lunes, 11 de mayo de 2009

AYER



Ayer fue un día triste. Hoy no. Ayer fue cielo nublado, gris ceniza, y pena en las calles. Ayer fue un día de desasosiego, de pies arrastrados, de mirada triste y ojos caídos. Ayer busqué voces a cada rato y hallé silencios continuos. Ayer me encontré en un día marcado en rojo. De pena contenida.

Hoy el cielo se levantó triste, como ayer. Pero yo resurgí más vivo. Me he despertado a las cinco de la mañana con un brutal dolor de muelas. Pastilla y a dormir. Me duermo. Me levanto para el pleno y una reunión, luego paseo por las calles, con María Luisa, remendando mis problemas de crédito (de las tarjetas). Hablo con Susa por teléfono y me organizo el día. Quedo a comer después del trabajo.

Ayer me desperté con tristeza. Por la noche, frente al plato de bravas, mis amigos me preguntaron qué me pasaba, porque estiraba la cara. Y lo peor de todo, no lo sabía. Pero afortunadamente miré alrededor y estaban ellos, con sus tenedores, pinchándome en el alma para que saltara... Creo que por eso salté hoy de nuevo, superado el cansancio, o el descanso que es lo que me mata, he vuelto a andar mirando al cielo. Hay mucha gente que cuando anda sólo mira al suelo, son los vencidos por la pena. Mirad al cielo, aunque esté gris cenizo y os levantéis tristes...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me suena esta planta...cada dia la veo desde mi balcon, como tu desde el tuyo...quiza otro punto de union.
Decia Gandhi q la felicidad consiste en pensar, decir y hacer exactamente lo mismo.
Es bonito pensar en la simpleza d este pensamiento...
Yo lo intento cada dia, como tu, mirando al cielo...
Merx.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

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