jueves, 25 de diciembre de 2014

EL DIABLO DIJO SÍ











































El diablo dijo sí. Un sí por la fuerza siempre. Con la testa hacia el infierno, para sopesar si es positivo continuar con lo planeado o es algo que te separa de la felicidad y se acerca más a la desdicha...


ADIÓS 2014

DECIDIDO


Entrada 133. Probablemente la penúltima del año. Y probablemente la última de un ciclo. Un ciclo que desde ayer se me antoja caduco y que me deja por delante una puerta abierta quién sabe hacia adónde. En cualquier caso, la realidad es que en apenas cinco horas, seis, partiré. A un lejano paraíso donde reescribir los renglones de mi vida. Volaré, como siempre, apoyado en esta imaginación que no deja de sacudirme y que ausenta de la realidad de mis días. Cargados, obvia decirlo, por tanta comida y cena familiar. Hoy de remate una megabolsa de gominolas para endulzarme la vida... Acabo de raparme el pelo y ducharme. Me queda la maleta. Cruzar al otro lado esa línea que confunde espera y desespero...

Acabo de hacer lo que tenía que hacer. Lo que quería hacer. Para entrar nuevo en el año que llega. Y a él le miro, de frente, y como a un espejo, gritando en silencio, le digo que para el año nuevo yo quiero: mil esperanzas sin desespero. Que nadie me cuente un cuento. No volver a cortarme ni un pelo más. Ser yo y reivindicar mi me, mi yo... Que me lo debo. Quiero reescribir en verso los propósitos del año pasado que se quedaron sin cumplir. Y celebrar los que los cumplí. Decirte adiós, a ti que estuviste demasiado pendiente de ti. Ser feliz y hacerte a ti, que sigues caminando conmigo. Dejar de suspirar por la falta de oxígeno. Dejar de callar por la falta de voz... Dejar de llorar con la ausencia de llantos... Para el año nuevo quiero volar lejos y regresar. Cerrar un ciclo de siete años y abrir una ventana por el que aterrizan quince más. Que caduquen los rencores. Que se disparen los silencios. Para el año nuevo quiero... Y eso, ya es bastante.

SUERTES

Feliz Navidad. Hace siete años (2007) empecé estas hojas perdidas... Escritas en mi vida y compartidas con todos los que quisieran palabras y no ruido. Hace siete años viajé a Egipto, la ilusión de mi vida. Ayer, cuando llegué a casa, por un accidente casero, la moleskine donde estaban escritos los días y las noches de aquel viaje en un momento iniciático de mi vida, se han desdibujado y pegado unas contra otras. También es cierto que por la mañana, en un día caótico de bolsas y paseos, sin esperarlo, un amigo me regaló una moleskine nueva para otro viaje que emprenderé... Y me dí cuenta de algo al llegar a casa y comprobar con pena cómo estaban las hojas perdidas de Egipto y la India. Comprendí, que siete años después, como en las crisis, cierro una puerta y abro otra... Como con las moleskines... Feliz año nuevo a todos. Suerte.

martes, 16 de diciembre de 2014

DE VEZ EN CUANDO

De vez en cuando encuentro el tiempo de hacer que se pierda un whatsapp. De vez en cuando quemo unas croquetas y me repito en daños del estómago. Ayer, después de la cena del sector, Amparo me dejó en casa y me acosté con dolores fatales. No sé si son daños de invierno o de otoño tardío. Paso la mañana en el despacho y tomando café. Como en casa, sin cocinar ni ganas. Un arroz caldoso con caldo de tetra brik. Que no es nada. Papá y yo hablamos con el señor del seguro y el vecino. Las goteras no son cosa mía. ¡Quién lo iba a decir! Me voy a Valencia, a reunirme en el partido. Y oigo una conversación que me gusta. Encuentro confidencias después de un café entre gritos al ir al coche de una compañera acompañándola. Camino por Guillem de Castro y tomo café en Starbucks con Raúl y Voro, organizando cosas. Si se entera Voro que le he escrito el nombre con Uve, me dice algo. Seguro. Camino bajo el frío hasta el metro y bajo en Mislata. Estación que me llega antes de lo que creía... Sería así siempre. Hoy el frío se clava más. O el sueño. O el dolor de vida... Mañana, miércoles. A ver de qué tengo tiempo...

lunes, 15 de diciembre de 2014

YA NO ME BATIRÉ


Está claro que los fines de semana están tan cargados que aunque quiera es imposible. Y eso que andaba no lo negaré, por batirme a mí mismo, intentando que este 2014 no fuera el año de menos hojas caídas... Pero ya no podré evitarlo. Es más, creo que no era necesario.

El viernes empezamos con la cena del Partido Popular por la noche. Seguimos de fiesta en Cyrano y luego a Jerusalén. Fernando, Laura y yo acabamos la noche bailando. Y luego con unas bravas y una cocacola. Ellos café. Yo es que soy más de dieta mediterránea. El sábado me desperté con el tiempo justo de sueño. Pero me despierto siempre. Imposible. Por la tarde tenía que entregar un premio a Sergio Peris Mencheta en la falla Alameda y salimos volando a la presentación de Clero y su noche de Falleros de Honor. Donde estuvimos Lucía de San Valero, Richard, Amparo, Noe y Javi, con el resto de los de Clero... Una noche genial que rematé volviendo a Ruzafa en autobús, saludando en Cyrano a Adrián con sus colegas y Manolín. Estaba muerto. Y fui a acabar de morir sobre la cama.

El domingo me recogieron Amparo y Richard. Nos fuimos a la presentación de Tomasos y rematamos comiendo en la Llar Román, en Castellar. La lluvia empezó a sacudirlo todo cuando llegué a casa. Y no paró durante la noche. Frío tenor. Y esta mañana seguía lloviendo...


jueves, 11 de diciembre de 2014

EL CIELO




Me cuesta ver sufrir a un amigo. Me ha pasado siempre, porque siempre he dicho que el dolor ajeno duele más que el propio. Cuando me duele la espalda, como estos días, sé cuánto me duele. Sin embargo nunca sé cuánto es el dolor que viven los demás... Cuando el dolor además no es físico, sino que te clava el alma o te despega el corazón, el dolor ya es imposible de sentir sino se tiene clavado a las entrañas. Por eso, cuando un amigo sufre, sufro.

Vengo de un entierro. Vengo de un entierro donde siempre, a la gente que había visto con una sonrisa, les he visto con los ojos en llanto. Al final de la ceremonia, el sacerdote dijo unas palabras que rezaban en la dedicatoria que Winston Churchill tenía en su Biblia: "Cuando nacemos lloramos, mientras el resto del mundo sonríe. Procura morir con una sonrisa, mientras todo el mundo te llora.". Qué breve. Qué gran verdad.

Cuando uno sufre, de nada sirve que le hablen de mañana ni del cielo. Cuando uno está al quiebro de las lágrimas, se pasa el día mirando al suelo con un extraño dolor clavado entre los ojos y una pena honda que nos arrastra con pies de plomos. Por eso, cuando un amigo sufre, intento decirle que mire al cielo. Porque muchas veces no lo hará. Pero si un segundo, tomando un sorbo de aire o cogiendo aliento para seguir la vida sin llorar, se le escapa la mirada al cielo y ve lo que allá arriba le aguarda, será suficiente... El cielo sigue teniendo en otoño unos colores preciosos. Aunque nos condenemos a mirar al suelo...

LAS MANZANAS Y EL RÁCIMO


Cae más frío del despacho que en la calle. Mis ojos se mueven en diez mil direcciones, un poco inconscientemente. Y tengo la sensación de tener una resaca navideña antes de que llegue. Merche me manda un mensaje y me dice que es su cumple. Cuarenta años, que no son nada. Le digo que se espere y le felicitaré. ¡Qué ansias! Ahora escribo rápido, antes de salir a casa y de casa. Sin tiempo para mucho ni ganas de nada. Me duele la espalda. Anoche tuve tele y Foster's con Mabel, Diego, Kike, Laura, Lucía Ramón y Dolo. Mantengo el relajo que me traje del viaje de Madrid del que aún no os conté nada. Y mientras escucho un tema en youtube de Snow Patrol, rebusco entre las fotos de 2011 para traer una imagen a este blog.

