"Hasta que no he estornudado por undécima vez consecutiva, jamás pensé que sería capaz de lanzar una Lizipaina tan lejos como lo he conseguido al intentar ingerirla... Estoy absolutamente orgulloso de mí, pero... ¿Sabéis si hay modalidad olímpica de esto?". Acabo de escribirlo en facebook.
Me arrepiento mucho, sobre todas las cosas, de no haberos escrito nada en estos días. Pero decidí no obligarme más de la inercia a venir a traeros hojas caídas por no acabar yo mismo aborreciendo el camino. El dolor de garganta se tan asqueroso como la pasada madrugada aunque la sensación de fríos, afortunadamente, haya caído. Si no estoy griposo, ando camino. Si lo estoy, pues es típico de estos días: qué vamos a hacerle, ¿no?
Me desperté y me quedé mirando la guía de Londres, como puerta abierta a cualquier posibilidad. Eché en falta, sin melancolías, los capuccini de Covent y las visitas culturales, los paseos y los atardeceres, las nubes grises que encapotan enseguida el día y convierten el Támesis en un río oscuro e inmenso. Y lo escribí también en facebook. Entre el facebook, el twitter, el photoshop, el blog político y las hojas perdidas... voy tecleando todos los días. Y siempre, con una tecla u otra.
Hoy empecé a pensar que hay que cerrar ya el trabajo que pronto anunciaré. Pero que hay que proyectar, que toca, aunque me haya pillado a contrapaso la llamada de Leo esta tarde. Sólo vivo por mi gripe, o no gripe, actualmente. Ahora estaba chateando con Manolo, Valero, el tío más noble y "honrao" que me he tirado a la cara en la vida. Una cosa es ser honrado y otra "honrao", que es lo que es mi Manolo. Y venía de whatsappear con Carabantes en esta víspera de tele que tengo entre tosíos y estornudos.
El sábado no os escribí porque estaba echando el día entre la presentación de Clero y la de Na Jordana. Porque venía de un viernes repartido entre fríos y confidencias, camino por la calle Cádiz, al helor de Peris y Valero, con Borjita, Lorena y Moni, que nos echamos al Cyrano y al Ochenta y Pop. Venía yo, con los pantalones rotos, de retrasmitir para la 97.7 con Leo la Exaltación de Begoña Jiménez y cayó el resto de la noche entre estos y aquellos que nos fuimos dando. Ellos venían de la General de la falla, a la que yo, por trabajo, no pude ir.
El domingo me desperté enseguida. Me acosté tarde y me levanté casi antes de acostarme para ir a la presentación de la hija de Norberto y del hijo de Mabel: Aitana y Jaime, en el colegio Iale. Me recogieron Angelita y Mariano, nos perdimos, llegamos a tiempo porque el acto se retrasó, compartimos bar con Bea y Sandra, luego con Boro, Belda, Marci y Songel y al final comida en familia con Alicia, Amparo, Saul, Mabel y Pepe, Ernesto, Angelita, Mariano y servidor. Creo que no me dejo a nadie. El cansancio me empujó al coche. Hubiera querido un ascensor para llegar a casa y me tiré en el sofá a ver "Ángeles y demonios" con el recuerdo puesto en las calles de Roma. ¡Qué maravilla!
Desperté el lunes con ganas de cama, pero no debía. Eché la mañana en comprar telas y lanas, con Lola y Manolo, cafeteando en el centro de Valencia y descargando en el casal. Dejamos a Lola en Sedaví y a mí en casa. Comí y eché la tarde intentando photoshopear sin control. Hasta donde pude. Reunión en la sede del partido, pasamos antes por el despacho y a casa, cerca de las diez y media. Semifinales de "Tu cara me suena" y, entre unas cosas y otras, de madrugada a dormir. Hoy quería haberme acostado antes, pero nunca lo consigo... Por una cuestión de fidelidad conmigo mismo, debe de ser. Bona nit. Buenas noches.
martes, 29 de enero de 2013
viernes, 25 de enero de 2013
MAÑANA, QUE ES YA
Las tormentas de ayer mañana trajeron remansos hoy. Anoche cuando llegué a casa, metido en la cama, me recordé la noche anterior y me dí cuenta qué rápidos se van los días. Hoy es 25: enero se deshoja con una velocidad de vértigo. Esta noche tenemos la Exaltación de la Fallera Mayor de Valencia y toca estar preparados para una noche a tope... Comenzaremos en la radio, con la 97.7 Fm, con quien estaré estas fallas. Luego la noche y grabar por la tele. Y lo que dé de sí todo lo que nos quede después.
Apunte para mañana, que es hoy: como aprendí a reaccionar cuando verbalizo las cosas, esta tarde al salir de Hacienda, me llamó Leo y me he dado una lección. ¿Me equivoco? Muchas veces. ¿Corrijo? Siempre que puedo. ¿Me disculpo cada vez que fallo? Siempre lo intento... Pero, apunto ya para mañana, que es futuro cercano, que se acabó autoflagelarse y dejarme arrastrar por el egoísmo de otros. Leo me lo dice claro: "en la vida hay que ser más egoístas". Y yo, que nunca he tenido ese vicio entre los más propios, me digo que sin renunciar a cada uno como somos, quizá me haya faltado en la vida pensar antes en mí que en los demás. Y que no pienso dejar de hacer lo segundo, porque no sabría, pero a lo mejor sí que toca ya empezar a pensar más en uno...
Lo digo muchas veces: no quiero que nadie me obligue a tener que imaginar que me he equivocado porque, con una naturaleza desorbitada, siempre actúo según me empujan la cabeza y el corazón, y probablemente, nunca en ese orden. No espere nadie que descubra de repente que me equivoqué, que hice mal algo, que fallé. Si creéis que lo hice, indicadmelo. Durante mucho tiempo en mi vida corría a saber qué había hecho mal para que ciertas personas reaccionarán de cualquier modo: y es cierto que no se puede vivir a esa angustioso anclaje. Si me equivoco, me lo dices, y te respondo o me disculpo. O ya veremos. Pero no esperéis que me martirice más a cada momento de mi vida, para adivinar, para suponer, para perderme... porque como dice Leo, a lo mejor hay que ser algo más egoístas. Y aunque a mí no me sale estoy dispuesto a aprender. No me importa dedicarme en cuerpo y alma a los demás, nunca me ha costado, me encanta cuidar de la gente y ayudar siempre que puedo... Aunque otros crean que me equivoco. Yo me siento bien así...
Enero suele ser un mes de cambios. Yo ya empecé hace unos meses a decidir algunos cambios porque el comportamiento de ajenos me destrozaban, sin lógica ni medida, el yo interior. Soy un tío curtido, batallador, incansable, agotador a veces, luchador y convencido. Eso es una suerte para mí y para los que tenga que defender. Pero reconozco que dedicaba demasiado tiempo a intentar contentar a gente con criterios dispares que no tenían entre sus intenciones contentarse conmigo. Se acabó: en general, para que quede claro, lo dejo por escrito. Para mañana, que es ya. Se acabó como cantaba María Jiménez. No puedo permitirme mayor desgaste porque crea dependencia y esa dependencia me anula a mí y hace que brote un yo que no es el mío ni el que me reivindico. Suficiente. No creo que tenga que añadir nada más. No quiero decir nada más. Feliz viernes.
Apunte para mañana, que es hoy: como aprendí a reaccionar cuando verbalizo las cosas, esta tarde al salir de Hacienda, me llamó Leo y me he dado una lección. ¿Me equivoco? Muchas veces. ¿Corrijo? Siempre que puedo. ¿Me disculpo cada vez que fallo? Siempre lo intento... Pero, apunto ya para mañana, que es futuro cercano, que se acabó autoflagelarse y dejarme arrastrar por el egoísmo de otros. Leo me lo dice claro: "en la vida hay que ser más egoístas". Y yo, que nunca he tenido ese vicio entre los más propios, me digo que sin renunciar a cada uno como somos, quizá me haya faltado en la vida pensar antes en mí que en los demás. Y que no pienso dejar de hacer lo segundo, porque no sabría, pero a lo mejor sí que toca ya empezar a pensar más en uno...
Lo digo muchas veces: no quiero que nadie me obligue a tener que imaginar que me he equivocado porque, con una naturaleza desorbitada, siempre actúo según me empujan la cabeza y el corazón, y probablemente, nunca en ese orden. No espere nadie que descubra de repente que me equivoqué, que hice mal algo, que fallé. Si creéis que lo hice, indicadmelo. Durante mucho tiempo en mi vida corría a saber qué había hecho mal para que ciertas personas reaccionarán de cualquier modo: y es cierto que no se puede vivir a esa angustioso anclaje. Si me equivoco, me lo dices, y te respondo o me disculpo. O ya veremos. Pero no esperéis que me martirice más a cada momento de mi vida, para adivinar, para suponer, para perderme... porque como dice Leo, a lo mejor hay que ser algo más egoístas. Y aunque a mí no me sale estoy dispuesto a aprender. No me importa dedicarme en cuerpo y alma a los demás, nunca me ha costado, me encanta cuidar de la gente y ayudar siempre que puedo... Aunque otros crean que me equivoco. Yo me siento bien así...
