jueves, 31 de julio de 2008
LAS MONTAÑAS DE LEH
Hoy he vuelto a recordar las montañas de Leh. Desde la ausencia. Desde la lejanía. Hoy, al ver el templo, el Gonpa, el Palace... me parece que aquél paraíso me resulta tan lejano como extraño, tan ausente, tan irreal... El paso del tiempo nos empuja, grave, contra el olvido y aquellas imágenes que ayer nos lo parecían todo, se disuelven con un vértigo que asusta contra nuestra propia memoria... Hoy he recordado los colores tierra del ladrillo y el cielo intenso (inmenso) del cielo ladakhi. Hoy he reconocido los rasgos asiáticos de los vecinos de aquella recóndita esquina donde cogí aire, bajo presión y falta de oxígeno, para seguir viviendo con mayor fuerza todavía...
Me dí un baño de mi baraka,de buena suerte, de amistad, de cariño... Me dí horas de silencio, de pensar en voz muda, ausente en tantos momentos del paso del tiempo... y todo aquello lo reconozco ahora desde la distancia (geográfica), lo siento parte de mí... Y me hace sentir mejor. Mayor.
Hoy he vuelto a ver las montañas de Leh en un video. He reconocido las esquinas ajadas y semiderruidas. El calor intenso de la calle. El calor de la gente que mira hacia su futuro, compartiendo el presente de una manera sosegada y amable.
Hoy he vuelto a sentir las dimensiones gigantes de la roca ascendiendo hacia el cielo, y casi tocándolo, para rasgar las nubes rompiendo el agua en lluvia sobre nosotros... Hoy recuerdo el camino (qué camino a casa), el polvo, las estrellas a las que les pedía cosas... Ahora, las estrellas se van a encargar de darnos nuestros deseos... Y abajo, sorprendentemente intactas, siguen las montañas de Leh...
miércoles, 30 de julio de 2008
UNA SEMANA DESPUÉS...
Hace una semana que me levanté en Valencia. Las últimas horas fueron realmente un apuro. Muchos ya sabéis que desde que llegué a Munich de regreso a España, la jornada se complicó. Mi madre estaba ingresada en la clínica Quirón y hoy, una semana después, seguramente le darán el alta médica con un resultado asombrosamente bueno para todos nosotros... Quiero daros las gracias a todos los que habéis estado pendientes de mi familia y de mí, porque nos ha venido muy bien saber la cantidad de buena gente que tengo alrededor y que, de una manera u otra, ya sabíamos que teníamos...
La resaca pues de la India ha sido distinta a lo imaginado. Entre otras cosas porque me he reenganchado a mi día a día de una manera completamente diferente a lo que tenía planteado... A las horas de hospital, se añaden la falta de sueño, el reencontrarse con la rutina y el recuerdo de tantas experiencias vividas y compartidas con muchos de vosotros...
Necesito coger un poco de aire para valorar el viaje a la India, me apetece contaros la vuelta, las sensaciones del regreso, las cosas que se quedan almacenadas en mi memoria... Pero por lo pronto me voy al hospital. Con un poco de suerte, mi madre recibe el alta... Y todo, vuelve a la normalidad. Una semana después...
lunes, 21 de julio de 2008
ME VOY DE LA INDIA, PERO ME LLEVO TANTO...
EN LA INDIA, CAPITULO 14: EL TAJ MAHAL
domingo, 20 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 13: LA JOYA DE AGRA
Cinco veintinueve. El ventilador, estilo Casablanca, bate sus alas cansado sobre la habitacion. Laza duerme cuando empieza a clarear el cielo de Agra y yo espero que suene el despertador. Cinco treinta. Suena. Manolo Garcia. Rosa de Alejandria, rosa amarilla... En cuanto vuelva a casa cambio la cancion con la que me despierto cada dia. La colonia de Givenchy me dejo por siempre encerrado en un camarote del Nilo hace un anyo. Muy probablemente, Rosa de Alejandria, sera la banda sonora de mis despertares indios... Elegire otra cancion.
Los ojos de la ninya mendigo de Faitphur Sikri siguen clavados en mi retina. No tiene mas anyos que Claudia, pocos mas que Edurne, algunos mas que Alvaro o que Gala... Y no me quiero imaginar en mis sobrinos la vida de esta ninya, su mirada hambrienta, sus pies descalzos, su vida futuro sin suenyos (sus suenyos sin futuro...),... El cielo permanece nublado a la espera de que salgamos del hotel. Nos esperan en el hall el chofer y nuestro guia del dia: Raul. Yo creo que no se llama Raul, estoy seguro de que eligio ese nombre por el jugador de futbol... (Yo, si alguna vez me llamase Raul, seria por Tamarit).
