Lo llevo en la sangre. Dicen. Hay cosas que dicen que se llevan entre glóbulos y plaquetas. Mi tía Isabel, la pobre, siempre decía que la sangre "aunía" mucho, que tira, la familia. En resumen. Mi sangre... Sangre de mi sangre.
Tranquilas y tranquilos, no me he vampirizado, de momento. Cualquier día me convierto en un chupasangres, un chupatintas, un juntaletras y un abrazafarolas. Hay de los que me odian si leyeran esto, que pronto les vendría a la cabeza decir: "si ya lo eres". A ellos sólo tengo que aportarles algo: "sois tan gilipollas como la gente cree". Fin del trauma número 1.
Esta mañana me desperté antes de que sonara el despertador. De vez en cuando y sobre todo cuando tengo la agenda "apretá", me permito este capricho como otros se permiten el de quedarse cinco minutos más. Yo no. Sin café ni tostada, sin almuerzo ni perdón, me voy a recoger mis análisis. Stop. Se va en ayunas a hacerse los análisis no a recogerlos: pero como los sustos, con pan, son menos, me espero a que me visite mi médico árabe, que es un encanto oiga.
Me mira y lee el monitor. "No me preocupa nada". "Tienes alto los trigliceridos, habrá que controlarlos un poco. Es grasa". Ya tengo algo. Los análisis es lo que tienen, que como te analizan, te sacan cosas. Yo tengo una caterva que desconocía. Y las tengo bien: en glucosa no me paso de dulce, en trigliceridos me voy, un poco, en colesterol no (pero voy a bajarlo con un Danacol desde ya mismo) y las Alanina-aminotranferasa pelín disparadas... Me ha dicho que no le preocupa nada, pero no sé si yo también puedo despreocuparme o no... Como cualquier ser que se precie (y yo me precio y me aprecio; y al que no me aprecie, que le den: segundo trauma resuelto) me he descargado el listado vía google de que puedo comer y qué no hoy. Y acto seguido me he comido una ensalada, unos embutidos y un suquet de rape coronado por una macedonia frutal. Que sí, que ya lo sé... Que los embutidos sobran. Pero en cualquier otro susto de mi vida, la ensalada y la macedonía estarían por Babilonia...
Me he comprado dos foulards más para la colección, porque las analíticas dan ganas de comprar. Y Zara siempre me abre sus puertas. Las cosas como son. Y volviendo en metro, comento que ya sé qué tipo de sangre tengo. Pedí que me lo dijeran en el análisis porque andaba pez: 0 positivo. Que puedo darle a todo el mundo, pero recibir de los que tengan el mismo que yo... Siendo un cero, espero estar a la derecha. Pero lo he pensado entonces... Puedo darle a todo el mundo! Y es que lo llevo en la sangre... Al final, mi paseo con Aurora, playa arriba, playa abajo, será verdad: me doy a los demás, hasta con mi sangre desde hoy, por una cuestión de fidelidad absoluta... Y es que, aunque también he pensado que tenía que ser el rarito de la sangre, la verdad es que llevar lo de la dedicación a los demás en cada glóbulo, me ha puesto. Contento.
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