Enero suele ser un mes de cambios. Yo ya empecé hace unos meses a decidir algunos cambios porque el comportamiento de ajenos me destrozaban, sin lógica ni medida, el yo interior. Soy un tío curtido, batallador, incansable, agotador a veces, luchador y convencido. Eso es una suerte para mí y para los que tenga que defender. Pero reconozco que dedicaba demasiado tiempo a intentar contentar a gente con criterios dispares que no tenían entre sus intenciones contentarse conmigo. Se acabó: en general, para que quede claro, lo dejo por escrito. Para mañana, que es ya. Se acabó como cantaba María Jiménez. No puedo permitirme mayor desgaste porque crea dependencia y esa dependencia me anula a mí y hace que brote un yo que no es el mío ni el que me reivindico. Suficiente. No creo que tenga que añadir nada más. No quiero decir nada más. Feliz viernes.
jueves, 24 de enero de 2013
INDOMABLE
Me desperté a las siete y poco, casi nada. El cielo estaba azul y las nubes se perfilaban en un añil de poesía. Me quedé mirando el cielo, pensé que mis desvelos mañaneros eran para ver el cielo y caí de nuevo sobre la almohada hasta las nueve. Rompió el cielo en un par de truenos y repicaba contra el cristal la abundante lluvia que cayó cuando no la esperaba nadie. Desde la cama repasé la actualidad: de la muerte de Sor María a los últimos trapicheos de la corrupción patria. Le mandé un sms a Rafa para saber si iban por el casal y al decirme que sí, me preparé, cogí un autobús y me fui a Noscarmientas. Fui buscando por la mañana los guantes que perdí anoche. Aparecieron, afortunadamente, en el coche de la Guti. Me dio una rabia absoluta perderlos, pero me tranquilice pensando que aparecerían. Intento corregirme desde años mi despiste y cuando algo así pasa tengo la sensación de que he fracasado en mi empeño. Pero me corrijo. Y a marchas forzadas.
Anoche cenamos en el Wok, María Tomás, Laura Caballero, Elenita y servidor después del programa de la tele. Tuvimos de todo: Junta Local de Sueca, Acosta y Gisbert, la Guerrero más diva que nunca pero tan divina como siempre y la tropa canalla para repasar la actualidad. Llegué con tiempo a la tele, si apenas hablé algo con Toñi y me ví de pasada con Leo. Había comido con él en "Sabe a gloria": demasiado menú. Debo frenar el ascenso de esta báscula que se descontrola de manera ansiosa. Después de cenar me cayó un sueño fortísimo. Y me entremetí entre las sábanas y la colcha, hasta la tormenta perfecta de esta mañana.
He comido en casa y he dedicado la tarde a oír a Luz Casal y maquetar en photoshop. Ahora, escucho música disco y repaso algunas querencias que me van llegando con el final de la semana. Me siento empujado a decir basta ya en algunos aspectos de mi vida, el primordial, que el egoísmo ajeno venza a mi propio estado de ánimo. Y eso ya no pasa, o pasa muy poco. Empiezo a reclamarme por encima de los embistes, de los embistes de los demás, que llegan como cornadas en silencio, empujadas, calladas y de manera tímida. Pero que llegan. Estoy ya cansado de algunas circunstancias que me circunscriben y, sobre todo, de creer que tengo que aguantarlas todas, estoicamente. Esta noche tengo junta directiva en la falla. Así que voy a acabar de cortarme el pelo y ya os contaré cómo me va la vida en este invierno tan insólito... Tan raro. Tan indomable.
martes, 22 de enero de 2013
AYER
Ayer os iba a contar que entré en el blog y os iba a escribir cosas, pero no me apetecía. Nada importante: sólo inapetencia. Como parece que los inicios de año llevo conmigo mismo un autocontrol excesivo en lo que a los blogs se refiere e intento mantener con vida estas hojas perdidas para no decaer ni en escrituras ni en visitas, pues acabo forzándome el escribir. Pero anoche, que veía la tele bajo el edredón, que me cruzaba algún whatsapp perdido, que no me apetecía escribir, pues no escribí.
Al final hice lo que debo: lo que más me apetezca, porque el día fue fuertecito en emociones y en sensaciones. En decisiones sobre todo y en no parar.
Por la mañana me fui a la falla, lunes, a darle manos de ingenio y gracia a este desarte que me acompaña, ahora que contamos los días que corren en contra del fuego. Llegué al casal, lunes día de mercado, que estaba cerrado. Antes me hice el café con Cris Consell en la plaza, y me dejé la mañana con una lija y un poco de gracejo intentando sumar algún ninot más a nuestra falla que será ya en breve. Llegó Naarah al rato, que se puso y dispuso con sus manos a hacer manos en la infantil, y dejé abierto el cajón de quehaceres cuando a las dos decidí regresarme bajo el inusual sol a casa en el autobús. Comí potaje, cocinado por sorpresa y en último momento, pero la mar de rico. Dejé la tarde entre los tiempos que me quedaban y me planté a las seis en el despacho del grupo para la reunión de presupuestos. Me apalanqué al ordenador y preparé a conciencia la comisión de Interior de las ocho. Duró algo más de una hora. Y al salir a la calle, todo era frío y desasosiego. Así, me regresé a casa. Acompañamos a Gloria hasta San Antonio y con Sanchis contamos los pasos para llegar a cenar. Cené unas croquetas congeladas cocinadas con poco esmero mientras telefoneaba a Cris y cené. Me puse en el sillón, para "Tu cara me suena" e intenté escribir algo. No pude. O no quise. Ya no lo sabemos.
Al final me fui a la cama más tarde de lo que quería. Repasé los tuits desde el frío de las entre sábanas y me dormí. Esta mañana sonó antes el teléfono con Mabel que la alarma. La mañana era fría. Absolutamente. Así que cogí el teléfono entre espasmos y me puse al día. Nos pusimos al día. Me duché y me recogió Angelita para ir a Sanchis Bergón a hacer una de las nuestras. Participamos en un disco fallero cantando un temazo a dúo, que no desvelo todavía. Y comimos en el japonés donde solíamos cenar, buffet y chupito-no-gracias. Caminamos hasta la Casa del Libro, abierto en festivo, para comprar un libro. Mi última locura tiene tapas. Locura compartida con Angelita. Esto me ilusiona. De verdad. Caminamos, ya sin lluvia, hasta la Gran Vía y con un autobús y un cielo tan distinto al de ayer me regreso a casa. Recojo algo, me siento y escribo. Cuando me apetece hacerlo fluyen solas las palabras. Y me preparo ya, con Chain of Fools, para ir a grabar un audio a Padre Santonja y, acto seguido, a la comisión de Urbanismo. Luego la noche. La noche fría. Me apetece hacer cosas, aunque no sé cuáles... Según surja. Como el cielo, que hoy surge esponjoso y frío, cubriendo la ciudad, contra la que se dispara el hielo. En Sarrión, nieva.
Pd: Se enciende el marco digital de fotos que me regalaron y aparecen fotografías del pasado que pienso toca ya renovar. Hay gente que ya no está y hay gente que está y que no sale entre fotos. Él se enciende por inercia, porque yo casi ni lo miro... Es lo que tiene acostumbrarse, vaya.
domingo, 20 de enero de 2013
NOSTALGIA DESPUÉS DEL ÓLEO
Domingo. Hace frío. La ciclogénesis pasa ya de España, como pasan muchas cosas. Chicote les pega fuego a los camareros en la tele, yo chateo con Tatín y escribo en las últimas horas de este domingo que quiero cerrar antes que nunca. Si puedo a las once estoy hoy en el sobre. Mañana a las nueve y media de la mañana he quedado con Cristina, necesita que le firme unos papeles. Empapelados. Luego me iré a la falla, a la que seguimos dándole caña. Y eso que hoy le hemos pegado un buen acelerón.
Las hojas perdidas han pasado a ser un diario microbiótico de lo que hago y deshago. Hubo un tiempo que era donde volcaba las lluvias, ahora ya lejanas, luego poemas y escritos perdidos... Los que nunca llegaron a ser. Y últimamente me dejo entre líneas la vida que me pasa, y cada vez más rápida.
Anoche acabé con las presentaciones y me fui a cenar. Estuvimos en la de Antonio Molle donde actúe como mantenedor de Lucía, saltamos a la sala Canal para acompañar a Zapadores, al Rosiña con Centelles y rematamos en Albal con Cuba - Buenos Aires. Me dejaron Naarah y Yajaira en casa, me cambié y llegué a la Virada. Enseguida lo hizo Adrián y al rato, Naarah y Yajaira, para compartir un picoteo y una cena divertida. Nos fuimos a Cyrano, que estaba a tope. Serví algunas mesas y me senté al final con Miguel Ángel y Mónica, Sergi y Laura, que vinieron de la presentación del 48 y Angelita y Mariano, que se sumaron luego con Pere. Hablamos largo y tendido hasta que cerramos. Marisa y Alejandro me mandaron whatsapps para llegar a la presentación de Exposición., pero no llegué. El móvil se quedó sin batería y nos dieron las cuatro de la mañana. Me volví a casa pensando en levantarme hoy. Y me desperté a las nueve. Me dormí de nuevo y a las once arriba. Llegué a la falla y dedicamos todo el domingo a pintar y hacer falla, a adelantar, a contar que se nos va el tiempo... Y me huelen las manos a aguarrás. Y a mañana.
