jueves, 28 de mayo de 2009

LOS CAMINOS DEL MAÑANA



Ya ha pasado casi toda la mañana, empieza la tarde, soleada, con un cielo azul de los de verano y un calor latente que despacio me acompaña. No he parado en toda la mañana. Viene conmigo una sensación de ahogo aferrada al cuello que descansa por momentos. Se queda apeada, al lado de mí, en la orilla de mis días, y luego corre y se pone de nuevo junto a mi paseo. A ratos descanso. Poco por la noche. Llevo una semana de dormir poco, que es una semana más, como las últimas. Aunque en estas noches no he estado solo. Mis amigos me llevan de la manita y apoyando a Alberto, tomando unas copas en casa de Elin o cenando en mitad del universo de las mujeres mis horas han ido calmando y apaciguando algo, que no es poco.

De vez en cuando el reloj se detiene. Da la sensación de que todo se parase. Se detuviese. Se quedase en calma. No sé si es mejor o peor que las últimas horas, los últimos días, las últimas semanas... Me quedo así, intentando mirar por la ventana que el despacho no tiene y descubro un horizonte añil que me gustaría ir a buscar.


En el paso por el escritorio del ordenador me encuentro una playa. Un atardecer. Un barco. Gente. La foto resume mis pasiones y las de cualquiera, pero más hoy mías. Llamadme egoísta pero cómo añoro ahora los silencios sin pausa... Anoche me acordé de la India, de la paz del Tíbet. Anoche recordé, cruzando Valencia en taxi, aquella sensación extraterrestre que sentí como si fuera todo mi futuro. Y esbocé una sonrisa. Anoche, me dolía el cuello y la cara, el pecho, los brazos... La calma quieta de aquella foto siempre recordada hubiera sido la mejor medicación a unas convulsiones que no cesan. Pero hacia arriba, tranquilos. Iremos hacia arriba.

De nuevo busco la ventana y miro al final del camino. Es azul clarito, casi blanco. El sol lo irradia todo. De vez en cuando, noto como pican los ojos, como caen los párpados. Es el sueño. El sueño de cualquiera.

Buscaré entre los recuerdos de aquellas montañas doradas, la cordillera de la Luna (recuerdas Lasa), los caminos del mañana...

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