Yo hubo un momento que pensé que no llegaríamos a la despedida de Martín. Poco a poco, toda la gente que tenía que estar se había ido descolgando por una u otras razones. Al final, Tato y yo fuimos la representación sarrionense en al fiesta. Y como podéis imaginar, cumplimos con las espectativas...
Martín se casa con Aurora el próximo 27. La verdad es que aunque no sea muy consciente de ello todavía, va a ser uno de los momentos más bonitos que pueda vivir. Y lo de ayer, fue una fiesta en toda condición, tal y como se esperaba.
Primero fuimos a Albuixech, a tomar unos santitos con Gemma. Nos cogimos el tren por la tarde y llegamos a Alquerias cerca de las nueve. Martín y Chimo nos recogieron y nos fuimos a Vilarreal, donde siempre he ido por motivos de fiestas... Así que se convierte en uno de mis pueblos favoritos, porque además voy bastante... Jejeje!
Cenamos todos con la compañía de la Chica Caramelo, una drag atrevida y cabaretera que nos hizo pasar una noche divertídisima. Poco a poco se fue animando la cena, que ya empezó con fuerzas desde el primer minuto. Striptease y café largo. Copa de pacharán. Y con el autobús a Evento a seguir marcando nível...
Nos paramos unos cubatas en el área de servicio y seguimos el camino. Todos de risas en el autobús. Estuve un rato hablando con Chimo, que empieza a ser padre. Y enseguida, ganas por llegar y bajarnos del viaje. Apearnos de fiesta, que es para lo que estábamos...
Me ha gustado encontrarme con gente que hacía tiempo que no veía. Ebrí, Héctor, Germán, Juanfrán, Juan,... Hablo por teléfono con Pascual y Marta y nos prometemos quedar pronto, echándonos todos de menos.
Entramos en Evento y desparrame total. La música suena a tope mientras las despedidas ocupan todos los podios. Nos largamos a la zona de fiesta, hasta que la cierran. Y cumplimos con todas las espectativas. ¡Cómo corresponde!
La fiesta ha acabado de mañana. Nos fuimos a Villarreal de nuevo, a almorzar. Y en el tren, regresamos a la ciudad del calor. A las once y media de la mañana he llegado a casa. He cerrado la persiana, la he bajado, he cerrado los ojos... Y a descansar que era lo que tocaba ahora.
Martín se lo pasó en grande, que es de lo que se trataba. Y todos nosotros con él. Lo suyo fue una fiesta en toda regla, una despedida de soltero de primera y una excusa para seguir pasándolo bien y entre amigos. Mucho más y mucho mejor de lo que hubiéramos podido imaginar... Ahora ya todo, caminito de la boda, que es lo que nos queda por delante. No habrá excusa para no volver a montar otra de las nuestras, pero ayer, despidiendo a Martín se nos fue la noche entre palmas...
domingo, 14 de junio de 2009
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