viernes, 25 de enero de 2013

MAÑANA, QUE ES YA

Las tormentas de ayer mañana trajeron remansos hoy. Anoche cuando llegué a casa, metido en la cama, me recordé la noche anterior y me dí cuenta qué rápidos se van los días. Hoy es 25: enero se deshoja con una velocidad de vértigo. Esta noche tenemos la Exaltación de la Fallera Mayor de Valencia y toca estar preparados para una noche a tope... Comenzaremos en la radio, con la 97.7 Fm, con quien estaré estas fallas. Luego la noche y grabar por la tele. Y lo que dé de sí todo lo que nos quede después.

Apunte para mañana, que es hoy: como aprendí a reaccionar cuando verbalizo las cosas, esta tarde al salir de Hacienda, me llamó Leo y me he dado una lección. ¿Me equivoco? Muchas veces. ¿Corrijo? Siempre que puedo. ¿Me disculpo cada vez que fallo? Siempre lo intento... Pero, apunto ya para mañana, que es futuro cercano, que se acabó autoflagelarse y dejarme arrastrar por el egoísmo de otros. Leo me lo dice claro: "en la vida hay que ser más egoístas". Y yo, que nunca he tenido ese vicio entre los más propios, me digo que sin renunciar a cada uno como somos, quizá me haya faltado en la vida pensar antes en mí que en los demás. Y que no pienso dejar de hacer lo segundo, porque no sabría, pero a lo mejor sí que toca ya empezar a pensar más en uno...

Lo digo muchas veces: no quiero que nadie me obligue a tener que imaginar que me he equivocado porque, con una naturaleza desorbitada, siempre actúo según me empujan la cabeza y el corazón, y probablemente, nunca en ese orden. No espere nadie que descubra de repente que me equivoqué, que hice mal algo, que fallé. Si creéis que lo hice, indicadmelo. Durante mucho tiempo en mi vida corría a saber qué había hecho mal para que ciertas personas reaccionarán de cualquier modo: y es cierto que no se puede vivir a esa angustioso anclaje. Si me equivoco, me lo dices, y te respondo o me disculpo. O ya veremos. Pero no esperéis que me martirice más a cada momento de mi vida, para adivinar, para suponer, para perderme... porque como dice Leo, a lo mejor hay que ser algo más egoístas. Y aunque a mí no me sale estoy dispuesto a aprender. No me importa dedicarme en cuerpo y alma a los demás, nunca me ha costado, me encanta cuidar de la gente y ayudar siempre que puedo... Aunque otros crean que me equivoco. Yo me siento bien así...

Enero suele ser un mes de cambios. Yo ya empecé hace unos meses a decidir algunos cambios porque el comportamiento de ajenos me destrozaban, sin lógica ni medida, el yo interior. Soy un tío curtido, batallador, incansable, agotador a veces, luchador y convencido. Eso es una suerte para mí y para los que tenga que defender. Pero reconozco que dedicaba demasiado tiempo a intentar contentar a gente con criterios dispares que no tenían entre sus intenciones contentarse conmigo. Se acabó: en general, para que quede claro, lo dejo por escrito. Para mañana, que es ya. Se acabó como cantaba María Jiménez. No puedo permitirme mayor desgaste porque crea dependencia y esa dependencia me anula a mí y hace que brote un yo que no es el mío ni el que me reivindico. Suficiente. No creo que tenga que añadir nada más. No quiero decir nada más. Feliz viernes.

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...