No sé por qué elegí la fruta: las manzanas y las uvas. Quizá porque me traen más otoño del que hemos tenido este año. Quizá porque la estampa me recuerda lo que hace tiempo que no hice. O muy probablemente porque habrá en las manzanas y en el rácimo alguna simbología que pase inadvertida a mi jueves rutinario y simplemente, por algo tan banal como la belleza, la elegí.

No sé tampoco si entre las muchas hojas que hemos ido perdiendo alguna vez hablé de la belleza, que me conmueve y me solivianta a partes iguales. El otro día explicaron una manera de valorar la humana, que es llevando un dedo desde la barbilla a la nariz. Y se es guapo cuando se tocan los labios. ¿Ya lo has comprobado? Sigamos, tanto si te abunda la belleza como si te dejó de lado...

Lo dicho. Que un día debería de centrarme en hablar de la belleza. Bueno, creo que un día debería centrarme. Hoy lo he dedicado a problemas de los demás. Me sorpredió escuchar llorar a una amiga que nunca se rompe. Y a otra bordear el drama de sus necesidades varias. Tomé tres cortados, por el día que no tome ninguno. Y aún me cierran esta tarde la agenda, un entierro y una cena comarcal.

Tomé café con Pepa en el Panaria. Y luego regresé al despacho... Y ahora, ando entretenido mientras os hablo de otras cosas, de saber cuál es el sentido que tiene la belleza...

Igual, a lo mejor, solo por eso, por una cuestión ética elegí esta foto. O vete tú a saber. Me iré a hacer camino. Que ya es hora. Y a felicitar a Merche. Que también toca (como arreglar la casa). ¡Dios! Prefiero cuando me conmueve lo que observo y no me atropella la agenda ni el reloj...

miércoles, 10 de diciembre de 2014

COSAS QUE APRENDÍ, SUMÉ Y OLVIDÉ


Dan pereza los sueños y las desesperanzas. Me aniquilan el odio sin sentido y la opinión infundada. Me dan grima los perezosos de bondades y quienes se pierden entre cortinas negras. Soy así. Se está acabando el año y echo la mirada atrás para recordar hace nada las lluvias de Bali, aquellas que nos sonaban a tsunamis. Parece al lado. Y la comida en el restaurante de la orilla del mar. Y el paseo bajo la lluvia. Y la negativa a comprar un chubasquero... Como si la vida se esfumara, igual, me paro a mirar atrás. A recordar tantos momentos vividos, aquella necesidad de saber cómo sería mi 2014 y ahora preparando la pala y la arena para enterrarlos pronto...

No sé qué aprendí. No sé que sume. No sé que perdí. Si no pienso, bloqueado no encuentro respuestas a cosas que necesitaría saber. Porque cada año que pasa debe de ser un balance en positivo para ir creciendo...

¿Qué aprendí? Aprendí a no soñar despierto, pero sin dejar de esperar. Antes la mentira piadosa, la imaginación volando, el querer cumplir un sueño que la desesperanza,... Aprendí que de los que esperas, te pueden desesperar, y que sumando siempre se es más... Algo que ya sabía. Aprendí a caminar con la espalda más recta y a ir caminando. A que a veces no tenemos razón y hay que ponerse en el lugar del otro: empatía. También aprendí a que si en el lugar del otro ves que te sobran los motivos, pues como cantaba aquél... Aprendí a querer más mi cueva. A que siempre hay tiempo para organizarse. A que me quieren. Vamos, eso sí que lo aprendí. Y a querer más, puede ser. A ser menos yo y ser más compartido: yo que siempre me he compartido. Aprendí a que hay que seguir adelante. Y ahora, cuando casi acaba el año, he aprendido que si quiero, he de ir... Pero hay que querer. Y entonces, ir.

¿Sumé? Momentos, amigos, recuerdos, esperanzas, anhelos, desengaños, penas, traiciones, olvidos,... Sumé lo que nos suma la vida siempre. Y calculo que si con una silla frente al mar, en el borde de un precipicio, me pusiera a contar, sumaría ciento y pico de cosas que sumé este año sin darme a penas cuenta.... Como sé lo que perdí: la oportunidad de dedicarme más tiempo, de escucharme más, de mirarme más, de conocerme más... Y así decidir. Sí, decidir. Porque todo no está decidido. Lamentablemente. No todo está decidido... Y veces me embruja una bola de espejos y a veces me pierdo con un camino lejano...

Sigo sin pensar. Creo que debería hacer un alto en el camino. Y elegir. Nada de lo que no me proponga lo conseguiré nunca. ¿Pero podría alcanzar lo que anhelo? A eso me refiero. A que a lo mejor es hora de frenar en seco y decidir... Porque este fin de semana pasado en Madrid me dí cuenta de muchas cosas, que desde ayer son una voluntad, pero que tengo miedo a que la monotonía erosione de manera injusta...

En fin. El año se acaba. ¡Qué no sea a sí con las oportunidades!

MI DESYO

Maldito dolor de espalda. Regresé de Madrid y el frío se había colado por la ventana. El incienso cubre la casa ahora que el sol se va antes. Pero mis manos, que han dejado por unos segundos las tareas domésticas, están calientes. Mi cabeza cada vez, para sorpresa mía, más fría. Cada vez me acostumbro de manera más rápida a gestionar las crisis, la crisis o cualquier cosa de las que nos abordan en la vida. Sin desesperos. Algo insólito. Impensable hace tan solo unos años cuando me derretía en excesos... Afortunadamente el corazón sigue latiendo. Como un reloj, acompasado.

Ayer estuve en el entierro de Jesús López, un señor de los conocidos del pueblo. De los que mantenía conversaciones con historia, con sabor a pasos. En la despedida crucé mi mirada con una persona que no me miraba. Así que más que mirarnos, le atravesé con los ojos. Y casi adiviné qué había al otro lado de su presencia. Me dio por pensar cómo la vida nos retuerce y se ríe. Como hace un tiempo aquella presencia sola, me desataba un agrio ácido corrosivo que me envenenaba. Y sin embargo, ayer, cuando me dí cuenta de que le estaba mirando, me sorprendí gratamente al ver que nada me despertaba ya. Ni siquiera el celo animal que nos empuja a la supervivencia.

Poco después, una persona ni giró la cabeza para saludarme. Me dio la mano, como quien la entrega en un besamanos ajeno, y la deshizo enseguida sin dedicarme un suspiro. Primero me dolió, pero enseguida, ese celo descelado, me echó atrás y me hizo pensar: ¿qué le has hecho? Nada, me respondí. Y pensé enseguida que sus celos son los que le hacen hacer este tipo de estupideces que le envejecen más. La fecha de caducidad está puesta. Así que, para que matarnos en batallas inútiles. Mi yo nuevo. Sorprendente. Porque ya digo que hace unos años, andaría con el machete entre los dientes, saltando por encima de mis pesadillas propias... No merece la pena.

Acabé la noche con la Gala de la Caridad - recordando cuando la presentaba con la inigual Vero March - y en la falla, de Junta Directiva. El frío hizo todo lo demás. Cuando Rosa me traía a casa, nadie por la calle. Y mi yo, desyo, yéndose a dormir sorprendido de sí mismo... Y de mí.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

YO QUE NUNCA DESAYUNO


Lo divertido del día fue empezar con una confusión. Lo noté al despertar, que me apoyaba el frío contra la almohada. Primer día con sensación de fríos. Anoche me trajo Manolín a casa, que estrenaba de nuevo carnet. Y me fui a dormir cansado, después de una jornada completa, que cerramos en La Rambleta disfrutando de Moni y Ángeles. El teatro es muy distinto cuando se vive desde fuera. Es verdad. Pero fue una bonita experiencia que seguro volveremos a repetir. No sé cuándo. Pero volveremos.

