martes, 16 de diciembre de 2014
DE VEZ EN CUANDO
De vez en cuando encuentro el tiempo de hacer que se pierda un whatsapp. De vez en cuando quemo unas croquetas y me repito en daños del estómago. Ayer, después de la cena del sector, Amparo me dejó en casa y me acosté con dolores fatales. No sé si son daños de invierno o de otoño tardío. Paso la mañana en el despacho y tomando café. Como en casa, sin cocinar ni ganas. Un arroz caldoso con caldo de tetra brik. Que no es nada. Papá y yo hablamos con el señor del seguro y el vecino. Las goteras no son cosa mía. ¡Quién lo iba a decir! Me voy a Valencia, a reunirme en el partido. Y oigo una conversación que me gusta. Encuentro confidencias después de un café entre gritos al ir al coche de una compañera acompañándola. Camino por Guillem de Castro y tomo café en Starbucks con Raúl y Voro, organizando cosas. Si se entera Voro que le he escrito el nombre con Uve, me dice algo. Seguro. Camino bajo el frío hasta el metro y bajo en Mislata. Estación que me llega antes de lo que creía... Sería así siempre. Hoy el frío se clava más. O el sueño. O el dolor de vida... Mañana, miércoles. A ver de qué tengo tiempo...
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