El duenyo del cibercafe se ha ido desde que estoy escribiendo. Asi que en un arranque de felicidad estoy cantando "Yes sir, I can boogie" de las Baccara... Cogemos el coche con un traslado corto. Bajamos y nos subimos a un carro electrico. Llegamos a la puerta y esperamos a que Raul (seguro que no se llama asi) nos consiga las entradas... Y entramos. Primero a los jardines, luego a la puerta principal. Y alli, majestuoso, al fondo... El Taj Mahal.
sábado, 19 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 12
La tarde ha estado nublada, incluso amenazo con llover. Sin embargo, llegando a Agra parece que el cielo quiso romperse. Nada me gustaria tanto como que manyana el sol luciese desde primera hora, cuando tenemos previsto estar frente al Taj Mahal. Hoy partimos de Jaipur, dejando atras sus bonanzas, y hemos emprendido un largo camino que nos dejo todo el dia en la carretera. Quiza el sol haya apretado hoy con mayor vehemencia que nunca. Con una fuerza inusitada... Hemos parado a comer. Calor. Hemos reemprendido la marcha. Mas calor. Y hemos llegado a un sitio convertido en uno de los paraisos arquitectonicos mas particulares que servidor haya visto en la vida. Se trataba del Fatehpur Sikri, una ciudad fantasma creada y vaciada por el mismo rey. Una ciudad bella, rojiza, inmensa, colosal. Distinta a cualquier otra cosa que antes nos hubiera mostrado la vida, presidida por una mezquita musulmana harto impresionante. Los ninyos se arremolinan entorno a nosotros con una complicidad mendicante absoluta. Parafrasean en castellano buscando nuestras "monitos" (monedas), posan para las fotos y participan del mercado que, a las puertas del templo, han creado sus padres, y los padres de sus padres... En el desorden de este pais, las cabras pastan por las escaleras de palacio, junto a un vendedor que corta fruta podrida... Las joyas se vuelcan sobre telas sucias cerca de las tumbas musulmanas. Huele tremendamente a orin. A sudor. Ya sabemos como huele (y como duele) la miseria mas absoluta.
Sin embargo, sentados sobre la escalinata final, la inmensa pradera lo envuelve todo. Te enloquece. Te hace olvidar la realidad que se maneja, dura, a tus espaldas... El suelo quema con mayor brio mis pies... Ando descalzo desde que entre en este recinto y noto como la piel se agarra por completo a la India. El enganche, llegando a su fin, es completo...
viernes, 18 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 11
Llegamos al palacio de Amer. Impresionante construccion donde el Majaraha ya puso una primera piedra de distincion social entre su eden y el resto de la India. Pasamos desde primera hora, con un sol castigador sobre nuestras cabezas, disfrutando de los palacios de ensuenyo, de las postales tipicas de mil y una noches, de las montanyas verdes, los restos en piedra de antiguas casas reales,... Alcanzamos la cima sentados en el lomo de una elefanta, que balancea de lado a lado nuestros cuerpos. Entonces todo adquiere un tinte mas legendario todavia, mas de peliculas de aventuras, como las que ponian hace anyos los sabados por la tarde, en La Primera. Nos faltan los rifles, los tigres y las ganas de cazar (que hoy por hoy no tenemos, afortunadamente). Pero todo tiene un sabor a Errol Flynn, a peli coloreada, a aventura de la que no creera nadie, a historia de primera... Y la estamos viviendo. Nosotros.
Poco despues, abandonamos, achicharrados, el calor de la manyana en Amer y nos encaminamos a Jaipur, al Palacio de la Ciudad. Aqui viven los reyes actualmente, los reyes sin trono, reyecitos destronados, pero con todas las posesiones a buen recaudo. Con 300 rupias pagamos nuestra entrada para visitar los distintos museos que alcanza el Palacio, asi como para ver las tinajas de plata mas grandes del mundo, la coleccion de armas y un sinfin de detalles que nos hace mas apasionante la visita, entre otras cosas, porque acaba devolviendonos a aquella India de ensuenyos, de encantadores de serpientes, de bellas danzarinas... A la India, aventurera, de tantos cuentos leidos en noches de vela.
jueves, 17 de julio de 2008
LAS CRONICAS DE JAIPUR
Tomamos un "tuk-tuk" (una especie de taxi motocarro conducido por un indio que mezcla las lenguas que conoce para comunicarse con nosotros). Nos quedamos en el centro de la ciudad: junto a la M.I. Road, en el McDonalds, a cenar hamburguesas que nos saben a gloria... Como se cotiza la gastronomia en el extranjero!