Volví a casa en autobús, sin mirar por la ventana. Desapareció la tarde del domingo y me ví entre penumbras con una nostalgia grande colgada a la espalda, como una mochila. Ahora pienso ya en la cama, en despertarme a tiempo mañana, en ducharme bajo el frío absoluto... Y pienso en mucha gente, no sé por qué, pero me paso el final del domingo recordando y pensando... No sé por qué. Ya digo, nostalgia absoluta. No sé de qué... Tampoco. Ignorancia dominical.
Me voy al facebook y escribo unos versos,... que vuelan. Que vuelven. Que galopan. Empezamos otra semana...
___________________________
Vuelve.
Y vuelvo a galopar, con mi corazón lejano
henchido por mudos silencios...
Y vuelvo a caminar, solitario, en vano,
por los atajos perdidos de mi alma
que se encuentra en ahogo, como poniente de verano,
entre la asfixia y la calma,
entre las palabras que ya no escriben estas manos...
Cuando el tiempo se hace olvido,
cuando el ruido se pierde en la lejanía,
vuelve, y así regresa a mí el recuerdo de ayer
que me sacude entero...
Así, como al cielo pido,
que alumbre en la mañana cada día,
vuelvo a ver entre nubes caer
aquellas gotas del cielo...
Y vuelve. Y vuelvo.
Y vuela de nuevo el sueño,
y a su sueño, yo vuelo...
Vuelve.
Y vuelvo a galopar,
con este desvelo que no quita el sueño...
sábado, 19 de enero de 2013
CICLOGÉNESIS
Una noche para recordar, sin duda alguna. Llevado por la noche, y sobre todo por las noticias de hoy, la palabra del día es ciclogenésis. Eso es lo que dice Ali (Alicia Ors) que anoche tuvimos en el escenario y es lo que dicen que hoy hay sobre nuestras cabezas.
La entrega de los Bernarda fue una suerte. Primero porque aún conociendo a Ali nunca habíamos compartido un micro. Y no es fácil. Segundo, porque nos tiramos a improvisar una gala completa en la que el público no dejó de reír: me lo propuso ella por whatsapp. "Que todo fluya" escribió. Y fluyó. Fue genial compartir con ella este acto, descubrirle una vis cómica que no le conocía tan disparada, poder disfrutar del escenario y escuchar abajo las risas...
Hace unos años no hubiera sido posible. Hace unos años todo apuntaba a que Galiana y yo no nos habríamos podido dar hoy las gracias: él por el trabajo y yo por la oportunidad. Pero la vida, que muchas veces es más puta que la propia Bernarda, suele ser inteligente y malea los caminos para que al final las personas se encuentren. Así que, tras la felicidad de anoche, me queda hoy la satisfacción de que la vida siga siendo tan generosa conmigo... Que lo es.
La ciclogenésis atmosférica de anoche en La Protectora fue genial. Y encontrarse con cada persona, tan amante del teatro, que nos cedieron tanto cariño, hasta en el sorbete.
Me fui a Cyrano. Esperaban Raúl y Vanessa en la puerta. Ron y chupitos ellos. Llegó Manolín. Se fueron ellos, camino de su futuro y nos quedamos Manolo y yo poniéndonos al día. Se encargó él de la terapia y le puse al día. Nos fuimos camino de la falla, ya de madrugada, con principio de fríos, recogí parte de la ropa, saqué dinero en el cajero y cogí un taxi que me trajo a casa. El resto ha sido hoy, mañana y teléfono. Algo de ordenador. Cocinar unas chuletas y unas patatas, pequeña siesta y ahora maratón de presentaciones. Adrián pica al whatsapp, me huele que esta noche querrán mover algo...
La ciclogénesis atmosférica se mueve sobre nosotros.
viernes, 18 de enero de 2013
VIERNES POR LA MAÑANA
Escucho los Miserables: qué fantástica banda sonora para los días que nos acompañan. Me acosté anoche antes de las doce de la medianoche, sorprendido de mí mismo y con un cansancio arrastrado toda la semana de andar haciendo cien cosas sin tener constancia de ninguna de ellas. Ayer eché la tarde con los presupuestos municipales, reunidos en la sede. Por la noche me puse frente al ordenador que apagué enseguida y me fui con los Proverbios y Cantares de Machado a recibir la noche. Me he despertado de madrugada e instintivamente he mirado el reloj por si tenía algo que aportar a esta hoja que se me pierde ahora. Mis padres llegarán enseguida, vienen hoy a comer con Rosa, pasan por casa de Angelita a recoger mis trajes y voy organizando mientras tanto la casa y lo que se viene por delante, que son, lo más próximo, las fallas... A punto de arder, que estamos.
Esta tarde presento una tertulia en el mercado de Abastos para la Agrupación de Fallas Centro y luego voy a la entrega de los Premios Bernarda que presento en su I edición: agenda a tope. Vamos. De momento voy a ir cerrando, suena el epílogo de Los Miserables, compitiendo con el reaggetton de mi vecina... ¡Pardiez! Os voy diciendo cosas...
jueves, 17 de enero de 2013
NI ALMA, NI MAÑANA
Cae, como nostalgia infita,
el cielo gris sobre la ciudad.
Y condena
a los hombres de la mirada perdida,
a deambular sin norte,
ni patria, ni bandera...
Ni alma, ni mañana.
Ni sueños, ni cordura.
Me desperté con la resaca de jueves, programa de anoche en la tele, que me deja arrastrado. Mabel no me despertó al teléfono, como me prometió ayer, pero me despertó alguien con sus llamadas o con sus whatsapps y no sabría quién fue. Me desperté primero solo, cuando no habían dado en el reloj las ocho y maldije por qué me desperté, que no lo recuerdo. Miré el despertador y comprobé la hora. Me incliné en la cama y comprobé como se dibujaba el cielo en un almidón de rayas naranjas, de un naranja imposible y me dí la enhorabuena por mi fortuna. Si el capricho no me hubiera despertado, no habría visto aquel horizonte amaneciendo, que fue un regalo a primera hora del día.
Volví a mis sueños, a mis no desvelos. Me recuerda la conversación de ayer tarde con Toñi, en los sofás de la tele, contándole cómo me empujo este 2013 a la batalla continua con unas ganas inusuales, que ya me han hecho borrar los propósitos de año nuevo y que son algo más. Remoloneé en la cama: leí los últimos tuits de anoche, con Pablo, y los primeros de esta mañana. Y me puse en pie, e hice la cama, que es el no propósito que estoy cumpliendo como primera tarea cada mañana. Pasé por la ducha: el agua o me quemaba o me helaba. Nunca he sido de términos medios. Salté afuera y cogí el autobús, camino de Russafa.
En el taller estaban Rafa y David: me encontré con Guillermo en la puerta del casal y nos pusimos al día. Entré, pinté algo y diseñé unas letras. Todo para que lo devore el fuego: la justicia de la llama que todo lo consume. Me recogió Luis en la Casa de los Caramelos y fuimos a conocer el "Capital". Comí con mis socios en el Villaplana y me dejó de nuevo Luis en casa. Desde entonces, cara el ordenador, me debatí entre adelantar asuntos y escuchar música, descargar unos vídeos, proyectar mañanas...
Hoy es 17 de octubre: un día después del cumpleaños de Amparo, felicitado en el "Tot és Festa" y de sentarnos Laurita y yo en un wok y planificar cosas entre los dos, para algo que os contaré muy pronto... Muy pronto.
Ahora os dejo, me voy a una reunión de presupuestos municipales... Hay qué ver lo que dan de sí los inviernos, de aquí a nada, primavera, ni cielos grises ni miradas perdidas...
miércoles, 16 de enero de 2013
ME SORPRENDÍ A MÍ MISMO
Me sorprendí a mí mismo en el autobús, por una sensación que me desvivió, de repente, sin esperarlo. Empecé la mañana yendo a Valencia, a la falla, a lijar, pintar... A esa batalla contra el reloj que marcan los últimos días antes de que lleguen las fallas y que dejan el casal al borde del infarto. El mediodía, ya en casa, cocinando unas costillas con patatas paja, me puse a darle caña al llibret, como anoche y antes de anoche. Sin parar, nada. El reloj marca una cuenta atrás para muchas cosas...
Ando por teléfono interesándome por médicos ajenos, médicos del alma y de la memoria. De la desmemoria. Esperando que se curen los olvidos que, de manera poética, dejo aquí subrayados.
Por la tarde, ejecutiva del partido en la sede, en mitad de una tarde polar. Helada. Fría. Y al salir tomo un café con algunos compañeros que se quedaron al caer la noche. Atravieso la avenida del Sur y subo a casa. Rajo el suelo con amoniaco y sangran los olvidos grabados entre olores que me desagradan. A veces desagradan hasta sus silencios. Bajo con una ensalada en la mochila y un bonobus: regreso de nuevo a la falla y repinto lo que dejé por la mañana. Taxi y a casa. Quise escribir antes, se me hizo demasiado tarde, pero entro a escribir estos renglones porque presiento que sino me descabalgaré de este año. Y los eneros son prolíficos. Escribo un discurso de mantenedor para el sábado y hago marcha. Marcha a la cama. Me quedan pendientes algunos temas, algunos flecos... Mañana por la mañana vuelvo a la falla. Luego como con Rosa en el centro y al banco. Una reunión pendiente con Paco y otro programa de televisión. Y la sensación de que se caen los días y se nos come el frío... Por las manos. Por los pies...
