domingo, 6 de julio de 2008

EN LA INDIA, CAPITULO 4

A las cinco nace el sol en el Himalaya. En ese mismo momento nos despertamos, sintiendo el calor tan cercano y fuerte. Dormimos sobre unas tablas tapadas por colchas a modo de cama. Mi contractura muscular ha desaparecido por esta terapia, aunque ahora me duele todo el cuerpo. La madre de la casa nos organiza unos huevos fritos de Cachemira con pan de Leh. Estamos desayunando, sentados en el suelo y organizando un poco nuestra jornada de hoy.
A las nueve nos recoge Stoby. Llevamos cuatro horas en pie. Cogemos el todoterreno y nos vamos a Lamayuru, en la frontera con Paquistan. Unos ciento veinte quilometros nos cuestan cerca de cinco horas. Las carreteras laddachies no se encuentran entre las mejores del mundo. Esta claro...

Llueve por el camino, mientras atravesamos el desierto y nos cruzamos con miles de camiones, de coches y de militares. Cachemira es una zona en conflicto con los paquistanies y la presencia de militares en la zona acaba por no llamarte la atencion. Suena Radiohead, Coldplay,... Canciones que por siempre me quedaran grabadas a este paisaje tan arido y desertico como encantador y cautivador. Cuando tenemos que cruzar un control militar, casi llegados a Lamayuru, Laza y yo hemos olvidado nuestros pasaportes en casa. La policia militar nos deja pasar dando los nombres de nuestros padres: Daniel y Jaime. Cruzamos el control y caminamos hacia la frontera con Paquistan. La lluvia se hace mas intensa y crece cuando alcanzamos la cima. El templo budista de Lamayuru tiene un encanto abrumador y te deja sonyando en el borde un precipicio. Dentro los budistas rinden tributo a Buda y el silencio y la paz lo colapsan todo. Afuera, el espectaculo de la naturaleza es impresionante.

Bajamos luego hasta el templo de Alchi. Es un impresionante lugar del siglo XI regalado a Buda y su adoracion. Es increible poder comprobar de cerca la paz que irradian estos espacios. De hecho, al entrar en el primer templo de Alchi, me invade una sensacion que me golpea en la boca del estomago y me advierte de que estoy viviendo algo especial. Estamos en el Himalaya, en la puerta del Tibet, a miles de quilometros de cualquier sitio del mundo. A quilometros de la nada misma... Y todo, cada vez, parece mas real...

4 comentarios:

IulusF dijo...

Saludos, peregrinos al borde de un precipicio. No parpadeéis por favor, y dile al Lazarillo que no deje de disparar, poner más fotos please.

Anónimo dijo...

Hola Jai, cuando he entrado en el blog, me he asustado y todo al ver lo que me he perdido en estos días... Vaya tela!!! Ahora mismo llevo un lío de ciudades, templos,... Que ya no se por donde paras, jejeje… pero bueno, sacaré unos minutitos para ponerme mejor al día... La verdad es que estoy como si estuviera leyendo un libro y encima conozco al protagonista!!! no hace falta que me lo invente, jejeje…. Bueno yo si que espero ver todas esas fotos asi que no te dejes ni el mas mínimo detalle… para que podamos poner imagen a todos los lugares que nos cuentas.
Un beso muy fuerte

Anónimo dijo...

Hola hermano, todavía no he podido disfrutar de tu viaje,pero me lo llevo a casa para que los papis también puedan disfrutar de él. Me alegro mucho que todo vaya bien y te hechamos mucho de menos. Al final si que has podido sacar tiempo para mantenernos informados. Tu sobri dice que su tío se ha ido a "La india", para que veas que también ella te hecha de menos. Un beso muy gordo. Tu hermana, que te quiere.

Anónimo dijo...

hola wapo!
que experiencia!! lo esta siendo hasta pa mi, en la lejania....
Tambien te echo de menos, como todos, y te quiero, ya lo sabes.
Hoy es San Fermin.
Un recuerdo para los que no estan, que tambien te quieren, en la lejania.
Merche

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