miércoles, 27 de marzo de 2013

LOS CONFINES DE ALLÍ

Miércoles de noche, al borde de la tele. La veo desde casa. El programa de esta noche lo grabé esta tarde por necesidades de los penitentes y ahora me centro en escribir las últimas letras de este día. No me apetece mucho más que tirarme en el sofá. Me he pasado el día desde la cocacola de la mañana con Cañete a la tarde que amenazaba con unas lluvias que no llegaron.

He pasado por la radio, con un programa más que divertido: Arantxa y yo nos hemos acoplado de maravilla ante la ausencia de Leo que es un contrapunto fetén y divertido para estas gamberradas. Como con Toñi al mediodía y nos ponemos al día. Ella me cuenta que San Francisco es caro. Y yo que estoy por sentar a mi amiga enfrente a decirle que se le pasa la vida sin que se entere, que creo que se ha cegado con sus esperanzas y que no sé por cuánto tiempo más aguantarme en silencio lo que debería de decir. Vamos, que cada uno le decimos al otro como nos va la vida. La mía intensa entre congresos políticos, teles y radios, notas y avisos... Ayer tuve la presentación de la candidatura y fue un exitazo. Contento, muy contento, de sentir el apoyo de tanta gente sin saber hacia adónde nos envía el rumbo... Aunque soplan vientos fantásticos.

Me acosté dejándome el cansancio sobre el colchón, no me gustaba nada la almohada y me dieron las dos de la mañana pensando algunas cosas. Casi todas pasajeras. De repente me encontré en mitad de la noche pensando en algo que ya no recuerdo y me dije a mí mismo: "Pero tú, ¿qué haces pensando a estas horas?". Y es que seguía... mi cabeza seguía.


Mi cabeza debería de irse hacia los confines del mar, allí donde se pierden los horizontes que a veces me han servido para luego regresar. Pero ahora me he de quedar aquí, con la cabeza sobre las manos, pensando y decidiendo.

Hoy he decidido no ir a un lugar. No me pesaba nada más que tener que ir. Y decidido no ir al final. A veces me toca pensar en mí...

Ahora estoy al teléfono. Y con ganas de irme a dormir. Sólo a dormir. A acabar la noche sin mirar en los confines de allá. Hoy quise irme a Madrid, pero Mamen se vendrá para Castellón. Sigo sin saber qué haré en Semana Santa, pero me tocará seguir pensando... Pensando... Al final me paso muchas horas pensando. Lo que son las cosas...

lunes, 25 de marzo de 2013

PALABRAS EN LA NOCHE



Y aún creo que me gustaría que se te perdieran unas palabras en la noche, 
que se te cayera un silencio junto a mis oídos, 
que siguen despiertos, insomnes...

domingo, 24 de marzo de 2013

MARCIANO

Apuro el zumo de naranja, al que le puse algo de azúcar por ponerle algo, y escribo en el whatsapp. Marciano. Lo que pasa me parece marciano... Y pienso enseguida cuánto tiempo hacía que no me acercaba a contaros las marcianadas de mi vida, y el día a día, y las cosas que me apetecen... Y a dejar entreveladas, como escondidas, las que no... Acabaron las fallas y el fuego se llevó todo. No sé si para devolvernos purificados a una primavera que ha entrado a golpes en mi vida. Hoy, como astémico, llevado por la nostalgia desde que me desperté. Hacía mucho que no me ponía el despertador. El dolor muscular del hombro izquierdo me recuerda que hasta hace nada he sido del cansancio y la falta de sueño. Tengo por recoger la ropa de casa de Angelita, el colchón de Leo y otras tantas cosas... Tengo la casa por hacer y un sueño por deshacer. Y acompaño lo que escribo con el CD de Luca que volví a encontrar. Reencuentros. 

