martes, 2 de diciembre de 2014

HASTA CUANDO LA VIDA AHOGA


Esta noche Moni y Ángeles dejarán de ser cuñadas durante dos horas para convertirse en hermanas por el mismo tiempo. Ana y Laura. La experiencia ha sido genial. La de dirigirlas, las de traerlas hasta aquí, porque teniendo la vida como la tengo, dedicar unas horas a marcar el destino de estas dos mujeres ha sido una suerte que agradezco. Y mucho. Espero que esta noche cuando se levante el telón veamos lo que espero encontrar: una historia de la que muerden por dentro. Y solo será así si Moni y Ángeles, Ana y Laura, nos conmueven como lo han hecho a lo largo de estos días en los ensayos. La una, contando una historia, sin maquillaje. La otra, viviendo una que no le pertenece tras una máscara que solo engaña a ella misma.

Me gustaría que les aplaudan a rabiar. Me gustaría que encontraran en Moni lo que yo he visto desde el principio, las ganas de batirse. Y en Ángeles, lo que espero de ella: su consagración. El mejor papel que le hayamos visto nunca. La quiero mayor, perdida, dolida... Y a Moni, pobre, desaparecida, sin fortuna ni fortunas... Si salen al escenario a hacer lo que saben nos vamos a ir a dormir con dolor en las manos. Y en el corazón. Probablemente.

Pero Moni tiene que batirse con ella misma y Ángeles llegar a arrancar dentro lo que tiene y no quiere sacar. Como lo hagan, que se prepare el teatro. Es espectacular lo que les he visto hacer. Cómo he visto crecer a Moni, que no tiene derecho a pincharse como un bizcocho. Y a Ángeles que siendo maestra de todo sigue escuchando cada indicación con un respeto absoluto hacia la palabra "director". Esta historia yo la vi así. Me gustaría que ellas le den la vida que yo no podré. Están tremendas. Estarán, quería decir.

Me gustaría que mañana la crítica fuera unánime: que Moni estuvo a la altura que ella no creía y que venció sus miedos y nuestros retos. Que Ángeles demostró que es imprescindible encima de un escenario. Y que ahora, tiene enfrente a alguien a quien ponerse al lado. Quiero que se escriba que la obra fue emotiva y emocionante. Que la gente sintió con ella. Que el director ha conseguido que dos mujeres se enfrenten en escena en un combate actoral sin vencidas. Me gustaría que se dijera que la obra nos hizo vivir y causó dolor. Que nos olvidamos de quiénes eran las actrices, porque allí, encima del escenario, estábamos cada uno de nosotros. Que deshicimos nuestras casas...

Desde aqui, mi aplauso ya. A Moni por lanzarse. A Ángeles por dejarse llevar. Esta noche quiero que cuenten. No quiero ver actuar. Quiero respirar vida. Hasta cuando la vida ahoga. Y eso, lo tengo claro, solo pueden hacerlo Moni y Ángeles... Moni abandonando sus sombras. Ángeles entregándose a la oscuridad que lleva en las entrañas. Porque esta historia solo puede vivirse desde las entrañas.

Gracias por dejarme ser vuestro compañero en este viaje. El escenario es vuestro. Devoradlo. Hacednos sentir todo... y será maravilloso. 

Besos. Y mi agradecimiento horas antes...

Siempre vuestro, 
el director.

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