martes, 29 de enero de 2013

SIN MELANCOLÍAS

"Hasta que no he estornudado por undécima vez consecutiva, jamás pensé que sería capaz de lanzar una Lizipaina tan lejos como lo he conseguido al intentar ingerirla... Estoy absolutamente orgulloso de mí, pero... ¿Sabéis si hay modalidad olímpica de esto?". Acabo de escribirlo en facebook.


Me arrepiento mucho, sobre todas las cosas, de no haberos escrito nada en estos días. Pero decidí no obligarme más de la inercia a venir a traeros hojas caídas por no acabar yo mismo aborreciendo el camino. El dolor de garganta se tan asqueroso como la pasada madrugada aunque la sensación de fríos, afortunadamente, haya caído. Si no estoy griposo, ando camino. Si lo estoy, pues es típico de estos días: qué vamos a hacerle, ¿no?

Me desperté y me quedé mirando la guía de Londres, como puerta abierta a cualquier posibilidad. Eché en falta, sin melancolías, los capuccini de Covent y las visitas culturales, los paseos y los atardeceres, las nubes grises que encapotan enseguida el día y convierten el Támesis en un río oscuro e inmenso. Y lo escribí también en facebook. Entre el facebook, el twitter, el photoshop, el blog político y las hojas perdidas... voy tecleando todos los días. Y siempre, con una tecla u otra.

Hoy empecé a pensar que hay que cerrar ya el trabajo que pronto anunciaré. Pero que hay que proyectar, que toca, aunque me haya pillado a contrapaso la llamada de Leo esta tarde. Sólo vivo por mi gripe, o no gripe, actualmente. Ahora estaba chateando con Manolo, Valero, el tío más noble y "honrao" que me he tirado a la cara en la vida. Una cosa es ser honrado y otra "honrao", que es lo que es mi Manolo. Y venía de whatsappear con Carabantes en esta víspera de tele que tengo entre tosíos y estornudos.

El sábado no os escribí porque estaba echando el día entre la presentación de Clero y la de Na Jordana. Porque venía de un viernes repartido entre fríos y confidencias, camino por la calle Cádiz, al helor de Peris y Valero, con Borjita, Lorena y Moni, que nos echamos al Cyrano y al Ochenta y Pop. Venía yo, con los pantalones rotos, de retrasmitir para la 97.7 con Leo la Exaltación de Begoña Jiménez y cayó el resto de la noche entre estos y aquellos que nos fuimos dando. Ellos venían de la General de la falla, a la que yo, por trabajo, no pude ir.

El domingo me desperté enseguida. Me acosté tarde y me levanté casi antes de acostarme para ir a la presentación de la hija de Norberto y del hijo de Mabel: Aitana y Jaime, en el colegio Iale. Me recogieron Angelita y Mariano, nos perdimos, llegamos a tiempo porque el acto se retrasó, compartimos bar con Bea y Sandra, luego con Boro, Belda, Marci y Songel y al final comida en familia con Alicia, Amparo, Saul, Mabel y Pepe, Ernesto, Angelita, Mariano y servidor. Creo que no me dejo a nadie. El cansancio me empujó al coche. Hubiera querido un ascensor para llegar a casa y me tiré en el sofá a ver "Ángeles y demonios" con el recuerdo puesto en las calles de Roma. ¡Qué maravilla!

Desperté el lunes con ganas de cama, pero no debía. Eché la mañana en comprar telas y lanas, con Lola y Manolo, cafeteando en el centro de Valencia y descargando en el casal. Dejamos a Lola en Sedaví y a mí en casa. Comí y eché la tarde intentando photoshopear sin control. Hasta donde pude. Reunión en la sede del partido, pasamos antes por el despacho y a casa, cerca de las diez y media. Semifinales de "Tu cara me suena" y, entre unas cosas y otras, de madrugada a dormir. Hoy quería haberme acostado antes, pero nunca lo consigo... Por una cuestión de fidelidad conmigo mismo, debe de ser. Bona nit. Buenas noches.

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