Lo dicho. Que me levanto de la cama y de esas cosas que solo me pasan a mí, decido hacerme un tazón de leche en casa. ¡Yo que nunca desayuno! Y me armo de paciencia doméstica, capturo mi taza policial y vierto mi leche en ella. Mi leche roja. ¡Roja! Miro la caja y muero de risa al leer gazpacho. ¿Por qué dejé el gazpacho en el sitio que nunca sé seguro si dejo la leche desnatada? En fin... Que cargado de humor, me eché unas risas, y por el método embudo, devolví al tetrabrick el tomate andaluz. Que no está la cosa para ir tirando la comida y, desde luego, tampoco para ir desayunando gazpachos. Yo que nunca desayuno...

Me fui a Valencia en taxi después de atender un sinfín de llamadas. Lo que se esperaba. Más, yo creo. Y llegué a mi reunión de trabajo pensando en el gazpacho y con ganas de hablar con Aurora. Nos pusimos unos whatsapps, me mandó una foto de su nuevo amor (Ángel) y nos echamos unas risas recordando cosas como mi aftershave o la pajita del McDonalds de Picadilly Square. Hace tarde de Londres. Lo pienso ahora, derrotado sobre la silla de la sede.

Me pican las ganas de irme a Madrid. Por fin. Porque en esta letanía de horas y deshoras, de alcances y despistes, da al final la sensación de que nada apetece. Y a mí me apetece un paseo con abrigo por la plaza de la Reina. Un chocolate si se tercia. Echarme unas risas. Y no dejar de mirar al cielo...

Pero esta noche tengo programa. Así que deshilacho mis horas pensando en lo que me queda por delante, que no será poco. Lo que sea, os lo contaré. Mientras pienso si no debería a lo mejor de incluir el gazpacho entre mis no desayunos a los que acostumbro... ¡Ay, señor!

martes, 2 de diciembre de 2014

HASTA CUANDO LA VIDA AHOGA


Esta noche Moni y Ángeles dejarán de ser cuñadas durante dos horas para convertirse en hermanas por el mismo tiempo. Ana y Laura. La experiencia ha sido genial. La de dirigirlas, las de traerlas hasta aquí, porque teniendo la vida como la tengo, dedicar unas horas a marcar el destino de estas dos mujeres ha sido una suerte que agradezco. Y mucho. Espero que esta noche cuando se levante el telón veamos lo que espero encontrar: una historia de la que muerden por dentro. Y solo será así si Moni y Ángeles, Ana y Laura, nos conmueven como lo han hecho a lo largo de estos días en los ensayos. La una, contando una historia, sin maquillaje. La otra, viviendo una que no le pertenece tras una máscara que solo engaña a ella misma.

Me gustaría que les aplaudan a rabiar. Me gustaría que encontraran en Moni lo que yo he visto desde el principio, las ganas de batirse. Y en Ángeles, lo que espero de ella: su consagración. El mejor papel que le hayamos visto nunca. La quiero mayor, perdida, dolida... Y a Moni, pobre, desaparecida, sin fortuna ni fortunas... Si salen al escenario a hacer lo que saben nos vamos a ir a dormir con dolor en las manos. Y en el corazón. Probablemente.

Pero Moni tiene que batirse con ella misma y Ángeles llegar a arrancar dentro lo que tiene y no quiere sacar. Como lo hagan, que se prepare el teatro. Es espectacular lo que les he visto hacer. Cómo he visto crecer a Moni, que no tiene derecho a pincharse como un bizcocho. Y a Ángeles que siendo maestra de todo sigue escuchando cada indicación con un respeto absoluto hacia la palabra "director". Esta historia yo la vi así. Me gustaría que ellas le den la vida que yo no podré. Están tremendas. Estarán, quería decir.

Me gustaría que mañana la crítica fuera unánime: que Moni estuvo a la altura que ella no creía y que venció sus miedos y nuestros retos. Que Ángeles demostró que es imprescindible encima de un escenario. Y que ahora, tiene enfrente a alguien a quien ponerse al lado. Quiero que se escriba que la obra fue emotiva y emocionante. Que la gente sintió con ella. Que el director ha conseguido que dos mujeres se enfrenten en escena en un combate actoral sin vencidas. Me gustaría que se dijera que la obra nos hizo vivir y causó dolor. Que nos olvidamos de quiénes eran las actrices, porque allí, encima del escenario, estábamos cada uno de nosotros. Que deshicimos nuestras casas...

Desde aqui, mi aplauso ya. A Moni por lanzarse. A Ángeles por dejarse llevar. Esta noche quiero que cuenten. No quiero ver actuar. Quiero respirar vida. Hasta cuando la vida ahoga. Y eso, lo tengo claro, solo pueden hacerlo Moni y Ángeles... Moni abandonando sus sombras. Ángeles entregándose a la oscuridad que lleva en las entrañas. Porque esta historia solo puede vivirse desde las entrañas.

Gracias por dejarme ser vuestro compañero en este viaje. El escenario es vuestro. Devoradlo. Hacednos sentir todo... y será maravilloso. 

Besos. Y mi agradecimiento horas antes...

Siempre vuestro, 
el director.

lunes, 1 de diciembre de 2014

REENCUENTROS


Se abre el escenario. La luz tenue. Comienza la música. Así volvemos mañana noche al escenario. Pero hoy se siente ya ese ligero hormigueo que convierte el teatro en algo mágico... Creo que estamos delante de una obra que huele a vida. Que respira realidad. Y que a la vez tiene el ahogo de cuando la vida nos deja sin oxígeno. Mañana Ana y Laura se verán las caras por última vez. Yo les acompañaré en su reencuentro.

domingo, 30 de noviembre de 2014

INVISIBLE

Hay veces que la felicidad nos hace cerrar los ojos, porque así sentimos que soñamos, que volamos... Que alcanzamos la felicidad. ¡Y qué complicado es llegar a ella cuando nos han impuesto, además, que en la vida hay que ser felices! Vaya que sí... El viernes noche acudí engañado a Quart - Turia para que le dieran a Laura Caballero un premio que resultó ser un premio para mí. Elena y Laura, con el bueno de Palacios, se curraron la puesta en escena y me llevaron a la cueva sin saber que me quedaba sin luz. No lo niego: fue muy bonito, muy chulo. 

Y con él a cuestas nos fuimos a cenar. Al Carmen: Candela. Y cenamos de maravilla y nos echamos todas las risas del mundo Boro, Elena, Laura y yo. Porque andaba ésta mosqueada con los poderes de los superhéroes y quería saber de poder elegirse uno, cuál nos quedaríamos. Yo lo dije: invisible.

Menos mal que no me lo concedieron o no me hubiera podido encontrar con Raúl Tamarit frente a la calle Cañete cuando las nubes soltaban alguna gota distraída. Nos fuimos luego a Cyrano y pronto a dormir porque al día siguiente teníamos almuerzo en Alzira. Me acosté, veinte minutos para tener dos pesadillas: una abeja que me atacaba y quedarme mudo al intentar responder por teléfono. Me desperté y me fui a la falla, donde ultimamos los detalles de Cal Desfer la Casa. La obra que haremos en larga el martes noche. Comí un bocadillo de tortilla pasado por el microondas y me regresé a casa, raudo y veloz. Me recogían vestido de valenciano Amparo y Richard para irnos a la presentación de Centelles. Y otra vez, a casa de Rosa, veloces, para cambiarnos después de chocolate, churros y risas (más fotos de fallerío).