Luca es un guitarrista callejero que conocí en Londres y al que, como final de viaje, llevados por el frío de inicio de año, le compré su disco de calle porque me sonaba a despedida de aquella escapada. Hace mucho que no voy a Londres y ya apetece. Londres apetece siempre, aunque ahora me suene tan distante, tan lejano, tan casi a nada... Estoy en un momento de mi vida en el que no paro. Las fallas, geniales, acabaron y comencé la campaña por la presidencia del partido en Mislata, así, una cosa detrás de la otra, para que no haya parón... La semana que viene es Semana Santa y no he proyectado hacer nada. No sé qué haré. Y así con todo... Tengo dejadez de domingo por la mañana, bebo soledad en tragos pequeños y pienso en qué hacer a los quince minutos para enseguida cambiarme mi propio rumbo. Lamento tanto haber dejado de escribir en el blog... Siento que se caen las hojas a una velocidad de vértigo y van desapareciendo los ojos que quieren leer. Es como si de repente, ya se fuera a acabar esto... Y lo pienso. Me paro y pienso: ¿Y si se acabara el blog? Al fin y al cabo sería una etapa más de esta vida llena de etapas, que ni siquiera el fuego arrasa...

El pesimismo general lo combato con ganas, pero reconozco que la apatía me puede en algunos rincones del día. Tengo ahora mismo una vida laboral fantástica, alargada en la radio todas las mañanas y, según me anuncian, se va a alargar así en los próximos meses... Tengo una vida de proyectos, compartidos con un equipo, que me hacen fortalecer cada segundo. Tengo una falla que ardió lenta y serena, como se queman los cartuchos de mi vida, que tendrá que renacer de sus propias cenizas. Y tengo también una duda: la de la felicidad. Hoy me hubiera ido a comer a la playa, a soñar por la orilla, a beberme una tarde y pasear sobre una cuerda alargada, de cobre, extendida entre nubes,... Yo, allí, con mi vértigo, paseando entre las nubes del cielo... ¿Hacia adónde va mi vida? Pues de momento, me mezo entre las dudas, sabiendo eso sí, que no se va hacia Londres... Sigue la guitarra de Luca. Y me tapo la boca con la bufanda mientras escuchamos en las puertas de Covent Garden el "With or without you" que suena a himno de vida...


Me decía Amparo ahora que escribiría sobre las fallas, que fuego son. Fueron unas fallas divertidas. Lo he pasado genial. La tarde de los disfraces peruanos y la ronda por Ruzafa, la tarde con Adrián cobrando en la puerta y Angelita liandola como antes, el jamón de Javi que nunca fue de nadie, la plantá a tombé, los premios, ir y volver, las risas, las horas que pasaban... Las fallas de 2013 han sido geniales. Yajaira y Nerea, con familias, hicieron muchísimo. El resto, risas. El cansancio pudo a la noche y le ganó la batalla... Y yo gané la mía. Por fin. Relajado, tranquilo, sin presiones externas, sin recuerdos de los que ahogan... La libertad final se silencia entre las carcasas de las mascletás, la vida en el balcón con Leo, fue un punto y a parte, un subidón (escalera arriba, escalera abajo), una risa... la noche, que fue pasando. Aquél gorro de lana tapando una quimio no me pasó desapercibido. Una noche me descubrí solo en mitad de una verbena llena de gente: por un segundo tuve la sensación de encontrarme solo en mitad del ruido, del todo... Y seguí andando. Enterré las penas que arrastraba y la dejadez y el abandono se consolidaron ya, por fin, como una herida con costra que cicatriza más rápido que nunca. Lo pensé al acabar las fallas. Se acabó. Y se acabó con una sonrisa en la cara... Precioso. Eso no es que se arreglaran las cosas, eso es que pasaron a ser historia, que ya nada importa, porque ya nada hay... Pero ahora por lo menos ya no duele, ya no rasga. Un paso adelante, y el camino que sigue. Pensé en algún momento hace tiempo, cuando me dolía todo, que habría un día de encuentro en el que se solucionaría un problema y volveríamos a compartir el camino. Este año descubrí que mis pasos caminan ya hacia otros lugares... Y no hay dolor. No hay pena. No espero ya nada: y esa falta de esperanza, por lo menos, no es desesperanza. No desespera. Simplemente, como el fuego, desapareció. Se acabó.