Y luego paseamos... hasta aqui. Entre el caos, el ruido, la gente, la suciedad, el calor intenso, el dolor, el remordimiento, las esperanzas,... La noche cae galopante sobre Jaipur y nosotros la vivimos con intensidad inquietante. Mientras, en nuestro hotel, los lagartos se posan sobre las paredes camuflandose quien sabe de que. A la espera de nuestra visita oficial manyana a la ciudad, el agua de la piscina se mantiene calma y quieta. Fuera es otra cosa. La ciudad bulle. Jaipur. Y nosotros nos abrazamos a ella con un calor sofocante...
miércoles, 16 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 10
El diez es un numero redondo. Un numero que viene (como agua de Mayo) para rememorar la vida en Leh, esta pequenya aldea tibetana que dejaremos esta noche, de madrugada, en silencio, y con toda la pena del mundo... Estamos dedicando el dia a pasear, a arrastrar los pies, a llenarnos con la arena de las calles nuestros calcetines para llevarnos algo mas de esta tierra que adoramos desde el primer dia... Yo creo que Leh nos ha cambiado la vida a todos. A Laza que se ha reencontrado con su suenyo y nos ha invitado a compartirlo con el. A Piru, que ha disfrutado en todo momento de cada segundo de aventura. A mi mismo, que he encontrado en Leh un refugio donde pensar, repensar, replantearme cosas, plantar nuevas para el futuro, recordar mi pasado y dar gracias por todo. Y por todos... Y creo que a vosotros tambien os vino bien Leh, lo presiento en vuestros mensajes, en vuestros comentarios, hasta en las oraciones que habeis colgado por nosotros en Espanya y que el aire, furtivo, nos ha traido cada noche. Desde mi pequenyo saltamontes hasta los amigos de toda la vida... Claro que le pido a las estrellas por ti, Cris, pero eso ya lo hacia en Espanya... Cuando estaba en Nubra, en el desierto, la noche que hablaba con vosotros a traves de ellas, elegi dos que estaban juntas: una era Lubi y la otra tu. Y tu brillabas con una fuerza sobrenatural... Desde esa noche se que estas bien. Y yo mas feliz... Y dile a Hugo que yo tambien tengo ganas de verle... Como siempre.
La verdad es que es una mezcla extranya. Estas ganas de veros con la necesidad de quedarme aqui anclado... Aunque todos sabiamos que eran solo unas vacaciones, a veces me imagino aqui, sentado en el ciber, contandoos tres meses despues como es mi vida. Como lo es desde que deje el trabajo en Espanya y empece a escribir en esta ladera del Tibet, desde que empece a cambiar mi horario, a levantarme cada manyana a las cinco y a compartir mi vida con aquellos turistas que, cada quince dias, vienen a instalarse como autenticos laddachies en nuestra tierra... Pero tengo muchas cosas que me atan a Espanya. La principal de ellas, vosotros. Y aqui, en Leh, he descubierto que aun me importais muchisimo mas de la que ya sabia.
Sabeis lo importante que sois para mi mis amigos, creo que hasta os lo digo (con menos azucar que aqui, pero os lo digo). La distancia me ha hecho darme cuenta de justo lo contrario: como me valorais. Y me siento muy afortunado. De verdad...
He recibido mensajes que no olvidare nunca: Susa, Rosa, Merche... Tengo una familia sensacional y me he sentido muy arropado. De mis amigos, que decir. Nada. Que espero veros pronto y daros un abrazo fortisimo. Este viaje a Leh no hubiera sido lo mismo si no os hubieseis metido en la mochila. Y encima no pesabais nada, con lo que ando super ligero... De equipaje! Las emociones si que cargan, y de que manera! Y los rasconcitos... Ay, Mayra, los rasconcitos, que ni escuecen! Hoy nos iremos de Leh, emprendemos a Delhi, de aqui a Jaipur, a Agra y regresamos a Delhi,... Voy contando las horas, porque esto irremediablemente acaba. Y se que vuelvo (no se si entero, o parte de mi se quedara aqui en Leh, o a orillas del Tsomoriri, o a la sombra del Gonpa...). Pero, para que vuelvo? Para que vida? Se pueden cambiar aquellas cosas que no nos gustan? Pues yo creo que si. Llevo en la cabeza escrita una retahila de cosas que quiero cambiar, que quiero hacer, para seguir sumando, como ha sumado este blog... Y voy a cambiarlas. Y voy a hacerlas. Y voy a seguir sumando. Lo mejor es que, desde Leh, se que sumo con mucha mas gente que tiene su empenyo y su corazon puestos en que sumemos juntos... Y yo quiero que sumemos. Por eso, esta despedida de Leh, duele. Duele mas que los rasconcitos del alma y que las noches en vela. Duele mas que el dolor mismo, que el sol abrasador, que las horas de insomnio, la falta de aire, la ausencia de muchos, el recuerdo de los que se fueron (y que tambien han venido conmigo a Leh),... Duele porque es vida. Y yo vuelvo a Espanya a vivir mas que nunca. Con vosotros.
