domingo, 17 de mayo de 2009

ENTRE AMIGOS



Anoche organizamos cenita para celebrar que era sábado. Pasamos de Eurovisión, que hubiera podido ser una de nuestras excusas frikies para darle a la sinhueso y echarnos unas risas juntos. Lo pasamos bien. Nos reímos lo nuestro con nuestras cosas. Sergio consiguió cortar la nata del postre - perdona Sergi, tenía que contarlo - justo antes de tirar al suelo la bandeja de pastelitos que trajeron David y Carol - perdona Sergi, tenía que contarlo también -. Ana vino sin Carlos a su espera, que llegó después de haber perdido las tarjetas de crédito. Laura se fue durmiendo hacia el final de la noche, mientras que Ángeles nos contaba su periplo por Sagunto y a mí me mataba el dolor de espalda del costalazo del viernes...

Quitamos la música y la tele antes de empezar a cenar, lo cual siempre es una invitación a conversar. Y hablamos. Y mucho. De todas esas cosas que nos unen y nos hacen seguir creciendo como amigos. Cerramos la noche cerca de las cuatro y media, cuando casi iba a empezar a clarear el día. Pero me fui a dormir muy contento, porque la velada, de verdad, fue de lo más agradable. De vez en cuando me reencuentro con los espacios propicios y las veladas serenas, y las agradezco tanto o más como las de jarana pura y dura...



Cortamos corteza para preparar las copas. Hielo a mansalva. Ron y coca cola. Pastelitos y helado. Todos los ingredientes para una noche perfecta, pero mucho mejor, cuando pude ver con quién la había compartido.

Soy un tipo que vive ilusionado constantemente. Esta semana ha sido difícil, dura. Pero la he cerrado de la mejor manera posible. Para seguir con esas ilusiones que me alegran el alma. Afortunadamente, el mejor ingrediente anoche, volvieron a ser mis amigos... Eso es impagable. Y ya no me duele tanto la espalda...

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...