jueves, 25 de julio de 2013

GALICIA



Hoy es un día triste, rematadamente triste. Hoy la aurora se vistió de luto y el llanto batalla contra los precipicios perdidos de Finisterre. Hoy la niebla se vino del invierno y dejó al verano con sus bosques ciegos, en mitad de la nada. Hoy miro a Galicia, desde la distancia, desde el recuerdo, desde el llanto. Desde esta emoción contenida que se agarra al estómago y se regira haciendo del dolor un himno.

Galicia, la de los verdes bosques, de las cruces de piedra, de los caminos olvidados y los marineros a la mar. Galicia, que hoy lloras, a los pies de tu patrón, que calla en el día de su fiesta grande roto por los hijos que se han ido. Galicia, la tierra de madres y soles que son ocaso. La de las batallas perdidas. La de la derrota con sal. Hoy, vuelves a nosotros, imperiosa y noble, leal y sufrida. Hoy regresas al alma nuestra y emerges como un segundo de paz, de responso, de adiós... Desde anoche, Galicia, minha terra galega, vuelves a sacudirnos de dolor y rabia. En todo estás y tú eres todo, tinta de Rosalías y hostal de peregrinos; cantábrica rota, atlántica de futuro. Galicia, madre noble, católica y marisquera, bañada en rías de Ribeiro y llanto, de pena sufrida. De dolor nuevo. A ti hoy, como siempre, mi recuerdo...

Hoy es un día triste, caballo de hierro al galope. Hoy la tristeza se agarra a la garganta que escribe con penas y llantos. Hoy, Santiago, patrón que cierras España, abres corazones y esperanzas, que caminan solas. Sin padre que las lleve de la mano, sin alma que las acune en su llanto... Hoy Galicia, desde la lejanía, te sentimos tan cerca que da miedo mirarte a los ojos, que son surcos cargados de negra sombra.

Esta España vieja y recosida, se desvela con tu pena. Tus muertos son los nuestros, tu dolor el nuestro, tu pesar, una condena que hoy nos deja mirándote al lado. Besos Galicia, besos para tu tierra. Besos para los vientos que mueven robles, alisos y abedules. Viento que rompe despeñado contra la memoria. Contra los troncos de los castaños y las hojas de las orquídeas, que viven a la sombra de un horrio. Galicia de Valleinclanes y Torrentes, de Camilos y Pondales, de moda y Finisterres... cuando pienso que te fuiste negra sombra que me asombras, me duele pensar que brotan en tus aguas de mares, los llantos de tanta gente que hoy ya no mira a tu cielo triste.

Galicia, desde el recuerdo, desde este llanto, en tu caballo de hierro al galope.

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