domingo, 15 de noviembre de 2009

UN AÑO DE NOCHES...



Llevamos una noche a nuestras espaldas. Unos catorce meses de amistad y muchas noches de fiesta, tantas como nos han cabido en este primer año. La del viernes fue, por sorpresa, una gran noche. Salí del hospital dispuesto a irme a casa porque andaba bastante cansado. Se había pasado la medianoche y andaba yo con mi cabeza en mis cosas, como suelo hacer. Cogí un taxi y recordé el mensaje de Bausà. Y sinceramente, pensé en tomarme algo antes de irme a la cama. Así que acudí a La Virana a la celebración que habíamos planeado desde hacía semanas... Nos fuimos al Carmen a tomar algo y bailamos y cantamos. Yo con mucho cansancio y más ganas. La verdad es que me encontré la noche, porque ya os digo, andaba con el alma y el ánimo camino de casa... Pero al final resultó como siempre: un placer. Y hablamos, hablamos mucho. Hablamos tanto. Últimamente valoro mucho más cuando hablo, porque hay mucho silencio en mí. Así que cuando encuentro las palabras, las tomo, las uno y las dejo volar... Y la viernes, por la madrugada, las palabras volaron libres... Fue una gran noche. Discutimos algo en la plaça de Sant Jaume si nos íbamos a casa. Y nos fuimos a Calcatta. Me encontré a Uiso y me tomé dos rones. Uno por papá y otro por mamá. Y de madrugada salí y me quedé con las últimas risas en el coche de Isabel... Al final, sin esperarlo, ni de lejos, la noche que mejor me podía venir. Y luego, el sueño. Y el teléfono. Dormí cuatro horas, y empecé mi sábado...

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Tuvimos aquellas conversaciones que nos debíamos desde hace noches. Y se lo agradecí a Mer. Nos repasamos las palabras como solemos hacer cuando el insomnio lo es todo. "Una conversación muy agradable", habrían dicho seguramente en cualquier película...

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