miércoles, 17 de junio de 2009

A RATOS



¡Cómo caía el calor sobre Jaipur! Qué lejos nos quedaban los días de Delhi buscando la agencia de viajes, enterrada en el World Trade Center, contratando las últimas jornadas. La humedad, ¿cómo era? Recuerdas que sofocante la angustia sobre los hombros... ¿Recuerdas los niños arremolinarse junto al taxi? Recuerdo sus sucias manos extendidas buscando la primera limosna del día... Y la tupida vegetación alrededor, la húmeda sensación de la pobreza más triste. El calor absoluto de la no vida...

Esta mañana he estado en el trabajo, a tope, sin parar, con cierto hastío, todo sea dicho de paso. Luego a la tele, grabo y sigo. Empiezo a visionar vídeos de todos los programas de la temporada. ¡Hemos hecho tantas cosas! Parece que el tiempo borra demasiado rápido algunos de los mejores momentos... Al final, ahora que espero para entrar al directo, reviso entre mis carpetas de recuerdos las fotos y me encuentro ésta de Lázaro, "Taxifante con Chaumen y Navas". Y me recuerda tantas cosas... Esta mañana Agnés vino a pedirme consejo para un viaje. Luego me preguntó si viajaba en verano como el año pasado. Le digo que no. Sinceramente, creo que no podría irme de vacaciones este año como al Tíbet y a la India. No podría. No puedo. Sigo viviendo pegado a los recuerdos y de vez en cuando reviso el álbum de Hofmann y veo lo que aún me debo... Calor. Calor total.

Recuerdo el vaivén sobre los lomos de la elefanta. La cuesta empinada repoblada de improvisados fotógrafos, los sueños de entonces, las realidades de hoy en día... El regateo de una camiseta bajando el camino, el agua estancada que huele a putrefacción, mis días de ayer y las ansias de un mañana...

A veces, recuerdo de mí y me alegro. A días, a ratos, en sueños...

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