Me sorprendí a mí mismo en el autobús. De repente me vi con mi móvil, repasando el twitter, esperando que alguien me piara por whatsapp, actualizando el facebook con insistencia para ver si había algo nuevo. Mire al lado y el chico del libro sonreía. Pensé. Pensé: "Mira que sonrisa le provoca ese libro. Coge uno, déjate el móvil...". Pensé que el móvil me tiene atado y ver lo plácidamente que leía mi compañero de autobús, me embriago por felicidad, una felicidad leve y serena. Pero felicidad básica al fin y al cabo. Como la que hacía tiempo que no sentía... De repente, me quedé vacío, y flotando. En paz.
domingo, 13 de enero de 2013
FOX TROT
Fox trot! Acaban de gritarlo en "Australia", la estoy viendo en Antena 3. Peliculón, recuerdo cuando la vi en el cine, hace que me guste mucho más Nicole Kidman. Y así tengo yo la impresión de rematar este fin de semana: de fox trot, de no parar nada. Conté que anoche tenía una fiesta en la falla de Clero. Tenía también la cena del colegio, y al final, pese a que intenté organizarme fue imposible llegar. Me podía la pereza, el frío que empezaron a anunciar por la tele me obligaba a no salir de casa y al final me calcé un suéter y cogí un taxi para llegar a la falla. Cuatro en la mesa, Noe y Javi. La gente estaba en el fútbol. Llegaron al rato, primero, parte de las caris. Luego Amparo y Machu. Adrián me contó que estaba en Cyrano con Manolín, Mónica y sus padres. Llegaron Laura y Sergi con Silvia, de Vivons. Y fue llegando gente. David Chillaron y su amigo de la cámara de fotos, Iván y Ana, Yajaira... La noche, de repente, se pasó rápida. Entre fotos. Repetimos la del viernes Adrián, Manolín y yo. La foto de los pilares, que dice Manolo. Anduvimos hacia el Alba, que parece una metáfora, y nos echamos atrás, pensando en hoy, Noelia, Manolín y yo. Acompañamos a Yajaira a su moto y a Noe a casa. Conversación de madrugada bajo la humedad excesiva.
A las once me despierto, me pongo en marcha. Llegué a casa y buscando el calor bajo las mantas me dormí whatsappeando a las cinco de la mañana. Ducha, taxi, falla y convento: la Fallera Mayor de Valencia se acerca a conocer los bocetos de la Agrupación. Vino de honor, alargado. Regreso a casa, cerca de las cuatro de la tarde. Me pongo delante del ordenador y decido esconderme bajo el edredón en el sofá. Pongo "Gángsters de Nueva York" y me duermo con Scorsese. Pierdo la tarde entre mantas, acabo un encargo para Doctor Olóriz y planeo cosas para el llibret de la falla. Aquí el ritmo ya no se pierde. Mañana será lunes.
sábado, 12 de enero de 2013
QUE NOS TOCABA
Anoche fue la Gala de la Cultura. Me presenté acompañado de una representación de la falla en las puertas del Teatro Principal y asistimos a una gala con Juanma y Pilar al frente, entretenida, donde apareció también nuestra Angelita con un cameo, casi de cine mudo, más que musical. Empezó la noche con el tercer premio que conseguimos por "The fishes on the river": cinco años picando en Flandes, pardiez que no está mal.
A las ocho de la tarde me senté en un banco de madera de la Freiduría Patricio, en el Ayuntamiento. Llegó al rato Manolo, luego Cardona, Yajaira después de Richard y Amparo, Sergio y Laura. Cenamos algo sobre la marcha y nos encontramos con Manolín, Sandra y Mónica en las puertas del teatro. Me encontré con más gente. Le dí unas entradas a Gina y entramos dispuestos a la noche. Empezó la gala: fuimos los primeros en subir a recoger nuestro tercer premio y prosiguió la gala. Reparto de premios y al casal. Hacía frío: se giró la noche. Por el Ayuntamiento y la calle de Russafa llegamos mano a mano, pie a pie, Manolín, Sandra, Mónica y yo hasta el casal. Dejé el estandarte sobre la barra y me puse al día con Lola y Mari Carmen Planells. Angelita me dijo que estaba en Cyrano: fuimos. Llegamos y nos repartimos por las escaleras, afuera todo era frío. Nos recogimos al cerrar el pub y nos fuimos camino del Ochenta y Pop. Entramos. Estaba Loren y me reí con él un buen rato a cuentas de una escapada por Conde Salvatierra entre puertas y puertas. Nos quedamos en la barra Borja, Manolo y yo. Lorena, Rafelo, Marta y Dani alrededor. Nos fuimos por la calle y por la Gran Vía al Da Vinci. De allí, a la calle Cádiz y en coche, me dejó Rafa, en casa, cuando empezaba a clarear...
No duermo nada. Me desvelo enseguida, me despierto: me envían whatsapps, tengo unos cuantos, y Mabel llamando al teléfono. Nos contamos las últimas horas. Me recogen Jose Manuel Acosta y Anica y nos vamos a El Brosquil. Llegan allí Nacho y Bárbara, esperando nos alcanza David Moreno y dentro nos esperan Vicente y Amparo. La comida son cuatro horas y media, tellinas y croquetas de bacalao, esgarraet, una paella de pato y foie con ajos y setas, un tiramisú, un cortado y una copa. Muchas risas. Mucha conversación. Mucha puesta al día. Que nos tocaba.
Me dejan Ana y Jose en casa y subo, con el frío y sin polar, esperando ahora, que voy descontando minutos para irme al casal de Clero que organizan esta noche sarao. Antes, me dejo unas líneas, obligadas casi por decencia, para Ángeles, que comparto también en el facebook para que los "Me gusta" de otros engorden el peso del valor absoluto que tienen para mí:
"El mejor premio es que, después de cinco años que me empujaras a esta bendita locura, sigamos escribiendo a cuatro manos y repartiendo mil sonrisas... Anoche, en la Gala de la Cultura, volvimos a recoger un premio. Y hoy, mirando atrás, me encontré unas monjas, un cura, un detective y una rubia sinuosa, unos guardiaciviles, una loca policía del CSI, unas vecinas que abrían puertas, un presidente de falla que se tiró al monte, una sargento de hierro, una exorcizada, unas vedettes de revista, unas viudas alegres, unos Reyes Católicos, unas folclóricas a la carrera, unos hindúes, unas figuritas de Belén enloquecidas, pastores y gallinas gigantes, unos baturros cantando... He recordado mucho y me preguntó cuánto nos quedará por crear... Sinceramente, pienso en lo que hemos sido capaces de hacer, codo con codo, junto con toda nuestra gente de la Falla Noscarmientas y, sobre todo, en la cantidad de amigos que han reído con nuestros renglones torcidos sin Dios... El mejor premio es seguir siendo las otras dos manos que te sirven para escribir. Por muchas más locuras, bendita locuras... ¡Gracias! — con Ángeles Hernández Graciá."
viernes, 11 de enero de 2013
A CONTRAPUNTO
Viernes, toca cerrar la semana. Volviendo en el 3 del mercado de Ruzafa pienso cómo se aprovechan las mañana cuando se madruga y se hacen cosas. Esta semana, pese a ser la de mayor frío, con mi fiebre agarrada a la boca, es la que menos me ha costado alzar el vuelo. Me desperté porque quedé con Alfonso y Vicente, hoy es su cumpleaños, a tomar un café en el Cafetal. Andamos con la presentación de su falla a medias, ando de mantenedor y resolvimos con un café con leche los datos necesarios para "lloar" lo bonica que está, vestida de llauradora...
Ando revuelto en encantos y disimulos. Me pica nada la curiosidad y me desapego con facilidad de lo que ayer tendría que haber sido un susto al salir del Cyrano por la tarde. Me lo dice mi hermana comiendo y se lo explico: "si tuviera que ponerme nervioso con todo lo que me pasa, hace tiempo que andaría criando malvas". Rosa vino a casa a comer. Preparé menú delicatessen a base de hamburguesas que le compré a Puri en el mercado y algo de ensalada del huerto y del día. La verdad, espectacular, rematado con un arroz blanco trufado. Y algo de lo que me queda del rosco de Isabel Gurrea, que sabe a glorias.
Estuve esta mañana haciendo falla. Los días se descuelgan con premura del calendario y andamos empapelando a destajo ahora que se nos acaba ya el ejercicio. Vinieron Carol y David, Iván y Rafa, que es fijo, Rosa con el pequeño Dani, bebé que no para de reírse y tuvimos las visitas fugaces de Miguel y Juan. Mañana completa: compra en el mercado y bajo el sol al autobús y a casa. Comimos con calma y nos pusimos al día, hicimos cuentas, planeamos algún detalle y se fue Rosa a por Edurne mientras yo dejé que la tarde se me colara entre los dedos y me deje a hora y media de tener que estar en Valencia para la gala de la Cultura. Así que, de aquí a nada, me pongo a pensar qué me pongo y hago marcha, que es lo que toca.
