LOS IDOS DE MARZO

Hemos empezado marzo fuertecitos, que decía el impagable Karman, de South Park. De no parar, nada de nada. O mejor dicho, con algunos parones, que han venido, miel sobre hojuelas... Ha pasado de todo en estos pocos días que llevamos y ya os lo dije (en alguna Hoja Perdida) que la lluvia arremolina siempre en mi vida multitud de movimientos y sensaciones... Y lo que más me importa, en la gente de mi alrededor. Tengo una amiga que no pasa sus mejores horas: alza el vuelo y cuenta conmigo para lo que quieras y para lo que no. La lluvia, siempre tan intensa...

Me da tiempo a parar y a cocinar: increíble. ¿Por qué un día dejé de cocinar con la de placer que provocan los fogones (metáfora de vitrocerámica)? Me calzo una pasta con mejillones y gambas, rehogadita en salsa que me sabe a gloria, la verdad. Últimamente le estoy dedicando al estómago lo que los nervios por un tiempo intentaron quitarle a golpe de úlceras. Bienvenida sea la gula...



La noche del lunes cené en los Raga, que es ya una tradición. Mucha conversación, mucha diversión y pataleo fallero que es lo que mejor se nos da hoy por hoy. Al acabar la cena, y tras las enhorabuenas de rigor, nos perdemos por Císcar como solíamos hacer hasta hace bien poco. Miro a mi alrededor y amigos: qué buena noticia. Miro sus caras y son mi gente. Sus voces, y son las mías. Sus risas, las compartimos. Amigos...



Y así, entre rones y cocacola fuimos echando la noche, que las tiramos últimamente con mantones de pana. Como me oiga Ernesto, me fusila. Él es más de chantillies, pero el alma baturra se le escapa a uno. Enciendo otro cigarro. Otra risa. Algún raje... Y todo se convierte en una improvisada fiesta... Cruzo la ciudad en taxi una noche más. Un taxi más.



Ayer Valencia fue de la lluvia, como ahora. Por eso la última foto. Una foto que sólo entendería un fallero. A modo de adivinanza: ¿qué se ve en la última foto? Respuesta de cualquiera: una calle bajo la lluvia. Respuesta de fallero: el reflejo de una iluminación fallera sobre una calle bajo la lluvia...



He vuelto a vibrar con la mascletà. Y, sobre todo, he vuelto a vibrar con el micrófono en la mano. Antes, nueva fiesta del chopped y el Moêt, luego, Kas limón para cerrar la tarde... Los idos de marzo se han ido, pero me llega mucho... Lo presiento.