GRACIAS.
martes, 15 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 9: La ruta de los nomadas
Seguimos la aventura. Ayer manyana, cogimos el coche y nos fuimos a Tsomoriri, a unos doscientos veinte quilometros de Leh (seis horas en coche...). El viaje se hizo eterno, la verdad, pero llegar merecio la pena, ya que Tsomoriri son unos lagos azulisimos incrustados en una especie de tierra de nadie habitada en este tiempo por los nomadas que pastorean los montes, azuzan los yaks, vigilan de las marmotas y limpian sus ropas junto a las aguas heladas de los rios que surcan monte abajo la tierra dorada de esta zona del norte de la India.
Atardece en el momento en que alcanzamos el gran lago y el naranja solar rasga la montanya de enfrente de lado a lado. Los picos estan helados, llenos de nieve, y el agua, sorprendentemente mansa, parece mantenerse ajena a la realidad de una fotografia tan paradisiaca. Todo permanece en calma hasta nosotros. Es una estampa casi de pelicula, dificil de describir. Amable, apacible. Tan solo rota por los ladridos de algunos perros abandonados que, salvajes, atacan nuestro coche. Pero seguimos motor adelante, dejando tras nosotros una polvadera inmensa e intensa, como el desierto mismo que estamos surcando.
Llegamos ya de noche al campamento nomada buscando asilo, que no conseguimos. Emu, Stoby y Laza se pierden buscando por la ciudad un sitio donde dormir y cuando regresan Laza asegura que nos hemos quedado con el mejor, con el que no tiene ratas. No llego a describir el sitio donde hemos pasado la noche, no puedo. No puedo describiros la habitacion ajada, infrahumana ni el cuarto de banyo con el que topa a traves de una grieta que rompe de arriba abajo la pared. Como explicaros el cuarto de banyo para aquellos que no conozcan el concepto de pozo ciego? Como hablaros de la inexistencia de luz, del sonido continuo de un burro, que duerme bajo nuestros colchones, rebuznando a cada hora...?
A las doce y veinte me levanto sobresaltado. Me siento solo. Es la nota negativa de un mundo de sensaciones y sentimientos que hasta el momento os he contado en este blog. Pero igual que he vivido con vosotros cada momento de emocion, de alegria, de ilusion, de recuerdo... necesito contaros como ha sido la peor noche de mi vida. Y ha sido aqui. Me despierto angustiado y como todo en la India dispara al maximo los sentimientos de cuanto vivimos: soledad? la mas angustiosa. Claustrofobia? La mas absoluta. Ansiedad? La mas nerviosa... Desde este momento intento dormir a cada momento y a cada momento desfallezco. Hasta las tres y media de la manyana, cada media hora, veinte minutos a veces, me despierto y me siento enterrado, con cinco personas a mi alrededor a las que escucho respirar pero de las que dudo que existan... La angustia cubre la noche con la misma vehemencia que la oscuridad misma y me siento terriblemente fatal... Intento imaginar que hablo con algunos de vosotros por telefono. Al rato me imagino contandole a Edurne las aventuras de la India. Y sonrio, hasta que el miedo se apodera nuevamente de mi... Me siento sin aire. Agotado. Muerto de miedo. Y todo, como hasta ahora, con unas intensidades que se salen de la logica mas normal...
Son las tres de la manyana. He vuelto a incorporarme sobre el colchon esperando que alguien me coja la mano. Que alguien encienda la luz que no existe... La primera luz llegara a las cinco de la manyana y yo necesito que entre ya por la ventana. Porque me ahoga esta oscuridad, este silencio... Piru esta a mi lado. "Piru, estas despierto?". "Si, tio. No puedo dormir.". "Que os pasa?", pregunta Lazaro. "No lo se, pero no puedo mas. Lo estoy pasando muy mal... Estoy muy mal", le respondo...