Decía hoy que me siento marciano con una cuestión de mi vida. Se lo escribía por whatsapp y me invitó a regresar al blog. Ella me dijo que lo tenía abandonado. Yo lo sabía y aunque no me gustaba la idea, tampoco había hecho nada para regresar aquí... A mi rincón perdido del alma. Y vuelvo, para decirlo. No puedes decir que no quieres nada de una persona y luego pretender que forme parte de algo importante en tu vida. Me ha sucedido. Me sucede desde hace casi un año y ahora se confirma... Marciano. Me siento marciano. Porque a lo mejor yo, desde el radicalismo personal de mi carácter, no habría hecho esto. Podemos llamarlo "radicalismo", "orgullo personal" o "que soy así". Yo siento ésta última opción como la real. La mía. Y siento que hay quien intenta hacer borrón y cuenta nueva. Y eso no puede ser. Mi manera de hacer no me lo va a consentir, lo sé. Es estúpido. Marciano. Hay quien dice que hay que saber hacer como que no pasa nada: absurdo. Pasaba. En pasado. Ya lo dije. Qué bien me vino no tener que zigzaguear para evitar el dolor de una mirada o de un silencio. Ahora ya no. Ahora, volando libre, se camina más erguido y feliz. No dediqué tiempo ya al pasado. Me parece raro, pero alivia. De repente, de un plumazo, una parte importante de mi pasado se ha ido al garete, como el fuego de la falla, al cielo. Y me siento bien. Ya no hay ni dolor ni tristeza. Ni tan siquiera insignificancia. De repente, es caminar sabiendo que aquella parte de nuestras vidas, se esfumó... Una lástima, visto desde la distancia, la verdad. Pero ahora, por lo menos, ya no duele...

miércoles, 13 de marzo de 2013

UN ACIERTO

No soy un tipo de hacer ruidos. Aunque soy valenciano por los cuatro costados, y al final eso se cuela: soy barroco, excesivo, explosivo... pero intento siempre mantenerme en lo "polite", de manera correcta, porque siempre he creído que la educación debe de ser la manera en que resolvamos nuestros conflictos... Hoy es 13 de marzo, hoy comienza la carrera por la presidencia del partido en la que me mueven la ilusión y los amigos. Me he manejado así siempre, toda la vida, haciendo lo que pensaba y en lo que creía. Y, sobre todo, rodeándome de gente que me ha hecho mejor... Un acierto en mi vida.

Estamos con la cuenta atrás de las fallas. Anoche cené en Convento, casi con visita de doctor que dijo Mabel que quería alargar la noche. La tarde fue una risa: después de la comida con la Alcaldesa, nos tomamos un trocotró en harmonía, Maríatomás, Leo, Félix y servidor. Me llevaron a casa, cambié los trastos de matar y regresé a la tele. No paro nada. Me dejé la madrugrada hasta las tres haciendo carteles para las fallas y seguí con este ritmo frenético, buscando una escalera, como titula hoy el "Vaivén" de Levante.

Necesitaba escribir. Necesitaba dejar constancia de estas horas de tanto cansancio y tantos proyectos de futuro. Profesionalmente estoy muy satisfecho: la radio y la tele se están convirtiendo en dos grandes motores de mi vida. Y emocionalmente, me encuentro bien, con ganas, haciendo frente al cansancio agotador (yo ya sé qué es agotarse, 2011) y mirando adelante entre vitaminas e ilusiones. Estoy contento, cojo de tiempos y pasiones, pero corriendo que me las pela contra el fuego cada vez más cercano... Ya lo dije, soy valenciano. Y eso se lleva en la sangre o no se comprende...