Cenamos en La Estrella. Era el cumpleaños de Juanjo y lo celebramos con una divertida cena y con un Cyrano. Pasamos por Jerusalem y la vida me enseñó que no hay controlador de zona vip que gane al buen rollo con los amigos. La verdad es que esto ya lo sabía, porque no me gustan las zonas vips de los sitios. Pero quería dejar constancia aquí. 


Hoy me levanté. Bajo la gota fría. Hoy sí. Me fui a la presentación de bocetos de las fallas de Mislata. He perdido el tiempo con el ordenador y me voy ya para la falla. A pintar. Ensayar... Lo que salga. No apetece nada. Con esta tarde de manta y cine que hace. Pero no nos queda ya nada... y vamos a por ello.

Pd: Este es el mes que más gente ha visitado el blog desde que empecé a escribirlo en 2007. De verdad, que yo hay cosas que no entiendo...

viernes, 28 de noviembre de 2014

CÓMO LLUEVE


Con una parsimonia atrevida se ha ido mojando el suelo. Este es el momento, las cinco de la tarde, que bajo un cielo mojado y que anuncia bajada de las temperaturas, sigo anclado a un teclado de ordenador. Quiero ponerme ya en método limpieza para hacer algo movido en casa y porque, además, le hace falta. Anoche tuve pleno. Al acabar comí un plato de morro en el casino y un café en Las Brasas. Ahora luego me voy con Laura Caballero, Guti y Diego a un sarao fallero y calculo que cenaremos por ahí.

Hoy os dejo aquí. Llevo todo el día escribiendo. Y quiero ver cómo llueve...

jueves, 27 de noviembre de 2014

CUANDO

Cuando el sonido de la casa de tus vecinos lo absorbe todo y desaparece. Cuando las paredes golpean y cae la noche. Cuando llegas a casa y con los pies descalzos tienes la sensación de seguir calzado. Cuando la lluvia intenta barrer lo gris que no alumbran los luceros. Cuando hace tiempo que no miras al cielo y la luna casi te pasó inadvertida. Cuando confundes la luz de una ventana a lo lejos. Cuando los dedos teclean como si se fueran a desprender de la mano. Cuando la agenda no se organiza, y parece descuartizada. Cuando haces del silencio la respuesta a un grito. Cuando haces que la pereza se clave entre las cervicales y te olvidas del mañana. Cuando las cosas bellas no te producen alegrías. Cuando las horas no te quitan esperanzas. Cuando los sueños se sueñan. Cuando no hay pesadillas. Cuando tienes las ganas de saber a que sabe la sal de la lengua. Cuando pasa casi otro día sin recordar su nombre y una línea lo graba de nuevo. Cuando los ojos pesan y buscan el sueño, más por cansancio que por ilusiones. Cuando la tele apagada parece decir. Cuando no se escuchan los perros en la calle, ni los coches que cruzan la calle... Cuando haces un silencio para oír una tele lejana, un coche que se va, una nube que llega... Cuando todo parece tan lejos. Y está tan cerca, pero no lo ves. Cuando la sangre te alerta. Cuando la vida pasa...

miércoles, 26 de noviembre de 2014

LOS PARAÍSOS QUE NI DE LEJOS PRESIENTO


Todos los sueños nacen de cerrar los ojos, de la misma manera que cada locura surge de perder el norte, la razón, el sentido o los sentidos... Yo, probablemente hoy, los perdí. En este miércoles anodino, arrastrao, gris, como de ropa muy repetida que de repente un día no soportas más ver, el día ha ido pasando hasta ahora que tecleo en el ordenador del trabajo. En diecisiete minutos volvemos a levantar el telón, una metáfora convertida ya en costumbre e inercia.

Yo hoy no he soñado con nada. Me he despertado antes que el despertador y me he puesto en pie. Arrastré el día. Tomé tostadas, cocacola y cortado con Tatín en Menjant. Subí al despacho. Acudí a un reparto de diplomas para extranjeros y disfruté de sus viandas antes de partir a casa. Busqué en un mapa el destino impronunciado donde enterrar mis deseos. Llegaron los papás y comimos. Les enseñé la suerte de apartamento que encontré en Tirso de Molina, el nombre de calle tan bonito que tiene y mamá se maravilló con el aspecto señorial de las fachadas del barrio. Ultimamos una escapada familiar: yo creo que la primera de nuestra vida que no fueran aquellos coches a Sarrión con Carrusel Deportivo incluído.

La ministra Mato ha dimitido.Yo antes me había procurado una siesta de la que iba despertando en dos minutos. No caía en brazos de Morfeo, no sé si por nervios, por cansancio o por tener la cama tan desecha que ya no se encontraba ni pies ni cabeza. Me desperté. Me duché. Y me cogí un taxi mientras cerraba con Leo nuestros locos planes juntos. Nuestras escapadas, nuestros vuelos,... Me puse ante el ordenador, escribí el programa y ahora me quedan catorce minutos para encender los focos...

Y sin embargo, curiosamente, esos focos, no iluminan tanto como mis sueños. Ni tan siquiera, como los paraísos que hoy, ni de lejos, presiento...

lunes, 24 de noviembre de 2014

LOS SACOS ROTOS

Me puede la sorpresa, lo reconozco. MIro las estadísticas del blog como hacía tiempo que no las miraba y me sorprendo, de ver, que este noviembre, irremediablemente, se va a convertir en el mes con mayor número de visitas. Parece ser que recuperar la costumbre casi diaria de deciros mil cosas y las ganas por ir leyéndolas han crecido en rincones del mundo y del alma que no voy a escudriñar. Estas son mis hojas perdidas y si cada día, sopla más gente para que vuelen más alto, bienvenidos sean los soplos...

Me gusta dejar por escrito que no he tenido tiempo para escribiros. La verdad es que desde que escribimos la última que se perdió y hasta hoy, no he parado. Mi espalda clama por Carol sin encontrar en la agenda huecos que podamos usar. Y así ando yo, esperando que no se quiebre la espalda que me protege y sobre la que van cayendo los sacos rotos y las cosas que en ellos me echo.

El viernes noche empezamos con la cena del Sector. Echamos unas risas en la mesa y en el baile, sobre todo en el cierre final de la noche, más alargada de lo que pretendía por un cansancio inigualable. Cogí un taxi al salir, mientras Amparo y Richard cogían otro. La noche no llega a ser de invierno. Y me fui descontando minutos que le quitaba a mi sueño.


Lo pasamos en grande. Risas. Laura. Javi. Reencuentros rápidos de una noche que pasé mano a mano con Richard y las risas.

El sábado por la mañana me levanté para almorzar en La Creu viendo el espectacular belén con que reciben vía concurso a la navidad fallera. Cortadito en el Casino y vino de honor para celebrar Santa Cecilia. Regresé a la sede con Antonio y quise dormir, pero no pude. Porque me eché la hora en búsqueda de billetes del AVE para el viaje familiar. Luego café con Lola en la Plaza Mayor y presentación del equipo de fútbol. Me acerqué a la presentación de Antonio Molle. Y regresé al concierto espectacular - espectacular concierto - del CIM en el casino. Al acabar, cené con Laura y Alberto en las Brasas y rematamos en Cyrano, con todos los que vinieron: agrupación de fallas Mislata, Tatín con Alfonso y esposas, Manolín, Kike al cerrar la noche... Vaya. Volvimos a cerrar más tarde de lo que quería. Y me volví a casa con Juanjo. Y me acosté. Echando en falta horas de sueño, que ya no encontraré nunca. Me desperté pronto. Bajé a ver la carrera popular y me fui de pasacalles, misa por Santa Cecilia y a la Canaleta a acompañar en la recogida de juguetes mientras Tronats hacían una paella. Y regresé, casi volando, a comer a las Brasas con los músicos. Me enterneció lo que me contaba Tomás. Me acordé de mi familia ferroviaria. Y me vine al invierno con un inicio de lluvias que no desataban cuando entramos al casino. Una copa y a casa. Pijama, sofá y Chester. Unos nachos con salsa picante y todo el sueño del mundo (incluído el americano).

