Son horas de lluvia. Mis manos van, recargadas de sus agujetas, marcando sobre el teclado y apurando la noche. Tengo ganas por irme a dormir. Hablo algo por el chat y ultimo la agenda de mañana. Mis quehaceres los dejé hechos al teléfono, dictados o en palabra. La tele suena a lo lejos y empiezo a notar un cansancio que no desaparece. Recién llego de la tele. Cansado. Me lo dicen también allí que "este no es Bronchud". Y Bronchud tan sólo quiere recuperarse y ponerse al día.
Las fallas son ya una realidad. Llegada de repente, casi sin intuirse y desprendidas cada mediodía a golpe de pólvora. Como con Jose y nos ponemos al día. Me sirve de terapia y regreso a casa. Me acuesto. Creo que no duermo ni siete minutos seguidos... Me pongo al día con las fotos por la noche, una noche que sigue siendo de lluvia y leve frío en los pies. Me duelen los ojos un poco, agotados, en silencio. Un silencio que prolongo y callo...
Necesito una inyección de energía, de esa positiva que derrocho. Porque las últimas horas las ando como arrastrado. Apuraré ahora un cigarrillo más. Me planteo que debería de bajar la carga de nicotina, pero me ayuda a disipar los segundos que se hicieron largos en los últimos días...
Y me preparo para mañana, que será otro día. Y podria ser el distinto. Absolutamente distinto... Aunque bajo la lluvia.
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