sábado, 30 de abril de 2011
ENTRE ACTOS
Me sentí. Me senté y me sentí. El Ayuntamiento de Valencia celebraba la gala del Artista Fallero para celebrar y entregar los premios a quienes en el pasado fuego consiguieron el primer premio con sus fallas. Nosotros, lo hicimos. En equipo y en colectivo. Y fuimos a recoger nuestro premio, Rafa y yo, llegado el final de la tarde... Me senté allí, decía. Y me sentí. Profundamente minúsculo, casi con vergüenza por el respeto máximo que le tengo a la fiesta y quienes la hacen posible. Por la adoración de quienes han sido y son los grandes, los maestros, los mejores... Y me sentí, decía, apocopado en mitad de la nada, con una sensación terrible de estar descolocado, orgulloso junto a mi compañero, allí, a punto de recibir el premio... Llevo muchos años unido sentimentalmente a esta fiesta, muchos más que profesionalmente, sin dudarlo... Llegué de rebote al periodismo de fallas, si es que existe esa clasificación, pero fui carne de falla desde mucho antes...
Ayer, en el hemiciclo, sentado frente a mí, Javi me recordó las muchas horas que desde pequeños le dedicamos a hacer fallas en mi cocina o en la suya, a plantarlas en mi terraza, a soñar con las fallas que haríamos de mayores... y ayer, anoche, allí estábamos. Frente a frente, como si el destino, en una azarosa pirueta nos hubiera regalado un sueño más: yo, quiero escribir de la manera más humilde que se pueda, orgulloso del trabajo de mi equipo, de mi falla, de mi gente, de los que hicieron posible el sueño... Y me sentí tremendamente chiquitín, apurado, feliz... Feliz, muy feliz. Angelita, desde el balcón, se quedó a que nos dieran el palet y Rafa, con una felicidad silenciosa, recogió el premio con que cerrar un fantástico ejercicio.
Ayer, por anoche, soñé con recibir otro más. Con que volvamos a ser capaces de levantar un proyecto que despierte la risa de quien venga antes que el fuego a llevarse un trocito de nuestra falla. Pero que sea con la misma gente, con la misma ilusión, con la misma grandeza, con la misma emoción y que vuelva a sentirme terriblemente perdido en un acto público como yo nunca me había encontrado...
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Casi se me deshizo la memoria, como un papel sobre el agua, porque como el día vino cuajado de pequeñas grandes cosas, el tiempo me fue ganando la carrera. Desde hace años, el 29 de abril es el cumple de Hugo. No le voy a dedicar más líneas: mi consideración con él, mi paseo, mi saludo, nuestros días y nuestras noches, no han cambiado ni una coma de lo que hace un año escribí de él. Así que, quien quiera saber que es una de las personas más importantes de mi vida, que rebusque en el archivo del blog, buscando hojas perdidas, que yo no necesito encontrar...
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Y 3. Raúl Tamarit presentó con el calor de sus Radiadores un disco nuevo que sabe a mucho y a más. Raúl se ha dejado las noches en las barras y en los escenarios, y los días en su trabajo, su familia, sus amigos... Aunque no sea ni tan siquiera en este orden. Anoche, sobre el escenario, volvió a crecerse y a crecernos. Nos regaló conciertazo y se bajó feliz y satisfecho, no era para menos de su particular cielo. Le deseo las suertes que se merece, que son todas. Y le doy las gracias por devolverme a antes de anoche, cuando mi vida eran conciertos de noche y sonrisas de día.
Empieza a cantar Serrat: dondequiera que estés, te gustará saber...
jueves, 28 de abril de 2011
CONFUSIONES
Me pasó una cosa curiosa hoy: empecé a leer un libro que me dejó Angelita. Lo llevé hasta casa. Como comimos a mitad mañana en el bar de la hermana de Gloria, me salí a la terraza, bajo el sol directamente, bajo el cielo soleado a golpes y me dispuse a leer. Me sorprendió ver que la historia de aquel libro también me llevaba a Kiruna, la ciudad donde muere Viktor el protagonista de la novela "Aurora Boreal"... Que también leo. Y ahí, le doy la vuelta al libro, y descubro que sigo leyendo el mío y el de Ángeles, por un fallo, lo dejé sobre la cama. Sin abrir... Nunca me había pasado confundir dos historias, nunca... La confusión, un tema del que tampoco he escrito en estas hojas perdidas...
Soy una persona con las ideas muy claras, eso creo. Mis dudas también son extraordinariamente profundas: cuando dudo, suelo buscar que alguien me reafirme la salida que de una manera inconsciente yo ya he elegido. Es una manera de acabar con mi confusión y salir adelante... Últimamente hay algún tema personal que me confunde. He buscado, de manera más o menos indirecta una respuesta, una ayuda, una ventana, una salida, un subrallado a mi confusión: y la voz ajena me dijo "tienes razón". Y me sirve, pero pese a ello, la confusión se mantiene. Y el cielo se nubla. Y yo sé que seguiré adelante, sabiendo que pierdo en el camino algunos detalles que siempre lamentaré haber perdido... Pero leo entre líneas y me salvan mis ángeles de la guarda, que me dicen: adelante. Y es hacia adelante. Ya sin confusión.
Me doy algo de tiempo ahora que no lo tengo. Trabajé esta mañana, salí al mediodía y me vine a casa. Me fui al Cyrano, de reunión de trabajo. Y regresé al tajo, a la sede. Me encontré a Manolo al salir, con Belén. Y me dio una alegría tremenda verles allí. Y me vine a casa a cenar y a escribir mientras oigo el ruido de la tele.
Me duele el hombro y hace rato que no oigo el tintineo del agua sobre el tejado. Me tomo un bombón, descafeinado, y la noche me sabe a cama...
A veces me imagino flotando sobre la mar, apoyado en un árbol, paseando en un camino, sentado sobre la cima de una montaña, junto al mar, mirando el horizonte, intentando poner algo de paz a esta cabeza que no para... A veces me imagino de manera idílica, decidiendo, desde la lejanía (que es una distancia oportuna para descubrirme a mí mismo) despejando las confusiones que me acechan muy de vez en cuando... Es más, a veces pienso que las creo para tener alguna ocupación más...