Esta mañana, sabía más a lunes que ninguna. Pero no hemos parado. Adiviné el peso de mi báscula y seguí la mañana, entre tostadas y despachos, sabiendo que hoy tenemos reunión en la sede del partido. Y que me voy ya mismo de reunión, de Junta, de cena,... y de lo que nos llegue. Me he puesto al Maestro Rodrigo en Spotify, y tecleo a ritmo de la Tempranica. La espalda se encoge y yo, que estaba escribiendo la presentación de Dr.Oloriz, empiezo a temblar de ver todo lo que se me viene encima... Y por delante. Menos mal que tenemos una espalda que lo aguanta casi todo.

Pd.: Ya tengo apartamento en Madrid. Tirso de Molina... Como dijo mi madre, el nombre me gusta.

jueves, 20 de noviembre de 2014

NOS QUEDA ANDARLO

20 de noviembre. Antes era la muerte de Franco. Otros la victoria de Rajoy. Yo, el cumpleaños de Juanjete y un sinfín de cosas. Mañana mañanera, nublada a tope. Casi de invierno: las cosas como son. Café en la Plaza Mayor (parezco Ana Botella) y regreso al ayuntamiento. Compré mandarinas y patatas de huerto. Comí patatas fritas y dos longanizas. Seguí con un café en Cafetal y acudí al ayuntamiento. Actos por el Dia del niño. Regreso a casa. Me apetecía alargar el día. Pero lo cierro en casa, bajo la manta y viendo la final de Tu cara me suena mini. Mañana será otro día. 21, para ser más concretos. Buenas noches.

Pd: Felicidades especial a Juanjo quien se está descubriendo como una de las últimas apariciones que se hace indispensable tal y como van pasando los días. A base de risas y de noches. Como es él. Le felicité con esta foto. La primera que nos hicieron, sin saber entonces que acabaríamos encontrándonos por el camino. Y no sé hasta adónde nos llegará. Nos queda andarlo. El blog está disparado. Él creo que se pasa de vez en cuando. No todo el mundo se cuela en estas hojas perdidas, así que, aunque no te valga como regalo de cumpleaños - que habrá que currárselo - que te valga como prenda...

Pd2: Hoy falleció la Duquesa de Alba.

martes, 18 de noviembre de 2014

¡NI IDEA!


Esta foto, nacida de la nada, o bueno de todo el cariño que nos tenemos, me procuró un lunes distinto y creo que de una manera, u otra, me dio una fuerza que no me esperaba. Porque me hizo sentir feliz y sacó a pasear las miserias que se me agarraban a las tripas... Lo reconozco. La idea fue de Alberto y la secundó Juanjo: así que las gracias para los dos, porque además son dos personas que cuando pienso en ellos, sonrío. Y eso vale oro.

El sábado noche, que os conté hicimos la ronda de Jerusalén, el bueno de Alberto tuvo la idea de hacer una foto con Juanjo y competir contra una de Laura y mía en me gustas por facebook. El que perdiera paga una cena a los que ganaran. Intentamos convencerles de que no. Pero no hubo manera. Y el sábado Juanjo subió su foto. Ayer lunes subí la nuestra, pidiendo a la gente que, por cariño, nos diera un me gusta. Y ahora, que han pasado veinticuatro horas, tenemos 1.390 en facebook, un nuevo grupo de whatsapp donde vamos comentando y una sonrisa de oreja a oreja. Porque esto es una salvajada... De cariño. Y eso, ¿cómo se devuelve? ¡Ni idea!

Así que ayer lunes, que me hubiera agarrado a la cama todo el día, desbordado por la energía de este cariño disparado, pues fui creciendo. Comí en casa (clóchinas sin picante) y fui haciendo la tarde hasta completar agenda. Hubo reunión en la sede luego y me recogió en coche Cris para irnos al cine: Matar al mensajero. Me gustó mucho más de lo que me esperaba. Como la cena en la Mary, rápida, pero buena como siempre. La peli cuenta las vicisitudes de un periodista que descubre que el gobierno americano introdujo la droga en EEUU para potenciar la guerrilla en Nicaragua. Para verla.

Y luego me vine a casa. A dormir y a cerrar los ojos con la felicidad de una foto donde a parte de mucho amor hay el apoyo de mucha gente que nos ha sobrepasado.

Por cierto, el concurso sigue en pie, y si nadie lo remedia, nos valdrá por una cena que tendremos que decidir dónde...

Hoy seguí con la marcha de siempre. Y sigo. Después de las tormentas, las resacas. La calma. Y mi agenda no me deja de eso. Así que a seguir que es lo que se espera. Tengo una reunión a las seis del Hospital Militar. Y a las ocho una presentación del Club de Atletismo. Y seguiremos... Que no nos falte de nada. Ni cariño. El vuestro.

domingo, 16 de noviembre de 2014

TE QUIERO. SIEMPRE.


Querida Cristina,

Hoy escribí tu nombre. Hace cinco años que le diste un significado nuevo a la palabra "Siempre.". La usamos cada vez que te recordamos en vez de decir "Nunca". Es nuestro compromiso de no borrarte, de no olvidarte, de no decirte adiós eternamente... Me hago mayor, amiga. Hay días que me pesan los días más que los kilos. Y recuerdo aquellas risas y aquellos llantos...  Me van saliendo los días sin ti con un brillo en la mirada que me hace vivir sintiéndome feliz. Aurora me escribió el otro día que me brillan los ojos. Se fijó ella. Yo hacía tiempo que no miraba nada... Solo puedo decirte que te quiero, tanto o más de lo que te quería. Y que sigo llorando los 16 de noviembre con aquella sensación de que me mataba el dolor, cuando te escribo. Sé que si me ves llorar desde el cielo que tendrás para ti sola, porque te merecías uno entero, no te importarán mis lágrimas. Sabes que no son de pena. Son palabras que no sé decir... y que siento.

Hablo de ti y me siento feliz. Más que nunca. Es única esta sensación de hablarte con tanto cariño pensando que cada vez que le digo tu nombre a alguien te doy vida, te traigo a mí, te tengo un poco más...

Cuando dices que nunca olvidarás a alguien, lo haces pensando que será así. Pero antes o después se borran las voces, los tactos, los olores,... y hasta los recuerdos se cuartean y nos nieblan aquello que un día vivimos. Contigo no. Contigo, cinco años después, sigo sintiendo que me guías, que me cuidas, que me dices... Aún espero que suene el teléfono para irnos al cine o que me prepares unos macarrones con su queso gratinado que nadie hacía como tú. Aún te recuerdo bajo nuestra manta de colores. Y cuando alguna vez nos dijimos que nos queríamos tanto porque yo creo que los dos sabíamos que partías... y nos lo queríamos decir. Que nunca te faltó una sonrisa para mí, ni un beso, ni un consejo, ni nada... Que te quiero. Y que me siento dichoso, de saber que fuiste y que nos tuvimos. Y te mantengo viva, aún cuando pasan los años... Cinco ya.

Qué grises eran los días aquel noviembre. Qué distinto todo. Y lo que me ha cambiado la vida. Ahora estarías diciéndome que pare algo, que valgo mucho, que tu me quieres, que siga... Todo aquello que me decías y que me hacía sentir tan arropado. La vida va bonita. Han venido niños a la pandilla y aunque nos vemos menos, nos tenemos todos. A mi hermano lo sigo cuidando, aunque desde la lejanía. Pero sabe que estoy y yo que está. Y eso lo sabes tú, que a días me faltas tanto. Y te recuerdo en Egipto y en casa, escribiendo en la libreta de la nevera.¿Sabes? Aún están ahí tus palabras escritas. A lápiz, para que se puedan borrar. Y a veces, al abrir la nevera, acaricio tus letras como si así te pudiera acariciar a ti, sin temor a que se borren. Y decirte una vez más lo que ya sabes... Se mantienen vivas, como mi recuerdo de ti.

