miércoles, 8 de abril de 2009
SE CAE EL SOL
Hoy ha sido un día de altibajos. De subidas y bajadas. De horas de trabajo y vueltas de cabeza. Hoy he comido con ansiedad otra vez. Que es lo que me ha empujado a merendar no sé cuantas veces... Y sin motivo.
De repente he pensado en todo aquello, sentado y mucho más tranquilo: algo pasaba. Y es que mañana es festivo, y pasado, y al otro... Y vengo empujado desde hace tiempo contando días para encontrarme con estos cuatro días de fiesta, sin ruido, ni nada, en paz, sin relojes y sin teléfonos. Cuatro días... Y sin darme cuenta, me han llegado de repente y me los he encontrado, e inconscientemente me habían puesto nervioso ahora que todo es paz a cada minuto de mi vida. Y era eso: que ha llegado el descanso.
Me voy a relajarme y descansar. A que las piernas recojan la fuerza que siempre han tenido. A soñar despierto y leer durante ratos. A entregarme a los cafés y las conversaciones... Me voy cuatro días a pensar en todo lo que me queda por pensar y a decidir todo lo que nos quede por decidir... Y me voy a ver cómo se cae el sol por el horizonte cada tarde, mientras regreso, por la vieja carretera, a dormir cada noche.
Hacía días que soñaba con este día. Y aquí lo tengo. Una sonrisa. Felicidad.
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