miércoles, 22 de abril de 2009

DE VEZ EN CUANDO



La vida me sonríe casi siempre. Soy un tipo afortunado. Siempre lo he creído. Muy pocas veces me he sentido desdichado o triste, enfermizamente perseguido. Casi siempre, creo que es una herencia materna, he tenido la sensación de que hay quien lo pasa peor que nosotros, quien tiene menos fortuna, quien tiene más pesares, menos suerte... A mí, la vida, me sonríe. Lo hace en las caras de mis amigos y en los mil y un momentos que compartimos. De vez en cuando, además, me renueva visceralmente con un ataque de fortuna que no es normal. Y me siento agradecido. Y quizá, por sentirme agradecido de esos pequeños detalles, la vida me va sonriendo con otros nuevos. Si os sirve de algo, sentiros participantes de mi buena estrella, porque yo la siento también vuestra, de todos y los que hacéis que mi vida sea mejor y más afortunada...

Uno de los últimos golpes de fortuna fue hace unas noches: echaba de menos a Álex y Nuria, desde hace años nos habíamos perdido la pista. Éramos ocho amigos: ellos, Noe y Toni, Juanra y Carol, Eva y yo. De vez en cuando, Paz. Nueve. Hace unos meses, cuando buscaba suerte, pensé en ellos y como la vida nos separó años después de regresar de La Habana. A Cuba siempre le deberé mil lágrimas y mil sonrisas... La misma semana en que los eché en falta me encontré a Eva saliendo del metro. ¡Qué sorpresa! Nos hemos de ver... Nos prometimos. Y me abalancé al teléfono para buscar a los demás: Álex desaparecido y Nuria también. Noe me cogió el teléfono: "Hola, soy Jaime, que no te sorprenda,... Es que tenía ganas de saber de vosotros...". Seguí intentándolo con el resto pero no hubo suerte. O sí que la hubo... Pero no supe nada de ellos. Quedé a comer en un japonés perdido del mundo. Al sentarme a comer, se giró una chica que con su marido, cuidaban al bebé del carrito de al lado. "Perdona", pausa, "¿eres Jaime?". "Sí", contesté sin saber quién era. "¡Qué fuerte! Estaba aquí de espaldas y te he reconocido por la voz...". "Soy la cuñada de Carol y Juanra, nos conocimos hace ocho o nueve años y sólo nos vimos una vez". Me sorprendió mucho que me recordara alguien que sólo me oyó hablar una vez hace tanto tiempo... Pero la fortuna siempre me ha sonreído. Y aquellos que yo echaba de menos fueron apareciendo uno a uno. Menos Álex y Nuria, de los que nunca más supe... Paz apareció por mi correo una mañana. Le envié un mensaje. Me contestó... En poco más de una semana, mi pasado, aquel que rebuscaba con cierta ansia y melancolía, estaba de nuevo ante mí golpeado por la mágica varita de mi fortuna.

La otra noche, cuando ya esta historia estaba olvidada, Nuria apareció por el ordenador. "¿Cómo estás? Te vemos por la tele... ¡Qué fuerte! Claro que queremos verte...", me dijo. Y mi alegría se desbordó, aún más. En poco tiempo, las ocho personas que desaparecieron de mi vida volvieron a aparecer... ¡De repente! ¿Es o no para sentirse afortunado? Me siento con suerte, con buenos amigos y con muy buena suerte...

Hoy, en mi correo, apareció esta foto, además, de Ibiza. Me hizo recuperar todos los momentos de entonces, mi memoria perdida, las sonrisas de aquellas noches... Y de vez en cuando, miro hacia detrás, y me siento aún con mayor fortuna.

Gracias a la vida, que me ha dado tanto...

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