Hablo con mamá por teléfono: pensé en ella. Recuerdo que tengo pendiente llamar a Hugo, rematar conversación con Jose (les llamé el otro día y nada)... El tiempo va pasando. Ayer, en el Salón de Cristal del Ayuntamiento lo hubiera parado en un instante, en una mirada de la Jefa. Nunca dejaré de sorprenderme a mí mismo...

Ni dejarán de sorprenderme los demás. Y eso es fantástico. Cuando llegué a casa tenía una carta en el buzón. Me sorprendió leer algunas cosas, ciertamente. Al final creo que cada uno tendremos una percepción distinta siempre de lo que pasa en nuestras vidas...

lunes, 11 de marzo de 2013

11 de marzo


Hace nueve años, el 11 de marzo sacudió la historia de este país. El cielo se cubrió de ceniza en una valencia fallera que quedó conmocionada durante muchos meses... Recuerdo aquellas fallas como unas fallas tristes, impactados, doloridos, ausentes... Recuerdo aquella mañana, la radio, las voces, los testigos, la muerte. Y recuerdo a la perfección aquella sensación de niebla que todo lo ciega. 11 de marzo. Una triste fecha para la historia de este país.

HUELE A FALLAS

Ya no sé cómo pedir perdón, pero de verdad que no tengo tiempo para mí. En estos momentos, mientras tecleo disparado, echo en falta irme a la cama porque siento que le robo horas a mi sueño y no me apetece nada, la verdad. El tiempo pasa volando y lo apuro a destajo. Todos los días los paso en el balcón del Ayuntamiento, con el programa de radio y el micrófono puesto. Lo pasamos genial, buscando la escalera, este año por todos los lados... Creo que todos sabemos que la escalera tiene que aparecer al final...

El tiempo huele a fallas. La semana pasada se nos fue entre lluvias y fríos, pero de vez en cuando nos reserva un respiro primaveral el cielo y lo aprovechamos a destajo. No hay tiempo que perder, ni que ganar. No hay tiempo, básicamente.

El viernes comí con Laura en el Ribera y me fui, después de ver a Nuria y Alejandro, a entrevistar a Begoña y Carla en el plató de Levante TV: salí para dar una entrevista, llegar a casa hablando con Cris por teléfono y ducharme. Me cambié, me vestí de azul y me fui a la sede a presentar mi candidatura para presidir el partido a partir del próximo 13 de marzo. Me fui a la tele, hice el programa, con la sensación día de la marmota y corriendo a la falla a vivir la última junta general del ejercicio fallero. El fuego cada día está más cerca. Me escapé a las dos de la mañana a Exposición porque me escribieron Marisa y Alejandro. Acudieron Susi y María, y algunos cuantos conocidos más. Lo pasamos tan mejor de lo que me esperaba: la expresión me queda rara pero es para resumir que la noche estuvo genial. Aún le dimos un epílogo innecesario en 80 y Pop, con Mónica, Miguel Ángel y Manolín. Charreta de calle mientras clareaba y a casa.


El sábado me desperté con la sonrisa puesta, contento de verdad. Ducha y al balcón, con Leo, con el que cantamos por los párkings y nos agachamos por los balcones. El programa va disparado: se sabe. Lo estamos pasando genial y no frenamos nada. Comimos el bocadillo frente al ayuntamiento, acudieron papá y mamá, y tomamos café en la calle de los Lys con Ali y sus amigas. Llegué a casa, quise descansar y no pude. Me puse a escribir los versos de los carteles de la falla de Obispo y salí disparado a la cena de la Santa Verbena. Estómago apretado, es como funciono últimamente. Me fui al final de la orquesta con Mabel y Pepe, rematamos por Isabel la Católica y aún volvimos a la puerta de Maestro. Al final, con el cansancio acumulado, me fui a casa. En taxi. A dormir.

Santa verbena.