Espero volver pronto a la mar, a la sombra del árbol, al caminar, al viento en la cara sobre la última roca, pegado a la arena, mirando al horizonte... Tal y como vayan creciendo mis confusiones, pequeñas, débiles, enclenques, perdidas... Y de vez en cuando reencontradas.
miércoles, 27 de abril de 2011
LAS HOJAS DE LA PARRA
Día de verano. Absolutamente.Calor. Rayos, sin ser de sol. Rayos de sal en la calle, por lo que pican. Como lomo de cerdo con pisto, un café Nespreso bombón y sobrepasamos ya los treinta grados en la buhardilla. De aquí a nada me voy a comprar y luego a la tele. La mañana pasó en menos horas de trabajo con un goteo continuo de actividad: no paro nada. Y me descubro a mí mismo pensando en mañana y en pasado mañana: o en ese futuro nada lejano de escapada...
El sol lo cubre todo, hasta mi desgaste. Muchas conversaciones empiezan o acaban con un "¿Cómo estás?". Y en este ronroneo continuo en el que me hallo, mi respuesta es "mejor, poco a poco". Últimamente ando algo perdido (esto es de Ismael Serrano), me han vencido viejos fantasmas, nuevas rutinas... Yo ando descansando hasta cuando estoy despierto, sin ganas de mover hacia ningún sitio, un poco con la mentalidad aquella de "madrecita mía, que me quede como estoy". Tal cual. Sin embargo, empiezan a brotar de repente sensaciones y sentimientos que remueven la maquinaria.
Es una quietud constante, en esta puerta del verano, la que siento en mí. Mucho más quieto que nunca, más sensato, más callado, menos pensativo y casi nada organizado. Me sorprendo a mí mismo limpiando la casa o bajando la basura, sintiendo el calor en el pescuezo, intentando adivinar cuánto queda para el programa de esta noche y visitando mi descanso sentado en la silla de este despacho desde el que me encuentro con una página más, con otra hoja perdida...
Tengo la mirada puesta en la agenda más cercana, repleta de cien mil cosas, que no sé cuanto me apetecen, pero que ahí están. Calor de verano, hoy, de repente. Que igual es como el de ayer, o menor que el de mañana, pero que me invita a coger la bici por las calles de Sarrión, a repasar las calas de Ibiza, a planificar dónde hacer que aterrice el avión o a mirar hacia el cielo, para adivinar, más allá de las hojas de la parra, cómo se sostienen las nubes en el cielo... Y cómo me sostengo yo.
martes, 26 de abril de 2011
DE LIRIOS DE MAYO
Se me echó el reloj encima. Tengo la sensación hoy de que la vida es pasar las horas. Y las he pasado, casi, sin darme cuenta. Oigo ahora sonidos vecinos que me quitan el sueño, me acerco al libro (de Ann Larsson) entre el calor de los edredones tejidos por rayos uva, zumo de naranja y sueños de mañana. No sé hacia adónde camina mi esperanza, ni mi desesperanza. A lo largo del día me encuentro varias veces con un capazo de dudas que resuelvo con: hacia adelante. Llega un momento en la vida, que cuando has tomado una decisión, o te has dejado empujar por una, debes de continuar hacia adelante en su defensa. Se llama coherencia. He intentado ser coherente siempre y aún hoy lo intento, aunque no sea fácil.
Mi agenda se ha estresado un poco más hoy. La actividad crece: calculo que será así por delante, con lo que queda, hasta las elecciones. Luego tengo cuatro días de vacaciones ya reservados. Apagaré el móvil e intentaré no dar pistas de dónde estoy... Será imposible: vivo colga(n)do del facebook.
Me duelen las muelas: la visita al dentista es ya urgente. Cierro actos para toda la semana, citas, calendarios, reuniones, reportajes, grabaciones... Y como ayer fue festivo, hoy, martes me sabe a lunes, como el jueves fue viernes. Una semana extraña, sin dudarlo.
He retocado las fotos de las vacaciones en Cuenca. Una, hoy, me acompaña al acabar el día: los lirios entre las sombras. Me sorprendí al descubrir esta flor en Cuenca, porque la Mancha huele a trigo y a tierra, no a flor de primavera morada y alba. Los lirios pueblan los entornos del Arroyo, con una belleza impagable. Especial. Busco en internet: los lirios son las flores de mayo. "Los Lirios confieren dulzura y humildad. Esta flor de Mayo expresa pureza de corazón, majestad y honor."... El día de hoy, de lirios...
lunes, 25 de abril de 2011
MIRANDO EL CIELO
Este lunes tuvo sabor de domingo. Día de descanso total en casa: me desperté a las diez y pude dormirme nuevamente, hasta las once. Decidí pasar el día sin salir y así lo hice. Arreglé algo a última hora, las plantas a primera hora de la tarde, cociné una zarzuela de marisco con patatas al mediodía. Después me dejé la siesta viendo "Una noche en la ópera". Entendí porque hay clásicos que son clásicos. Me reí. Pensé en clave de futuro.
Me he recordado a mí mismo estos días pasados fotografiando cielos y paisajes. Y me he dado cuenta de que dediqué tiempo libre al ocio, porque hace tiempo que mi ocio ya no era ocio, ni mi tiempo libre, tiempo libre. Cuento las horas para dormirme, a las ocho y media mañana tenemos sesión de plenos. Serán los últimos de la legislatura, de los últimos cuatro años de mi vida. Ahora el tiempo por delante va camino de las elecciones. Recordarme a mí mismo, mirando el cielo a través de una cámara de fotos, me sorprende aún más. Y leer: me dejo la novela sueca (o finesa, o noruega... "Aurora Boreal") sobre la cama, preparada para hincarle el diente. Me prometo llevarme al dentista y acabo el día viendo a María Pujalte en una serie de detectives en la Primera...