Me tomo un trankimazin y caigo agotado. A las nueve y un minuto suena Manolo Garcia. Rosa de Alejandria, rosa amarilla... De repente, todo se convierte en una pesadilla. La luz entra con fuerza por la ventana. Con una intensidad descomunal. Los burros ya no rebuznan ni ladran los perros de un lado a otro. Ya no siento la asfixia, si acaso la resaca del miedo... Fuera los nomadas siguen su ruta. Y nosotros la nuestra: unos parajes inmensamente bellos que son dificiles de contar... Hasta de fotografiar... Regresamos a Leh (a casa). Primero nos quedamos atrapados en la arena de la playa con el todoterreno y por poco no lo sacamos. Luego nos paran los militares para pedirnos que les llevemos en el coche. Emu y Stoby les dicen que es imposible... Al rato, la tarde cae sobre los montes y vuelve a cubrirlo todo de ese extranyo dorado que mora en las montanyas de la India. En todas menos en las de color morado. Un intenso morado, que los nomadas se llevaron por siempre en su memoria a otras tierras...
domingo, 13 de julio de 2008
UN INGLES, UN AUSTRALIANO Y UN VALENCIANO...
TARDE DE DOMINGO
COMO EN CASA
Por la manyana, nos hemos levantado. Hemos andado el apenas quilometro que dista la casa del pueblo, paseando bajo el sol, sorteando las vacas y novillos que pueblan a sus anchas y escuchando, por cualquier lugar, el sonido de las acequias que llevan con su riachuelo el agua afuera de la ciudad... Las montanyas lo envuelven todo. Arriba el Gonpa y el Monasterio, cerca el Palace. Todo bajo un cielo azul, muy hermoso, y un generoso sol matinal. Hemos llegado hasta el centro de Leh. Saludamos a Karma, la duenya de la tienda de joyas, a Steinsi, del ciber, a sus ayudantes, que por la noche son los camareros del Leh Chen, nuestra terraza favorita...
Por el camino nos encontramos con Kamp y Steve, dos turistas colegas nuestros desde la noche anterior. Nos saludan los comerciantes desde las puertas de sus tiendas y algunos, como el de las pashminas, sale a desearnos buenos dias. Tambien en el Yak Tail, el hotel mas antiguo de Laddach, el trato es exquisito. Y los camareros se acercan con un "Good morning, sir" que te hace disfrutar mas aun la manyana. Si alguno de nosotros se pierde, siempre hay alguien por la calle que nos indica donde estan nuestros amigos. Que nos dice en que tienda andan o si se fueron hacia la terraza a cenar. De vez en cuando, alguno, intenta chapurrear un simple "hola", donde nosotros les ofrecemos un "jullay" (yule, se pronuncia)... Y asi pasan nuestras manyanas y nuestras tardes, sientiendonos parte de la vida de esta ciudad tan apasionante como distinta a la nuestra. Pero es que, sin ninguna duda, aqui estamos como en casa. Y es fantastico...
sábado, 12 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 8: Los vientos del Desierto de Nubra
Pues aqui me teneis, tras tres dias en el Valle de Nubra dispuesto a continuar contandoos el viaje, llevandoos en la maleta y viviendo con vosotros una de las experiencias mas hermosas de mi vida... Gracias a todos, a todas, por seguir, por decir que os sentis conmigo en este viaje, por robaros cinco minutos de trabajo, de vida y compartirlas dia a dia... El viaje a Nubra ha sido especial y espectacular. Especial, sobre todo, para Lazaro que tenia una ilusion desbordada por regresar y calculo que por compartir con nosotros tan magnifica experiencia. Para mi ha sido un regalo que me llevara a su lado en este viaje... Y espectacular porque la naturaleza nos ha regalado cada milimetro de experiencia que hemos tenido en las ultimas setenta y dos horas...
Cogimos el coche y emprendimos marcha a Nubra. Para llegar hay que atravesar el Khardung La, el puerto de montanya mas alto del mundo. Lo alcanzamos rozando el cielo y las nubes, empujados por la niebla y acompanyados por la nieve... Una experiencia casi mistica, falta de oxigeno y, como todo aqui, enriquecedor al maximo.