Nominados a mejor obra inédida (dudo que lo alcancemos) y al mejor apropòsit. Cinco años escribiendo junto a Ángeles y cinco años con nominación y premio: esta noche os digo cómo queda la cosa.
Voy a ir recogiendo trastos, acabo de escuchar "Sale el sol" de los Miserables y paso ahora por Fangoria. La tarde huele a duchas y perfumes, puestas a punto. Mi vida, últimamente es eso, ponerme a punto. Bueno, a contrapunto. Me oferta Laurita un curro por whatsapp y siento que 2013 se mueve con mayor sacudida. No sólo por su mensaje, por muchas más cosas... Las iré contando.
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Apuntes para la cordura.
Cuando alguien se enamora, se enloquece, dicen. Cuando se desenamora, se frena, se arrincona, se pudre, se esconde, se muere... Hasta que vuelve al estado natural de su persona, sea éste cual sea. El problema no son los estados a los que se llega, ni tan siquiera cómo se llega. El problema es no ser consciente de cómo se mueven alrededor de uno el resto de las cosas, porque por velocidades distintas podemos perderlas. No estoy en estado de enajenación: si acaso de ocupación y preocupación. Ocupado porque compruebo como algunas velocidades y la mía se desequilibran (y yo soy consciente) y preocupado porque pienso que acabada la inercia del despegue, probablemente, habrá tanta distancia que los estados naturales de cada uno serán bien distintos. Sea como fuere, tenemos aprobado por urgencia que 2013 será época de cambios. Y tengo la sensación de que algunos van a ser radicales... Bendita la paciencia y santa la cordura. Los pasos cambian de velocidad en distintas direcciones sin saber cuándo acabará el camino, ni cómo. Y lo más lamentable: ya no sé si me preocupa.
jueves, 10 de enero de 2013
CORRIENDO O A LA PATA COJA
¿Corriendo o a la pata coja? Metáfora de mis días, de cómo se me va la vida, de cómo se me funden los días. Desperté al 10 de enero a las siete y pico de la mañana con un whatsapp de alguien que pensó que la vida comienza cuando le ponen las calles a ellos. Algunas veces estos mensajes mañaneros los veo al despertar: éste me despierta y lo respondo, cuestión de trabajo. Me duermo de nuevo y en el borde de las nueve me despierto de nuevo. Jueves, toca salir a correr. Desde la cama y sin desperezarme siquiera quedo con Álex para vernos antes de que se regrese a Londres. Casualidades de la vida, se van mañana y creo que si no le hubiera escrito, hubiéramos tenido que esperar para encontrarnos de nuevo.
Le digo que me voy a correr al río. Cojo el móvil, lo instalo en mi brazo como MP3 y salto a la calle, menos fría que ayer. Hoy, despertarme pronto, no me costo un carajo. Carajo es una palabra muy de Sabina. Regreso a casa tras darme la vuelta, la media vuelta que decía el bolero, y me ducho. Me visto de amarillo por dentro. El amarillo es el color que aporta la felicidad dicen, lo leo ahora. Estreno unos CK y una camiseta interior de ese color. Conjunto feliz. Recojo lo poco que queda por recoger por el comedor y me avisa Alejandro, doce en punto, que está debajo de casa: la puntualidad británica. Sube, hablamos, nos ponemos al día, nos citamos para el futuro y se va. Preparo la comida, después de pasar por el ordenador y quedar con Gloria para irnos a Valencia. Chuletas y patatas asadas con rebajas. Compro algunas cosas, un par de corbatas y una cazadora de piel azul. No me resisto. Tomamos café en la Galería Juan de Austria y nos vamos camino de nuestras impertinencias. Me veo con Luis un rato y acudo al Cyrano con Leo, hablamos en el piso de arriba. Llega Jorge y me da un sobre, en blanco, escrito en negro por dentro. Unas letras que me separan del suelo. ¿Corriendo o a la pata coja? Metáfora de cómo se funden mis días...
La foto mía corriendo por el río provoca una riada de comentarios en facebook: me río con los amigos que se desparraman en ánimos y desánimos. Me río, que ya es suficiente. 2013 me sabe bien...
Leo me trajo a casa, ceno dos tostadas, igual tres con mi ansiedad y me escribo y emborrono mensajes aquí y allá, pensando letras de tangos, que saben a rabia y coraje, y veo en la tele "Los años bárbaros". Escribo contra la medianoche pensando todo lo que hice hoy. Y mañana aún me queda marcha. Quedé con Alfonso a tomar café, tengo que pasar por el casal a hacer falla y como con mi hermanica en casa. A la noche, Gala de la Cultura. Estamos nominados a mejor apropòsit y a mejor obra inédita. Por lo menos, nos llevaremos la noche por compañía... Me voy a dormir ya. Los nuevos propósitos van tomando forma. Y otras cosas, que son metáforas de los días que se nos van...
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Pd: No supe que era diez de enero, se me empiezan a perder días de 2013, hasta que facebook me recordó que hoy hubiera sido tu cumpleaños. Y entonces pensé: ¿Hoy es 10? Porque el 10 era tuyo, nuestro, compartido... No he conseguido olvidarte, calculo que porque no quiero hacerlo. Feliz cumpleaños, desde esta desmemoria mía, que me enamora de mi pasado y me hace sentir feliz por haber sido también contigo. Un beso, al cielo.
miércoles, 9 de enero de 2013
BAJO EL SOL
Martes. Báscula y buenos propósitos. Es enero, estamos demasiado cerca de las obligaciones contraídas por contrato con uno mismo y después de ver los 90,3 me veo obligado a desempolvarlas. Literalmente. Cogí las zapatillas y estaban llenas de polvo, porque hacía mucho que no salían, tanto como yo, probablemente, por las calles de esta ciudad... Hacía un frío que invitaba a poco. A casi nada, la verdad. Pero al final nos enfundamos en mitad de la vida chandal y cogí recto el sol de la avenida del Cid que, cada vez que desaparecía, de verdad, se notaba y mucho.
Llegué al río, llegué entre flatos. La navidad pesa demasiado. Querría haber cruzado por la entrada a Mislata y regresar a casa, pero pensé que había que echarle arrestos y una vez mareado acabar con la tarea. Así lo hice. Y llegué hasta la Petxina, que no era ningún exceso, pero ya era más de lo que había hecho en todo el año. Regresé por el sol a Mislata, me encontré con Gilberto por el camino. Seguí hasta casa, me duché y bajé al partido. Acudió Pepa, recogimos a Gemma, nos encontramos con Gloria y nos tomamos una cocacola y una tostada de las del "Menjant". Bajo el sol. Me cuarteaba la cara, el sol. Nos recogimos y nos fuimos a ver unas obras y luego yo a casa y tú a California.
Comí nada y me fui a Bonaire: de rebajas. Me satisfizo no encontrar casi nada porque así sólo me compré un suéter gris. El 2013 viene también con la intención de recortarme aún más de mis recortes. Y volví en coche, con Pipa, a la tele. Allí me recogió Borja, porque teníamos un repor en Solepiel. Entrega de zapatos a las Cortes de Honor, saludos y profiteroles buenísimos. Y camino a la Virada. Me llevó Borja. Me tomé una cocacola más y una ensalada que me llevé empaquetada a la falla. Llegó primero Iván, cuando intentaba arreglar la tele, luego David y Carol y al rato Rafa. Yajaira y Naarah cuando ya habíamos cenado con Rosa, que llegó antes. Me fui a Clero porque teníamos reunión de La Santa Verbena y avisé de que me tenía que ir.
Las fallas apretan. Nos quedan 64 días para plantar y andamos contrarreloj en la falla. Ayer ya con las pilas puestas: pintando la barandilla infantil y empapelando el ninot para la exposición. Al final nos dieron las doce y pico: yo estaba rebentado. Me llevó Rosa a casa, puse un incienso de jazmín y me dormí. Mabel me ha despertado antes de las nueve, para recordarme que es miércoles. Ahora duchita y a la falla... Hace un frío interesante. Muy interesante. El miércoles, hoy, tiene una agenda casi igual...
lunes, 7 de enero de 2013
LA TARDE DE REYES
Me apetecía todo escribiros anoche, pero realmente me pudo el cansancio y la dejadez. La pereza no es buena consejera y yo nunca la he querido por compañera de fatigas, pero hasta irme a dormir ayer se me hizo cuesta arriba... Pensaba irme a dormir llegada la medianoche y volví a encontrarme irremediablemente con las teletiendas del fin de televisión cuando, en frío concentrado, me metí entre las sábanas.
Acabo de fregar ahora las copas, intentando recordar cómo fue la noche de Reyes. Obviamente pasó por Cyrano, después de vivir la cabalgata de Melchor, Gaspar y Baltasar en Mislata. Pese a tenerlos tan cerca, no les pedí nada. Me encontré desde el balcón con Edurne y bajé a ver cómo llevaba su tarde mágica. Me preguntó si los Reyes iban disfrazados... ¡Vaya pregunta absurda! Los Reyes, siempre serán los reyes...