Posdata: debería de dedicar más tiempo a mirar el cielo a través de mi cámara de fotos...
domingo, 24 de abril de 2011
EL REGRESO DEL ARROYO
Vengo, recién llego de dos noches y tres días de escapada. Estuvimos por Arandilla del Arroyo, Cuenca, en casa de Braulio, que fue el perfecto anfitrión, con su hermana Fina, al lado. Estuvimos unos cuantos y acabamos por hermanarnos en el coche, con cánticos a gogó y mucha risa, Angelita, Leo y servidor. Lo bueno de los amigos es que siempre están: y ahora, haciéndonos falta los unos a los otros, nos cogimos el coche y nos preparamos una agenda de tres días de nada. Paseos. Descanso. Noté estar absolutamente relajado, descansado, con la mirada puesta en el cielo e intentando estudiar hacia adónde dirigir mis siguientes pasos. Al final, como el libro que me llevé, ni lo abrí. Dejé cerrado el libro de las intenciones y me dediqué a descansar, hasta de mí, a jugar a las confidencias nocturnas, de madrugada, y a echarnos unas cuantas risas. Estuvimos de vacaciones, de excursión con mil y una fotos con Alejandro, Rafa y su hermano, Manolo y Maise, más los que señalé. Lo pasamos de risa. Nos dejamos la sonrisa en el coche y los ojos en muchas partidas de truc. Comimos hasta la saciedad y nos fuimos haciendo a la idea de que tocaba regresar. Y bajo el cielo que amenazaba una descorazonadora tormenta negra, nos vinimos en nuestra barca de la calma, con un repertorio de canciones, que nos hizo el viaje más corto. Mereció la pena una vez más. Mereció alegrías el rodearme de amigos y echarnos los días y las noches a la espalda. Ha sido una pequeña escapada que supo a mucho: me he reído tanto, me he despejado tanto, me lo he pasado tan bien, he descansado tanto,... Que mereció la pena. Seguro. Quizá ahora toque descansar las horas que no dormimos, pero las risas nos sacaron una ventaja que hemos igualado a golpe de conversación, consejos no pedidos y calor humano...
viernes, 22 de abril de 2011
LA CALMA
Después de la tormenta siempre llega la calma... Anoche cayó la del pulpo, como se suele decir. Casi me voy esta mañana a Galicia, pero al final me quedaré más cerca. Monte. Aire libre. Y tiempo... Necesito tiempo. Anoche cené en casa de Laura por su cumpleaños, vimos las fotos de Ibiza que me trajeron tan buenos recuerdos y aquel divertido vídeo de CIRREC grabado en la puerta de las villas S'Argamassa... Lamentablemente me parece algo muy lejano. Distendido, divertido, relajado... Como me deja siempre Ibiza. Abro la moleskine emocional y apunto: regresar. Y añado: [a corto plazo].
Llovió a raudales en la madrugà (la que se suspendió en Sevilla) y cayeron sobre la talla los tintineos de las goteras que afloraron una vez más. Pensé que no había llovido así desde septiembre de 2007, lo recuerdo perfectamente y uní los dos tiempos, y cerré un ciclo. Esta mañana al despertar, a las nueve y poco, me fui al baño, al regresar pensé en cierto dolor que me aflige, en estos días de Pascua, pero sin pasión ni muerte. Anoto en la libreta: piensa qué vas a hacer y házlo.
Me he dado un plazo, no demasiado largo, mientras pienso que libro llevarme a estas vacaciones de fin de semana que compartiré con Ángeles y con Leo, además de los que me encuentré en el pueblo de Braulio y qué, a ciencia cierta, aún no sé quiénes serán. En ese plazo de tiempo tengo que recolocar las piezas de mi ajedrez emocional, qué hacer, hacia adónde ir, con qué romper, qué arreglar, qué dejar, de qué pasar,... Ahora mismo, aunque el cielo se ha despertado de un azul intenso/inmenso, sin nubes, mi corazón está azotado por la tormenta de anoche. Apunta todo a seguir por el camino solo, o menos acompañado. Y como me encuentro en este paseo solitario (que no solo) con una extraña comodidad a la que me he adaptado, me complico mi propio plazo y me da la sensación de que, de momento, con este aire que respiro, es suficiente... En cualquier caso me voy a la montaña, al aire libre, al descanso, al retiro... Quizá en este periplo de escapada, escape de mis propios demonios y cambie los plazos o las mirillas por las que ir adivinando el mañana. Pero ya digo que me encuentro tan cómodo dentro de esta quieta tranquilidad, que no me apetece mucho tampoco remover los vientos...
Después de la tormenta siempre llega la calma...
jueves, 21 de abril de 2011
AJO ACEITE
Anoche, fútbol en casa de Vicente y de Amparo. Me reí mucho, me lo pasé muy bien, pasé la noche de lo mejor y entre amigos y me vine a casa, algo cansado, pero con la sensación de haberme pasado una noche de lo mejor: aunque ganara el Madrid. ¿Qué vamos a hacerle? Me fui a la cama con la previsión de lluvias y sin ninguna predicción personal al respecto de mi aguacero. Leí algún mensaje en el face antes de irme a dormir y rematé un libro que mantenía inacabado, yo creo que por una cuestión más sentimental que por la propia desidia, la dejadez, la pereza o cualquier vicio capital de los que me adornan. A tres metros del cielo, de Moccia. Carpetazo. Manta y a dormir.
Me desperté esta mañana a las nueve y media metido bajo un edredón de nubes grises. Bajé a comprar leche y leche condensada para el tiempo que no esté. Subí a casa y acepté que el día de hoy es festivo y me lo tomé como tal. Cociné patatas asadas e hice ajo aceite, que es una cosa que me sale fetén. Las cosas como son. Me tomé dos cafés porque me apetecían mucho, mucho más que un cuadradito de chocolate. Me dejé "Una noche en la ópera" por tres cuartos de hora de siesta. Y resucito ahora a golpe de canción disco ochentera, Stop in the name of love... se acaba.