miércoles, 9 de julio de 2008
LA FELICIDAD
Jamas pense que escribiria esto que os digo, pero hoy encontre la felicidad de la manera mas absurda posible, disfrutando de lo mas minimo: un bocadillo de atun con olivas!!! Nos fuimos al Shindu Gar, junto al rio Indo a organizar un picnic. Habiamos traido de Espanya unas latas de Atun Calvo y unas olivas La Espanyola... Pues despues de siete dias con una mas que nutritiva dieta de hidratos, arroces blancos y picantes varios, este bocadillo que llevabamos organizado desde ayer (y que sonyaba desde ayer mismo) se ha convertido en una experiencia gastronomica sublime... Y he sido tan feliz!!!! Que extranyo resulta ahora percatarse de que lo mas minimo que tenemos en nuestra vida cotidiana no lo sabemos apreciar... (Y no, no me he metido en ninguna secta). Es solo que no podria explicaros la sensacion de comerse algo que vosotros teneis por unos cuantos euros a la vuelta de la esquina... Y no deberia de contarlo, pero bueno, que se vea que vivimos en el exceso: hemos abierto una lata de mejillones en escabeche!!!! Joder, alguien deberia de darle un premio nacional al senyor que sigue envasandolos!!!!!! Jejejejej... Imu y Stoby no han comido porque no han logrado saber lo que era (si nosotros hiciesemos lo mismo llevariamos dias sin comer bocado...). Estos indios!!!
Pd: Al acabar el bocadillo, me tumbe en la orilla del Indo y mire a mi derecha... La felicidad entonces se convirtio en pura emocion...
EN LA INDIA, CAPITULO 7
Nos despertamos y regresamos a Leh andando. No os imaginas sarrionenses como se parece el camino al que lleva a la Fuentevieja, con una excepcion, los novillos y vacas que campan junto con los perros rabiosos en las orillas y en la mitad del camino. Me acerco ya mas que Jose Tomas, que ya es decir... Y hemos decidido que preferimos que nos "muque" una vaca antes de que nos muerda un perro... Aqui, perro pulgoso adquiere otra dimension...
Al acabar, uno de los lugarenyos nos llevo en Land Rover a casa: menuda experiencia... tremenda! Otra mas para contaros... Y sin luz en la casa, nos vamos a dormir... La luz, en pocas horas vuelve a entrar por la ventana. A las cinco amanece en nuestras vidas, cada dia desde hace una semana... Y que semana!
ERA UN 9 DE JULIO
martes, 8 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 6
Llega el final del dia para nosotros (aunque lo alarguemos con ron hacia la madrugada acompanyados por los ladacchies del terreno) y llega mi momento de desconexion. Muchos me enviais mensajes (Gracias), algunos que no escribis ni aunque os maten (Gracias Cris y Manolo, me habeis hecho tanto bien con vuestros comentarios) y no sabeis el bien que me hace, por unos minutos, desde este cibercafe, quitarme el chip de Leh (donde siguen rugiendo las motos y se escucha el agua pasear por las acequias que cortan todas las calles). La vida sigue igual por aqui, y esto da la sensacion de que le da cotidianeidad a lo que tan solo tenian que ser unas vacaciones. Me siento parte de la vida de esta tierra. Y creo que es una sensacion que vivimos todos los que deambulamos por las estrechas y sucias calles de esta ciudad. Tiene un encanto indescriptible, pese a que me empenyo, creo que no soy capaz de mandaros un miligramo de la esencia que estoy percibiendo a cada segundo. Ahora mismo nos iremos a cenar. Marian: la comida india sabe a especies y a calor, picante, contundente, llena de aromas distintos y sorprendentes. Leh huele igual y, a veces, todos los matices que tiene esta tierra se entremezclan con las vacas que pululan por las calles, las mujeres cargadas que trabajan sin cesar, el olor a mies de los campos, a las casas llenas de cebollas, a las acequias que no cesan, a la falta de aire por la altura y a mil y una esencias que me quedare para siempre...
lunes, 7 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 5
Nos hemos levantado a las nueve, empujados por la fiesta de anoche y por las muchas noches que llevamos sin descansar en condiciones. Stovy nos ha recogido porque a las nueve y media teniamos contratado un rafting. Ha sido espectacular: hemos bajado el rio Indo (aquel que salia en mis libros de geografia en EGB) viviendo una de las experiencias mas impresionantes que he vivido hasta el momento. El agua estaba terminalmente fria, muy especialmente en aquellos recovecos donde embestia con mayor fuerza. Pero ha sido increible. Primero por la sensacion de flotar sobre un rio casi sagrado, protagonista de la historia de la humanidad misma. Segundo, por la de parajes que hemos descubierto a derecha e izquierda. Una experiencia magica. Realmente un regalo. De Buda, supongo.
