domingo, 7 de julio de 2013

DOMINGO PRIVADO

Merche recuerda a su padre hoy en el facebook, día de San Fermín. Hace quince años que se fue, me parece increíble. Porque entonces, que daba yo mis primeros balbuceos en la radio o en la tele, que moría por escribir cuatro renglones, que la política no me tocaba ni de lejos, y nos perdíamos los veranos en Rubielos de Mora, él estaba siempre al lado para ser el gran apoyo con la tía Isabel, que lo fue, y luego el tío Aurelio. Me parece increíble que ya no estén ninguno de ellos, ahora que las cosas ruedan a otra velocidad, tendría un compromiso con ellos para explicarles mil yoquesés...

Al escribir Merche he leído lo que venía pensando en casa, hoy, en este domingo primero de calor de julio, siete, que he pasado comprando el periódico, cocinando unas tostadas, limpiando el hogar con Frankie y, ahora, hasta la noche, leyendo por primera vez con Angelita la obra que tenemos este año que subir al escenario. La cita en Octubre. Y ya aprieta.

También he recordado que hacía mucho que no me descolgaba con la agenda apretada, de mil cosas hechas. He cogido el móvil y he tirado la mirada atrás. Pensando que me iba muy lejos, hace unas semanas me encuentro con la foto de San Juan en Alicante, apartamento compartido con Adrián, Laura, Noe y Javi. Fue un fin de semana a tope de risas y de fiestas, de ida en el coche y venida de vuelta. Con mucho sarao nocturno y paseo de día. Gastronomía y humedad, de la mano. Con risas incluídas la última noche en aquella verbena que pensábamos no iba a levantar el vuelo. Pero lo levantó. ¡Y de qué manera!


El fin de semana siguiente pasé de nuevo por el altar. En calidad de cura, eso sí. Para casar a Edu y a Kike en la masía de Antonio Pollo, en Ribarroja, donde se casó con el calor a cuestas María Candelaria hace unos años. La boda fue un convite alargado, con mesa compartida, como ya conté, y bailes de hielo y esmoquin. Calores aparte, otra gran fiesta.


El domingo pasé por la plaza de toros a seguir, una vez más, a Pablo Alborán, con Leo, Carlos Jaen y Novia, Nawfel y pareja. Me encontré con Carolina Barranco y Marien Baker, que lo pasaron de lo lindo como vecinas de sarao. Y yo con ellas, y con ellos. Una fiesta, otra vez más. En estos días, además de las fiestas, he pasado por recuperar mensajes con Aurora, redescubrir guapísimo a Álvaro en las fotos, hablar por teléfono con Edurne de vacaciones, comprar telas con Lola y Manolo o renovar por tres meses más al frente de los micros de mi "Valencia Abierta", puerta que se abrió, mientras cerrábamos el telón del "Tot és festa". Una vez más.

Comí el jueves con Bausá que regresó del viaje de novios. El miércoles compartimos tele, en mi estreno con la Mar Salá de Xavi Blasco y al día siguiente platos, aunque me sentó fatal la lasaña. Siesta de dolor y a seguir con los periplos de la política, ya que el viernes teníamos cena de verano en el partido. Las cosas marchan bien.


Y sin darme cuenta, llegó este fin de semana. Sorprendido de tenerlo para mí en exclusiva y para mis cosas. Así que me pasé la mañana por la sede, a recoger las cosas de la noche anterior y luego a casa. Me hice una siesta, limpié el hogar y me fui a cenar con Adri, Alba, Ana e Iván a un Quinto y tapa por la avenida del Puerto. Nos reímos luego en un bingo, que nos tocó. Y rematamos en el Cyrano, donde hacía tiempo que tampoco llegaba con la calma de anoche.


Hoy me desperté cuando bien pude. Con el calor asfixiando sobre el colchón. Bajé a la calle, compré la prensa y regresé a casa. Cociné unas tostadas con tomate rallado, que compré en el badulake y pasé la tarde limpiando a ritmo de Sinatra. Angelita llegó poco antes de las siete de la tarde y nos pusimos con el guión de por medio.


Ha sido una mezcla intensa de pavor y conocimiento. Miedo por sentirme incapaz por momentos de sacar esta obra adelante, nuestro primer paseo en la categoría larga del concurso, y conocimiento del personaje que va creciendo y puedes ir moldeando. Que en ello estoy. Se acaba el fin de semana. Mañana volvemos a la semana. Al calor y a la radio. Será ocho de julio: ya habrá pasado este san Fermín de nostalgias y añoranzas, pero seguiremos viviendo con las cosas que nos van pasando... Que son muchas.

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