sábado, 12 de marzo de 2011

YA NO QUIERO HABLAR...



Ya no quiero hablar,
ya se dijo todo...
Duele aún volver, 
cosas del ayer...
Hice igual que tú, 
me quedé sin cartas,
ya no hay vuelta atrás,
no reparten más...
Va todo al ganador...

Escucho ahora la canción de Il Divo, que la he buscado. No sé. La música acaba apareciendo de repente, siempre. A veces me he preguntado por qué nos vienen a la memoria algunas canciones, algunas melodías... La lluvia me ha traído esta canción, esta pena embargada en ritmos lentos y voces melódicas y grandiosas. Y al final una idea: que va todo al ganador.

En estos días tengo poco espacio. Ahora escribo raudo, con la posibilidad de retrasar mi siguiente llegada. Será mi tercer taxi en hora y media, poco más. El ritmo de trabajo no para, no cesa, no baja. Me gusta la acción. Siempre he sido una persona de acción y de fondo... Y no hay carrera larga, ni meta lejana... Hay días que me siento con ganas de estar gris, como el cielo. Hoy me quedaría bajo la sábana de mis nubes y soñaría que vuelo solo. Sin más. No paro nada: me río sin cesar y me ausento de mí por ratos, huyendo del cansancio y de las malas vibraciones. No me gustan. Es más, algunas, hasta me suponen una tristeza honda que no se corresponden conmigo, ni en días como hoy. Y entonces, de repente, llega un mensaje de un amigo para decirte que está haciéndose un hueco en el sofá y te sientes importante. Y te gusta. Y ya no quieres nubes para tu tarde...

Pero reconozco que el cielo me mata. Que las nubes me agachan. Que me levanto por inercia hoy, que el cuerpo se quedaría a pasar la vereda, en la orillita de la noche... El cielo nos cubre, gris, un manto grande inmenso. Intenso. Y pienso hacia adelante y busco respuestas que no sé si encontraré. Y me preocupan los días cercanos con la inmensidad de las caras y de las voces, me preocupan por si son de nube, algodonera nube, gris, que surca mi tarde...

Va todo al ganador... ¡Qué canción!

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