Hoy me levanté. Chateé con Alejandro que se quedó cojo cuando el caballo de Jordana entró galopando. Con Noelia sobre la noche de ayer. Con Javi, sobre los problemas de hoy. Me fui al balcón, programa reducido de cinco minutos y paella en Reino para conocer el divertido proyecto de falla con que compiten este año. Pase por Maestro y tarde de ordenadores y congresos en casa. Escribiendo, hablando por teléfono, pensando... Y en otras cuestiones pues esperando. Deseando. Anhelando.


Me voy a dormir ya. Rematé la noche escribiendo versos. Lamento el deporable estado en que se está quedando este blog... Tengo la sensación de que, de repente, ya no tiene sentido seguir escribiendo... El otro día me sorprendió una amiga con un tema al respecto de lo que aquí escribo. Sigo dejando las palabras al amparo del propio tiempo, para que las lea quien quiera... bona nit.

martes, 5 de marzo de 2013

VOY A TOPE


No quiero más dramas en mi vida,
sólo comedias,
entretenidas...

Así que, no me vengas con historias,
de celos, llantos y tragedias... ¡No!

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Cuando escribí la última entrada del blog lo hice triste porque en febrero el blog se ha desplomado en tiempo de dedicación y en gente que se haya acercado. Al final, sin darme cuenta, el blog, mi refugio espiritual, mi vomitera, mi cajón del alma, se ha dejado empujar por un afán exhibicionista donde dejo entrever mi yo más escondido. Es algo personal. Pues eso. Me prometí si entrar algo más a menudo e incluso escribiros un diario de vida de este mes de marzo que está pasando con glorias y sin penas por mi vida. Voy a tope: por esta razón no puedo escribir ni la mitad de la mitad de lo que sería deseable y pienso si con ello se ahoga mi yo y mi exhibicionismo, pero calculo que la vida, que va por tardes y se reparte en etapas, igual nos abre puertas a otras nuevas donde ya no sea necesario seguir por aquí. Aunque estar aquí es genial.

Por eso me da pena... Aunque sin dramas, como canta Fangoria.

Cuando escribí la última entrada, en febrero, tampoco calculé que aquella canción que escuchaba por primera vez era, una semana después, un himno y además había podido entrevistar a Alaska. Subidón. Así voy, como una montaña rusa: entre subidones y bajones, como voy. Cómo suelo ir. Y sin querer más dramas.

A mi alrededor hay un sinfín de personas geniales con las que compartir esta divina comedia por la que pasamos. Muy especialmente Leo con quien convivo casi todas las horas de la vida. Y hay también tres o cuatro imbéciles que se empeñan en fastidiar a la vieja ausencia: me agotan, me cansan, ni me ocupan ni me preocupan... No quiero más dramas en mi vida...

El fin de semana fue agotador. El viernes con la Gala del Deporte, con Laurita y un Cyrano de cierre con Borja, Richard, Ricardo y Yajaira para ponernos al día. El sábado con la cena de la fallera mayor y el Ochenta y pop, con Borja y las confidencias de cada año, con Adrián y las risas, con la gente de mi falla... Y con un pensamiento tan personal como mío. He conseguido borrar de un plumazo las fobias y manías...

El domingo con Pepi y Gloria en el balcón para despedir a Gori. Fue emocionante y emotivo. Divertido a ratos el programa y nuestras locuras con la escalera y otras cosas. Comimos en Norte porque salimos con ellos en la Cabalgata y llegué rendido a casa para cerrar el fin de semana. Aprendí algo de este día: cuando el pasado vuelve frío el hielo se siente en las manos...

Y ayer lunes, más curro, con un programa de radio que tenemos disparado, con un programa de tele que no frena... Con muchas sensaciones y una en particular: esta guerra es la mía. Me encanta batallar aquí... Lo demás no deja de ser lo demás.

Me voy a seguir con esta vida incesante como la lluvia que nos cae desde ayer. Por ahora, todo bien. Como les decía a mis padres, a Rosa y a Edurne que acaban de irse de mi casa...

Y empieza a sonar Jaime Urrutia: Cuándo vas a quererme, cuándo vas a despertar del sueño de tu libertad...

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...