Ceno en el japonés a las 22 horas. Es el cumple de Laura y me acaba de llamar para avisarme de la cita. Sigue nublado, como yo...
Me gustan ver cuatro gotas dispersas en el suelo. Me gusta escuchar Boney M. Me gusta soñar con mañana. No me gusta despertarme y pensar en negativo: me quito la idea. Irá a mejor, todo. Y eso que ahora no va tan mal... Las nubes lo colapsan todo y el viento mueve una maceta de plástico que cayó rodando por el suelo... Voy a limpiar mi casa. Día festivo.
miércoles, 20 de abril de 2011
COMO UN CUADRO
De repente me vino un cuadro de Sorolla, pegado a la mar. Mi mar es el Mediterráneo, no es que haya tenido muchos más, alguno sí, pero no a miles. Descubrí antes el color del mar que me gusta, la mar, que mi grupo sanguíneo, empecé a odiar la arena antes que saber qué era el odio, a adorar Ibiza antes que adorar a ningún becerro de oro... Las olas, una sobre otra, y en compás, como un peregrinaje siempre, en continuo paseo, lento paseo... Me da la sensación de que este miércoles es viernes. Me da la sensación que viene una racha buena. Me da la sensación de que me gustaría tener la seguridad porque me sobra la certeza. Me da la sensación de que tengo sensaciones: y son fantásticas.
Me iré en unos días a descansar algo. Necesito un peaje, descanso en aire libre, dar vueltas a la cabeza y dejarla quieta, parar, o maquinar cosas nuevas que me quiten algunas de las que llevo últimamente. Necesito reposar algunas cosas que vengo pensando en las últimas semanas: necesito estar a mi lado. Y estaré. No apagaré el móvil, porque no sé. No dejaré de pensar en el trabajo: porque no sé. No dejaré de mirar al cielo... El mar, la mar, no la veré.
Hoy ha sido un miércoles reconvertido en viernes, olía a último día en el cole. Comí con Ángeles nuestro arroz con bogavante y en taxi me fui a la tele. Ahora tengo por delante la posible noche de fútbol o el descanso que me pide el cuerpo. Así que me voy a tomar un café y me esperaré a que decida mi cuerpo...
Como un cuadro, lleno de luz, miro al mañana.
martes, 19 de abril de 2011
JAZMÍN
Mi infancia son recuerdos de un patio de guardería, escalera arriba, olor a jazmín. Tengo grabada la imagen de mi primer recuerdo visual: el hospital. Del primer olor: el jazmín. Tengo mis miedos y mis ausencias, mis silencios... Suenan los helicópteros que sobrevuelan la casa. Anoche me dio pavor oír un goteo constante, incesante, gota a gota, como un surco. Pero fue imposible. Creo que hoy podría clavarme en silencio, sentado en mitad de la cama y escucharlo aún sin fin. Y me tranquilizaría. Pero claro, temor, qué ocurriría si no sonaran los golpes de su tic-tac constante... No recuerdo el primer tacto, ni el primer sonido, pero recuerdo la luz entretejer sus sombras sobre el cielo, persiana adentro, sobre el universo de mi cuna. Son recuerdos de pasado. Y una olor, el jazmín.
Me levanté a contratiempo antes de que sonara la alarma. Me había prometido alargar mi salida de las sábanas esta mañana, pero anduve por la ducha antes de lo que pensé. Con desgana me planteo algo que plantearme en estos días de vacaciones que se nos caen encima. Bajo el agua pienso en Cyrano y en otras muchas cosas. Me seco en la toalla y vengo a revisar el face. Reviso los comentarios. Reviso los silencios. Suena el teléfono que anda en silencio y salgo a la calle. Reunión y almuerzo, vuelta al despacho. Salgo a la tele, tras arreglar mis gafas rojas en la óptica. Vuelvo en el coche con el jefe y comemos en el pasaje. Algo más de trabajo y enclaustramiento en casa, colgado del teléfono. Veo ahora "Pasapalabra" en la tele. ¿Cómo es posible que no acierten que la música que suena es la serie de Alfred Hitchcock? La tele...
Y miro por la ventana, oculto tras la cortina, el jazmín.
Los pronósticos hablan de lluvia en las próximas horas. Voy a cuadrarme en el centro de la cama, mirando al techo. Se descolgó un ojo de buey, mirando al cielo... Debería de arreglar algo la casa. Bueno... Y arreglar unas cuantas cosas más...
lunes, 18 de abril de 2011
SOL DE SIETE DE LA TARDE
Salgo a la terraza cuando cae la tarde, mi madre me acompaña detrás. En minutos me tomo un Roma de Nespresso con leche condensada. Aroma de café. "Ese café huele mejor que el que me he hecho yo antes" dice mamá. En la tele gritan su última hora y media por hoy. Subo el jazmín a la mesa, el sol le da de lleno y frontalmente, ahora que se cae oblicuo cielo abajo. Hace muy buen día, será lluvia en breve dicen. Los vecinos rompieron la paz con la música en alto, cesa en breve. El ruido del tecleo me recuerda la fragancia de la planta, las hojas blancas iluminadas de lleno por el sol de las siete de la tarde. Me acuerdo de Kone y su pequeño. La tele sigue grito arriba. Tomo el móvil y fotografío el jazmín: ahora es mío y de toda la gente del facebook. Enseguida un me gusta, otro más al rato... Y tres. Esta mañana salimos a la calle, como Manolo García cuando nos pide que salgamos a la lluvia... Hoy mi canción es la de Alejandro Sanz. A veces me elevo... Con mamá al lado, miro la calle. Me inunda la tristeza de aquel enfermo encamado, cuidado por su mujer, tan mayores los dos. Ella con su muleta, él sin moverse en la cama. Y nos señala a mamá y a mí, que sentimos la tristeza desde el balcón. Nos cuida la espalda el jazmín, con sus florecitas blancas, con su olor que escampa... Jazmín de primavera. Entonces todo se para: el sol no deja de ser sol, el ruido cesa, el exterior, la pena... Y siento una calma intensa y una paz absoluta, mirando como el sol baña el jazmín, tallo a tallo, hoja a hoja, flor a flor... Y admiro la belleza absoluta. Y me siento feliz. Y necesito compartirlo... Escribir. Hace sol de siete de la tarde, el jazmín baila, tintineando, cielo abajo. En silencio.
