domingo, 16 de junio de 2013

JAVI Y VERO

Estoy apurando este domingo mirando el reloj para conseguir irme a dormir cuanto antes. Me apreta el cansancio y mañana, irremediablemente, ya es lunes. Tengo ante mí abierto el texto de la obra de teatro con que vamos este año a escena, un palo de helado de al mediodía, ahora he cenado pizzaa. Y un mechero, que uso para encender inciensos. En la tele, la Sexta le da otro sentido a la palabra "objetividad". No es nuevo, es otro. 

El viernes fui a la radio, acabé mi programa y acudí a comer a casa. Me trajo Leo después del "Valencia Abierta". Subí a casa, preparé algo de comer, unas patatas asaadas y un ajoaceite, que desde el primer momento supe que no iba a cuajar. Eché la tarde en casa y me fui a Valencia a recoger el chaqué para la boda de Bausá y Vero. Me compré una cámara de fotos, porque la echaba a menudo en falta y regresé a casa corriendo, para ducharme, cortarme el pelo y plantarme en casa de mi hermana para ir a cenar con Óscar y Edurne, Papá y el cumpleaños de mamá.


Cenamos en "El Rincón", de Blasco Ibáñez y sopló la mamá una tarta sorpresa de 67 velas, con Edurne vestídisima de ibicenca y creciendo a marchas forzadas. Pasamos la noche, cenamos de maravilla y me llevaron a Gran Vía, Rosa y Óscar con la pequeña Edurne que saludaba desde la ventanita de detrás. Sigue siendo mi pequeño tesoro.

Me entré en Cyrano y esperé. Llegaron al rato Borja y Lorena, Miguel Ángel y Moni, Adrián y Alba, Selu y su amigo Fernando. Nos pusimos en la parte de arriba y nos tomamos una copa y unas risas. Unas cuantas risas. Seguimos en la calle, bajo el calor de un junio que reniega de primaveras y Borja y Lorena me llevaron a casa. Nos dieron las tres largas de la madrugada hablando en la calle. Y al día siguiente a las nueve y media tenía cita en la sede del partido para un taller de redes sociales que hemos organizado. Desayunamos en la sede y nos pusimos al día de twitters y facebooks. Luego almorzamos en el casino y me acosté sin comer para echar una siesta antes de la boda.

Me puse la camisa blanca y la corbata roja, el chaleco crema y los pantalones rayados. El chaqué negro y el pelo engominado. Cogí la boda, repasé que llevara todo en orden y salí a la avenida del Cid buscando un taxi, que casi me encontró a mí. Llevaba la carpeta roja con lo que escribí para la boda y los nervios enganchados al estómago, de repente. Llamé a Bausá por teléfono y le dije que esto ya estaba...


Y así fue. Me encontré en la Pantera Rosa con Ángeles, Dani y Marta, Ana e Iván, Sergi y Laura. Nos recogió el autobús y prendimos camino hacia la Vallesa de Mandor. Llegamos y nos instalamos. Tuve el tiempo suficiente en el atril para respirar unas cuantas veces profundamente, sabiendo que teníamos por delante una boda para la que habíamos pensado muchos detalles que quería que estuvieran también en la ceremonia.

Hablé de Vero y de mí. De Bausa y de mí. Porque sólo así podía explicar mi implicación personal en la boda. Hace unos años Javi me dijo que echaba de menos salir en estas hojas perdidas, un detalle que inconscientemente cumplía. Luego hubo un tiempo que no se nos perdía nada juntos. Y ahora, desde hace unas semanas, hemos reemprendido la marcha del camino juntos. Sé que hemos hecho los dos un ejercicio atroz de velocidad para llegarnos a tiempo. Pero llegamos y mereció la pena.

Hubo mucha gente que se acercó a darme la enhorabuena por la boda. Sentí que era la más estudiada de las que he celebrado, en las que más había pensado porque como les dije, quería que fuera la más especial de la vida. Esta vida que tantas vueltas da, que ahora nos tiene juntos, y que no sé que vueltas dará. En cualquier caso: espero que sean juntos y hacia adelante.


Fue una noche de fiesta, con mucha gente de la falla. Me la pasé mano a mano con Angelita y Richard, con Isra un buen rato, con Adrián casi toda la noche. De confidencias, a ratos también. Con Lorena. Con Borja cantando por Sabina. Con las Cuesta, con quienes tengo trillones de fotos... Una noche a tope, divertida y entretenida... Muy entretenida. Y especial, vaya que sí.


Vero estaba radiante, alta y guapa como siempre, descansada después de la ceremonia y emocionada desde que comenzó a caminar hacia Javi. Javi, necesitaba pasar el trámite del enlace, deseando que todo fuera de éxito. Y lo fue. Me gustó ver que la corbata azul celeste le quedaba de maravilla, fue un detallazo que me mandara la foto cuando iba en el autobús. Por eso decía como nos mimamos ahora, que es fantástico, y ojalá no se pudra con el paso del tiempo, como no se les puede oxidar este amor... Que mañana va camino de Dubai.


La boda, que marcó una fecha en el calendario, al final nos ha servido para acelerar la vida, algunas cuestiones de la vida, desde luego. La boda fue una fiesta en toda regla, con ganas, con emoción, con ilusión,... Con cosas bonitas. Qué maravilla la vida cuando nos trae estas sonrisas.

Y de risas unas cuantas, como dije con Richard y con Ángeles, tan a mano. Tan confidentes Joana y María, que cogieron aire a la sombra de un olivo en mitad de la madrugada. Ángeles se fue a casa con David y Carol (y se llevó mis llaves). Llamé a su teléfono sin batería y luego me devolvió la llamada y el mensaje. Tuvo que quedarse despierta mientras el autobús nos traía al día. Cogí un taxi con Adrián, bajé con mi chaqué andando por Ruzafa y recogí las llaves. En Peris y Valero el calor ya picaba cuando conseguí el último taxi...


Hasta que llegó fui adivinando matrículas, condicionando algunas decisiones de madrugada nupcial a los números si aparecían, como hago tantas veces. Si aparece un 13, voy hacia allí. Con un 6, tengo que hacerlo. Si es impar, paso... Y de una manera casi cómica se alinearon los planetas para que fuera tomando decisiones. Me subí al taxi y regresé a casa, con hora ya de mañana dominguera.

Antes de irme a dormir, se me caían los ojos, de verdad, mandé el último mensaje. Un mensaje que quería mandar desde hacía tiempo. Calculo. Me acosté y sonó al rato el whatsapp. Bausá me preguntaba si estaba ya en casa y me daba las gracias por la boda. Le contesté, al recién marido, peleando contra mi sueño.

Pd: Esta tarde recibí otro mensaje, al respecto de mis palabras de ayer en la boda, que pudieron despertar otra sensación. Y me lo dijeron, me lo hicieron saber, porque así le nacía. Y se agradece. Mucho. Nos cruzamos un par de mensajes y nos dejamos el camino por delante para ponernos a caminar... Y ese camino será fantástico. Estoy seguro. Enhorabuena a los novios (a veces, las bodas, vienen con una fortuna bajo el brazo).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jaime, me han encantado las palabras que nos dedicas, al igual que las que nos dedicaste el día de la boda.
Nadie podría haberlo hecho mejor que tú. Mil gracias!
P.d: soy muy feliz de ver como Javi y tú habéis llegado al día de la boda!.

Anónimo dijo...

Fdo. Vero

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