jueves, 17 de enero de 2013

NI ALMA, NI MAÑANA


Cae, como nostalgia infita, 
el cielo gris sobre la ciudad. 
Y condena 
a los hombres de la mirada perdida,
a deambular sin norte,
ni patria, ni bandera...
Ni alma, ni mañana.
Ni sueños, ni cordura.

Me desperté con la resaca de jueves, programa de anoche en la tele, que me deja arrastrado. Mabel no me despertó al teléfono, como me prometió ayer, pero me despertó alguien con sus llamadas o con sus whatsapps y no sabría quién fue. Me desperté primero solo, cuando no habían dado en el reloj las ocho y maldije por qué me desperté, que no lo recuerdo. Miré el despertador y comprobé la hora. Me incliné en la cama y comprobé como se dibujaba el cielo en un almidón de rayas naranjas, de un naranja imposible y me dí la enhorabuena por mi fortuna. Si el capricho no me hubiera despertado, no habría visto aquel horizonte amaneciendo, que fue un regalo a primera hora del día.

Volví a mis sueños, a mis no desvelos. Me recuerda la conversación de ayer tarde con Toñi, en los sofás de la tele, contándole cómo me empujo este 2013 a la batalla continua con unas ganas inusuales, que ya me han hecho borrar los propósitos de año nuevo y que son algo más. Remoloneé en la cama: leí los últimos tuits de anoche, con Pablo, y los primeros de esta mañana. Y me puse en pie, e hice la cama, que es el no propósito que estoy cumpliendo como primera tarea cada mañana. Pasé por la ducha: el agua o me quemaba o me helaba. Nunca he sido de términos medios. Salté afuera y cogí el autobús, camino de Russafa.

En el taller estaban Rafa y David: me encontré con Guillermo en la puerta del casal y nos pusimos al día. Entré, pinté algo y diseñé unas letras. Todo para que lo devore el fuego: la justicia de la llama que todo lo consume. Me recogió Luis en la Casa de los Caramelos y fuimos a conocer el "Capital". Comí con mis socios en el Villaplana y me dejó de nuevo Luis en casa. Desde entonces, cara el ordenador, me debatí entre adelantar asuntos y escuchar música, descargar unos vídeos, proyectar mañanas...

Hoy es 17 de octubre: un día después del cumpleaños de Amparo, felicitado en el "Tot és Festa" y de sentarnos Laurita y yo en un wok y planificar cosas entre los dos, para algo que os contaré muy pronto... Muy pronto.

Ahora os dejo, me voy a una reunión de presupuestos municipales... Hay qué ver lo que dan de sí los inviernos, de aquí a nada, primavera, ni cielos grises ni miradas perdidas...

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