Ya sabéis cómo llevo las horas, cambiadas de reloj en reloj. Casi no lo miro. Pierdo la consciencia del día, de la hora, del paso del tiempo, porque todo él ando trabajando y metido entre harinas varias. Ayer fuimos hasta la mascletà. Retrasmití. Entreviste a Rajoy. Bajé. Hablé por teléfono. Paseé por Valencia, dolor estomacal, paseo dominical, hasta Russafa la Vella (la Bella). Comí en el casal fideuà, con los Bravis, Angelita y algunos cuantos falleros amigos (amigos falleros) más.
Buscamos el sol, que se ponía, entre las calles de Cádiz a la espera de Cristóbal. Y me fui a Burjassot. Los de la falla de Fermín Galán me pidieron que diera una sorpresa a su infantil fallera mayor que es fan incondicional, me dijeron, del programa. Michel, el jugador del Valencia, se encargó de sorprender al presidente infantil, yo a Salma. Fue una tarde bonita, un momento especial verles la cara de alegría. Y el calor de la gente. Recogimos velas. Hablé por teléfono con Mabel. Al rato, con Javi. Luego a la cama. A las nueve a la falla. Plantà infantil. Hamburguesa. Risas. Copa. Risas. Monumento (Mo-nu-men-to, que diría José Luis López Vázquez).
Vino Juan Pedro y Angelita, luego Marta y Consue. Hicimos marcha. Ronda fallera: Sueca, Cuba, Convento, Pilar, Na Jordana... Parada obligatoria en Avenida del Oeste. Camino nocturno y mucho sarao... A las cinco he recogido velas, hasta ahora, que me quedo este hueco para contaros que me faltan horas, como se suele decir.
Me voy a la ducha y regreso a la batalla. Ya os daré el parte...
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