domingo, 14 de julio de 2013

UN DOMINGO PLACENTERO


Domingo de ruidos. Las teles gritan porque Rajoy dimita, como las redes sociales, que tejen palabras rotas con letras de calor. Afortunadamente, he podido hacer algo que no acostumbro, mucho desde luego no, en las últimas semanas y me he dedicado un domingo en familia, con la excusa de que mañana es el cumpleaños de mi brother, Josito, su mujer, Makie, y el pequeño Álvaro que rabia en silencio con la llegada pronto de la pequeña Cristina. Estoy segurísimo que luego va a ser el defensor número uno de esta bebita con nombre de ángel que está a punto de venir, en cuanto pase el verano.

Anoche me tomé una copa en Cyrano. Me acercó Carlita al salir de presentar la preselección del sector Quart - Xirivella, en noche de veranos sin calor como las que, afortunadamente, y cruzo los dedos, estamos viviendo. El viernes cenamos en Sueca, por un acto del partido. Acudí en coche con Tatin, Antonio nos esperaba allí y en la comitiva, Pepa y Mariano, Blanca y Juan Carlos, Laury y Ana. Acudió el presidente de la Generalitat, el de la Diputación, el ministro García Margallo, la alcaldesa de España y un sinfín de cargos políticos a los que me cuesta acercarme, yo que soy tan de la gente, por motivaciones personales que sorprenderían a más de uno. Y de una.

La vuelta fue de risas en el coche de Laury. Dormí y al despertar me fui al mercado con Pepa. Compramos y tomamos una coca cola antes de volver a casa. Piqué de todo sin comer de nada: nueces, cerezas, helados, fiambres y olivas. Guarrería de comida por no querer cocinar.

Por la tarde me dejé caer en la siesta, a punto de perder el móvil. Me mandó Laurita una foto desde Formentera, que fue de envidia. Y luego, con un taxi y entrajado a presentar el fallerío. Me acerqué a Cyrano luego, con su movimiento de verano, y la hermana de Carlita en el pub. Un ron con cola. Un poco de conversación con Laura y Vicente, y camino de nuevo a casa en taxi, con la sensación del hielo solo y un pensamiento de futuro... Soledad nocturna.

No me puse despertador porque no me hace falta últimamente. La verdad. Y así, caí en el sueño. Y esta mañana me dio las 11:30 en la cama. ¡Oh, my god! Me desperté, hablé con María y me dijo que Jose que se había ido a preparar la fideuà y que enseguida venían por mí. Bajé a por el periódico que traían los mensajes de Rajoy y me puse el bañador. Frente al mar olvidé las noticias y las realidades, algo que últimamente tampoco puedo mucho. Y se agradeció. Coca cola y picoteo frente a las olas y una fideuá con helado, comida de verano, piscina en la guardería y risas con Álvaro, disfrazado de morete con una toalla. Hablamos, nos reímos, revivimos ayer y pensamos en mañana. Un domingo placentero. Y en familia. Se agradece. 

Jose y Álvaro me dejaron en casa. Leí el periódico y me dormí en la tumbona sin llegar a desconectar. Volví a la realidad. La tele sigue con su murmullo y yo, con mis ganas de dormir. Buenas noches. 

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