miércoles, 24 de marzo de 2010

MEMORIA RECIENTE

La memoria, siempre lo he pensado, es la capacidad que tiene nuestro recuerdo de reservarse imágenes que no se pierden. La forma de la voz acaba diluyéndose. Las sensaciones. Los entornos. Los colores. A veces incluso las formas... Para ello, mi cámara de fotos que, casi siempre es capaz de devolverme la realidad vivida.

Una de esas imágenes será Edurne, mayor, más crecida, contenta, feliz, modelo, artista... La pequeña Edurne cada día es menos pequeña y verla disfrutar de cosas que a mí me hacen disfrutar, como un petardo, una calle en fallas, una Ofrenda, me satisface de manera increíble...



Estaba preciosa. Lo dijo todo el mundo. Estaba coqueta y guapa, fallera, resuelta, alegre, divertida. Fue una tarde emocionante y emotiva. Y verla recorrer los espacios vacíos buscándome o gustándose, tan pequeñita, fue un momento para recordar. Para mi memoria. La que no quiero que se borre.



La alegría de los míos fue mi alegría. Eso también es impagable. Ver la sonrisa de Jose, de oreja a oreja por alcanzar el sueño me invitó a disfrutar de su felicidad y a sentirme mucho mejor por devolverme una sensación que hacía mucho no tenía: cuando los triunfos de tus amigos son los tuyos, cuando la felicidad ajena es la propia... Jose tardará en olvidarlo, no creo que lo haga. No necesitará las fotos para recrearse en que triunfo. En que el éxito le llegó por ser cómo es y como nosotros le queremos. Y yo, ¡qué afortunado!, que pude estar a su vera, para celebrarlo con ellos... ¡Qué grande!



Un momento que no quiero borrar es todos juntos. Ha sido un año de reencuentros, de alegrías, de abrazos, de confidencias, de tiempos, de reunión,... Esto sin la gente de la falla no hubiera sido nunca así. Ellos me hicieron olvidar las horas de sueño y el cansancio por el trabajo. Mis amigos, alrededor del fuego y las horas, muchas horas, compartidas, son la mejor excusa para hacerles un rincón en mi memoria reciente... Me alegré mucho de muchas cosas. De muchas más de las que llegamos a comentar a menudo...


Y Carol. La reina de las fiesta. En torno a ella nació nuestra pasión por este año fallero, a ella le acompañamos. Y cuando Borja y Sergio la pasearon, alrededor del fuego en volandas, tuve la sensación de que todo había pasado demasiado rápido. Pero con una gran felicidad compartida. Y eso, es para mí, una fortuna. Sobre todo porque ahora, acabado el año, seguiremos con nuestra amistad. Y eso, eso es lo mejor... Con el fuego se fueron muchas penas, sufrimientos, traiciones, miedos,... Olvidé escribir la carta que quise tirar al fuego. Pero la lanzo hoy, ahora, para que sea ceniza y vuele... Lejos.



Y el descanso. La vuelta a la extraña normalidad de la que os hablaba en otra hoja perdida... La convivencia de los cuatro, de zumos de naranja y gominolas en casa de Angelita. Eso, ¿cómo se paga? No se paga. Se disfruta. Sin ella, sin Ángeles, nada sería lo mismo... Seguro. Uno acaba siendo rico por la importancia del valor de la amistad que acaudala... ¡Qué miedo cuando llegue Hacienda! Tengo una deuda de amistad, impagable...

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...