Me fui en autobús a La Estrella. Cenaba con Cristina y su delegación, con Javi y Noe. Estaban todos cuando llegué. Y nos dieron mesa. Luis, Leo y Pablo con Gueguel, Raúl y Raquel al salir del comedor también cenaban en el mismo restaurante. Y después de cenar nos encontramos todos en el Cyrano, que reventaba. Estaban las hermanas Cuesta con Jose, vino Marta Agustín, y Laura Caballero compartía mesa con Alberto, Eduardo y Kike. No paramos en la barra y en el bar en general, hasta el final, que vino Diego Palacios, y nos hicimos un corrillo fallero en toda regla. Me volví a casa con Bea. Y me acosté pronto pensando si vendrían los Reyes...
Y vinieron. Para la próxima Vega, Anita y Mar, el futuro Jose y mi ahijado, Álvaro. Me pasé el día limpiando la casa y la escalera ¡Pardiez qué escalera! Y preparando el menú nocturno. Desde hace unos años (creo que vamos por tres) intento que la tarde de Reyes sea fiesta en casa. Y me acompañan los amigos, con sus hijos, para ver qué les han traído Melchor, Gaspar y Baltasar.
Preparé al horno unos panes con fiambres y sobrasada, otros con champiñones y pimientos, otros de queso y salmón... Unas bandejitas de fiambres y vino. Risas y un buen rato, con sabor a guardería, viendo cómo nos crecen los niños. Anita estaba malita, Mar se lo pasaba teta subiéndose a la escalera, Vega está más cerca que nunca, Josito llegará para después de fallas y Álvaro, se hace niño, guapísimo, pero niño a marchas forzadas.
La verdad es que, pese a que acabé rendido el domingo, mereció la pena. Es una manera de celebrar los Reyes, ya que por casa no se ha celebrado mucho. Fuimos obligatoriamente más de Papá Noel y aún así, hablé con los papás y nos felicitamos el día.
Me fui rendido a dormir... Pero fue una fantástica tarde de Reyes. Habrá que pensar ya en la del año que viene... La navidad se ha quedado atrás. ¡Bienvenidas las rebajas!
sábado, 5 de enero de 2013
LA PRIMERA FIESTA DEL AÑO
Primera noche de fiesta. Creo que lo dijo Adrián, vamos que ni lo decidimos nosotros. A las seis y media de la mañana me he acostado, después de almorzar en Da Vinci, del que voy a reclamar ya ser copropietario a este paso, y de sentir que el frío de invierno, sin ser el de otros años, empieza ya a reclamar su espacio.
Estuvimos en el Mya, mano a mano, los tres mosqueteros, Manu, Adrián y servidor compartiendo la noche con Leo y Raúl, Carlita y una amiga. Nos hicimos una copa, veníamos, casi empujados el uno a los otros, y los otros a los unos, desde el Cyrano, donde nos habíamos juntado una gran trouppe. Lorena, Lidya y Borja, se fueron antes. Angelita, Javi y Noe se quedaron hasta que cerramos. Gueguel y Luis se fueron delante, poco antes, a la cama. Y nos quedamos el resto allí con vistas a salir. Laura vino a Cyrano pero se fue enseguida, se había venido a la falla, donde vimos y reímos la presentación de este año. Por cierto, Angelita me ha llamado y me ha dicho que el apropòsit "The Fishes on the river" está nominado... ¡Y van cinco! Qué fáciles son las rimas que diría mi amigo José Gisbert... leche.
El vino blanco con Manolo fue la risa en La Virada. Se unieron Adrián, Carol y David. Venía del casal de San Valero y de Cyrano. Este año se presiente con mucha actividad, vaya.
En fin, que anoche, y porque me voy ya, resumo que la mejor fiesta de este año, sin duda alguna. Y la primera... Esta noche llegan los reyes y nosotros cenamos en La Estrella. Calculo que les traerá hacia allí o les dejará pasar por Cyrano.
INEVITABLE
Inevitable sentir cómo tirita
el corazón de roca,
cuando le golpean las piedras del silencio
en contra...
Inevitable saber que el aire que expira
no llega, ni toca
aguas que olean en lento movimiento
por un mar que ahoga...
Inevitable el sol que sobre la plata brilla
cuando del cielo se desmorona,
cuando las nubes nos dejan antes del nacimiento
de otra noche que llega sola...
Inevitable, sentir cómo tirita
el corazón de roca,
cuando le golpean las piedras del silencio
en contra...
viernes, 4 de enero de 2013
UNA CUESTIÓN
Buscando un buzón para la carta de los Reyes Magos por la calle Colón, de repente, y sin venir a cuento pienso una cuestión. Una pregunta. Lo primero que pienso es qué pasaría si la paso al facebook, luego la tuiteo. Y con el mismo repente, me paro a pensar por qué me da por filosofar en esta tarde de viernes que dejé al resto de la familia camino del circo en la parada de Alameda...
Me recogió Leo en la esquina de casi la calle Cádiz, era más bien Ruzafa con la Gran Vía para que le acompañara a cobrar una factura en Picanya. Atravesamos la comarca entera, nos perdimos por Manises, bordeamos Mislata y cuando ya todo parecía alinearse, planeta tras planeta, en contra nuestra dimos con la tienda. Me llevó luego a casa de mis padres y comí con ellos: con la excusa de darle a Rosa las entradas para el circo tuvimos una comida en familia para comprobar que a Edurne se le pasan los años tan rápido como a los demás pero en mi pequeño tesoro se nota más. Le hizo una ilusión tremenda que llegara con las entradas, que se esperaba me dijo, y no se despegó de mí en todo el rato que estuvimos, primero comiendo un arrocito caldoso de los de máma y un pollo asado que me recordó aquella adolescencia viviendo bajo el techo paterno.
El sol daba de lleno en la cafetería. Me retrasé porque bajé a comprar al Consum la merendola para el domingo tarde con todos los sobrinos allegados que me han ido regalando mis amigos: Acosta y Anita, Amparo y Vicente, Aure y Ricardo (a punto de ser padres), con Jose y María y mi ahijado vienen el domingo a casa para rematar las navidades con esta merienda que inventé hace ya unos años para tener algo que celebrar la tarde de reyes y que ahora ya es tradición. Y espero que así se mantenga. Estos amigos, casi familia, me llenan tanto que es genial compartir con ellos los detalles de la vida.
Lo que decía: primero que tuve una pregunta que lleve al facebook y, segundo, que el sol daba de lleno en la cafetería.
Al final bajaron el toldo: pero anduvimos Santi, Javi y servidor revisando el contrato de La Santa Verbena para ver cómo se organiza todo. Queda menos tiempo del que parece: lo comprobé anoche escribiendo los poemas para las falleras mayores de Dr. Oloriz, tal y como me encargó Javier vía whatsapp. Tomamos café con leche, nos pusimos al día de cómo andan nuestras fallas y las vecinas y dejamos pasar un soleado viernes por la mañana en que los niños jugaban, incluidos Jaime y Sese, por la plaza del Doctor Landete. Me whatsappeo con Noe y les invito al sarao de mañana por la noche. Me despido rápido, hablo dos palabras con Pepe y dos con Mabel, que me los encuentro con unos amigos de Londres, en la calle y me meto al coche de Leo. Camino de Picanya...
Tuve una pregunta en mitad de la calle Colón. Una cuestión que no sé por qué me apareció, pero que vino a sacudirme en mi tranquilidad del día a día. Una tranquilidad que se resquebraja a golpe de agenda. Salgo ya para Cyrano, he quedado con Laura que me trae unos juguetes y ahora Manolón me dice de vinear algo la tarde en El Camerino o La virada. Por medio tengo una conversación pendiente con Jorge y Tania para resolver algo que iniciamos ayer Jorge, Luis y yo en el Guernica... Futuro. Incierto. Futuro. Apuesto (de apostar, no de apostura).
Lo que me preguntaba hoy... Lo que tendría que resolver. Lo que me sacudió y me ha traído a escribir esta entrada: La suerte... ¿hay qué buscarla o te la encuentras? Me voy a la ducha. Feliz fin de semana.
miércoles, 2 de enero de 2013
UNA LIMPIEZA A FONDO
Me tengo sorprendido. Llevo un año... De lo mejorcito. Cierto es que llevamos dos días, o uno y pico, pero me estoy sorprendiendo, os decía, que cada vez que intenta clavarse una espinita de ácido en mi estómago, que es donde, me van los dolores y las rabias, tiro hacia atrás el aguijón y no dejo que me pinche nada... Sorprendido ya os digo y alertado porque temo el día en que estalle el obús, que bien pensado, si me pongo zen y propositivo, como me decía mi amigo Acosta esta mañana por el whatsapp, puede ser que a partir de ahora, los dardos de la mala leche se disparen hacia el cielo y se disuelvan... ¡No nos engañemos, no podremos, pero sería la bomba!
