COPLA Y FANDANGUILLOS

Muchos de vosotros, los que nos seguimos por teléfono, sabéis que no paro nada... Así que lo primero, disculparme con el blog por si se descuida a ratos. Intentaré no fallar porque así también os voy contando este ritmo frenético que estoy disfrutando.

Cada tarde, a las dos, lo primero, mascletà en el balcón. Por cierto, retrasmito en directo para la 97.7 com y sé de algunos que no os la perdéis. Sobre todo a Kone, desde Barcelona, un besazo muy grande. Es un estímulo trabajar cuando tienes al otro lado de la conexión a gente que te importa tanto. ¡Ahora! ¡No me llores! Jejejeje...



El fin de semana ha sido espectacular: el viernes cené en Cádiz - Cura Femenía. Antes habíamos comido Álex, Ángela, Ángeles y yo, que soy el único que no empieza por "a". Fui a hacer el programa de la tele y cena de sobaquillo, que es como más fallero. Al acabar, echamos un truc que no ganó nadie porque nos fuimos disparados a Castellón - Segorbe, donde fichamos en la barra libre. ¡Qué risas! Bárbaro,... de verdad. Y tal fue la diversión, que como nos sabía mal irnos a casa, nos pasamos por el Radio Tránsito y seguimos bailando copla y fandanguillos.



A las siete me retiraba para casa, con esguince incluído. No pasa nada. Me dolía desde hace meses el tobillo (especialmente cuando cambia el tiempo, jejejej...) y por la noche lo remáté. Ahora tengo un andar de torero que tira de espaldas...
A las once me levanto: con mucho sueño. Ya os imagináis. Y como si fuera el día de la marmota, todo se repite. Voy a la mascletà (impresionante mascletà de los Hermanos Caballer) y hacemos una retrasmisión chulísima. Leo y yo la comentamos al acabar. Estamos contentos. Me gusta lo que hago... Entrevisto a Amparo Gallardo y a Inés Ballester, una clásica de estos saraos. Luego al acabar, nos vamos Leo y yo en el coche de Braulio a la Feria de la Tapa. Y nos montamos una feria particular de órdago...




Leo y Braulio no paran de traer tapas. Y, sobre todo, de traer fresas con nata... Aunque hoy no encontramos champán. Nos reímos muchísimo, la verdad. Fue de aquellos días en que el cuerpo te pide risa y te encuentras especialmente con gracia...

Ana y Alfredo acuden a la Feria: festival de la amistad. Se unen a nuestros calamares, la carne a la montañesa, los arroces a banda y el sinfín de tapeíto. Y a las risas. Como no podía ser de otra manera, ¿no?

Ángeles acaba el programa de radio y acude a la Feria. Nos echamos unas risas más con ella y nos vamos a un sarao más.



Y el sarao además apetece y mucho. Sabéis todos que soy un apasionado del mar. De vez en cuando me pierdo para recargar energías. Y sabéis que más de una vez he amenazado con coger un barco e irme a vivir a altamar (jeje!)... Pues esta tarde consigue juntar todo lo que más me gusta en un momento de placer muy difícil de explicaros.

Nos invitan a ver la mascletà napolitana, que es la que se dispara en la playa de la Malvarrosa, desde un barco. Y el espectáculo es precioso. Tal y como va atardeciendo, vemos la sincronizada mascletà. Hemos hecho además buena pandilla con el resto de invitados, con los que hemos compartido mejillones, clóchinas y unas cuantas botellas de Marina Alta. Siento el calor del sol apagándose mientras sentado en el borde final del barco, el mar nos mece. La pólvora vuela sobre Valencia y el espectáculo es sencillamente único.



El mar. La mar... Algún día os hablaré de mi pasión marinera. De marinero en tierra, que decía Alberti. Pero esta tarde, la brisa surcando el nuevo canal de la marina, no lo cambio por muchas cosas... De verdad, gracias por la invitación, porque la experiencia ha sido preciosa.

Y después de la mar, a tierra. Voy a casa, nos encontramos con Sostoa y Carlos que me llevan al hogar para cambiarme de ropa. Tiempo justo para una ducha y salir, casi disparado, a Sueca - Literato Azorín, que enciende luces. Al acabar nos vamos la comandita a cenar a Jesús - San Francisco de Borja.

El presi, José, además de un anfitrión de primera se ha convertido en un amigo de calidad inmejorable. Nos reímos mogollón, sobre todo, con un careto que puso en mitad de las bromas. Comenzamos a brindar con él y con la fallera mayor, Ana, que casi le gana en encanto. Bailamos y disfrutamos de esa amistad recién labrada. ¡Cómo se agradecen tus abrazos macho!

Y salimos de nuevo. Nines la lía en el taxi con sus bromas, se las pasamos porque es su cumpleaños. Y porque además son la risa... ¡La mucha risa! Llegamos al 48 y nos preparamos para una nueva sesión de fiesta. A las cinco llego a casa, pero ha merecido la pena. Todo merece la pena.

Ayer mi madre me dijo por teléfono: "Qué pocas cosas te van a quedar por ver en el mundo, aprovecha, aprovecha...". Mi madre, siempre ha sido muy inteligente.