Me desperté pronto, me dejé caer bajo el sol enfermizo que apuntaba a dar y me acurruqué después de whassapear alguna palabra perdida, antes de anotar una nueva hora en el despertador y regalarme veinte minutos más que no llegué a gastar. El sol engañaba. Aún así, salí de casa, vestido de arriba abajo de color gris y me repeiné después de la ducha sin gomina como un colegial, un niño de cole bien, yo que me adiestré en la pública, de lo que además estoy tan orgulloso... Salí a la calle, con las mentiras del sol, como os dije porque el viento era gélido. Dos de abril, primavera con la hora cambiada, martes de pascua, que de pequeños en Sarrión celebrábamos merendando longaniza de Pascua (de aquí su nombre), y camino a la radio con una sensación de lunes, por ser martes después de festivo.
Escribo ahora con Caetano Veloso de fondo, con ganas y con las miras puestas en salir enseguida de casa.
Llegué a la radio a las diez en punto de la mañana. Reunión de trabajo y puestas las pilas. Nos juntaron en el estudio desde el que emito cada día y allí, puesto de pie, con un Leo a cada lado y la espalda apoyada en el débil cristal (un cristal siempre es débil, como la naturaleza humana) atendí a las explicaciones del directo de la radio en la que desde hoy soy personal contratado y, si todo anda bien, que no tiene por qué no, hasta junio, por lo menos... En junio sabré muchas más cosas de mi vida que hoy desconozco.
Y así, anduve jugando con las sombras de los barrotes de la pasarela de la avenida del Cid hasta que llegué a la radio. Programa: especial autismo en su día Internacional, día Internacional por la sensibilización del autismo, entrevista a Leo Segarra que se estrena esta tarde en los recuerdos de la radio y teléfonos abiertos... Apuré la salida, a las dos en punto para caminar de nuevo a casa, sorteando los coches que venían en contra y sumando las cifras de las matrículas. Gracias a eso descubrí que hay muchas más que sumen dieciséis que quince. Por lo menos en el polígono de Vara de Quart.
¿Por qué? No lo sé. Pero regresé a casa con una felicidad absoluta. Y pensé que cuando se es feliz, la vida se toma de otra manera y las preocupaciones son otras. Ayer, creo, os escribía sobre la tendencia a ver lo oscuro y a imaginar lo ópaco. Nunca nos ponemos a pensar en positivo y yo lo intento. Anoche, cuando no me dormía, cuando me corrían en contra los minutos del insomnio, calculo que de los nervios de no sé qué, intentaba relajarme pensando en cosas hermosas de mi vida. Y recordé un paseo con Aurora a la orilla del mar, que ella recordará también si lee esto. Y recordé algún viaje, que ahora no sé si fue Londres o Roma, o dónde... Esta mañana el estómago era un nudo. Mi tensión aprendió a agarrarse a las tripas, a las entrañas, que es donde duelen las cosas amargas, yo que vivo una época casi dulce...
Preparé una ensalada para comer. No hubo postre: me hubiera encantado un trozo de chocolate y me aguanto con dos o tres cucharaditas de leche condensada. El disco de Almodóvar llegó después de una siesta que interrumpió el teléfono y el fijo. Calculo que es Mabel. No fallo.
Entro en facebook y quedo con Ángeles que nos hacemos pronto un cafecito, y ella me cuenta que ya ha pedido la autorización de la obra que quiero que hagamos este año, los dos... ¡Ay...!
Aprovecho y le felicito el cumple a la ratona. Hoy Laura hace sus añitos, esta Caballero que nos tiene desbordados de risas y buenos momentos. Yo aún recuerdo cómo nos fuimos haciendo amigos por el camino, nuestras conversaciones entre siestas por el Mediterráneo, el verano pasado, las noches de Fosters y las confidencias de lunas llenas... Le escribo en face:
"Tengo la sensación de que te has convertido, después de muchas cosas, en alguien imprescindible en mi vida... Y lo mejor es... ¡qué me encanta! Espero que nos queden los mejores momentos por vivir juntos... ¡Feliz cumpleaños! — con Laura Caballero Molina."
Y en nada ella me contesta:
"Nos quedan mil cosas mi arma!!!yo tengo la sensación de que he encontrado en ti a la horma de mi zapato!!ya no te libras de la malillera!!!eso es así querida amiga María Teresa!jajaja!gracias bronchu!!!!muuuuuuuua"... Y se agradece.
En la vida entran y salen personas del corazón con las que querrías pasar la vida. Laura es una persona que se ha hecho un hueco grande en mi vida, calculo que podrá desaparecer, pero lo importante es conseguir que no ocurra... Y si pasa, que sea de aquí a mucho tiempo, cuando ya no tengamos necesidad de decirnos cosas tan bonitas y que nos hacen ser tan felices, compartir tantas cosas...
No estamos acostumbrados a hacer públicos nuestros sentimientos, y a veces sería mejor hacerlo. Otras es mejor callar... Es el encanto que tiene la vida.
Os dejo, tengo una reunión...
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