domingo, 28 de marzo de 2010

EL ENGORDE

Llevo cambios de horario, estornudos, kilos de más, horas de sueño... Lo llevo todo. Me siento con un sobrepeso infernal que me clava a la silla y me satura por los costados. Como un desdoblamiento de mi yo... En parte todo ello y una dejadez absoluta hacen que me pase de mí y me olvide de escribir, pero me hago ahora un rincón de segundos para poneros al día y contaros. Contar... Enseguida me voy a comer con los chicos de la falla. Estamos que no paramos. Ahí es: días de engorde.

Hoy, por día, lo más importante, pero, es el cumpleaños de mi hermana. La dulce Rosa, niña de los oyuelos, que sonríe siempre por los ojos. Eso se lo ha copiado Edurne. Rosa tiene una extraña costrumbre de alargar su mirada cuando sonríe, le cambian los párpados y su sonrisa se escapa por los ojos. Eso es fantástico. Para mí los ojos describen a las personas. Rosa es dulce, buena, leal, de fiar y alegre. Me lo dice su mirada. Y cuando no ha sido feliz, los ojos también lo han anunciado. Sea como fuere, hoy está de cumple. ¡Ay hermanita! Y otro más... ¡Qué bueno nosotros que los podemos contar y juntos! Hemos crecido juntos, a base de dejarnos nuestros espacios y de mantenernos siempre en un discreto contacto, pero siempre y juntos. Lo cual ha hecho que nuestra relación sea fantástica. Nadie tiene la capacidad de mi hermana para llamarme cuando estoy comiendo o me quiero acostar... Pero al fin y al cabo, eso, es Rosa. Y me encanta que esté ahí... ¡Feliz y alegre vida, hermana!



Ayer me despaché dos horas con Hugo, mano a mano, risa a risa. Nos merendamos el VIPS. Nos fuimos de compras, sin saber que íbamos a quedar, casi por sorpresa. Y nos pusimos al día. Hugo tiene la culpa de que engorde. Me sacia de amistad y no me dice que no a unas compras o a una merienda de sandwich y brownie. Tenemos planes, pocos, algo lejanos y sin concretar. Pero el principal y que más me importa, que como con Rosa, tenemos el plan de seguir toda la vida juntos. Que ya es... ¿Cómo no voy a engordar con estas cantidades de amistad que me dáis? Lo del deporte, que sería una solución, ya es otra cosa. Se lo dejo a Hugo, que andará ahora con la bicicleta a cuestas...



Anoche celebramos el cumple sorpresa de David. En casa Quitín. Hacía bastante que no iba. Cenamos, yo sin hambre. Y me engordé un entrecot estupendo y un helado de galleta. Cerramos en Cyrano. Fue divertídisimo ver a David cambiar de color cuando nos vio. Llevábamos una semana ocultándole su cena sorpresa. Y se puso rojo... Eso habla de las personas. Si mi hermana te mira con felicidad, David se enrojece con algunas cosas... Que se pusiera rojo ayer, fue un síntoma absoluto de bondad. Es otro de los que hacen que mi amistad engorde. Ha aparecido, calladamente, como no, en mi vida y se ha convertido en una pieza fundamental... (Sigues siendo más joven que yo, Bravis, no te preocupes).


Y así vamos. ¡Al engorde! De amistades, de cariños, de amor familiar bien recompensado... Desde el jueves he tenido ayuntamiento, plenos donde romper una mesa, mesas donde reposar una cena, cenas donde celebrar la amistad, amistades que nos unimos para hacer algo grande,... Compras, llamadas a primera hora, mensajes de madrugada, chismes, chistes,... Un auténtico no parar de cosas, que hacen que mi vida sea mejor... Me voy a comer. Tenemos un arroz, delicioso, esperándonos en la arrocería de Luis. Os iré contando, si no exploto antes...
Pd.: No quiero dietas para mi engorde de amistades.

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