Esta mañana Hugo puso una foto. Te dijo unas palabras y me despertó lo que venía desde hace días recordando... Que hoy es 16 de noviembre y que lo siento como un día dichoso. Vi el mar en la foto de Hugo. Y me acerqué al mar, también, y te busqué entre las olas. Comprendí que es un día precioso. Que es un cumpleaños especial. Que no puede ser triste. Porque yo te conocí y te quiero. Y me quedé mirando al cielo, y supe que me veías, y me sonreías, y me decías: "Jaime, para algo" y luego "Jaime, tú vales mucho...". Y me dirías: "¿Tú sabes que yo te quiero mucho?". Y te diría que sí. Y que yo te quiero. Y me dirías: "Y Hugo, también, aunque el no te lo diga". Porque me lo decías siempre... Y hoy, aquí estoy, un 16 de noviembre llorando sin pena. Porque te quiero tanto que me siento feliz de tener este día para recordarte tanto como tantos otros días te voy recordando...

Porque no te pido permiso, pero siempre pienso qué me dirías. Porque no te tengo a diario, pero no me faltas nunca... Porque me acompañaste de una manera tan bonita y lo haces ahora, que solo puedo sentirme afortunado. Nunca olvidaré es decir que Siempre recordaré. Y yo no fallo nunca a mis promesas... Lo sabes. Te lo prometí. Y de una manera extraña, absurda, loca, te busco en pequeñas cosas, en algunas fotos, en algunos recuerdos... Y te siento. Y cuando eso ocurre, es maravilloso...

Siempre te recuerdo. Y así te presiento a mi lado. Y me ayudas a caminar. Y a hacer que la vida sea más bonita y me brillen los ojos. Que te quiero. Que todo esto solo lo escribía para decirte aquello que tantas veces te dije... Me dijiste. Nos dijimos.

No fue justo. Nunca lo es. Pero contigo menos.

Qué bonito saber que estás aquí, conmigo. Y si me escuchas como yo lo creo, mientras pasan las olas solo tengo que decirte te quiero.

Te quiero. Siempre.

sábado, 15 de noviembre de 2014

CAMINO DE JERUSALÉN

Yo salgo de los musicales y querría cantar en Broadway. Lo reconozco, me gana la parte artista que la oposición llama farándula. Y también, lo reconozco, me hace gracia cuando el insulto que tienen para mí es que hago teatro o me gusta el escenario. Les hace más catetos. Y eso no tiene precio... Salí de "Los Miserables" y cantaría Sale el Sol cienmil veces.

El día del viernes, a tope como os conté, acababa en el palco de Les Arts, de una manera increíble. Picamos algo en los Doce Mil en Rusia de la Calle de mi cura favorito. Y en conche nos fuimos al teatro. ¡Qué barbaridad! ¡Qué puesta en escena! Que envidia absoluta de voces... Twitteo lo que me pareció al salir, montaje de Broadway a tope y, con los fríos que no acaban de apretar, nos fuimos a Cyrano. Laura y Sergio llegaron al rato. A mí me acercaron David y su novio. Tomamos una copa y llegaron Laura, Alberto, María y El Barbas. Alargamos un rato las risas: se unió con Manu. Y nos fuimos andando, camino de San Fernando, hasta Jerusalem. Suena lejos. Pero serían unos veinte minutos incluyendo los parones del camino... Irremediables.

Llegué a casa después de una sesión de karaoke roquero al que no le faltaba de nada. Cogí un taxi y me vine a casa. Me desperté a las nueve y decidí dormirme hasta que sonara la alarma. Me desperté y me fui a la Universidad, Tarongers, donde actuaba como jurado de una liga de debates. Ha sido una experiencia única.

No nos abren para comer y me voy andando hasta la estación de Aragon. Me cambio en casa. Cortado en el casino con los músicos y a casar en l'Hort de Sendra. Acaba la boda, me uno a los músicos y me vengo a casa, con la vista y el cansancio puestos en Russafa. Abra que hacer marcha... Y ya veremos.

viernes, 14 de noviembre de 2014

MISERABLE POR UN DÍA


Que casi no me da tiempo a escribiros. Qué me voy. A la ducha, al bus (o probablemente al taxi). Que sí, que lamentablemente sigo escuchando "Terral" mientras amenazo a Leo con que cualquier proximidad de Alborán, me pertenece, y lo sabe bajo amenaza. Y que me voy en nada a ver Los Miserables, que me apetece tanto y que por fin ha llegado...

El día ha empezado tarde. Me he tomado un café con leche, solo, mirando la prensa en el Menjant y he organizado todo lo que tenía que hacer esta mañana como un puzzle. Pero que he llegado a todo, saliendo del despacho un poco más tarde y camino del Consum. Me encuentro con Tiby en la compra y le digo que me apetece algún capricho, pero que estoy indeciso. Son pinchos morunos y patatas asadas, las tomo buscando en la tele algo que no sean los deportes porque me he perdido la rueda de prensa de Monago. Hago medio capítulo de Isabel, escribo algo mareando por el ordenador y me gano una siesta de cuarenta minutos. Me aparecen como a la Católica enemigos en el sueño a los que no puedo denunciar. Los mato despertándome y sigo la marcha.

Lo dicho, que no os puedo decir mucho más. Pero ya os contaré. Esperaba un fin de semana tranquilo, pero todo lo contrario...

Ya os cuento qué tal el musical...

CHÉ

Me acosté escribiéndole a Aurora su feliz cumpleaños como se lo acabo de escribir a Manu, aprovechando que las madrugadas casi ya no son frías aunque yo ayer me puse el nórdico por la que nos pueda caer encima. Esta mañana, algunos felicitaron a mi amiga por whatsapp, y entonces me dí cuenta de cómo la vida nos va haciendo mayores. Cómo nos cambian las cosas. También, es cierto, lo acabo de pensar analizando a Alejandro desde la lejanía. Y de cierta fiereza que el león tenía y que ahora noto en calma dentro de mí mismo. Las cosas como son. La vida. Ché...

Qué expresión tan valenciana y tan bonita, el ché, tan llena de contenido. Me cogí un taxi y me fui a la Diputación, tras la estación del trenet, que a mí, siempre, me olerá a casa de la tía Ofelia. Reunión y regreso a casa. Taxi 2. Este gremio me debe de adorar. Lo reconozco. Yo soy del transporte público: dicho como ciudadano, es normal, y como político, más de uno creerá que es mentira. Bueno... Lo de aquél. Ché.

En el Ayuntamiento tomo café con Victor y Carlos. Subimos al despacho y ultimo cosas, trabajo, notas de prensa. Bajo a recoger bocadillos y como en la sede, reunido con miembros del comercio de Mislata. Bocata. Reunión y en taxi, tres, a Ruzafa. Escribo en la radio que Angelita desmantela, canción y textos de la presentación de Oloriz. Y como anuncié en el facebook: no CUENTO nada más.

A mitad mañana recordé de nuevo que era 13 de noviembre, recuerdo ahora que me atracaron tal día como hoy en esa estacioneta del trenet el año que desaparecieron las chicas de Alcásser... Curiosidades que me aparecen en la memoria, ahora, tantos años después. Porque afortunadamente, siempre, el 13 de noviembre fue el cumpleaños de mi amiga y hermana, confidente y caminanta Aurora. Maternal ahora como no lo hubiera pensado nunca, en sus cosas adultas, como yo en las mías. Pero Aurora al fin y al cabo. Igual que anoche Juan y Laura con su hijo en el "Tot és Festa", que me daría menos quebradero de cabeza si algún gilipollas no lo fuera tanto. Esto, desahogo. Ché. Que también me toca... ¿No? Aurora que siempre estuvo y calculo siempre estará ahí, ha subido y me ha alcanzado. A ver si nos vemos prontos y celebramos...

