viernes, 17 de abril de 2009

MI PERSIANA



Baja la persiana. Deja que la luz tiemble en mitad de la tarde... Sospecha cómo intentan colarse los rayos de sol al otro lado de la ventana. El suelo tiembla bajo mis pies que, fríos, se posan sobre los ladrillos. El techo tira de calor y la primavera intenta colarse por las ranuras de la persiana. Y el silencio.


Me quedo con la mente puesta en el futuro, en los proyectos que irán viniendo, que nos llenan de trabajo y de alegrías estos días a todo el equipo. En los buenos momentos que quiero disfrutar a partir de ya, de ya mismo. Al teléfono, una propuesta inusual. Y el tiempo justo para escribir estas líneas y volar... Ha sido una semana dura. Con buenas noticias y otras malas. Con momentos de todo tipo, sentidas a tope como siempre. Y ahora, tumbado mirando la persiana, mi vida entra a capazos como la primavera, con su calor de viernes tarde...


Regreso a mis paseos por el pueblo hace una semana, con mis tiempos mozos y mis amigos de siempre. Vuelvo la memoria a hace pocos días y rescato la sonrisa con la que intento pasar por la vida... ¿Vosotros sonréis mucho? Yo no paro de hacerlo, intento colgarme como compañía la felicidad y llevármela de paseo...


De paseo vamos, mi sonrisa y yo, caminito de mañana. A media luz, como el tango, y bajando la calor... Sí, he vuelto a los boleros. Al relax profundo de ayer y de mañana. Y de anoche... Estoy sentado frente al ordenador, recordando la persiana, su luz, sus rayitos de luz... Y su sorpresa, magníficamente escondida... La sorpresa de cuando la levanté al cielo y miré afuera. Y me sorprendí. Y me sentí mejor. Y me agradó tanto que enseguida os lo traje para que levantéis vuestras persianas...

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