Y si al final fuera que no... Porque me ha despertado una sensación extraña desde hace un tiempo y venido acompañando el pensar que sí, que entre grises, mi cielo será el que es. Pero, ¿y si de repente fuera otro el cielo y se llenara de nubes esponjosas de ensueño y me acariciaran otras brisas? Sería maravilloso, mucho más que la propia vida: hacer un alto en el camino, protegedme de mí, recordar una frase que Leo me dijo hoy que le habían dicho y que me supo a consejo velado... ¿Y si bajara del escenario un momento? Podría quizá, alrededor de ese cielo de ensueño entretejer otros vientos que avivarán mis velas y mi barco zarpar...
Hoy sentí el presentimiento: hoy me empeñé en ir a comer a casa de mis padres el día en el que no pude. Hoy me asusté cuando me dijeron dónde andaban y me tranquilizó saber que todo regresaba a la calma. Mis papás se hacen mayores: mamá alarga conversaciones que no pueden seguirse y papá tiene una voz de gravedad siempre y continua. Al final, parece ser, todo un susto. Y yo, desde la distancia, contento de que no fuera a más la cosa. Llamé a Aurora, porque quería desde hace días y me había ido superando la consecución de sucesos a mí mismo.
Suena My way en el ordenador: Paul Anka y Raphael. El final, se acerca ya, lo afrontaré serenamente... ¡Qué canción tan especial! Y miro al cielo, que se cruza con mi cielo real, dorado, sobre la isla que se quedó en mitad del mar y junto a mis sueños y tarareo... Jamás viví un amor que para mí fuera importante, corté sólo la flor y lo mejor de cada instante...
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