domingo, 17 de abril de 2011
LA BODA DE AÍDA
Vengo de Madrid. El fin de semana ha estado pasado por boda, Aida y Pablo, dándose su sí quiero con nuestra mirada por testigo. El viernes cené en El Coyote con Gema y Tato, me llevaron a casa de Hugo a dormir, que casi no dormí. Los vecinos de su casa también atraviesan las paredes con la voz. Me fue pasando la madrugada hasta que sonó la alarma: fuimos de noche al Bancaja a sacar dinero y nos subimos al coche. Pasaron las siete de la mañana e hicimos carretera. Y manta. Paramos a almorzar en el camino y llegamos sobre las 11.30 a Madrid, una hora antes del enlace. Taxi y a la Iglesia: reencuentro de amigos, con la sensación de haberles visto ayer por la mañana. Enlace y alegrías, enhorabuenas. Abrazos y besos. Autobús y camino a la finca. Aperitivo y entrantes, mesa de boda: Martín y Aurora, Dani, Raquel y el pequeño Hugo (por fin conozco a mi nuevo sobrinito: ¡tan guapo!), Hugo el mayor (que nos pasan las canas a una velocidad que ahoga...), una amiga de Aida y Mamen. Foie, lubina, solomillo y chocolate. Menú con sabor a gloria. Acordeón y guitarra: canciones de ayer, hoy y siempre. Discoteca: siete horas de música, copeo, risas y exaltaciones. Autobús, sueño y hotel.
Me despierto a las nueve y media: desayunamos y hacemos marcha. Comemos en Motilla, a mitad camino que solemos decir. Llego a casa, me perdí la apuntá, aunque me la cuentan a distancia. Haciéndome a la idea de que me voy a dormir. Aída también en la tele...
Volver, una vez más, con los amigos. Nos hacemos mayores, las canas que nos sobrepasan. Nos casamos los niños que ayer corríamos al Zariche y compartimos en pocas horas los muchos silencios a los que la vida diaria nos empuja. Por eso, decirle a alguien en mitad de la fiesta lo importante que puede ser en tu vida, es algo que siempre tiene uno que hacer. Me lo pasé bien, me hice a la fiesta y con mi gente, mi gente de siempre. Y vi a Aída feliz, pensando cómo eran aquellos años que soñábamos que sería dama y yo acompañando a su lado por las fiestas del 95. Aquello no llegó, pero el tiempo se nos echó a remar y nos dejo navegando juntos... La foto fue un momento, pero hubo muchos. Conocer al pequeño Hugo, confidenciarme con el grande, hablar con Aurelia junto a la puerta, los viajes a la barra con los hombres de esta pandilla nutrida de amistad, que Mamen siga siendo la mejor pareja de baile, riendo con Gema,... Fuimos a juntarnos una vez más y acabamos juntos.
viernes, 15 de abril de 2011
LA VIDA SIGUE IGUAL
Auténtica mañana de viernes: comienza antes de la alarma. Me despierto, voy al baño, vuelvo a la cama y holgazaneo hasta la ducha. Los albañiles del vecino, que ayer casi tiran mi casa, empiezan pasadas las nueve a trabajar. En positivo: empiezan a las nueve a trabajar. Llevo despierto desde las siete, pero agradezco que no haya ruido. Ruido.
Entra Leo en mi chat del face para cantarme que La vida sigue igual. Yo le canto que "confieso que a veces soy cuerdo y a veces loco...". Nos ha dado por Julio Iglesias. Truhanes. Ruido. Salgo a la calle. Hoy me duele el costado, pero casi nada. Peso nueve quilos menos que el 1 de enero. Me siento mejor, mucho mejor. Me llama Toñi a primera hora, me acompaña al trabajo. Me dice cosas y yo le cuento otras, al final quedamos para la semana que viene. Me ha gustado que me llamara. Ultimo proyectos de futuro que van más allá de las elecciones, cierro destinos y hago una prueba de colores. Mi vida pasa con mil y una cosas hechas, muchas por hacer y otras que no sé si llegarán...
He quedado con Jose para comer. He hablado con Mabel, le debo llamada a Jose. Miro por la ventana y sol de los que anuncian nublado. Tengo que hablar con Hugo, mañana nos vamos a Madrid. Hoy a cenar. Esta noche y duermo en su casa: mañana madrugon para viajar. Me canso de pensarlo, pero me da alegría...
jueves, 14 de abril de 2011
SI SE PUEDE, CLARO...
Me gustó tu mensaje tanto como me duele la ausencia de otros.
Me gustó que vinieras a tomar un café conmigo a mitad mañana,...
Me gustó echarme atrás cuando pensé en usar mi blog para llamar "petarda" a una "petarda".
Me gustó ser capaz de pensar que los ruidos acabarán bien.
Me siento tan republicano como juancarlista: alma partida, corazón en dos.
Me gusta tener la televisión apagada toda la tarde.
Me gusta pensar qué quiero cenar y saber que tengo que hacerlo...
Me gustan muchas cosas y otras no me gustan nada, pero me voy a empeñar desde hoy en reclamar las primeras y renunciar a las otras... Si se puede, claro.
Me levanté despertado por el sonido del móvil: saludo de amigo a primera hora de la mañana, que saben a gloria con café cortado. Me ducho, estreno camiseta, porque el cuerpo me pedía estrenarme algo y salgo camino al trabajo. Acierto en la primera reunión de la mañana y no ceso de trabajar. Hoy volví a la carga y la intensidad que me han recomendado que no me tome: diseño, escribo, sostengo carpetas, camino, me escapo en mitad del viaje y remato con una comisión de Cultura. Como en Foster's con Gloria y Chano: nos echamos unas risas y me cambio una camisa. Me hace gracia cuando la gente dice "me descambio". Me hace tanta gracia como dolor me causa en los oídos... Es como lo de rebobinar hacia adelante las cintas... ¿Se puede? No. Rebobinar, se rebobina hacia detrás...
