viernes, 13 de julio de 2012

LEVANTARSE CON UNA SONRISA



Hay días, que sin darme cuenta, me despierto antes de lo que quisiera y me levanto apoyando los pies débilmente sobre el suelo y con una sonrisa puesta. Hay días, que sin buscarlo, te levantas con la felicidad cogida al rostro, que se despierta como si tuvieras ya la cara limpia y despejada de sueño, sin legañas ni recuerdos que nos pesaran. Hay días, que al despertar, te sientes con una felicidad intensa, inmensa como el mar, y sigues sin forzar el día con tu sonrisa puesta, anclada al rostro y los ojos brillando cuando miran al cielo: hay días que el corazón bate con nostalgia y otros se despierta acelerado, como enamorado de un sueño y te invita a caminar con la alegría cogida de la mano...

Hemos de aprovechar nuestras sonrisas, hemos de buscar la felicidad sin que su búsqueda sea una obligación, hemos de intentar despertarnos contentos para seguir con la sonrisa alegrando la vida de todos los que nos rodean... Yo lo intento a diario. Lucho por conseguir cada mañana despertarme con los labios escalando al cielo y los ojos buscando los primeros rayos de sol que me anuncian un nuevo día.

Cuando nos despertamos tristes, el dolor y el desconsuelo nos hacen arrastrar los pies en nuestro camino, como peregrinos derrotados por nuestro cansancio de vida. Por eso, te invito a que cada mañana, segundos antes de despertar, en el momento en que vayas a abrir los ojos para comenzar un nuevo día pienses: quiero empezar el día con mi sonrisa puesta. Quiero con mi mirada buscar el cielo por donde corren las nubes... 

Cada día que me despierto con mi sonrisa, como hoy, que por los detalles más pequeños puedo llegar a sentirme el rey del mundo, se me van las horas de una manera veloz a cazar la felicidad que corre delante de mí, hasta alcanzarla. Y cuando, con mi sonrisa, cojo la felicidad entre mis manos y la apreto fuerte, me siento más lleno que nunca...

 Mis amigos me dan esa felicidad. Mi familia, mi gente. El cielo. El sol. Esperar a la próxima lluvia. Sentir la palabra. Recuperar al amigo. Escuchar el tintineo de una canción. Notar el tacto de la brisa que nos relaja del calor. Vivir la alegría del momento en que mi corazón se despierta feliz y le acompaña el cuerpo con la sonrisa en los labios y los pies volando sobre el suelo... Es tan sencillo como eso.
Despertarnos con una sonrisa... Despertar a la vida, un día más con la felicidad anclada a nosotros mismos y un empeño por volar alto, tan alto como vuele nuestra alegría, y alcanzarla entre las manos nada más comenzar el día... Siente la alegría de cada día, siente la emoción de cada segundo, siente el latir del corazón, siente la ilusión por esperar que se cumpla cada sueño y sueña por seguir volando hasta alcanzar tu felicidad... La felicidad es algo que llevamos cada uno de nosotros cerca de nuestras vidas, podemos cerrar los ojos y pasar ciegos ante ella, o sentir su fresca fragancia y lanzarnos a alcanzarla fuertemente.

Cuando tengas entre tus manos la felicidad, tu sonrisa salpicará tu rostro y tu vida contagiará a todos los demás de esa alegría que te mereces... hay días que el corazón bate con nostalgia y otros se despierta acelerado, como enamorado de un sueño y te invita a caminar con la alegría cogida de la mano... Y paseamos los dos, mi corazón alegre y mi caminar sosegado, para alcanzar la felicidad esperando que tú te unas a nuestro paseo.

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