sábado, 3 de octubre de 2009

LAS FOTOS MÁS BORROSAS DE UNA NOCHE MUY CLARA

Aprovecho esta plataforma para reivindicar la mierda de última cámara de fotos que compre, que hace todas las fotos borrosas... Es que luego la gente cree que siempre estamos de borrachera y de ahí que se vea todo borroso... ¡Y no! O casi no.



Anoche: GRANDE. Volvimos a la carga fallera, a los viejos momentos, a recordar la fuerza del movimiento freak, a ser fiesta nosotros mismos y para todos. Volví a agarrarme del brazo de Leo que para esto de la fiesta es como nadie y nos lo pasamos en grande. Una vez más. La noche fue muchísimo más de lo que prometía. Un exceso en toda regla. Lo pasamos genial, de verdad, de risas todo el rato. Sé que pensáis que es habitual en mí, por todo lo que os cuento siempre. Pero ayer, anoche, hace unas horas: nos salimos. Y gracias a Leo, una vez más, también.



La fiesta fue despedida de las Falleras Mayores y sus cortes respectivas. Con la mayor he hecho una amistad grande (¡qué raro!) y algunas se van a quedar directamente en la agenda de amigos, seguro. Soy fan de Amparo Gallardo. Me divierte Virginia Silla. Consue es un encanto, sí señor. Alba, tan dulce... Mireia, una fiesta. Y Anita... Anita es mi amiga desde hace años y vuelve a serlo ahora después de su año de corte, especial y excepcional. Junto a ella, Carlos, una noche más. Apoyados en el quicio de la barra, tarjeta de crédito en mano, copa en la otra, cigarro de vapor con aroma de chocolate... Otra vez a la Betty, como hacía ya tiempo que no. Y siguió la fiesta, como tocaba...



Estuvimos toda la noche de parranda, de risas, que ya me duele la boca de reír y de bailes, de copas, de ánimos, de despedidas y aplausos. Sin parar. Y apareció mi Mabel Fontestad entre la vorágine de la discoteca. Y la música siguió y nosotros... Escaleras arriba. La mañana que anuncia frío... Nos fuimos a almorzar. No publico fotos por no desvelar las caras de quienes vinieron al sandwich de las ocho de la mañana... Carlos sacó dinero en Cajamar y yo un taxi rumbo a Mislata. Eran las ocho y media de la mañana pasadas cuando me fui a dormir... Y ahora, a la ducha y a seguir... Tengo un recuerdo fantástico de anoche. Una buena noche bien compartida y disfrutada. Un conjunto de fotos borrosas...



Posdata: ¿Por qué a Carlos el cajero le da la mitad de lo que pide? Estamos de crisis...¡Y sin Olimpiadas!

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