domingo, 31 de mayo de 2009

RASCA



El fin de semana llegó al final de una semana dura. La habéis ido sintiendo de la mano y gracias por estar siempre ahí. El viernes fue un cambio de planes en toda regla. Tenía la intención de hacer unas cosas y las cambié, insconscientemente, todas supongo que para ir cogiendo más aire. Me he comprado una tele. Me iba a comprar un CD, quería regalarme algo... No es que se me haya ido la pinza. Una amiga me dijo que me diera el capricho. Y lo hice. Así podré comer frente a una tele, como hace la gente normal... ¿No? Luego me fui a entregar unos diplomas (mejor de lo que me esperaba, la verdad) y de cena improvisada con algunos amigos. Vino blanco en la terraza del Peperoncino y muchas risas. Alguna animalada (algunas cuantas). Santa Teresa con limón exprimido y unas risas más. Luego Barceló en la cueva de Bergerac... Y a dormir.

Ayer me levanté sabiendo en la agenda que tenía el cumpleaños de Ángeles por la noche. Me fui a casar a unas parejas en el Ayuntamiento (y lo que no me pasé a mí no le pasa a nadie... ea!), luego comí en el Foster's con José y Ana. Compré regalos por la tarde y me fui a comprar todo para el cumple con la homenajeada y Luis. Lo pasamos bien: incluyendo el ataque de hiperventilación en el pasillo de las golosinas. Toda la tarde liados y nos llega la noche. A partir de las diez empezó a llegar la gente mientras yo acababa de cortar el ajo y los tomates. Risas en la calle. Muchas risas. Cena y más risas. Tarta. Entrega de regalos. Cubatas y cocktails. Más risas y música de fondo... Y muchos amigos.



La noche se nos fue entre los cocktails de fresa, las risas de Pepito, los cigarros de Mabel, las monjas que corrían en la madrugada, los platos de conguitos y gominolas, las mil y una sonrisas... Angelita estuvo feliz. Muy contenta. Yo también de verla así... Nos fuimos a apagar la noche entre las mesas de Cyrano. Taxi de madrugada, empezando el día, surca la avenida del Cid, me deja en el telepizza y sigue adelante. Enciendo el último cigarro y me voy a dormir, hace una noche fantástica...



Me he despertado romanceando en la cama, enroscado entre las sábanas que ayer no plegué. Calor de primavera y cielo nublado. Me llama Lázaro. Mañana parte a Brasil. Hablamos por teléfono, nos ponemos al día y me arrepiento de no haberme apuntado. Me encuentro mejor que los últimos días. He ido progresando con no quedarme en casa. Brasil hubiera sido una buena idea ahora. Cada vez que no me ocupo con algo, me rasca el almita por dentro... Será cuestión de tiempo. Dejar que pasen los días, espero, que sea al fin una salida de túnel. Veo luz chicos, al final. Aunque me parezca tan lejana... Será cuestión de tiempo. Ya no tengo el dolor tan fuerte del pecho, la bola del estómago se pierde por momentos y sólo ando enganchado por dos tirantes que se clavan en mi clavícula y que me tiran hacia el suelo, que me duelen, que no me dejan saltar...

Noches como la de ayer y antes de anoche me ayudan a soltar lastre, pero levantarse luego se complica... Será cuestión de tiempo, de poco tiempo espero. Mientras, me descubro volviendo a sonreír que ya es mucho... Porque ahora ya sólo son rascones. Rasca.

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