domingo, 16 de noviembre de 2014

TE QUIERO. SIEMPRE.


Querida Cristina,

Hoy escribí tu nombre. Hace cinco años que le diste un significado nuevo a la palabra "Siempre.". La usamos cada vez que te recordamos en vez de decir "Nunca". Es nuestro compromiso de no borrarte, de no olvidarte, de no decirte adiós eternamente... Me hago mayor, amiga. Hay días que me pesan los días más que los kilos. Y recuerdo aquellas risas y aquellos llantos...  Me van saliendo los días sin ti con un brillo en la mirada que me hace vivir sintiéndome feliz. Aurora me escribió el otro día que me brillan los ojos. Se fijó ella. Yo hacía tiempo que no miraba nada... Solo puedo decirte que te quiero, tanto o más de lo que te quería. Y que sigo llorando los 16 de noviembre con aquella sensación de que me mataba el dolor, cuando te escribo. Sé que si me ves llorar desde el cielo que tendrás para ti sola, porque te merecías uno entero, no te importarán mis lágrimas. Sabes que no son de pena. Son palabras que no sé decir... y que siento.

Hablo de ti y me siento feliz. Más que nunca. Es única esta sensación de hablarte con tanto cariño pensando que cada vez que le digo tu nombre a alguien te doy vida, te traigo a mí, te tengo un poco más...

Cuando dices que nunca olvidarás a alguien, lo haces pensando que será así. Pero antes o después se borran las voces, los tactos, los olores,... y hasta los recuerdos se cuartean y nos nieblan aquello que un día vivimos. Contigo no. Contigo, cinco años después, sigo sintiendo que me guías, que me cuidas, que me dices... Aún espero que suene el teléfono para irnos al cine o que me prepares unos macarrones con su queso gratinado que nadie hacía como tú. Aún te recuerdo bajo nuestra manta de colores. Y cuando alguna vez nos dijimos que nos queríamos tanto porque yo creo que los dos sabíamos que partías... y nos lo queríamos decir. Que nunca te faltó una sonrisa para mí, ni un beso, ni un consejo, ni nada... Que te quiero. Y que me siento dichoso, de saber que fuiste y que nos tuvimos. Y te mantengo viva, aún cuando pasan los años... Cinco ya.

Qué grises eran los días aquel noviembre. Qué distinto todo. Y lo que me ha cambiado la vida. Ahora estarías diciéndome que pare algo, que valgo mucho, que tu me quieres, que siga... Todo aquello que me decías y que me hacía sentir tan arropado. La vida va bonita. Han venido niños a la pandilla y aunque nos vemos menos, nos tenemos todos. A mi hermano lo sigo cuidando, aunque desde la lejanía. Pero sabe que estoy y yo que está. Y eso lo sabes tú, que a días me faltas tanto. Y te recuerdo en Egipto y en casa, escribiendo en la libreta de la nevera.¿Sabes? Aún están ahí tus palabras escritas. A lápiz, para que se puedan borrar. Y a veces, al abrir la nevera, acaricio tus letras como si así te pudiera acariciar a ti, sin temor a que se borren. Y decirte una vez más lo que ya sabes... Se mantienen vivas, como mi recuerdo de ti.

Esta mañana Hugo puso una foto. Te dijo unas palabras y me despertó lo que venía desde hace días recordando... Que hoy es 16 de noviembre y que lo siento como un día dichoso. Vi el mar en la foto de Hugo. Y me acerqué al mar, también, y te busqué entre las olas. Comprendí que es un día precioso. Que es un cumpleaños especial. Que no puede ser triste. Porque yo te conocí y te quiero. Y me quedé mirando al cielo, y supe que me veías, y me sonreías, y me decías: "Jaime, para algo" y luego "Jaime, tú vales mucho...". Y me dirías: "¿Tú sabes que yo te quiero mucho?". Y te diría que sí. Y que yo te quiero. Y me dirías: "Y Hugo, también, aunque el no te lo diga". Porque me lo decías siempre... Y hoy, aquí estoy, un 16 de noviembre llorando sin pena. Porque te quiero tanto que me siento feliz de tener este día para recordarte tanto como tantos otros días te voy recordando...

Porque no te pido permiso, pero siempre pienso qué me dirías. Porque no te tengo a diario, pero no me faltas nunca... Porque me acompañaste de una manera tan bonita y lo haces ahora, que solo puedo sentirme afortunado. Nunca olvidaré es decir que Siempre recordaré. Y yo no fallo nunca a mis promesas... Lo sabes. Te lo prometí. Y de una manera extraña, absurda, loca, te busco en pequeñas cosas, en algunas fotos, en algunos recuerdos... Y te siento. Y cuando eso ocurre, es maravilloso...

Siempre te recuerdo. Y así te presiento a mi lado. Y me ayudas a caminar. Y a hacer que la vida sea más bonita y me brillen los ojos. Que te quiero. Que todo esto solo lo escribía para decirte aquello que tantas veces te dije... Me dijiste. Nos dijimos.

No fue justo. Nunca lo es. Pero contigo menos.

Qué bonito saber que estás aquí, conmigo. Y si me escuchas como yo lo creo, mientras pasan las olas solo tengo que decirte te quiero.

Te quiero. Siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

increiblemente precioso... por decir algo!! Impresionante!Grandes personas grandes sentimientos....

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...