Yo me he planteado no rebobinar tan a menudo y apartar mis miedos estériles: ya saldrán al camino y a ver cómo los recojo. Mantengo la ilusión del trabajo bien hecho anoche y el cansancio arrastrado por una conversación telefónica que se alargó. Paso la tarde caminando, hablando con mi hermana por teléfono, mirando el cielo que amenaza lluvias y me echo un Pasapalabra a la espalda. Apenas si escucho el telediario y ahora reescribo mi vida aquí y pienso qué cenar... Huele a champiñones, por ejemplo, acompañando algo. Mis trigliceridos tienen que bajar.
Voy a preparar el final del día. Mañana termino la semana: he quedado a comer y a cenar. Pero sosegadito, como yo voy, caminando por la vida: sin pausa, pero sin prisa. Y me quedo escuchando varias veces una canción "Y ahora" de Manuel Carrasco, como si mi presente me importara más que mi futuro... La mañana empezó con Sabina y Serrat: "Pastillas para no soñar"... Espero que no hagan efecto. Si se puede, claro...
miércoles, 13 de abril de 2011
LLEVARLO EN LA SANGRE
Lo llevo en la sangre. Dicen. Hay cosas que dicen que se llevan entre glóbulos y plaquetas. Mi tía Isabel, la pobre, siempre decía que la sangre "aunía" mucho, que tira, la familia. En resumen. Mi sangre... Sangre de mi sangre.
Tranquilas y tranquilos, no me he vampirizado, de momento. Cualquier día me convierto en un chupasangres, un chupatintas, un juntaletras y un abrazafarolas. Hay de los que me odian si leyeran esto, que pronto les vendría a la cabeza decir: "si ya lo eres". A ellos sólo tengo que aportarles algo: "sois tan gilipollas como la gente cree". Fin del trauma número 1.
Esta mañana me desperté antes de que sonara el despertador. De vez en cuando y sobre todo cuando tengo la agenda "apretá", me permito este capricho como otros se permiten el de quedarse cinco minutos más. Yo no. Sin café ni tostada, sin almuerzo ni perdón, me voy a recoger mis análisis. Stop. Se va en ayunas a hacerse los análisis no a recogerlos: pero como los sustos, con pan, son menos, me espero a que me visite mi médico árabe, que es un encanto oiga.
Me mira y lee el monitor. "No me preocupa nada". "Tienes alto los trigliceridos, habrá que controlarlos un poco. Es grasa". Ya tengo algo. Los análisis es lo que tienen, que como te analizan, te sacan cosas. Yo tengo una caterva que desconocía. Y las tengo bien: en glucosa no me paso de dulce, en trigliceridos me voy, un poco, en colesterol no (pero voy a bajarlo con un Danacol desde ya mismo) y las Alanina-aminotranferasa pelín disparadas... Me ha dicho que no le preocupa nada, pero no sé si yo también puedo despreocuparme o no... Como cualquier ser que se precie (y yo me precio y me aprecio; y al que no me aprecie, que le den: segundo trauma resuelto) me he descargado el listado vía google de que puedo comer y qué no hoy. Y acto seguido me he comido una ensalada, unos embutidos y un suquet de rape coronado por una macedonia frutal. Que sí, que ya lo sé... Que los embutidos sobran. Pero en cualquier otro susto de mi vida, la ensalada y la macedonía estarían por Babilonia...
Me he comprado dos foulards más para la colección, porque las analíticas dan ganas de comprar. Y Zara siempre me abre sus puertas. Las cosas como son. Y volviendo en metro, comento que ya sé qué tipo de sangre tengo. Pedí que me lo dijeran en el análisis porque andaba pez: 0 positivo. Que puedo darle a todo el mundo, pero recibir de los que tengan el mismo que yo... Siendo un cero, espero estar a la derecha. Pero lo he pensado entonces... Puedo darle a todo el mundo! Y es que lo llevo en la sangre... Al final, mi paseo con Aurora, playa arriba, playa abajo, será verdad: me doy a los demás, hasta con mi sangre desde hoy, por una cuestión de fidelidad absoluta... Y es que, aunque también he pensado que tenía que ser el rarito de la sangre, la verdad es que llevar lo de la dedicación a los demás en cada glóbulo, me ha puesto. Contento.
martes, 12 de abril de 2011
ANTES DE QUE SUENE EL TELÉFONO...
El día abre los ojos y penetra
en una primavera anticipada.
Todo lo que mis manos tocan, vuela.
Está lleno de pájaros el mundo...
en una primavera anticipada.
Todo lo que mis manos tocan, vuela.
Está lleno de pájaros el mundo...
OCTAVIO PAZ, "La primavera"
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A veces el calor aprieta. A veces el dolor, el silencio, la inquietud,... Y a veces la propia calma. A veces se entremezclan los amores de uno mismo y el dolor puede ser de la calma, el silencio por el dolor, la inquietud por el silencio... Hablo menos de lo que pienso y últimamente pienso poco. Me dejo llevar por mí mismo. Intuyo mi mañana entre versos que me dejan en Paz, tranquilo, y alguna canción. Tengo la tele para que me haga ruido y me molestan los cambios de maquetación que adquiere internet por sí mismo...
Hace calor de primavera. Están creciendo las plantas en el balcón, lo que hace poco eran semillas, se empiezan a coronar de verde. Brotes. Futuro. Cielo sus nubes. Hace planes de mañana, calor de primavera: pero me mantengo en un discreto "stand by" recargando pilas para cuando la luz sea más fuerte...
Si me parara a escribir algo, en este momento, si me planteara dejar unas líneas, escritas de manera autómata, diría: camino de sol, pájaros. Los pájaros trinan, antes de alzar el vuelo y yo, con mis sueños en la mochila, vuelo al lado de ellos entre los parajes de ensueño. Verde, el campo está verde. Azul, el cielo está azul. Cintas blancas son mis sueños, que vuelan entre el trino y el trigo, del campo arriba, donde todo es cielo... Donde me espera el mañana.