Cené en casa, caldo de verdura, con Gloria al teléfono. Me regresé a casa en bus, pero a nada estuve de volverme en taxi a casa de Mabel. No lo hice. Menos mal. Mañana viernes, dios dirá.

Y ahora, a punto de irme a dormir, he recordado que esta mañana el bueno de Juanjo se acercó al despacho y me regaló Terral, el nuevo disco de Alborán, que me asusta a marchas forzadas. Porque todo el mundo se siente en la obligación de avisarme si sale, si canta, si viene, si va... Y... Ché! Me da la sensación de ser un freakie fan de los que no soportaría...

En cualquier caso, Juanjo me ha ganado por noble. No desde lo del disco, ya desde antes. Pero me encanta contar con él en el camino de la vida y espero, también, como con Aurora, sea siempre.


Y así acaba el jueves. Aunque el escrito está en viernes, que llama a sueño. Todos los días de esta semana me he acostado pasada la una. Y eso... ¡no puede ser! Ché.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

EL DÍA DE LA LOTERÍA






Hoy reaprendí algo que debía saber desde pequeño a fuerza de que mamá lo haya repetido tantas veces: "Hazme ciento y no hagas una y ya no has hecho ninguna.". No llovía. El otoño duró menos que en las canciones de Sabina. Fui al ayuntamiento y antes tomé café con Víctor. Compré lotería del Menjant. También había comprado en la administración, soñando como siempre que de ésta nos salvamos la vida entera... Debía de ser el día de la lotería, porque pasé la mañana trabajando, comí en casa de mi hermana sin Rosa, pero con mis padres y Edurne que se había puesto malita, y me fui a tomar café con A.A., la primera persona a la que le propuse lo que tocaba. Ya veremos. Regresé a casa. Limpié la cocina y me preparé para irme a la tele, con la tentación de descubrir el anuncio de la Lotería de este año. Lacrimógeno. ¡Bien! Lo que nos gustará una lágrima... Si sirven para humanizarnos, bienvenidas sean. Porque no hay manera de salir de este mundo gris de ninguna manera... la gente ya ha pasado de indignada a querer borrarse de gente.

Así que cogí el taxi y llegué hablando por teléfono con Pepa a la tele, donde vendí más lotería. Ya dije que era el día. De la lotería, digo. Y ahora, esperando que dé la hora para levantar el telón e iniciar una semana más el espectáculo. Estamos con el "Tot és Festa" a cuestas, hoy que es miércoles...

Me sigue pareciendo todo muy curioso. Aunque al mismo tiempo, es como si nada pasara... pero sí que pasa (digo yo).

TENÍA QUE LLOVER


Me desperté, sabiendo que tenía a primera hora una cita y me quedé en la cama holgazaneando. La humedad saqueaba la mañana y yo, bajo la colcha, pretendía que el frío no me calara en los huesos. Pero aquí es imposible. El frío tardó en llegar, pero hoy que decidió ser noviembre de una manera decidida, lo hizo contundente. Me regalé doce o trece minutos más de alarma, pero inevitablemente no caí ya en el sueño. 11 de noviembre. Al bajar la escalera de casa, lo que había adivinado como un día gris, me encontré con una calle mojada, goteando el cielo y yo, caminando bajo el tintineo de aguas. Llegué al despacho y despaché. Tomé café con leche cuando más llovía con Pepa y volví al despacho. Y noté el cielo gris oscuro y entonces ya recaí en la lluvia incesante. La de noviembre. Bueno y la que no tuvo octubre, ni septiembre, ni supe que llegaba ni sé cuándo se irá...

La tarde la eché después de cocinar una sepia fresca. Preferí arreglar el cuarto de los trastos que ver un nuevo capítulo de Isabel. Pero al final, ni lo uno ni lo otro. Como si este frío helado me detuviese. La lluvia lo ha inyectado en el cuerpo, ese sentimiento de bloqueo, de hivernación, de freno. Y el día, cuando caminaba cabizbajo, con los hombros en alto, sin detenerme, me hizo pensar que esa lluvia era adorable bajo una manta, junto a una ventana, con un chocolate caliente... Y no raspando las aceras sin dejar de darle vueltas a la cabeza.

Compré las entradas para Los Miserables y lo colgué en Facebook. Luego me fui a la sede: primero reunión de la Asociación Popular y luego del Comité de Dirección. Y camino a casa. Con Antonio, cabizbajo, porque se quedó así después de la ducha y con Alejandro, que se fue con el coche a casa... Cuando quise darme cuenta, el martes se había ido volando. Sin darme tiempo a escribir una hoja que perder. Mejor. La lluvia la habría congelado...

lunes, 10 de noviembre de 2014

OTRO LUNES CUALQUIERA

Me desperté como se despiertan los cuerpos cuando el otoño empieza a serlo de verdad. Cuando la humedad de una lluvia perdida, al estar durmiendo, trae de la mano la caída de las temperaturas. El colchón de la cama de mis padres sujetaba mi espalda como una tabla de planchar donde no existía salvación. Y me desperté porque sonó la alarma del móvil porque si no, aún ahora andaría en brazos de Morfeo. Comí en casa de los papás porque estuve en Alzira de mantenedor y mi padre, que no se cansa nunca de hacernos los favores, y si se cansa no lo dice, me llevó en el coche y me trajo al plato de arroz con lentejas. Me regresé a casa en metro y cené una pizza olvidando que el peso es desorbitado y con la sensación aquella de que las dietas se comienzan los lunes.

Hoy ando con ganas de bajar de los excesivos 92,600 kg que me han hecho cerrar un ciclo de engorde y cebo. Será difícil, lo presiento, pero en algunas cuestiones hay que coger fuertes ya las riendas. Así me parece. Hoy era lunes. Lo es aún. Lo era hace cinco minutos que, tras un capítulo de Isabel, puse a Pablo a cantar Alboranadas y me senté a escribir en este blog. Por facebook Tsering Stobdan me escribe desde los pies del Himalaya, recordándome que India me regresa y me espera. Y yo sé que volveré. Que toca. Me toca pasar por el traductor de google porque anda mi inglés más dormido que yo esta mañana cuando recuperé el sueño que dicen nunca se recupera. Algo así como la energía, dispuesta siempre a transformarse.

El fin de semana fue a tope. Especialmente el viernes noche con aquella Cena de Cortes de Honor en el Ateneo y con una mesa divertida y nocturna que entró en modo rifa ya de madrugada. Lo mejor las fotos del photocall, las risas con Laura y la Guti, la conversación con Raquel García Tamarit, el reencuentro con grandes amigas que hace tiempo no veía y el cansancio soportado de un día en el que no paré de hacer cosas. Había que ultimar todo para el nombramiento y la proclamación al día siguiente de Amparo y Lucía como falleras mayores de Noscarmientas y tenía mil y una cosas que atar... ¡Y las até!

El sábado estuve por la mañana en la presentación de la Dulcinea de Castilla la Mancha en el Centro Cultural. Tomé café con Richard y Rafa ultimando el casal y me vine a dormir a casa. Busco recovecos donde sea, para conseguir dormir. De soñar no hablamos. Y ducha y taxi de vuelta. Las motos de Cheste no se veían por Valencia pero el tráfico lo colapsaba todo. Llegué al casal. Vivimos la Proclamación y nos alargamos la noche con amigas y amigos. Con grandes momentos. Con emociones. Con un sinfín de cosas que hicieron que este año sea excepcional. Que lo será, estoy convencido.

Me reí con Richard repartiendo cava por doquier, ví feliz a mi padre cortando jamón, cerramos la noche a los pies de Cyrano y me fui a dormir pensando en el viaje de ayer domingo a Alzira...