Me desperté esta mañana y la báscula se volvió loca. Al final, redondeé al alza, dije que noventa kilos y a partir de aquí, a ir bajándolos, que es lo que toca. Como una ensalada, dos longanizas y un chorizo: dieta mediterránea. Esta mañana me despertó la alarma y alargué la hora de despertarme una hora más. Lo primero que pensé, con los pies fríos fue: el año nuevo es sinónimo de levantarse cuando toca la corneta. Y acto seguido pensé: ¿no habrá algo mejor que cambiar la medida de los pesares y no sentirse fatal por holgazanear en la cama? Y así lo hice... Me retrasé una hora en el despertador y en la cama. Hasta que Manolón me whatsappeo para ver si nos íbamos a la Ciudad del Artista fallero. Nos fuimos, compramos un ninot que nos hacía falta y nos echamos unas risas volviendo al casal. Nos encontramos allí a Rafa que la emprendía con un marco para la falla grande y nos vinimos a Mislata con el tiempo justo de preparar la comida...
Me voy a poner enseguida con la limpieza a fondo que está dejando mi casa como si fuera Versalles, bueno la casa de invitados de Versalles, pero antes me he pasado por el ordenador. Me he puesto musiquita (el primer disco de 2013 es un recopilatorio de The Beatles) y he editado una foto para acompañar esta hoja perdida. Este diario de vida.
La foto es el resumen de cómo se acabó 2012 y cómo entramos en este 2013 al que me he familiarizado tan rápidamente, la verdad. Nos fuimos con una cena de navidad en la falla el día 29, que parece ahora tan lejano y fue el sábado. La cena acabó con fiesta incluida en Cyrano, donde acudieron Paco y Marifina con amigos, Isa, Paula, Bea Hernani y Leo después de su concierto de Rosa López y con otra fiesta en el Ochenta y Pop, donde nos dieron las tantas a casi todos... A la mañana siguiente si apenas tuve tiempo de colgar el vídeo de despedida en el blog y en el facebook y, acto seguido, me recogió Leo para irnos, con un hambre feroz y canina, a Bocairent. Nos esperaban Raúl, Pablo, Raquelilla y M.J. en la gasolinera y de allí a la masía rural que teníamos a pies de la Serra Mariola. Bocairent me sorprendió por pueblo y por bonito. Leña a tope, ron cola, música a gogó y comida sin parar. No calculo lo que he engordado. Ni la báscula, que anda loca, ya lo dije. Estuvimos el 30 de prenochevieja, soñando entre los ronquidos de Leo y Pablo, acostados antes de que la noche se cerrara del todo. Estrellado y sin contaminación, el cielo se abría paso entre el frío y el humo de las chimeneas. El resto silencio y oscuridad de monte. Y comida, mucha. no paramos de comer. El día de nochevieja un arroz con rojos y un picoteo descomunal. Y la tarde pasó por una siesta y una preparación para la noche más importante del año y, según se lee en este blog, la más decisiva de todos los cambios que estén por llegar.
Cenamos sentados, aunque Leo se empeñaba en que era una noche para cenar de pie. Sin lugar al debate diremos que no: que no hay noche menos indicada para cenar de pie que la de nochevieja, que es la más ceremonial, se esté donde se esté. Estuve tentado de tener morriña por la tarde, como cada año, pero esta aparecía y desaparecía como la cobertura móvil en mitad de la sierra. Llegó la noche, nos vestimos con lentejuelas en los sombreros y en las corbatas, la mía azul que es mi color favorito, y nos liamos la nochevieja a la cabeza. Música, roncola y fiesta. Las uvas, rancias, no fueron buen presagio, pero le devolvimos a la fortuna una sonrisa y nos dijo que pasáramos de los rácimos, que más aquí estaba lo dulce. Y el resto de la noche bailando hasta que nos quedamos Raquel, Raúl y yo alrededor de los hornillos preparando suculentos pintxitos de madrugada, ya de mañana...
La noche fue de la fiesta y de los whatsapps. De los intercambios de fotos en mitad de las fiestas y de deseos por cumplir.
Me desperté no serían las diez de la mañana y tenía un whatsapp desde Londres de Álex que me dio una alegría absoluta, sobre todo cuando leí en su feliz año nuevo ese "Solo para ti, sin copias a nadie", porque las felicitaciones no se pueden enviar en serie, como se hace... Un buenos días personalizado que me dejó al borde de la litera, escribiéndonos un rato hasta que se piró a currar y yo seguí durmiendo y hablando desde la cama con Raquel, y durmiendo de nuevo... Nos levantamos para comer y limpiar. Los primeros de enero son así. Propósitos y limpieza doméstica, básicamente... Recogimos, nos montamos en el coche y regresamos a la ciudad. La avenida del Cid parecía más gris y lejana que nunca, como si no la reconociera. Bienvenido al 2013, pensé.
Subí a casa y comprobé que aún me queda mucho por limpiar en el hogar. Leo me recogió una hora después de haberme dejado en casa y nos fuimos, contrarreloj, al Bonaire. Lo mejor para empezar el año, sin duda: un cine. Y nos fuimos a ver en 3D "El Hobbit" de la que me habían hablado tan mal que hasta me gustó. Un pozal de palomitas y dos cocacolas después de dos horas cincuenta matando orcos, volví a casa. Me senté delante del ordenador y decidí cambiar la imagen del blog. El cambio de año, que se note del todo, ¿no? Whatsappeé un poco más y empecé a renunciar a cosas. Renunciar es algo que no me gusta, pero por una cuestión de madurez acabo de comprender que soltar lastre es inteligente. Soltemos, pues.
Me voy tengo unos cuantos propósitos por delante y, sobre todo, una limpieza a fondo que me esperan... Y un programa de televisión esta noche. A tope con el 2013.
Me desperté esta mañana y la báscula se volvió loca. Al final, redondeé al alza, dije que noventa kilos y a partir de aquí, a ir bajándolos, que es lo que toca. Como una ensalada, dos longanizas y un chorizo: dieta mediterránea. Esta mañana me despertó la alarma y alargué la hora de despertarme una hora más. Lo primero que pensé, con los pies fríos fue: el año nuevo es sinónimo de levantarse cuando toca la corneta. Y acto seguido pensé: ¿no habrá algo mejor que cambiar la medida de los pesares y no sentirse fatal por holgazanear en la cama? Y así lo hice... Me retrasé una hora en el despertador y en la cama. Hasta que Manolón me whatsappeo para ver si nos íbamos a la Ciudad del Artista fallero. Nos fuimos, compramos un ninot que nos hacía falta y nos echamos unas risas volviendo al casal. Nos encontramos allí a Rafa que la emprendía con un marco para la falla grande y nos vinimos a Mislata con el tiempo justo de preparar la comida...
Me voy a poner enseguida con la limpieza a fondo que está dejando mi casa como si fuera Versalles, bueno la casa de invitados de Versalles, pero antes me he pasado por el ordenador. Me he puesto musiquita (el primer disco de 2013 es un recopilatorio de The Beatles) y he editado una foto para acompañar esta hoja perdida. Este diario de vida.
La foto es el resumen de cómo se acabó 2012 y cómo entramos en este 2013 al que me he familiarizado tan rápidamente, la verdad. Nos fuimos con una cena de navidad en la falla el día 29, que parece ahora tan lejano y fue el sábado. La cena acabó con fiesta incluida en Cyrano, donde acudieron Paco y Marifina con amigos, Isa, Paula, Bea Hernani y Leo después de su concierto de Rosa López y con otra fiesta en el Ochenta y Pop, donde nos dieron las tantas a casi todos... A la mañana siguiente si apenas tuve tiempo de colgar el vídeo de despedida en el blog y en el facebook y, acto seguido, me recogió Leo para irnos, con un hambre feroz y canina, a Bocairent. Nos esperaban Raúl, Pablo, Raquelilla y M.J. en la gasolinera y de allí a la masía rural que teníamos a pies de la Serra Mariola. Bocairent me sorprendió por pueblo y por bonito. Leña a tope, ron cola, música a gogó y comida sin parar. No calculo lo que he engordado. Ni la báscula, que anda loca, ya lo dije. Estuvimos el 30 de prenochevieja, soñando entre los ronquidos de Leo y Pablo, acostados antes de que la noche se cerrara del todo. Estrellado y sin contaminación, el cielo se abría paso entre el frío y el humo de las chimeneas. El resto silencio y oscuridad de monte. Y comida, mucha. no paramos de comer. El día de nochevieja un arroz con rojos y un picoteo descomunal. Y la tarde pasó por una siesta y una preparación para la noche más importante del año y, según se lee en este blog, la más decisiva de todos los cambios que estén por llegar.
Cenamos sentados, aunque Leo se empeñaba en que era una noche para cenar de pie. Sin lugar al debate diremos que no: que no hay noche menos indicada para cenar de pie que la de nochevieja, que es la más ceremonial, se esté donde se esté. Estuve tentado de tener morriña por la tarde, como cada año, pero esta aparecía y desaparecía como la cobertura móvil en mitad de la sierra. Llegó la noche, nos vestimos con lentejuelas en los sombreros y en las corbatas, la mía azul que es mi color favorito, y nos liamos la nochevieja a la cabeza. Música, roncola y fiesta. Las uvas, rancias, no fueron buen presagio, pero le devolvimos a la fortuna una sonrisa y nos dijo que pasáramos de los rácimos, que más aquí estaba lo dulce. Y el resto de la noche bailando hasta que nos quedamos Raquel, Raúl y yo alrededor de los hornillos preparando suculentos pintxitos de madrugada, ya de mañana...
La noche fue de la fiesta y de los whatsapps. De los intercambios de fotos en mitad de las fiestas y de deseos por cumplir.
