miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Y FREUD?




No sé si Freud dijo algo en serio sobre la meteorología. Que el clima nos afecta es algo constadado (yo casi lo tengo contrastado) y es inevitable pensarlo si releo el blog en el que, muy a menudo, cuento cómo nos va el cielo. Allí arriba, distante, testigo mudo, pero excepcional, últimamente clama con aires de verano. Hoy nublado, sin gota de sol, lo cual empezará a afectarnos en breve si no cambia, pues por aquí, estas latitudes mediterráneas, mucho gris nos engrisece el alma. ¡Lo que son las cosas!


Yo ando, y no paro. Ayer fue media mañana, casi sin tarde. Ayer me paseé del brazo y fui a trabajar en este trabajo mío de cada día. Hay cosas que sigo sin comprender, ni lo haré nunca. Otras me conmueven. En un alto porcentaje las hay que me provocan. Otras, las menos, me decepcionan. Como la sirena del cole, salí del despacho, dos treinta, con la música a otra parte. Comí con Luis. Gracias por empujarme a las risas y al buen rollo. Lo de ayer de Vips, es de agradecimiento (a ver si te mando un mensaje ñoño ahora luego) y me vino muy bien. Me cafeteé en Glasol, descafeinado con leche en cortado. Y volamos por la web. Por el mundo web. Aure me recogió para ir al hospital. Merendé con ella y con Hugo, hablé con María y me volví raudo a Mislata para irme a cenar. Cena dispar (de disparar) con menú distinto, pero bien elaborado. Copas y conversación de copete. Regreso a casa. Tres de la mañana...


Me levanto. El cielo arriba, nublado. ¿Y Freud? Google no me cuenta nada. No he mirado el correo del día, cuanto apenas la prensa por encima. Almuerzo con Mariam, nos ponemos al día y firmo. La luz viene y se va en el trabajo. En mi casa ha desaparecido... ¿Cuándo os hablaré de la luz? No creo que falte mucho...


He comido con amigas. Me preparo para irme al hospital y luego a la tele. Intento solucionar el problema de las luces. Me acuesto sin dormir y escribo, estas líneas...


Nos han robado una hora de cada día y está nublado. Casi de noche sin ser más de las seis muchos minutos... Me queda el tiempo por delante y un cansancio grande. ¿Y Freud? No me dice nada... Os dejo aquí. Pero regresaré pronto y os hablaré de la luz. Es cuestión de tiempo. Como casi todo en la vida... Las pausas, los silencios, los cansancios... Todo, sencillamente, cuestión de tiempo. ¿Pero de cuánto? Me tendré que ir haciendo planes nuevos...

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