viernes, 29 de mayo de 2009

APUNTES DE MADRUGADA



1.26 am. Recién llego a casa. Día en el que he tenido de todo. Como una llama, que sube y baja, mis horas se han acabado ya por hoy, llegando a la final del día. O mejor dicho, empezando uno nuevo... Sigo con mis cosas, como os imagináis. Pero, de verdad, que no se asuste nadie. Estoy bien. Raro, pero bien. Confundido, pero bien. Descolocado, pero bien. De verdad.

Hablo a través del ordenador que no lo pasa tampoco bien en estos momentos. La noche nos une a los que estamos disconformes con nuestra cabeza. La noche nos ata, de la mano del insomnio, a decirnos las verdades como borrachos en una barra de bar.

Estoy sin nicotina. Repaso la casa. La pared morada de mi habitación. El calor de la noche que anuncia viernes y fin de semana. El paso del tiempo se convierte en peso.

Mi día ha sido regular. Bien hasta media mañana. Regular desde que miré por la ventana. Peor tras la comida. Oigo algo de chill out a mitad tarde. Y trabajo, hasta la noche. Ceno pasadas las doce. Nos reímos, cuatro carcajadas de dos chistes y medio. Pero cae la noche, llego a casa, con nocturnidad, y el teclado resuena apurando mi dolor de espalda. La cabeza me duele menos ahora. Esta tarde fue un problema...

Ahora el insomnio abre su puerta y me invita a pasar. No sé cómo salir de este laberinto en el que casi he entrado yo solo, por mí mismo. Calor de primavera, humedad nocturna. Rocío que no llega... El cuello se debilita y tambalea. Podría ser del sueño, como antes de la sonrisa... Esta mañana me descubrí sonriendo en el control de la radio, hablando de la cuenta comunión, contando las anécdotas de otros... Esa risa valió todo el día de hoy. Siguen pinchando en el pecho los dolores del silencio. ¿Hasta qué punto estaré haciéndolo bien? Muy pocas veces me he arrepentido de las decisiones que tomé en la vida. Pero no sé ya si no soy demasiado mayor para tanta valentía... No es un discurso de derrota, es una idea realista (que es casi lo mismo). Mañana (ahora luego) me despertaré. Me voy a poner la canción de Serrat que tantas puertas me ha abierto y saldré a la calle de nuevo...

Apuntes de madrugada: cuando todo esto acabe, cuando y cómo tenga que acabar, voy a leerme y creo que no me reconoceré. Estoy descubriendo rincones y atajos que no sabía que tenía, pero aprender cuesta (mucho). Algo positivo salen de estas anotaciones...

1 comentario:

Anónimo dijo...

piensa en infusiones,hula-hops y el tio "jerias",a que te has reido jeje,un beset.
mr. x digo mr. t

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