Suena el teléfono...
lunes, 11 de abril de 2011
CAMINAR CONMIGO
La galleta de la fortuna me dice: "Aprende una cosa nueva cada día". Miro hoy. Recién levantado, entrecerrando los ojos, cansado en la cama, suena el teléfono. Lo cojo. Como siempre. No he aprendido nada nuevo. Llego en nada, en media hora, algo más. Café por inercia. Despacho, por inercia. Salgo, entro. Hago faena. La que me piden: no he aprendido nada nuevo. La galleta de la fortuna me pide esfuerzo. Subo a la Gloria. Bajo al despacho, que es como caer a los infiernos. Teléfono que suena, lo cojo. Teléfono que no suena, llamo a alguien. Como siempre, sin haber aprendido nada. Me voy a casa y me paro a hablar, como un adolescente recién salido del colegio, hasta que me voy hacia casa. Descuelgo el teléfono, llego a casa entre cansancios y como: revuelto de ajos tiernos, champiñones, bacon y huevo. La tarde, un café y algo de ordenador. Salgo al sol: primera novedad. Esta es mi cosa nueva de hoy, mi aprendizaje del día. Un libro: Aurora Boreal. Sol y teléfono. Ordenador. Plego y cuelgo ropa: arreglar la casa ¡Segunda novedad de la jornada! Hoy me he excedido pues... Entre cansancios escribo unas notas, con cierto dolor de cabeza. Ya tengo cita para el médico: el miércoles. Y cita con unos asesores de imagen. Mañana. Paso por face y dejo una canción para que la gente se anime y busco entre amigos mi propio ánimo. Hablo con Hugo por teléfono. Y me llama Acosta. Me cuelgo media hora más destilando la actualidad y me pierdo entre estas líneas...
Ayer mi paseo: novedad.
Hoy, sol y arreglar la casa: tienen razón esas jodidas galletitas. Voy a hacerme un hueco en mi vida diaria y a buscarme respuestas a preguntas, preguntas a silencios y silencios a las miradas... mientras pase el tiempo y vayamos haciendo el camino.
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Caminar conmigo,
serena vereda,
de la mano van mi mirada
triste y la pena...
Caminar conmigo,
inquietud del alma,
espero y desespero
por mi desesperanza...
Caminar conmigo
camino adelante,
camino con mis ojitos
mis manos sin guantes,
mis piernas fuertes,
mi quejido de espalda,
mi querido corazón
y mi coqueta alma,...
Caminar conmigo,
todo el camino...
domingo, 10 de abril de 2011
DOS HORAS DE PALABRA
He tardado cinco días, después de mi descanso dominical con sabor a amistad renovada. Anoche fue la elección de presidentes de la falla y María y yo renovamos con un gran apoyo que es confianza y se agradece. Antes de anoche me presentaron como candidato en las elecciones. Número 6. El viernes, zené. Fetén. El jueves, directiva de la falla después de Cultura. El miércoles superprograma con Laura Caballero en la tele y el martes, brillos y espurnas.
La semana ha pasado cargado de trabajo, apurando minutos y descansos. Tiempos libres.
Y hoy, domingo dominical. Descanso. Comí a la orilla del mar: increíble primer domingo de playa, cargadito de personas que en este verano adelantado se han lanzado a la mar...
Nos comimos un arroz rojo con agua. Calamares en plancha, ajoaceite y tomate, pan tostado, esgarraet y ensalada. Comimos cómodamente en dos horas. Y salimos a pasear después del cortado: camino adelante, dos horas. Un paseo cargado de confidencias y sensaciones, de verdades y presentes, de pasados y futuros, de pecho cargado... Se hizo el sol en el cielo y descargo la tarde. Sólo se nubló cuando ya nos volviamos al coche, camino de casa. El paseo fue genial, nos pusimos al día y seguimos paseando por la vida, como tantos años antes hicimos y el camino, por delante, nos deja... Fue el paseo. Dos horas de palabra...
martes, 5 de abril de 2011
MONTAÑAS RUSAS
Caminito que el tiempo ha borrado, que juntos un día nos viste pasar... He venido por última vez, he venido a contarte mi mal...
Hoy tuve la sensación del divorcio, del adiós, de la separación. Hoy noté que se rompió el aire y entró el viento por las ventanas que no tengo y regiraron la vida enviándola quién sabe hacia adónde.
Hoy fue público que existe una propuesta que me deja cuatro años más en esta montaña rusa de sentimientos y sensaciones que es la res pública. Hoy miro al futuro sin indiferencia y con esperanzas, sabiendo que quien espera desespera y que en ocasiones es mejor no esperar nada... Pero vuelvo como siempre a mi camino de la esperanza. Verde. Positiva. Emocional. Me valen las palabras de los que me animan a seguir batallando. Que seguiré, porque me creó mi trabajo y me gusta defenderlo. Porque creo en el papel de la política en nuestra sociedad, entiendo la gestión pública como la búsqueda del bienestar para la mayoría y me gusta proyectar y conseguir sacar adelante... En estos días de vientos,...
Hoy me pasé por el tanatorio a apoyar a Gloria en un momento difícil de su vida. Despedir a alguien querido siempre se nos hace cuesta arriba en esa montaña rusa de la vida.
Comí con mis padres, descanso algo en casa y me paso enseguida por una exposición, antes de cenar entre las chispas de la noche. Chispa tiene una traducción preciosa. Esto ya es futuro inmediato... La noche, consecuencia. La pasada fue dura: a las cinco me desperté empujado por mis tosidos. Para arriba y para abajo... Como las montañas rusas...
domingo, 3 de abril de 2011
CRUDA REALIDAD DE DOMINGO
Domingo. Me visto, bajo y compro la prensa. Zapatero anuncia que se va, crónica de una muerte anunciada. Este país tiene la virtud de que cada presidente que llega hace bueno al anterior. Siempre lo he pensado. Se va y otros llegan. Esa rueda no cesa de moverse. Tampoco la mía, la de mi vida en estos momentos que anuncia cambios en breves horas. Domingo. Me abro una lata de pulpo en aceite vegetal, la riego de pimentón rojo (en la familia siempre fue "rollo") y leo la prensa. No acabo el sudoku nivel medio que trae el periódico. Domingo. Hago una ensalada y como bajo el sol que no sale. Recuerdo el sol de la Toscana.