Me desperté no serían las diez de la mañana y tenía un whatsapp desde Londres de Álex que me dio una alegría absoluta, sobre todo cuando leí en su feliz año nuevo ese "Solo para ti, sin copias a nadie", porque las felicitaciones no se pueden enviar en serie, como se hace... Un buenos días personalizado que me dejó al borde de la litera, escribiéndonos un rato hasta que se piró a currar y yo seguí durmiendo y hablando desde la cama con Raquel, y durmiendo de nuevo... Nos levantamos para comer y limpiar. Los primeros de enero son así. Propósitos y limpieza doméstica, básicamente... Recogimos, nos montamos en el coche y regresamos a la ciudad. La avenida del Cid parecía más gris y lejana que nunca, como si no la reconociera. Bienvenido al 2013, pensé.
Subí a casa y comprobé que aún me queda mucho por limpiar en el hogar. Leo me recogió una hora después de haberme dejado en casa y nos fuimos, contrarreloj, al Bonaire. Lo mejor para empezar el año, sin duda: un cine. Y nos fuimos a ver en 3D "El Hobbit" de la que me habían hablado tan mal que hasta me gustó. Un pozal de palomitas y dos cocacolas después de dos horas cincuenta matando orcos, volví a casa. Me senté delante del ordenador y decidí cambiar la imagen del blog. El cambio de año, que se note del todo, ¿no? Whatsappeé un poco más y empecé a renunciar a cosas. Renunciar es algo que no me gusta, pero por una cuestión de madurez acabo de comprender que soltar lastre es inteligente. Soltemos, pues.
Me voy tengo unos cuantos propósitos por delante y, sobre todo, una limpieza a fondo que me esperan... Y un programa de televisión esta noche. A tope con el 2013.
MARTES Y 2013
Feliz 2013. Acabo de poner en marcha el nuevo diseño del blog y pensaba escribir sobre los propósitos de enmienda que me traigo para el año nuevo. Estuve dos días en Bocairent, que ya contaré, porque creo que es mejor dedicar la primera hoja que se nos caiga a los propósitos y despropósitos del año que se nos cayó encima. Hoy, para más señas, martes y 2013.
Este va a ser mi año. No sé ni a cuánta gente se lo he dicho ni a cuántos se lo he escuchado. Es algo así como aquello de "este año tengo la sensación de que me va a tocar el gordo". Y no. Pero como el uno de enero, afortunadamente, nos marca un inicio, por lo menos en los propósitos (como decía) es buena excusa para replantearse hacia adónde dirigir la vida uno mismo.
Pero claro, también pensé que antes de marcarnos metas estaría bien echar la vista atrás y pensar qué me propuse para el 2012 y constatar en qué medida hice algo o nada de nada, como suele pasar. Así que, por aquello de tener la vida tejida entre los renglones de este blog, he podido mirar atrás y traerme aquí para valorar los que fueron mis propósitos del año pasado. 2012, que se fue a una velocidad que asusta, la verdad.
En su uno de enero escribí:
MIS PROPÓSITOS PARA 2012.
Y son estos que comentaré enseguida:
1. Quiero querer. Quiero decidir y moverme. El 2012 ha de ser por encima de cualquier otras cosas el año del movimiento. Por eso ha llegado el momento de decidir qué quiero e ir a por ello, de trabajar para conseguirlo, de batallar para alcanzar las metas... Y tengo que insuflar acción y reacción, porque quieto no debo estarme ni un día más.
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: en cierta medida lo hice, empecé a concretar destinos y a trabajar para alcanzarlos, lamentablemente también dediqué demasiado a la vida contemplativa y ahora me arrepiento y mucho de haber dejado pasar el tiempo.
Enmienda para 2013. Quiero querer y querré. Voy a batallar, se acabaron el desánimo o la pasividad. El que algo quiere, algo le cuesta... Ya está bien de lamentarnos. (Espero ansioso analizar el 1 de enero de 2014 este punto que suena a ambición y es más ganas o deseo).
2. En esta línea, quiero retomar el salir a correr, volver a nadar e incluso me había planteado comenzar el año yendo al gimnasio. Pero tengo la sensación que, al final, en esto como en la autoescuela acabaría patinando. Lo de salir a correr es más fácil, aunque el frío invita a casi nada, pero me apetece volver a correr...
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: patinazo, creo que ni un día, alguno si acaso antes del verano, le cogí el gusto como se lo perdí, lamentablemente.
Enmienda para 2013. Pues vengo pensando que hay que retomarlo. A considerar y poner en marcha. Mens sana in corpore sano. Urge.
3. En la vida sana tengo que regresar a las dietas cuidadas. 2011 tuve dos momentos claves marcados por la comida controlada y sana: después de marzo, al caer enfermo, y en septiembre con el proceso de los dientes. Tengo que volver al dentista, además.
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: Podría copiar lo que dije, pero con el firme propósito de emprender el cambio. Lo digo ya hoy por mañana: empiezo la dieta. El dentista, obligatoriamente. No me lo puedo dejar más (o dejo de pagar el seguro por lo menos, ¿no?)
Enmienda para 2013. Boca cerrada y boca arreglada.
4. Volver a la lectura, a la escritura (¿habrá llegado el momento de empezar?) y al ocio más hogareño.
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: Pues regresé, no en la misma medida a la lectura que a la escritura, escribí más (hasta en este blog).
Enmienda para 2013. Volver a leer y a escribir (retomar proyectos y no abandonar la senda. No abandonar en general)
5. Tengo que reorganizarme la economía familiar, aunque es bien cierto que estoy mucho más controlador que nunca.
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: Me sorprendí a mí mismo en algunos apartados de la economía casera.
Enmienda para 2013. Sorprenderme aún más. Tengo que reorganizar muchas cosas...
6. Debo de dejar atrás los problemas que ya no son de hoy. Tengo un problema básico en mi vida y es mi capacidad de arrastrar los problemas, de tenerlos presentes y batallarme a menudo para conseguir que se solucionen y si no lo hacen se conviertan en algo que mantengo siempre vivo. Ha llegado el momento de abrir nuevas puertas. Las que se cerraron habrá que dejarlas cerradas y emprender nuevos caminos. El tiempo acaba por poner todo en su sitio y yo no debo empeñarme en cambiarlo, porque igual mi sitio es otro... Si la puerta se cerró, habrá que abrir otras puertas en el futuro...
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: Cerré con energía y casi siempre con acierto, he ido depurando problemas del ayer para disolverlos y me sorprendí a mí mismo siendo capaz de relativizar las cuestiones más banales. Algunas heridas siguieron sangrando... aunque cicatrizaron bastante.
Enmienda para 2013. Mirar hacia adelante, sin olvidar el pasado, pero con ganas de mañana, no de ayer...
7. Quiero decir quiero y no tengo. Las oportunidades de querer cosas hay que tenerlas, apreciarlas y disfrutarlas. A menudo me he empestillado en tener que hacer cosas dejando incluso de lado aquellas que quiero o me apetece hacer. No puede ser una obligación, tiene que ser una voluntad.
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: Satifecho en este sentido, en proceso de aprendizaje.
Enmienda para 2013. Tendrá que llegar la parte práctica... En cualquier caso hoy quiero más que ayer. Y eso es fantástico.
8. Recuperar la ilusión me parece importantísimo. Tengo que proponerme las posibilidades de alcanzar el reto más excepcional...
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: 2012 ha sido demasiado gris para todo el mundo, pese a ello mi positivismo salvaje me ha conquistado en muchas ocasiones. Ahora, la ilusión, se nos queda con la madurez perdida por el camino...
Enmienda para 2013. Sin perder el norte, ganar el este (que es por donde sale el sol). Tengo ganas de recuperar la ilusión y en muchos campos de mi vida, lo logré. Fantástico.
9. Vivir intensamente un año más.
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: Pese a momentos de parón y desidia, no paré. Pese a ser un año duro, sonreí... Y en términos generales creo que perdí presencia y esencia, pero no renuncie a nada. Y eso me satisface. Tendré que volver a caminar por la selva, como el león...
Enmienda para 2013. Que la intensidad no disminuya y sobre todo recuperar las capacidades que tienen mi yo.
10. Que mis amigos disfruten de la alegría y de la ilusión: que tiene que ser contagiada... Esos retos pasarán por todas las facetas de mi vida, desde el trabajo a las nuevas experiencias. Hay que saber dónde se está y dónde se quiere llegar y conseguirlo, sin hacerle mal a nadie, pero intentarlo... Yo he perdido demasiadas horas entre la autocomplacencia y la sobriedad cuando hay que apostar por uno.
Valoración a fecha de 1 de enero de 2013: Creo que mis amigos están orgullosos de cómo estuve con ellos y yo de cómo lo hicieron conmigo. Nueva gente entró a formar parte de mi vida, con calma y sin prisa, pero entrando... Fantástico.
Enmienda para 2013. Consolidar y sumar... Hay que dejar de mirar hacia otros lados.
El año pasado apunté al final: "Querido Jaume: ha llegado el momento... Ya es 2 de enero, la excusa esperada para empezar...". Hoy no tengo nada nuevo que añadir, aquello pudo ser una intención o un presagio. Buenas noches (de 2013).
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