martes, 3 de enero de 2012
RICARDO
En mi vida, con fortuna, he ido conociendo (y espero seguir haciéndolo) a muchas personas que, de una manera u otra, me complementan, me añaden, me aportan y a las que, sinceramente, espero aportarles algo. En ello se basa la amistad. Ricardo es un casi muy buen amigo. Y digo casi porque si apenas nos conocemos de algunos encuentros. Creo en las casualidades, creo que mueven el mundo, como creo en el esfuerzo y en el que haya que batallar por las cosas para conseguirlas.
Pero creo en las casualidades y lo traigo aquí porque me da la sensación que a Ricardo le conocí por una casualidad o un cúmulo de éstas, que tampoco tiene lógica vengan a referirse. Ricardo y yo nos conocemos sería al final el titular más rápido y más contundente. Sin duda alguna.
Anoche chateé con él, que está viviendo en Londres. Y anoche mismo se ganó el que hoy mi hoja perdida fuera para él. Hablar con un extraño es gratificante. Ricardo no lo es, ya dije que nos conocemos, pero como aquellas personas que se conocen y poco más. Sin embargo, las tres o cuatro veces que he hablado con él desde que se fue de Valencia, me han hecho conocerle más y, lo que me sorprende, conocerme a mí mismo. Ricardo es un valiente que se ha lanzado a una aventura que yo me reprocharé siempre no haber empezado: irse a vivir a Londres. Londres ya sabéis que me fascina, pero el concepto de reiniciarse, atreverse, volar... Son ideas que me gustan mucho más. Por comodidad y cobardía, lo reconozco, no he seguido sus pasos, ni antes ni después, ni creo ya que lo haga. Pero comprobar que él (como otros amigos y amigas) sí lo han hecho me provoca un respeto absoluto y unas ganas de continuar siendo el camino para que seamos amigos ya sin el "casi".
A veces, cuando hablas con alguien que está lejos, es más fácil que te vengan a la cabeza cosas que hablando con alguien que tienes al lado no te saldrían. Ayer, cuando Ricardo me contaba divertido, que se trae a un sevillano y a un singaporino a las fallas, lo primero que hice fue alegrarme de ver que la vida de Ricardo ya vuela como me gustaría en ocasiones hacer volar la mía... Y yo le pregunto si es duro. Y él me cuenta que a veces lo ha sido, mientras pierde la cuenta del tiempo que lleva fuera y habla de lo "difícil" en un pasado que me gusta más todavía y me empuja a soñar que igual, algún día, yo también vuele.
El día que Ricardo colgó esta foto en su face fue el día en que me dí cuenta de que hay gente valiente que se echa a volar, aunque se les haga difícil... Yo, lo reconozco, sigo soñando con muchas cosas, y me mantengo firme en mi realidad por la que batallo en el día a día... Y que también es parte de mí, la parte más importante.
Posdata: Ricardo, te espero por la falla con tu sevillano y el singaporino... Tienes muchas cosas que contarme para darme una envidia total y absoluta. Un saludo de tu casi amigo, Jaume.
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