Apaño mis silencios y mis cansancios organizados en línea y me sorprendo a mí mismo durmiendo una siesta que remato fuera de horario. Tres horas de cama, faltan camisón y orinal. Ahora, mientras escribo, me urge un tazón de leche con colacao. Controlo la báscula y mi peso no sube. Hablo por teléfono. Ultimo cosas de la falla, esta semana la última directiva y elecciones. Elecciones. Domingo. La vista se pone en clave electoral. Me queda por leer El Mundo. Cama. Silencio. Me levanto aletargado, asustado por tantas horas de sueño o pensando si simplemente ahora descanso lo que nunca había descansado y es algo normal.
Anoche fui al cine a ver Torrente 4, lo justo para echarse unas risas y pasar un rato. Últimamente, me echo menos risas y menos ratos. Luego al Cyrano, con Angelita, Boro y Leo. Nos dan las cuatro de la mañana. Es la primera noche que salgo desde hace mucho... Desde el día de la cremà. Aquella hoguera apagada, humeante, era metáfora de mi camino. Debe de ser. Domingo. Preparo un listado de nombres: Hablo por teléfono: mucho más que nunca. Veo Aída y Vida Loca, me echo unas risas. Y un teclado. Y una leche con colacao. Aunque también me apetece un vaso de agua,... El humo... Domingo.
Futuro cercano, más cierto que incierto. Con ganas y cierto optimismo: me sorprendo a mí mismo. Igual chocaré con la realidad. Con la cruda realidad. ¿Por qué la realidad es cruda? Yo me cocino mis ratos mientras van pasando... Y ha pasado otro día. Domingo. Busco llaves para abrir mis pequeños cajones del alma...
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Me resuelvo.
Huelo a colonia de anoche. Ya no hay humo.
Me pirran las ganas de subir, de regresar, de volver.
La madurez me llega de repente en tan solo una pregunta.
Intento engancharme al FarmVille: pero me cuesta...
sábado, 2 de abril de 2011
FUTUROS Y DESCANSOS
Me siento frente a mí y me escucho, me observo, me miro,... Me noto a tiempos y a ratos. Ayer fue un día contundente en muchos sentidos y hoy es resaca de sueños. No salí anoche como vengo sin salir desde que el fuego se llevó todo y vino un año nuevo en mi calendario particular. Algunas de aquellas cosas que se llevó la llama, hoy son rescoldos de mi propia memoria y otros pequeños siguen vivos por ingenio de mi psique que me obliga a recordar y retomar... Reemprender.
Me siento ligeramente mejor: de sentirse no de sentarse. Me animo a mí mismo con una escapada hoy, después de haber agotado el reloj entre el teléfono, que como el rayo no cesa, la limpieza del hogar que me dejé a mitad camino, por no ser todo una fatiga, y el ordenador donde trasteo, paso por el facebook, juego un tetris online... Y poco más.
El fin de semana viene marcado por un principio de todo, por un reinicio, que volverá a la carga el próximo lunes. Con fuerza, me enfrento a mañana y al pasado mañana, con ganas, con ilusiones y con una madurez ganada a ritmo desbordado en el propio master de la vida. Sea como fuere, el mañana es emocionante y así hay que vivirlo. Esperarlo.
Poco más que contar: no salí de casa desde que llegué ayer del trabajo. Descanso absoluto, relax que me llega a sorprender y ganas de reemprender el vuelo, despacio, como el águila real, capaz de surcar el cielo en silencio y sin batir las alas... Me siento frente a mí mismo y confío mucho en mi mañana. Dicen que es el camino de los optimistas, la confianza en el futuro. Y el mío, me gusta.
viernes, 1 de abril de 2011
EN PRIMAVERA
Primavera. Calor intenso dentro de casa. El día se ha hecho verano por hoy, aunque el alma tenga momentos de invierno, frío y desconcertado. Muchas emociones en silencio en una mañana en la que le dí vueltas a la ciudad con un paseo de largo recorrido y a la cabeza, que se mece entre las emociones y las sensaciones.
Futuro en color sepia: la vida se mueve a pasos agigantados y en mi letargo de descansos, sin acelerarme, me subo a los trenes que salen de la estación. Pienso en viajar fuera, en volver a descansar, en relajarme, en mirar hacia el futuro afrontando los nuevos retos que en breve se abrirán por delante... ¿En quién pienso? Pues francamente hoy en poca gente. En el amigo herido y poco más. Tengo el cuerpo para pocos talantes y ningún talento. Escucho algo de ópera y pienso. Arremolino las palabras en el teclado y espero a conciliar el sueño con mi verdad a medias... Y maldigo a internet que se va cuando uno no quiere y bendigo al cielo que llega cuando le place. Miro por la ventana y me llama el sentarme a escribir fuera o a pasar la tarde dibujando y postrado en mi descanso, placentero, me hago por todo plan no tener ninguno...
Hoy era el día internacional del buen rollo en el trabajo: tal cual. Lo celebro con conguitos y un croissant. Y la mirada puesta en mañana, que no es sábado, que es mañana. Por futuro.
Los dolores se administran en cápsulas profundas que languidecen. Las amistades, la verdaderas, perduran a los embistes y los embates que nos da la vida... Cierro los ojos y pienso: y se me ocurre la palabra vida. Será que estamos en primavera y ahora comienza todo... Descanso. Primavera. Vida....
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Nunca dejo de remar, porque es lo que siempre aconsejo a tanta gente que quiero... Pero es verdad que hay días que son lunes absoluto...