Me encantó Anabel Alonso: un encanto de mujer. Vaya que sí. La sorprendí escudriñando la indumentaria valenciana poco antes de comenzar la mascletà, la entrevisté dos veces y me gustó su sonrisa, su simpatía, su algo especial, su quitarse las gafas para hacernos una foto... Me gustó. Vaya que sí.
Escribo ahora, cuando lo que me apetece es leer por no bajar la marcha durante marzo que será un mes difícil, por los excesos de trabajo en los que andamos batallando. Y aquí estamos. En cualquier caso este mes, por su fuego fatuo, es purificador: así que me condeno al cansancio absoluto pensando que, cual ave fénix, resurgiré eterno de mis propias cenizas... Sin parar, vamos.
Estuve esta mañana en el Ayuntamiento hasta que me fui a la radio, de aquí a grabar para la tele. Comí con los Stefano, Mabelón, Ernestín, Leomarín y Angelita. Pizza (fantástico lugar donde me gustó todo menos el nombre del local). Salimos, café en Gran Vía y en coche me trajo Angelita a casa. Me fui al rato a la tele: primer programa especial del calendario fallero. Llegué a hablar con mi hermana por teléfono, anoche con Teresa y hoy con Acosta y antes con David, a quien le envié un artículo que le debía. Vino la Guti a la tele, salimos y entramos, salimos y en coche a la falla para hacer algo de la cartelería. ¡Qué rebuena pinta tienen las fallas de Noscarmientas! Me vengo a casa, con Manolón, hablando de todo un poco y ahora, escribo, cuando quiero leer, y me asusta que sean las horas que son porque mañana es ya hoy...
Día 1 de marzo: conozco a Anabel Alonso (por la noche estaba en mi tele, nos saludamos de lejos). Veo a Toñi y a Sofi en un segundo... Chateo con Laura. Me vence el sueño.
1 comentario:
No puedes invitar a una becaria al balcón del Ayuntamiento!? qué emoción!!
Me encanta Anabel :)
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