Durante veinticuatro quilometros hemos navegado un rio oscuro pero cargado de esencia, cautivos bajo un sol demoledor que nos ha quemado hasta el infinito y sintiendo las embestidas continuas del agua. En la barca, ademas de Lasa y Piru (nombres locales, a mi me llaman Chau-men), tripulaban cuatro indios y el encargado de llevarnos a buen puerto. Y nada mas bajar a tierra, he tenido que cubrirme porque las quemaduras son de consideracion. (En estos momentos que escribo, el dolor de brazos es brutal y los escalofrios, de vez en cuando, me dan un aspecto mas danzarin…).
De todas maneras, como imaginais, la experiencia ha merecido la pena. De una manera esplendida, este Himalaya me esta regalando momentazos que muy dificilmente podre olvidar. Que ni quiero ni sabre olvidar.
"Lasa" dice que las fotografias desfiguran los recuerdos (la frase es de Sontag), pero yo necesito dejar impresas las experiencias que estoy viviendo a golpe contra el tiempo. Esto es un paraiso: distinto, duro, peculiar... Pero un paraiso que necesito regalaros en fotos, de la manera mas generosa que se me ocurre: compartiendo esta infinita fortuna con la gente a la que mas quiero.
Despues de una siesta, hemos vuelto a Leh. Hemos ido a Leh View, un restaurante terraza desde el que se vislumbra una de las mejores panoramicas de la ciudad. El palacio real, el templo, las montanyas... Laddach es uno de los mejores regalos del mundo y esta envuelto con un papel especial que deja las sensaciones a flor de piel.
Luego regreso al cibercafe y me envuelvo con vuestros mensajes... Y joder! Todo se vive con mayor intensidad todavia, de una manera mas firme, con un recuerdo especial y la necesidad de lanzaros un abrazo a cada momento. Me lo estais diciendo en vuestros mensajes y yo en los mios: la India me esta golpeando fuerte. Y cada vez su fuerza, me atrapa y me convence mas.
EL MONJE
Cuando el monje tibetano entro en la terraza del restaurante, hacia ya un rato que habiamos acabado de cenar. Mojabamos la noche con ron local y algun cigarro. Y el entro hasta el final, sentandose en la ultima silla. Vestia la tunica religiosa y su cabeza estaba cubierta por un cabello rapado a conciencia. La serenidad llego de su mano.
Stensi me comentaba entonces que dos personas de distintos rincones del mundo se encuentran y se hacen amigos. La vida les junta como si se conocieran de toda la vida. Entablan conversacion, acrecentan su amistad y caminan juntos para toda la vida. Sean de donde sean. Provengan de donde provengan. Crean en lo que crean. Stensi apuro su zumo de mango y sentencio: "no tienen nada que ver las religiones en la amistad, se trata tan solo de humanidad". La humanidad es la que hace posible que el mundo gire y que las personas, en movimiento, nos encontremos, nos cojamos de la mano y vivamos para siempre unas junto a otras. Mientras yo pensaba en la cantidad de gente que la Humanidad ha puesto ante mi, el monje apuraba su bebida al final de la terraza de aquel restaurante. Y trasmitia mayor paz todavia...
domingo, 6 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 4
sábado, 5 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 3
Llegamos al aeropuerto, embarcamos a Leh (Laddach) y aterrizamos en un escenario dantesco de montanyas interminables y ninguna vegetacion. Suena Ray Charles. Georgia on my mind, mi cancion. Y tomamos suelo. Al aterrizar estamos rodeados de militares que no permiten fotografiar ni grabar en video. Armados te arrinconan hacia los autobuses para que llegues a la terminal, donde rellenas los impresos que te permiten como extranjero entrar en el Himalaya Occidental. No hace falta que os diga que me parece la experiencia, verdad? Estamos viviendo a tope cada segundo, porque cada segundo que pierdas es un mundo. Esto es impresionante.
Nos albergamos con una familia laddakhi, en su casa, una construccion tipica tibetana desde la que se otea un horizonte impresionante. Todo esta aventura lo esta siendo: Impresionante.
Al despertar de la siesta, hemos intentado aclimatarnos a la altura (es una condicion dura, la verdad) y hemos aprovechado para visitar templos y monasterio. No puedo explicaros como ha sido... Por que os hagais una idea: me enciendo un cigarro a cuatro mil metros de altura, de pie, sobre la nada, en un risco al que lleva un estrecho sendero por el que apenas caben los dos pies juntos. Atardece tras las extensas montanyas del Himalaya, la luna lo cubre todo y las mezquitas de Leh llaman por los altavoces, desde abajo, a los fieles para que acudan a rezar. Es la puerta del Tibet. Un remanso de paz.
viernes, 4 de julio de 2008
EN LA INDIA, CAPITULO 2
El calor es intenso. Duele. De una manera salvaje y descomunal. Es como un infierno en vida, donde la gente vaga con la intencion de encontrar alguna esperanza que le obligue a seguir viviendo. Delhi es duro, muy duro. Un rincon del mundo habitado por miles de personas con pocas voluntades y ninguna posibilidad de conseguirlas. Es algo asi como el reino del pesimismo.
