lunes, 12 de octubre de 2009

EL PUENTE SOBRE DÍAS GUAYS

No podía ser de otra manera. El puente, aquél cuyo inicio ahora me parece tan lejano en el tiempo, llegó a su fin con el mismo ritmo o mayor que cualquiera de sus días o de sus noches. Por la tarde, ayer domingo, tuvimos el homenaje de Mari Carmen Agustí en su falla (Eduardo Marquina, de Mislata). Allí estuvimos mucha gente del mundillo fallero y de mi pueblo celebrando con Mari las últimas horas de su reinado.

Ayer tuve la satisfacción de cerrar así el primer año de tele - se acabará realmente el miércoles con el nombramiento de las nuevas Falleras Mayores -, pero fue anoche como una fiesta de despedida o de bienvenida a unas amistades granjeadas y celebradas a lo largo del último año.

Cerramos la fiesta en el casal y nos fuimos a Cyrano, como impone la noche, a tomar una más. Estuvimos hablando de lo divino y de lo mundano. De todo un poco. Y todo, a la sazón, con una ristra de risas bien acompañadas.



Cuando el reloj daba las cuatro nos recogimos, celebrando el día del Pilar e hicimos camino a la "Betty" que vuelve a ser la cueva de antaño donde los vampiros de la noche nos guardamos para que la luna no nos descubra. Bailamos todo, hasta Pereza y bebimos entre risas sin dejar de movernos ni un solo segundo. No sé de dónde salieron las fuerzas, pero aún las teníamos. ¡Y vaya que si resistimos! Amparo, Consue, Mireia y Albita, acompañaron las horas de esta noche en la que todo fue, una vez más, una gran fiesta.


Nos echaron de la discoteca porque cerraban. Valencia dormía entre sus temperaturas de verano estirado y, nosotros, sin prisa ninguna, paseamos por la noche y seguimos de risas.



Cogimos el carril bici, después de que la Gallardo y Consue nos hubieran dicho hasta luego. Nosotros tres, Alba, Mireia y servidor recorrimos la noche y caímos por el Da Vinci a desayunarnos unas pizzas barbacoa en mitad de la nada. En la Gran Vía los autobuses comenzaron a circular mientras que el frío, ahora se hizo más intenso. A tope. Cogimos un taxi, les acompañé a casa y circulamos luego, en silencio, por la avenida del Cid hasta llegar a casa.

Antes de irme a dormir, compré la prensa y la leí. Cuando me fui a la cama, ya saltaban las ocho de la mañana... Miré por la ventana y comprobé como se iniciaba un nuevo día... Un fantástico nuevo día con el que cerrar el puente más largo que recordara.



Me he levantado a las tres, después de ir despertándome a lo largo de la mañana. Pero he sido capaz de dormir siete horas, todo un adelanto. Era inevitable, el cansancio, hace mella. Ahora, sueño. Mucho sueño. Espero que hoy el insomnio no haga de las suyas. Debería plantearme métodos más saludables de vida. Laura y Sergio me escriben desde Londres. Ensayo por la tarde en la falla. Estoy cansado. Y vuelvo a casa. Ceno, miro unos cuantos videos, leo la prensa y me amago. Ahora me voy, a la cama. Mañana, al día a día. Tendré que releer este blog para poner fin a mi desmemoria y recordar cómo ha sido el puente... ¡Qué puente!


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