Y allí descubrí un teatro fantástico. Y una alcaldesa ejemplar. Y un escenario, fallero. Al modo de Alzira, comenté con Pepe Boix y Sela allí acompañando a María Donderis. Me regresé a comer a casa, con la sensación de que el discurso había sido largo. Pero me dijeron que no. Que lo había leído mal, pero me dijeron que no. Y no dejé el whatsapp y el facebook, por donde se caían todas las cosas que pasaron el día anterior...


Con una foto que vió Aurora, me mandó un mensaje diciendo que me brillaba la mirada. Que se me veía pletórico. Y vaya que sí. No sé si será efecto del Snapseed o de mí mismo, pero mi vida brilla a una velocidad que yo no soy capaz de releer... Y eso me apura. Los excesos, del cielo y los infiernos de este don Juan inesado que nunca acabarán de equilibrarse...

Raquel me escribió unas cosas preciosas por haberle dedicado una hoja perdida y disparó las visitas a este pequeño rincón... Y así, con unas cosas y otras, pendiente de irme ahora a otro acto, soñando que mi dieta ha comenzado, con una mañana en el Ayuntamiento y un ensayo, luego, a la noche, nos llegó otro lunes... Tan distinto a todos y tan igual como siempre. La luz del flexo me mira fijamente... Le falta reírse.

viernes, 7 de noviembre de 2014

GRACIAS. DE PABLO ALBORÁN (BUENO, A PABLO ALBORÁN)


Que me encanta Pablo Alborán lo sabe todo el mundo. Pero cuando escuché ayer "Gracias" de repente me entró un escalofrío sintiéndome tan representado en cada frase. Decir esto y no parecer un fan quinceañero y descontrolado, es complicado. Y aunque calculo que a otros les habrá pasado con "El venao", "Los vecinos del barrio le llamaban Loca" o "Ellos las prefieren gordas", la verdad es que cada vez que repaso los renglones de la nueva canción, me queda la sensación de pensar que nunca, nadie, me dijo tan claro y a la cara, lo que yo pensaba que solo vivía en la intensidad de mi ser. Y digo bien, intensidad. Porque cuando me pongo intenso... ¡carajo! Ni yo hay días que me aguanto...

Leí de nuevo la letra de la canción:

Tengo la suerte
De saber quién me quiere y no me quiere
De saber que existe un lugar donde puedo volver
Si me hieren
Tengo la suerte
De tener una pasión en mi mente
De entender que mi vida es mi vida
Pero mi voz es del resto de la gente

Quien diga que los sueños no se cumplen
Que me explique como vivo en esta nube...

Sí, quizás me viste sonreír
Cuando mas quería huir
Pero lloré de la emoción cuando cantabas junto a mí
Vine para hacerte ver
Que desde el alma hasta el papel
Confieso que mi vida he dado siempre y siempre la daré

Tengo la suerte
De no saber competir con la gente
De saber que si hoy me equivoco
Tengo que alguien que puede entenderme

Tengo la suerte
De ser ciudadano del aire
De sentir que soy libre sin ser 

Un vagabundo en la tierra de nadie

Quien diga que los sueños no se cumplen
Que me explique como vivo en esta nube...

Sí, quizás me viste sonreír
Cuando mas quería huir
Pero lloré de la emoción cuando cantabas junto a mí
Vine para hacerte ver
Que desde el alma hasta el papel
Confieso que mi vida he dado siempre y siempre la daré

Fue imposible evitar las prisas
Y aún así me entregabais con risas
Sentía que algo especial nos unía enseguida
Sigamos juntos cantando
Con el alma y guitarra en mano
Con el cuerpo y los ojos de ambos brillando

Sí, quizás me viste sonreír
Cuando mas quería huir
Pero lloré de la emoción cuando cantabas junto a mí
Vine para hacerte ver
Que desde el alma hasta el papel
Confieso que mi vida he dado siempre y siempre la daré

La daré por ti 


Y al acabar pensé, de qué extraña manera alguien pudo poner en sus manos mi voz callada. Cómo pudo alguien suscribir mis silencios. De qué forma alguien, a quien además escucho tan a menudo, fue capaz de poner, letra sobre letra, lo que siento de una manera callada en este mundo de ruidos. Y sí, lo reconozco, la débil línea que me separa del adolescente fan y su ídolo queda casi borrada. Pero nunca, de verdad, sentí tanto una canción, una letra... Nunca, cuando rebuscaba en el nuevo disco pensando que ya nada me podría sorprender. Cuando casi me obligaba a escucharle para adaptarme a las nuevas canciones, tanto como me gustaron las antiguas... Y. Sorpresa. De repente. Sin venir a cuento. Leo. Y releo. Escucho. Y me sorprendo. Me emociono. Me santiguo. Y pienso, en qué folio le llegó volando unas líneas que mi alma nunca supieron que tendría letra... Gracias. No tengo nada más que decir. Hasta el título es mío... 

jueves, 6 de noviembre de 2014

UNA FANTÁSTICA PERSONA


La niña de la sonrisa perenne cumple años. La eterna joven Raquel cumple días. Sin perder la sonrisa. La pequeña Raquel reconvertida en mujer a la que le mundo no para. Ella, una de aquellas personas que piensas debe de tener algo escondido: un perfil de asesina en serie, un olor de pies, un pasado oscuro... Un algo que la humanice algo más. Porque irremediablemente, cuando la tienes cerca, y cuando la conoces al pasar los años, te quedas convencido de que es imposible tener esa grandeza innata, esa perfección humilde, esa capacidad de estar y no molestar, de pasar de puntillas cuando podría conseguir que el mundo se girara a verla... Se postrara a sus pies.

Raquel es la niña traviesa a la que nunca le faltaron por entregar los deberes en el colegio. La amiga que se hace chico cuando tienes que contar un dolor o ahogarlo en penas. La mujer alegre que sabe darle luz a la vida y que contagia, con una risa aún más contagiosa, una felicidad que en esos días grises parecía imposible de conseguir. Generosa, sencilla, divertida, cómplice...Raquel cumple a la perfecta perfección - a la que cumple todas las cosas - con el perfil de lo que llamamos una buena persona. Y lo es. No buena, fantástica. Es lo mejor que se me ocurre decir de alguien... Es una fantástica persona. Y con un tierna sencillez que la hace aún más adorable.

Y así, sencilla, en silencio, cumple vida. Y me alegro de ver que puedo ver, a su lado, como la cumple. Como empezó a cumplirla cuando si apenas nos saludábamos en las calles adolescentes de Sarrión. Cuando nos acercamos en aquel balcón repleto de peinetas y humos en un año que abrió la puerta. Y viviendo Cerdeña, surcando el Mediterráneo, viendo atardecer, tomando un vino en Patraix o a la sombra de la muralla ibicenca, con el bueno de Pablo (que es un elemento y su complemento),... Qué curioso me parece que lo más grande que hemos hecho, presentar juntos ante 7000 personas, me parece de corazón de lo más pequeño que hemos compartido, y que nos queda por compartir...

Raquel es eso, compartir. Es la imagen de la palabra "amistad". El halago de quien tienes al lado y se limita a sonreír cuando querrías llorar. La suerte de tener al lado a aquella persona con la que siempre se puede repetir un destino. Una amiga que se forja como el hierro y de la que es difícil huir. Probablemente la menos responsable con las dietas equilibradas, pero la que mejor desequilibra las mías. Y con quien tienes la sensación de estar siempre jugando, caminando, hacia arriba... Puede que Raquel nunca sea una asesina en serie, dudo que le huelan los pies y no creo que tuviera un pasado oscuro; pero seguiré empeñado el resto de la vida intentando saber cuál es el talón de Aquiles de esta Shakira que la vida me acercó sin esperarlo. Porque eso es la vida. Y eso es la amistad. Con color de naranja y aroma de trufa.

Yo, hoy, como cada día, de saber que la tengo al lado, me siento tan feliz que me hago pequeñito cuando ella no se quiere hacer grande... Y así vamos haciendo la vida. Feliz cumpleaños, Raquel. Eres única. Y una fantástica persona... 

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...