viernes, 12 de junio de 2009

EN EL CALOR DE LA NOCHE



Cruzaba el taxi la ciudad en las primeras de la madrugada. En la radio, Petula Clark entonaba el "Downtown". El cielo se cubría de un manto blanco en el que retumbaba la luz de las calles y de los coches y devolvía un aspecto blanquecino a la noche. Hacía calor. Y en el calor de la noche, el coche bailaba con los otros coches que marchaban en la misma dirección... Hacía poco tiempo había dejado los restos del tepanyaki sobre el plato blanco y cuadrado del restaurante japonés. El sabor del wasabi todavía se mantenía en el paladar. La garganta reseca, apuraba las horas para buscar un vaso de agua. Y todo circulaba velozmente alrededor. El semáforo en rojo les obligó a detenerse. "Le importa si fumo", preguntó el taxista mirando por el retrovisor. "No", contestó ella. Miró sus manos y encendió su MP para escuchar un tema de Supremes... Hacía mucha calor. Ella andaba con su mente en otras cosas, mirando los últimos pisos de cada finca, mientras escuchaba la canción. Algunos áticos aún mantenían las luces encendidas. Un camión de la limpieza convirtió la carretera en un riachuelo de agua que arrastraba el día, madrugada arriba. "Le importa si fumo", preguntó ella. "No" contestó ella. No le escuchó la voz. Tan sólo leyó los labios en el espejo. Y al verlo, se preocupó por su apariencia. Abrió el bolso, alcanzó un pintalabios y se perfiló de carmín. El coche volvió a detenerse. "¿Por qué llora?", le preguntó el taxista. Pero esta vez ella no miraba y no pudo adivinar la pregunta del taxista. "Le importa si bajo la ventana, hace un calor asfixiante", preguntó ella. "No, no me importa" leyó en los labios del taxista. La ciudad fue pasando ante sus ojos mientras ella pensaba en otras cosas. El taxi se detuvo. "Son 5,50. Tengo que cobrarle seis, es el servicio mínimo.". Sacó la billetera, pagó con seis monedas y salió del coche. Cuando el taxi se fue, puso otra canción. Sacó un pañuelo del bolso, se secó los ojos y camino por la oscura calle acompañada del calor de la noche...

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...