar el tiempo...
Por eso hoy, que anda todo el mundo rematando sus cartas, yo miro a otro lado. Acudiré ahora a la cabalgata, el cargo obliga, pero me vendré a casa con un desapego absoluto. Total. Algo que me gustaría revivir, porque como dije, cuánto más mayor me hago más en niño me convierto. Y eso es genial.

Así que, majestades, se vayan haciendo a la idea. Al año que viene les espero por aquí. Como cuando el abuelo y yo le poníamos cebada en el balcón a sus camellos. Como cuando corría hasta la habitación del final del pasillo para encontrarme una pizarra sobre la cama... Como cuando soñaba despierto.

Feliz año.

Pd: Yo siempre fui de Melchor...

martes, 3 de enero de 2017

BUENAS NOCHES. POR HOY.




Vengo con la resaca clavada en los huesos. Feliz año nuevo. Primer martes de año con sabor de lunes. Resaca de año nuevo y aeropuerto con retrasos. Hice mil cosas hoy. Recordé el ayer, trabajé y compré para comer, arreglé la tarjeta de crédito que no se había roto y una tapa del baño que instalé yo mismo. Preparé un cocido e hice este vídeo. Respondí por móvil un mensaje de ayer (que suena a más pasado). Y saqué un libro de la librería con la intención de comenzar el año leyendo: Primavera con una esquina rota. Benedetti.

Eché de nuevo agua al cocido que se evaporó. A ver si llega a caldo ahora que son las nueve de la noche, empieza el informativo y ceno.

Sí, quiero volver a escribir. Me dio una vergüenza tremenda qué hice con este blog el año pasado. No me comprometo a más. Pero tampoco a menos.

Me apunto hoy en mi moleskine emocional;

De ayer, coge la nostalgia y los buenos recuerdos.
No vivas del pasado, pero no lo olvides. 
Quédate con las cosas que te provoquen una sonrisa 
[o una lágrima que no sea de dolor].
Piensa en las oportunidades que da la vida 
y no las desaproveches.
Y si te saltas algo, para, regresa y sigue el camino.
Sobre todo vive. 
Y deja vivir.

Buenas noches. Por hoy. 

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...