Nos levantamos. Yo con una contractura en la espalda que duele, aunque no tanto como la vista. Mirar alrededor es doloroso porque implica un empujon directo a las suertes de cada uno. Y estando aqui, te das cuenta mas que nunca de que eres especialmente afortunado. La ciudad esta devastada, es como si una guerra civil continua campase a sus anchas por todas las callejas de Delhi. Es casi inhumano. El hedor se pierde tal y como te habituas a esas calles doloridas y el calor te machaca aun mas contra el pavimento, inexistente en muchos rincones de la ciudad.
Nuestro chofer esta muy borracho. Lo descubrimos cuando estamos a punto de chocar contra los coches de la ciudad, contra alguna moto y algun que otro took-took. Nunca habia estado tan cerca de un accidente continuo. A mitad manyana nos deshacemos de el, junto a la Indian Gate. Llegamos al World Trade Center y contratamos una excursion para los ultimos seis dias del viaje, es como unas vacaciones dentro de nuestras vacaciones que nos llevaran a Agra y Jaipur.
Comemos y llegamos en taxi al Lotus Temple. En mitad de un paraiso verde, nacido a golpe de humedad y pena, emerge un palacio en forma de flor, de marmol blanco, que surca el cielo entero de Delhi. Hasta alli peregrinan las religiones del mundo, porque el templo es un rincon para la union de todas. Descalzos, en el improvisado altar, escuchamos a las religiones del mundo rezar y cantar por nosotros. Es un templo para todas las creencias, para todas las religiones. Un ejemplo para la propia religion del mundo.
Al salir, vamos a cenar. Temprano, porque aqui siempre es temprano, aunque da la sensacion al mismo tiempo de que siempre es tarde para todo. Y nos retiramos pronto. Llegamos al hotel y leo el correo. Y me encuentro con vosotros. Hugo, Kris, Mabel, Tonyi, Marian, Gemma, Rakel, Teresa, Mayra, Nuria, Merche... GRACIAS. Me habeis enviado un empujon que me hacia falta y que al tiempo duele porque me hace mas afortunado que los que en estos momentos siguen tocando el claxon por este barrio, al otro lado de las ventanas de un hotel, opacas, que no te permiten seguir viendo lo que ya sientes fuera... Me habeis emocionado, aunque suene tan raro, diciendo lo que me quereis y me echais de menos. Yo a vosotros, ahora, mas todavia. GRACIAS...
EN LA INDIA, CAPITULO 1
miércoles, 2 de julio de 2008
Una cuarenta
Mañana emprendo vuelo a Nueva Delhi. No tengo la maleta preparada, la de la ropa. La de las vivencias, experiencias, supervivencia y ganas la he ido llenando en las últimas horas. Ha sido un año intenso. El año no se acaba en nochevieja, se acaba cuando una experiencia importante pone fin a un ciclo.
La India marca ese final de ciclo, de un año intenso en el que he perdido poca gente y he ganado a muchos. Y a otros tantos os he mantenido e incluso agrandado en mí. Mañana comienza una vida diferente puede ser. Me decía hoy Aurora, por teléfono, que conociéndome como me conoce - y mira que nos conocemos - está segura de que este viaje transformará un poco más a Jaime. Yo también lo creo, pero no sé hacia dónde me mandará.
Me voy con 86 kilos, la cabeza rapada, el corazón latiendo fuerte y la cabeza llena de proyectos, para el viaje y para la vuelta. Me voy pensando un poco en cada uno de vosotros (ya lo sabéis, sois lo mejor de mi maleta). Y me voy sin saber adónde ni como regresar... Tan sólo cuando, presumiblemente.
Va a ser un mes de julio distinto, sin duda alguna. Un broche de oro a tres viajes cruciales: la humildad de La Habana, la pobreza limosnera de Egipto y la miseria de la India. Sólo conociendo los olores de este país creo que seré capaz de crecer aún más, de pegar el estirón que necesito en estos momentos, de acabar por enterrar algunos instintos primarios que empecé a matar hace tiempo... Hoy empieza, con el nuevo destino, un nuevo año. Una cuarenta y seis. 31.3 grados. Me voy a dormir (a intentar dormir) por última noche en mi cómodo colchón de cada noche...
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